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Bovino de alcurnia
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Una jueza de paz argentina aseguró que aunque "le cueste la vida", por miedo a ser "condenada por Dios", se va a negar a casar a personas del mismo sexo, que ya han comenzado a pedir turno para acogerse a la nueva ley que permite los matrimonios gay, pionera en América Latina.
"Se van a poder casar igual, porque los casará el juez suplente. Pero yo, por una cuestión de principios cristianos, no puedo hacerlo. Porque en la Biblia, Dios no aprueba esa forma de vivir.
Una relación entre homosexuales es una cosa mala delante de los ojos de Dios", aseguró Marta Covella, jueza de paz de la provincia de La Pampa, en el centro de Argentina.
"Hay gente que me va a condenar pero a mí no me importa porque lo que yo no quiero es que me condene Dios. Yo sé que cuando me muera empezaré a vivir una vida que no terminará nunca, es la vida eterna que Dios me promete", apuntó en declaraciones a radios locales.
Covella insistió en que "por nada ni por nadie" va a "hipotecar" su llegada al Paraíso por más que le acusen de incumplir las leyes y que ello le cueste el puesto.
Argentina aprobó este jueves una reforma del Código Civil que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo luego de un duro e intenso debate legislativo que refleja la división que existe en el país respecto a este tema.
La comunidad homosexual puso el grito en el cielo tras escuchar las declaraciones de la jueza Covella, y anunciaron que si se niega a casar a dos personas del mismo sexo, le denunciarán penalmente por incumplimiento de deberes de funcionario público.
Dirigentes políticos de la ciudad de General Pico, donde ejerce Covella, formalizaron una denuncia ante el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo de La Pampa por considerar que "las palabras de la jueza constituyen la suficiente prueba de discriminación homofóbica".
El director de registros civiles de Buenos Aires, Alejandro Lanús, indicó que "quien no cumpla con su función tendrá que renunciar".
"En unos días, cuando se cumplan los pasos formales de la ley, casar a una pareja, sea o no del mismo sexo, será una función pública más, del registro civil", apuntó.
El principal registro civil de Buenos Aires otorgó hoy turno a una pareja homosexual para casarse el 13 de agosto próximo, para cuando se prevé que la nueva normativa ya haya sido promulgada, con lo cual se convertiría en el primer matrimonio legal entre homosexuales en América Latina.
No obstante, el turno concedido a Alejandro Vanelli, representante de artistas, y al actor Ernesto Rodríguez, no quedará confirmado hasta que no se sancione la norma.
La presidenta de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales, María Rachid, aseguró que la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, promulgará la ley el próximo miércoles en un acto al que han sido invitados representantes del colectivo homosexual.
Rachid recordó que un centenar de parejas integradas por personas del mismo sexo habían presentado amparos para casarse en Argentina.
Hasta el momento, sólo cuatro ciudades argentinas admitían la unión civil entre personas del mismo sexo, aunque desde diciembre del 2009, nueve parejas homosexuales se habían casado en el país mediante habilitaciones judiciales, si bien algunos enlaces fueron luego anulados y están pendiente de apelaciones.
La Ley de Unión Civil de la ciudad de Buenos Aires, aprobada a finales de 2002, supuso el primer antecedente en el país y el primer reconocimiento de las parejas homosexuales en Latinoamérica.
"Se van a poder casar igual, porque los casará el juez suplente. Pero yo, por una cuestión de principios cristianos, no puedo hacerlo. Porque en la Biblia, Dios no aprueba esa forma de vivir.
Una relación entre homosexuales es una cosa mala delante de los ojos de Dios", aseguró Marta Covella, jueza de paz de la provincia de La Pampa, en el centro de Argentina.
"Hay gente que me va a condenar pero a mí no me importa porque lo que yo no quiero es que me condene Dios. Yo sé que cuando me muera empezaré a vivir una vida que no terminará nunca, es la vida eterna que Dios me promete", apuntó en declaraciones a radios locales.
Covella insistió en que "por nada ni por nadie" va a "hipotecar" su llegada al Paraíso por más que le acusen de incumplir las leyes y que ello le cueste el puesto.
Argentina aprobó este jueves una reforma del Código Civil que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo luego de un duro e intenso debate legislativo que refleja la división que existe en el país respecto a este tema.
La comunidad homosexual puso el grito en el cielo tras escuchar las declaraciones de la jueza Covella, y anunciaron que si se niega a casar a dos personas del mismo sexo, le denunciarán penalmente por incumplimiento de deberes de funcionario público.
Dirigentes políticos de la ciudad de General Pico, donde ejerce Covella, formalizaron una denuncia ante el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo de La Pampa por considerar que "las palabras de la jueza constituyen la suficiente prueba de discriminación homofóbica".
El director de registros civiles de Buenos Aires, Alejandro Lanús, indicó que "quien no cumpla con su función tendrá que renunciar".
"En unos días, cuando se cumplan los pasos formales de la ley, casar a una pareja, sea o no del mismo sexo, será una función pública más, del registro civil", apuntó.
El principal registro civil de Buenos Aires otorgó hoy turno a una pareja homosexual para casarse el 13 de agosto próximo, para cuando se prevé que la nueva normativa ya haya sido promulgada, con lo cual se convertiría en el primer matrimonio legal entre homosexuales en América Latina.
No obstante, el turno concedido a Alejandro Vanelli, representante de artistas, y al actor Ernesto Rodríguez, no quedará confirmado hasta que no se sancione la norma.
La presidenta de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales, María Rachid, aseguró que la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, promulgará la ley el próximo miércoles en un acto al que han sido invitados representantes del colectivo homosexual.
Rachid recordó que un centenar de parejas integradas por personas del mismo sexo habían presentado amparos para casarse en Argentina.
Hasta el momento, sólo cuatro ciudades argentinas admitían la unión civil entre personas del mismo sexo, aunque desde diciembre del 2009, nueve parejas homosexuales se habían casado en el país mediante habilitaciones judiciales, si bien algunos enlaces fueron luego anulados y están pendiente de apelaciones.
La Ley de Unión Civil de la ciudad de Buenos Aires, aprobada a finales de 2002, supuso el primer antecedente en el país y el primer reconocimiento de las parejas homosexuales en Latinoamérica.