En la actualidad el uso de juguetes sexuales es cada vez más habitual. No sólo por la apertura relacionada a este tema sino también por los diferentes mecanismos de distribución que hoy existen: online. Como práctica sexual en sí no provoca daños, pero el material del que están hechos algunos de estos objetos han causado gran alarma por su toxicidad.

Dentro de la industria sexual, algunas empresas utilizan en sus procesos elementos químicos como son los ftalatos. Sustancia que aporta flexibilidad y elasticidad a los plásticos. Estos regularmente son empleados en vibradores.

En un estudio realizado por la ginecóloga Shanna Swan, de la Universidad de Rochester y que posteriormente fue retomado por la Agencia de Medioambiente de Dinamarca, se descubrió que el abuso en el empleo de juguetes sexuales en mujeres embarazadas o en lactancia puede causar daños en el feto, ejemplo, mal formaciones.

Esto se debe a que los ftalatos son parecidos a la hormona masculina conocida como testosterona. Por eso mismo, pueden causar alteraciones en el sistema endocrino, sobre todo si el organismo los absorbe en fases tan sensibles a los cambios, como en el desarrollo prenatal o la primera infancia.

El estudio que fue publicado por la revista Environmental Health Perspectives y retomado por El Mundo, señala que la exposición del feto a los ftalatos provoca si no daños graves, sí una cierta feminización de los futuros varones.

Estos químicos no sólo se encuentran en juguetes sexuales como vibradores, también los podemos hallar en productos de uso cotidiano como lo son las cremas para el rostro.

Hasta el momento no existe en México legislaciones que regulen la industria de los juguetes sexuales, mismos que, en su mayoría, son importados de otros países o continentes, principalmente Europa.

Los especialistas recomiendan que en el caso de mujeres embarazadas o en lactancia se mantenga un uso limitado de vibradores, con el fin de exponer lo menos posible al feto a las sustancias tóxicas que contienen dichos juguetes.