La jerarquía de la Iglesia belga reaccionó este lunes al informe publicado el viernes pasado en el que se detallan cientos de casos de pederastia.
Además de los abusos sexuales a menores por parte de religiosos, el informe alertó sobre el suicidio de 13 de las víctimas, traumatizadas por los abusos y violaciones que sufrieron a manos de curas.
Tres obispos dieron este lunes la cara ante la prensa belga y extranjera, entre ellos monseñor Léonard, primado de la Iglesia belga. Intentaron explicar qué hará ahora la Iglesia.
Según su relato, la prioridad será asistir a las víctimas y a sus familiares. Prometieron "una disponibilidad máxima" hacia las víctimas, a las que darán "atención personal".
Así, la Iglesia creará un "centro para la curación y la reconciliación de las víctimas" en el que trabajarán expertos que estarían a disposición de las personas que fueron abusadas.
Es decir, la institución que abusó de los niños que se le confiaron pretende ser ahora la institución encargada de tratar los traumas que provocó.
Además, los obispos se comprometieron este lunes a "compensar" a las víctimas. Se entiende que habrá indemnizaciones, pero la Iglesia intentará negociarlas porque las que sean acordadas en procesos civiles podrían convertirse en una carga económica insostenible para el Episcopado belga.
Lo que no explicaron los obispos fue cómo se hará justicia, porque muchos de los abusadores ya fallecieron y muchos casos prescribieron.
Sin embargo, prometieron entregar a la Justicia toda la información que tienen -o que les llegue- sobre los casos que no han prescrito.
Además, monseñor Léonard pidió a los autores de abusos sin prescribir "que se denuncien ellos mismos".
Los obispos no dijeron tampoco qué harán con el caso más sangrante, el del ex obispo de Brujas, Roger Vangheluwe, quien dimitió en abril después de que se supo que durante años abusó y violó a su sobrino.
Su caso lo estudia el Vaticano, y Vangheluwe podría ser expulsado de la Iglesia. Vangheluwe vivió desde abril hasta este lunes en un monasterio que ya habría dejado. Durante años, presionó a su propia familia para mantener el caso en secreto hasta que prescribió.
Walter Van Steenbrugge, abogado de varias decenas de las víctimas, exigió el fin de semana que se reconozcan los hechos "y que se compense a las víctimas". Este abogado asegura que la jerarquía católica conocía la amplitud del escándalo y sólo intentó taparlo.
Por su parte, el obispo de Tournai, Guy Herpigny, dijo este lunes que los casos que aparecen en el informe son antiguos y que "los abusos sexuales se siguen cometiendo", porque "es un problema de nuestra sociedad".
Lo que no dijo el obispo es que los violadores suelen acabar purgando largas penas de prisión y, por ahora, en la Iglesia belga el mayor castigo han sido unas pocas dimisiones.

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