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Bovino de alcurnia
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La nueva bebida, que se produce con hojas de coca, quiere ganar el mercado de los energéticos del país, pero también ayudar a borrar el estigma que vincula a la planta con el narcotráfico,
Extracto de coca, agua carbonatada, azúcar, cafeína, saborizantes naturales, colorantes autorizados y conservantes son los ingredientes de la bebida, según se lee en su etiqueta, cuyos colores rojo y blanco evocan a la famosa Coca-Cola.
La bebida tiene un color marrón similar a la gaseosa de guaraná y su sabor parece una mezcla de esa fruta, coca y manzana. La bebida es producida por la privada Organización Social para la Industrialización de la Coca (Ospicoca), una entidad que agrupa a unas 9.000 personas y cuyo presidente, Víctor Ledezma, aclara siempre que no pretende competir con la famosísima gaseosa estadounidense.
Conductores de carretera
"No busco pelear con nadie. Mi bebida es energizante, ellos (The Coca-Cola Company) venden gaseosas; entonces, no tienen nada que pelear conmigo", aseguró.
La semana pasada, el empresario puso a la venta 30.000 botellas de Coca Colla, cada una de medio litro, a un precio de 10 bolivianos (1 dólar con 40 centavos, es decir casi 3 mil pesos colombianos), en las regiones de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz (este).
Los compradores más interesados, según Ledezma, son los conductores de carretera que comprobaron el efecto energético porque permite conducir por horas sin descansar. El empresario bautizó la bebida como Coca Colla, una fusión del nombre de la hoja, considerada sagrada por los indígenas aymaras y quechuas de Bolivia, con la palabra colla, que es como popularmente se llama a los pobladores del occidente boliviano.
Los collas eran habitantes del Collasuyo, que era el nombre que se usaba para una parte de la región andina del continente antes de la Colonia española.
La iniciativa privada de producir el energético comenzó a gestarse en el 2006, en coincidencia con la llegada a la presidencia de Evo Morales, quien actualmente sigue siendo el máximo dirigente de los productores de la planta en el Chapare, al centro de Bolivia.
Alivia el cansancio
El mandatario es un acérrimo defensor del consumo tradicional de la hoja de coca, que en Bolivia tiene diversos usos medicinales, industriales y culturales, pero también es desviada por los narcos para la producción de cocaína.
En 1961, la ONU clasificó la hoja de coca como un estupefaciente e instó a abolir en 25 años la costumbre de mascarla, muy extendida entre aymaras y quechuas.
Es muy común que quienes la mastican destaquen sus virtudes para aliviar el hambre y el cansancio, calmar el dolor o para problemas digestivos.
Desde que llegó al poder, Morales promueve una política de defensa de los cultivos de coca para permitir la industrialización de la planta, al tiempo que ha sido enfático en que también debe enfrentarse el narcotráfico y erradicar las plantaciones ilegales.
Extracto de coca, agua carbonatada, azúcar, cafeína, saborizantes naturales, colorantes autorizados y conservantes son los ingredientes de la bebida, según se lee en su etiqueta, cuyos colores rojo y blanco evocan a la famosa Coca-Cola.
La bebida tiene un color marrón similar a la gaseosa de guaraná y su sabor parece una mezcla de esa fruta, coca y manzana. La bebida es producida por la privada Organización Social para la Industrialización de la Coca (Ospicoca), una entidad que agrupa a unas 9.000 personas y cuyo presidente, Víctor Ledezma, aclara siempre que no pretende competir con la famosísima gaseosa estadounidense.
Conductores de carretera
"No busco pelear con nadie. Mi bebida es energizante, ellos (The Coca-Cola Company) venden gaseosas; entonces, no tienen nada que pelear conmigo", aseguró.
La semana pasada, el empresario puso a la venta 30.000 botellas de Coca Colla, cada una de medio litro, a un precio de 10 bolivianos (1 dólar con 40 centavos, es decir casi 3 mil pesos colombianos), en las regiones de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz (este).
Los compradores más interesados, según Ledezma, son los conductores de carretera que comprobaron el efecto energético porque permite conducir por horas sin descansar. El empresario bautizó la bebida como Coca Colla, una fusión del nombre de la hoja, considerada sagrada por los indígenas aymaras y quechuas de Bolivia, con la palabra colla, que es como popularmente se llama a los pobladores del occidente boliviano.
Los collas eran habitantes del Collasuyo, que era el nombre que se usaba para una parte de la región andina del continente antes de la Colonia española.
La iniciativa privada de producir el energético comenzó a gestarse en el 2006, en coincidencia con la llegada a la presidencia de Evo Morales, quien actualmente sigue siendo el máximo dirigente de los productores de la planta en el Chapare, al centro de Bolivia.
Alivia el cansancio
El mandatario es un acérrimo defensor del consumo tradicional de la hoja de coca, que en Bolivia tiene diversos usos medicinales, industriales y culturales, pero también es desviada por los narcos para la producción de cocaína.
En 1961, la ONU clasificó la hoja de coca como un estupefaciente e instó a abolir en 25 años la costumbre de mascarla, muy extendida entre aymaras y quechuas.
Es muy común que quienes la mastican destaquen sus virtudes para aliviar el hambre y el cansancio, calmar el dolor o para problemas digestivos.
Desde que llegó al poder, Morales promueve una política de defensa de los cultivos de coca para permitir la industrialización de la planta, al tiempo que ha sido enfático en que también debe enfrentarse el narcotráfico y erradicar las plantaciones ilegales.