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La decisión que lo cambió todo (Quinta y última Parte)

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4 Feb 2018
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No la hice esperar más y le metí mi verga completa en una sola embestida. Tal cual lo había dicho, estaba toda mojada y mi verga entró somo un cuchillo en mantequilla. Empecé dándole con fuerza pero lento, para poderle dar lo más fuerte que podía. Ella mientras tanto me buscaba la boca para darme tremendos besos y tremendas mordidas que sabía me dejarían moretones al día siguiente. Al mismo tiempo se apretaba las tetas con mucha fuerza y comenzó a gemir. -Después de tanta planeación y después de tantos problemas, ella al fin estaba donde quería estar y como quería estar, con mi verga penetrándola una y otra vez-. Fui aumentando la frecuencia, pero sin bajar la fuerza, Lorraine estaba gozando de lo lindo, abría y levantaba las piernas para que yo pudiera ir todavía más adentro. Justo cuando gemía más fuerte, cuando estaba totalmente tensa y cuando yo creía que se iba a venir, me dijo:

- Espera. ¿Hay alguna otra posición que tu creas que me va a gustar?
- Claro que sí preciosa, esta te va a encantar, ven.

Nos levantamos de la cama y pasamos a otro cuarto donde tenemos un espejo de cuerpo completo. Una vez ahí, nos paramos frente a él y lentamente le quité la venda de los ojos. Al ver su cuerpo desnudo, soltó una sonrisa tierna, pero a la vez pícara, le gustaba lo que veía. -Siempre había visto su cuerpo como una maldición, pero en ese momento estaba orgullosa de él-. Se sentía sexy, segura y estaba feliz de disfrutar de los placeres que su cuerpo era capaz de proporcionarle. Me miró y sonrió, como diciendo "Estoy lista". Aún con tacones puestos, las nalgas se le paraba todavía más y ese culo me pedía a gritos que me lo cogiera. Puse mi mano izquierda sobre su cintura y mi mano derecha sobre su espalda, justo debajo de su cuello, ella volvió a sonreír y rápido supo lo que yo quería. Se reclinó hacia adelante mientras permanecía de pie. Tomé mi verga con mi mano derecha y se la volví a meter una vez más. Regresé mi mano a su cintura y una vez teniéndola bien agarrada, comencé a embestirla con todas mis fuerzas, una y otra vez durante varios minutos. En el espejo, ahora yo podía verle ese rostro que pasó de angelical y temeroso a extasiado y completamente sexual. Ella se miraba a sí misma y se sentía aún más excitada, le encantaba ver su propia cara mientras gemía y entre más lo hacía más se excitaba. Yo la veía y más me excitaba también, así que más duro la embestía. Nos adentramos en un ciclo infinito de placer. Justo cuando yo creí que ya no podría más y me vendría, ella se tensó y soltó un: Ahhhhhhhhhhh

Yo pude haber seguido y así terminar juntos, pero aún hacía falta la última parte de mi plan. Dejé que se repusiera..

- Lorraine, estás bien? Tú querías saber que se sentía coger y creo que ya cumplimos con el objetivo. ¿Te gustaría que demos por terminada la noche?
- ¿Qué? Pero tú no te has venido.
- Sí, lo sé, pero mi plan era que tú disfrutaras, y lo pude lograr.
- Pues sí, y te agradezco por eso, ha sido lo más delicioso de toda mi vida, pero no puedo dejar sin terminar al hombre que me ha dado tanto placer. ¿Acaso no hay algo más que se te antoje hacerme? ¿o tal vez algo que hayas querido hacerle a Danai, pero que ella no haya querido?
- Ahm, bueno, sí hay algo. ¿Qué tan atrevida te sientes hoy? tengo una idea, pero es una estupidez mía. Una fantasía sin sentido. Pero que está ahí desde hace años. Sólo que es algo arriesgada si nos descubren.
- Ya no digas nada más. Sea lo que sea, yo haré lo que me digas. Todo lo que me has hecho el día de hoy me ha encantado, así que estoy segura de que lo que sea que tengas planeado, me va a gustar.
- Está bien. Te quitaré el dilatador anal y luego saldremos al patio.

Ese día, al igual que muchas noches desde hacía varios años, las luces del alumbrado público estaban apagadas, creo que, por un adeudo de luz de parte de la arrendadora, por lo que todo el fraccionamiento estaba oscuro. Aunado a eso, ya era casi la una de la mañana, así que todos mis vecinos ya estaban dormidos, bueno los vecinos que sí se encontraban en sus casas, porque algunos que tenían sus casas cerca de la mía no estaban por ser temporada de vacaciones de navidad, así que había muchas casas solas a mi alrededor. Todo estaba mandado hacer para completar mi plan.

