La Carambada


Corría la segunda mitad del siglo XIX, en las calles se sentía la incertidumbre y el miedo ante los peligrosos encuentros entre liberales y conservadores que se alojaban en esta ciudad. Se escuchaban rumores de bandas peligrosas, que atemorizaban a los andantes desde los caminos aledaños hasta los callejones de la ciudad. Se decía que entre los bandoleros había uno en especial, vestía de hombre pero en realidad era una mujer la llamaban “Carambada”, su nombre era Oliveria del Pozo, dama de Compañía de Carlota esposa de Maximiliano de Habsburgo, mujer que el destino le jugo un papel excepcional, cuando en manos de las fuerzas liberales su amado y prometido el soldado conservador José Joaquín fue asesinado, cambio su destino siendo una dama de sociedad se convirtió en una bandolera. Llena de ira, coraje y desesperación decidió tomar venganza a quienes les causaban tanto dolor.

Como principal víctima, sería el Coronel Benito Santos Zenea (después gobernador de la ciudad), quien de su mando salio la orden de aplicar ley fuga a aquel soldado, el Presidente Benito Juárez quien por mas ruegos y suplicios no concedió el perdón a su amado y a todo aquel que se interpusiera en su camino correría con la misma suerte en su sed de venganza. Líder de peligrosas bandas, la Carambada con astucia asaltaba diligencias robando la plata y la vida de quienes la custodiaban, daba a los pobres y necesitados, consuelo y la plata que robaba. Famosa se volvió y finalmente encontró su venganza al envenenar con la fuerza de la hierba venenosa la veintiunilla al Presidente Juárez en aquella cena en casa de Lerdo de Tejada siendo ella invitada de Guillermo Prieto, el efecto de la hierba le causo angina de pecho provocando su muerte. Regresando a la ciudad de Querétaro disfrazada de francesa cautivo al gobernador Zenea, su principal victima, a quien decidió aniquilar el día del baile por las fiestas de septiembre, siendo invitada especial del Gobernador se introdujo a Palacio horas antes del baile, el gobernador al tratar de seducir a la “francesa” cayo en manos de la Carambada quien al brillo del puñal corto su miembro dejándolo desangrado.

Tiempo después la encontraron agonizante y balaceada montada en una mula por la hacienda la Capilla, en confesión contó al Obispo de sus fechorías y motivos personales que cambiaron su destino, pidiéndole de favor muy especial publicara sus palabras en el lecho de muerte, buscando su justificación ante su pueblo amado y toda la región.