Este tema está muy interesante, me gustaría dar mi aporte…
Todo empieza en la secundaría cuando los cambios llegan y la entrepierna sustituye a la razón y toma las riendas de tu manera de ver el mundo, mi curiosidad iba tomando forma a finales de la primaria cuando el pubis se me comenzó a oscurecer por los vellos que ganaban terreno a lo que hasta ese entonces era piel lisa y blanquecina; conversaba con mis amigos de lo que había visto de reojo en el Golden Channel al hacer zapping en el televisor, más no pasaba de ahí. La cosa subió de tono una vez que ingresé a la secundaria. El ingreso a este nuevo nivel escolar suponía para mí un nuevo reto, pues había estudiado mi educación primaria en una escuela particular y para la secundaria mis padres habían decido inscribirme en una escuela pública. Entre sin mayores apuros. Poco a poco descubrí que los mitos clasistas alrededor de las escuelas públicas eran falsos y comencé a hacer grandes amigos; tenía un grupo de compañeros con los que siempre me llevaba, bromeaba y asediaba a las chicas, también tenía un par de amigos, que además era mis vecinos y con lo que me iba caminando a la escuela. La cosa no podía marchar mejor, tenía buenas amistades y los cambios me generaban desconocidas sensaciones y curiosidades un tanto lúdicas.
Un buen día tuve la suerte de encontrar el escondite que todo padre de familia tiene para ocultar sus películas pornográficas, (Sus DVD’S, el internet apenas iba entrando a nuestra vida) recuerdo perfectamente el asombro que me causó hallar aquello que para entonces iba comprendiendo que se trataba de algo espectacular. Como yo iba en el turno vespertino y mis padres laboraban por las mañanas, dejándome solo toda la mañana y parte del mediodía, me cité con mis amigos para ver aquello que les había contado con secrecía y emoción. Así fue que comenzó todo….
Nos juntábamos en la sala, poníamos un papel de baño en la mesa de centro, le dábamos play a la película y en nuestras pupilas se iluminaban siluetas femeninas penetradas por negros salvajes, que con sus vergas levantaban culos inmensos, o desafiaba la resistencia de unos labios tensos que se ceñían a sus vergas rotundas. Cada uno mientras tanto se iba acariciando la entre pierna por sobre el pantalón y conforme avanzaban las escenas íbamos perdiendo la vergüenza y desbotonándonos los cinturones y pantalones, no tardó mucho que que de los cinco chicos que nos reuníamos nos encontráramos con los pantalones abajo, sentados en los sofás, con las vergas de fuera cada uno pelándosela al ritmo de la penetración o succión de la pelí porno. Procuraba uno centrar en lo suyo, aunque no había malicia en las comparaciones todo lo contrario era una forma de reconocimiento, algunos la tenían más larga o delgada que yo, otros la tenían morena o brillosa, algunos más cabezonas y circundadas, a otros se les torcía para arriba o un lado. Nuestras sesiones de masturbación grupal se desarrollaban sin problemas y ocurrieron más de una ocasión, aunque con el tiempo, quizá sea natural dejaron de ocurrir.
Actualmente ya no nos reunimos, tengo 25 años y estoy acabando mi carrera, alguna ocasión con algún compañero de depa, me he chaqueteado mientras veíamos porno, nos pareció natural, yo tengo novia y el también. Espero no haberles aburrido con esta anécdota.