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La decisión que lo cambió todo (Segunda Parte)

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4 Feb 2018
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Danai me pidió lleváramos a Lorraine a su casa, aprovechando que nos quedaba de paso a la nuestra. Durante el camino íbamos platicando de temas diversos y confirmé lo que había visto de primera impresión, Lorraine era algo temerosa, pero a la vez se notaba que se esforzaba por seguirnos la plática y la soltura con que Danai y yo platicábamos. Me daba la impresión de que en su pueblo estaba algo limitada, pero que ahora poco a poco estaba buscando encontrar la personalidad con la cual sentirse libre y a gusto consigo misma. Así sin darnos cuenta llegamos a su casa, se bajó de mi auto, pero yo ya no hice por verla. Su edad y su personalidad me habían hecho perderle algo de importancia. Creo que con el paso de los años empecé tener más gusto por mujeres con mucha personalidad y seguras de sí mismas, disfrutaba platicar con ellas de cosas más profundas o simplemente tener conversaciones que terminaran en discusiones acaloradas sin un claro vencedor. Ideas mías, pero Lorraine no me generaba interés.

Así pasaron las semanas. Yo iba por Danai una que otra vez al Spinning y a veces le dábamos aventón a Lorraine, pero a mí no me generaba ninguna atención. Como era de pensar, con el paso del tiempo, Danai y Lorraine se volvieron cada vez más amigas, platicaban cada vez de cosas más íntimas, hasta que llegaron al punto inevitable del tema sexual. Recientemente surgió un tema que Danai evitaba platicarme, pero que luego intentaba decirme, para luego volver a quedarse callada y dejarme con la duda. Así estuvo durante días pasados. Un día llegó molesta con Lorraine, duraron días sin hablarse, luego de una semana se volvieron a hablar y al paso de unos días, Danai me buscó para por fin platicarme lo que ocupaba su mente:

- Rem, necesito hablar contigo, es algo muy importante. No quiero que te rías, ni que me tomes de loca por lo que te voy a decir. Antes de decir cualquier cosa te pido que pienses lo que vas a contestar. Te pido que dejes fueras las bromas y seamos lo más serios posibles.
- Claro amor, pocas veces te pones así de seria, hasta da miedo, la verdad. Dime lo que vayas a decirme, ve directo al grano, porque ya me empezaste a preocupar, ¿todo está bien?
- Sí, todo está bien, no es nada grave, no te preocupes, simplemente es algo para platicar con calma. Lorraine hace unos meses me platicó que ella nunca había tenido relaciones sexuales en toda su vida…
- ¿En serio? ¿Con ese cuerpo y esa cara? ¡Seguro le sobraban pretendientes en su pueblo y aquí en la ciudad!
- ¿Ya ves? Ya vas a empezar, te dije que fueras serio y ya estás con tus comentarios chistositos
- Ok, ok. Discúlpame, sólo dije lo primero que me vine a la mente, se me fue por completo, ya no te interrumpo.
- Si, bueno, tienes razón. A ella le sobran pretendientes en su pueblo y aquí en la ciudad, pero, aunque tú veas que es algo seria, algo que quizás no sepas es que ella es muy inteligente. Yo que la conozco de varios meses, sé cómo piensa, que es lo que le gusta y lo que no. En su pueblo ella fue reina de las fiestas patronales varias veces, ella no quería participar, pero su mamá la obligaba. Como ya lo estarás imaginando ella ganó esos concursos con mucha facilidad, pero eso trajo consigo que todos los hombres de su pueblo la vieran como un trofeo. Cada uno de ellos quería ser el primero en acostarse con quien había sido tres veces reina de pueblo. Entre más se negaba, más interés les generaba y los hombres más la buscaban. Al final eso la terminó afectando hasta llegar a un punto en que ya mejor no quiso salir con nadie, sabía cuáles eran sus únicas intensiones y ya mejor decidió no salir con nadie. Así ha estado desde hace 5 años y no ha salido con nadie desde entonces, obviamente no ha tenido relaciones con nadie. Pero con 26 años, está en una edad incontrolable, donde quiere saber que se siente tener sexo, pero le da miedo salir con alguien que sólo la busca como trofeo y luego la deseche, también le da miedo meterse con cualquiera en algún club nocturno y terminar con alguna enfermedad que la haga arrepentirse el resto de su vida. Y aquí es donde entras tú.