Salimos al patio desnudos, le pedí a Lorraine se quitara los tacones y que subiera la escalera hasta llegar al techo del segundo piso de mi casa. Yo mientras tanto iba detrás de ella y con lo poco que veía en la oscuridad me iba saboreando ese delicioso culo que estaba por cogerme. Una vez arriba, caminamos muy despacio por encima de cinco casas a la izquierda de la mía, hasta llegar a una de ellas que tenía una especie de tragaluz que sobresalía un metro más o menos, -sabía que todos los vecinos de esas casas no estaban, aunque no estaba muy seguro de los vecinos de enfrente de la acera, pero no me importó- Una vez que llegamos a esa casa, empecé a besar a Lorraine como un desesperado, ella entendió el mensaje y me correspondió con igual intensidad. Mientras lo hacía, yo le apretaba la teta izquierda y le apretaba las nalgas con mi otra mano. Ella mientras tanto tomó mi verga con su mano derecha y me la empezó a frotar con rapidez. Una vez que me sentí listo, le pedí que se volteara y se inclinara, pero esta vez sería diferente a cuando estábamos frente al espejo. Lorraine, nuevamente sabía lo que venía, abrió más las piernas y puso sus dos manos sobre la barda que sobresalía, para poder sostenerse. Yo ya tenía mi verga lista para cumplir mi más grande fantasía, cogerme a una mujer por el culo en la cima de la casa del vecino que me emputaba sólo de verlo. Después de haber tenido el dilatador por más media hora, el ano de Lorraine estaba listo para ser penetrado. Tomé la cintura de Lorraine con la mano izquierda, mi verga con la mano derecha y gentilmente la fui introduciendo en el culo de Lorraine. Empecé despacio, esperando cualquier reacción que tuviera ella, pero parecía que entre más profundo le metía la verga, más le gustaba. Poco a poco fui acelerando y cada vez fui aumentando más la fuerza, Lorraine se aventaba hacia atrás pidiendo más, así que yo la embestía todavía más fuerte. Le pedí que no se callara y que gimiera lo más fuerte que quisiera, así que lo empezó a hacer. -Esa sensación de poder es indescriptible, por encima de todos los de mi fraccionamiento, cogiéndome al mejor culo que haya conocido, sintiendo placer en cada centímetro de mi piel, mis dedos, mis manos, mis oídos y por su puesto mi verga- Me vine tan fuerte como jamás me había venido en toda mi vida.


En cuando acabé, me salí de Lorraine, nos tomamos unos segundos y luego nos agachamos. Notamos que los vecinos de en frente habían encendido las luces y estaban buscando quien era el desgraciado que había abierto su ventaba mientras se cogía con su mujer -Los gemidos fueron tan fuertes que habían atravesado puertas y ventanas-. Nosotros sólo nos reímos y nos fuimos rápido hasta la escalera de mi casa para después bajar y que nadie nos viera.

Nos dimos un baño por separado para evitar las tentaciones. Nos vestimos sin decir una sola palabra, nos subimos a mi automóvil y la llevé hasta su casa. Durante todo el camino íbamos pensativos, en el ambiente había esa sensación de haber vivido un gran momento que no quieres dejar ir, porque sabes que no volverá. Antes de bajarse Lorraine me tomó de la mano, la apretó con todas sus fuerzas y me dio un beso muy fuerte de despedida. Se bajó y no volvió a mirar atrás.

Al día siguiente, Danai y yo platicamos de cómo estuvo la noche, pero omití casi todos los detalles, no me atreví a contarle todo lo que habíamos hecho Lorraine y yo. Mucho menos le conté que sentía que algo nos había sucedido. Sólo le comenté que fue algo normal, que terminamos rápido y que la había llevado a su casa temprano.

Pasaron unos días, pero Lorraine ya jamás volvió a ir al Spinning, tampoco le regresaba las llamadas a Danai. -En otro tiempo hubiera pensado que la había embarazado, pero hace años que me hice la vasectomía y prácticamente mi conteo de esperma era cero, así que no podía ser eso-. Danai me estuvo presionando para que le dijera si yo le había hecho algo a Lorraine, pero yo no le dije nada, me hacía el indignado y ya no le dirigía la palabra. De cualquier manera, yo también me preguntaba que le había pasado. Unos días después, Danai por fin tuvo tiempo de visitarla a su casa, pero ya no estaba. Los vecinos le comentaron que su abuela había fallecido y que Lorraine y su mamá se habían regresado a vivir a su pueblo, así sin despedirse de nadie.

No voy a mentir, durante muchos días no pude sacarme a Lorraine de la cabeza. No creo en cosas mágicas, el destino, ni ninguna de esas tonterías, pero dentro de mi sabía que algo había sucedido entre ella y yo. Sé que fueron solamente 2 horas de sexo desenfrenado, pero aun así no lograba olvidarla, había algo dentro de mí que me hacía querer buscarla.

Pasaron varios meses y jamás volvimos a saber nada de ella. Danai y yo regresamos a nuestra vida normal, divirtiéndonos por la tarde, y teniendo buen sexo por la noche. Hasta que un día como cualquier otro, al despertarme y ver mi teléfono, noté que había un mensaje de un número desconocido, con este texto:

- Salut. Te souviens-tu encore de moi?
 
Última edición:
Grandioso final. No termina con cliché, si no que embarca a una nueva aventura, ensalsada con las emociones de una persona que tiene todo, y se topa con un espejísmo: puede que sexualmente se hayan acoplado bien, por la predisposición de ella, pero no la conoce totalmente.
No me queda mas que decir ¡Salud!!!
 
Ragnar Axayacatl te aplaudo de pie mi bakuno amigo, tu relato simplemente espectacular desde la primera parte captando la atención,excelentemente redactado prestandole atención a los detalles y con una buena descripción de todo sin llegar a caer en lo vulgar y el final ni que decir.
si es que existe una continuación espero que nos honres con publicarla.
Saludos!!
 
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