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La admiración por los autócratas, una constante de Trump

jarochilandio

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Rafael Mathus Ruiz
24 de junio de 2018


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Líderes como Putin, Xi, Al-Sisi, Kim, Duterte y Erdogan han recibido elogios del republicanoFuente: AP - Crédito: Evan Vucci


WASHINGTON.- Impredecible, impulsivo y rodeado de un aura de caos, Donald Trump ha mostrado una particular consistencia durante su carrera política, incluso ya desde antes de llegar a la Casa Blanca: su admiración por líderes totalitarios.

La lista es nutrida: el dictador norcoreano, Kim Jong-un; el presidente ruso, Vladimir Putin; el chino, Xi Jinping; el egipcio, Abdel-Fatah al-Sisi; el filipino, Rodrigo Duterte, y el turco, Recep Tayyip Erdogan, que hoy pone a prueba su puño de hierro en las urnas. Todos recibieron, en mayor o menor medida, algún elogio de Trump.

Ese arrobo del jefe de la primera potencia global alcanzó, incluso, a dictadores depuestos y ya fallecidos, como Saddam Hussein -dijo que era "un tipo malo", pero elogió su eficacia para "matar terroristas"- o Benito Mussolini, de quien tuiteó una cita durante la campaña presidencial: "Es mejor vivir un día como un león que 100 días como cordero".

"¿Qué diferencia hay si fue Mussolini o alguien más? Es, ciertamente, una cita muy interesante", se justificó Trump. La frase reciclada del Duce echa luz a uno de los motivos de la admiración del republicano por los dictadores: suele destacar que son líderes "fuertes" o "duros". Lo dijo de Putin, y también de Kim: de cada uno, señaló que era "un tipo fuerte".

En una entrevista tras la cumbre con Kim en Singapur, Bret Baier, periodista de Fox, le recordó que el dictador había mandado a ejecutar personas. Otros ya le habían recordado que Kim mantiene a decenas de miles de prisioneros políticos en gulags. Pero Trump evitó condenar últimamente otras atrocidades del régimen, y hasta llegó a decir que el pueblo norcoreano, hambriento, aislado y bajo un manto de hierro, "ama" a Kim.

"Ey, es un tipo duro. Cuando te hacés cargo de tu país, un país duro, gente dura, y reemplazás a tu padre, no me importa quién sos, qué sos, cuánta ventaja tenés. Si podés hacer eso a los 27 años, digo, hay uno en 10.000 que podrían hacer eso. Así que es un tipo muy inteligente. Es un gran negociador", le dijo Trump a Baier.

Esa actitud presidencial genera escalofríos en Washington. Más aun cuando queda a la vista de todos el filoso contraste con el trato que Trump le prodiga a líderes occidentales, aliados históricos de Estados Unidos, como el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, o la canciller alemana, Angela Merkel. Pocos republicanos han dicho algo al respecto.

Una de las contracaras más claras fue cuando Trump llamó a Trudeau "débil" después de chocar en la última Cumbre del G-7 por las disputas comerciales. Para Trump, es uno de los peores insultos que le puede enrostrar a alguien.

Analistas, diplomáticos, organizaciones civiles y de derechos humanos miran con espanto el acercamiento de la Casa Blanca con líderes dictatoriales, a sabiendas del peso que tiene la ausencia de una voz fuerte desde Estados Unidos en la arena global a la hora de condenar atrocidades. Existen excepciones, pero son pocas. Trump y su gobierno han sido duros y rápidos en condenar, por ejemplo, a Raúl Castro y Nicolás Maduro.

"Me reúno con líderes de países en desarrollo todo el tiempo, y con frecuencia me dicen '¿por qué viene a hablarnos sobre abusos contra los derechos humanos?, ¿por qué no va y habla con Trump, que no parece que se preocupe por los derechos humanos?' El punto es el impacto del presidente de Estados Unidos. Tiene un efecto multiplicador que viaja por todo el mundo", dijo a LA NACION, Salil Shetty, secretario general de Amnistía Internacional (AI).

La Casa Blanca y el propio Trump minimizaron su retórica amena hacia los autócratas. Putin, por caso.

Steve Levitsky, politólogo de la Universidad de Harvard y coautor del libro Cómo mueren las democracias, dijo al sitio Politico que la actitud de Trump es preocupante porque cumple con todos los rasgos de "un líder muy autoritario". En una entrevista reciente con Fox, Trump volvió a elogiar a Kim. "Habla, y su gente se sienta, atenta. Quiero que mi gente haga lo mismo", dijo. Luego intentó matizarlo: señaló que fue un chiste.


Fuente


¿Y los "especialistas" y "analistas" apenas se están dando cuenta? Pues sí que cada vez son más lentos en entender...

Alguien comentaba que "Si consigue crear un "estado de necesidad", conseguirá amplios poderes. "Necesita" que alguien "ataque" a los EE.UU., y así poder gobernar por decreto." Es decir, no necesita que un país extranjero ataque a los USA sino, por ejemplo, repetir el engaño del 11-S: mandar a que algunos de los de los especialistas en crear terror del gobierno de los USA atenten contra su propio país, y echarle la culpa a terceros. Y con la radical y ultraderechista ANR detrás de él... dan verdaderamente escalofríos..
 
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