- A caray! Jajajajajaja -de repente me invadió una risa nerviosa, sabía a donde podría ir esta conversación, pero no creí pudiera ser verdad- ¿y yo por qué? ¿Quiere que le presente a algún amigo que no la quiera como trofeo y que además no tenga enfermedades? Ni modo de pasarle una encuesta a mis amigos: ¿tienes enfermedades de transmisión sexual? Cuando te acuestas con alguien, la vuelves a llamar al siguiente día ¿si o no?. Todos mis amigos son bien marranos, jajaja digo, son mis amigos, pero es la verdad. Por lo que sé sólo les gusta coger y ya, a lo que sigue.
- Sí, lo sé, recuerdo varias cosas que me has platicado de ellos, pero lo que te quiero pedir no los involucra a ellos, ni nada que puedas imaginarte. Amor, si yo te lo pidiera, ¿tú te acostarías con Lorraine?

Ufff, creo que pocas veces en la vida estuve en una situación similar. Estás seguro de lo que acabas de escuchar, pero de todos modos te fuerzas a creer que lo que escuchaste no es verdad, te dan calosfríos y te comienza a temblar la mano. Buscas no pensar, pero de todos modos piensas, las ideas te invaden. No quieres tardarte en responder, pero te tardas. Tu esposa en serio te acaba de pedir que te cojas a otra mujer? Y más aún, no cualquier mujer, sino a su mejor amiga. ¿En serio pensó lo que te está pidiendo? ¿Qué carajos tuvo que pasar para que llegara a este punto? Bueno, como sea, te repones y sigues la plática pensando cada palabra que vas a pronunciar.

- Danai, estás hablando en serio? Y asumiendo que así lo estás haciendo, puesto que toda la plática así lo demuestra ¿Te has puesto a pensar en todo lo que podría pasar si yo me acostara con ella? Claro, asumiendo que yo aceptara.
- Sí Rem, claro que he pensado en lo que pudiera pasar. Justamente esta es la razón por la que he estado algo distraída estos últimos días, no creas que es algo que pensé esta mañana y que vengo y te digo por la noche. Hace unos días Lorraine, después de mucho darle vueltas, sacó el tema y me pidió esto mismo que te pedí yo, me dijo que si podía acostarse contigo. En cuanto me lo dijo yo perdí el control, de repente sentí que salí de mi y reaccioné con mucho coraje. No me cabía en la cabeza como mi mejor amiga me estuviera pidiendo permiso para poder acostarse con mi esposo. No recuerdo todas las cosas que le dije, sólo recuerdo que al final me fui muy enojada del lugar donde estábamos comiendo y no le hablé por varios días. Lorraine me estuvo llamando, me mandaba mensajes para disculparse y para darme una explicación, pero obvio yo no la quería ni ver. Al final la muy descarada me esperó fuera del trabajo, y yo por no hacer una escena con todos los de mi oficina, decidí seguirle la plática mientras caminábamos por la calle. Al principio la verdad quería darle una buena bofetada, meterle el pie para que se cayera, lo que fuera, ¡tenía mucho coraje!, pero tantos meses de amistad tampoco se pueden ignorar, además, es la persona con la que mejor me he llevado, después de ti. Conforme íbamos caminando me fue explicando todo esto que yo te platiqué, de los problemas que le trajo ser la más bonita del pueblo y las razones que tenía para no meterse con cualquier hombre. Después de toda su historia, pude entender sus razones, pero aun así no me explicaba por qué tenía que escogerte a ti para acostarte con ella. Al final me explicó que ella también le había dado vueltas durante mucho tiempo, pero que se había animado a decirme por la relación tan fuerte que teníamos ella y yo, y también por lo bien que nos la llevábamos tú y yo. Ya sabes, siempre le estoy platicando lo lindo que eres y todo lo que piensas respecto a tratar bien a las mujeres. Me dijo que somos la única pareja en el mundo a quien se lo pediría. Que tú serías el único hombre con quien podría tener esa experiencia sin ser algo de lo que se pudiera arrepentir. Yo le dije que entendía todo lo que me decía, pero que lo que me sugería no era cualquier cosa. Le pedí me diera unos días para pensar en todas las consecuencias que eso pudiera traer y regresaría con una respuesta. Al cabo de varios días y de varias horas de darle vueltas y más vueltas, regresé con ella y le dije que lo haría, pero que sólo sería una sola vez y que al día siguiente de que se acostaran, jamás volveríamos a hablar del tema. Ella estuvo de acuerdo.

- Entiendo. Así como me lo cuentas, ahora si suenas como tú eres y que parece que si sabes todo lo que implica. A mi igual me toma por sorpresa, pero al igual que tú, necesito pensarlo. Supongo que es parte de lo que tú pensaste, pero esto podría cambiar nuestro matrimonio por completo. Dame esta noche para pensarlo y mañana por la noche cuando regresemos a casa te doy una respuesta.
- Está bien amor. Sé por todo lo que estás pasando. Tomate el tiempo que necesites y volvemos a platicar.
 
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Tal vez agregando esta parte como un comentario en la introducción, habría ahorrado páginas.
 
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