Dos y dos son cinco en Venezuela


Jorge Elías
3 de agosto de 2017


Una imagen difundida por la Presidencia de Venezuela muestra al mandatario del país, Nicolás Maduro, en una reunión con constitucionalistas en Caracas, el 2 de agosto de 2017 (Presidencia/AFP | Ho)


Los votos de la aventura constituyente de Nicolás Maduro no podían ser menos que los del plebiscito simbólico de la oposición, realizado dos semanas antes, ni más que los de Hugo Chávez durante el boom del petróleo. Era cuestión de abatir a unos y, sin ofender la memoria del líder de la revolución bolivariana, darse un baño de masas con los suyos. Los leales. Le salió al revés. La compañía que fiscalizó las elecciones en Venezuela entre 2004 y 2015, Smartmatic, denunció un fraude monumental. ¿Por qué lo hizo? Por la reprimenda internacional. Abrió el paraguas frente a una eventual pérdida de confianza. Vital en una firma de ese tipo.

Que Estados Unidos tilde de "dictador" a Maduro y dicte sanciones económicas contra él y su tropa, que la Unión Europea no reconozca la validez de la mentada Asamblea Nacional Constituyente o que buena parte de América latina se tome la cabeza con las manos tras la vuelta a la prisión militar de Ramo Verde de los opositores Antonio Ledezma y Leopoldo López no turbó tanto al régimen como la sospecha de manipulación en esa suerte de referéndum sin fiscales ni observadores que pretendió ser algo así como una legitimación de poder. Otra fuga hacia el futuro sin respetar el revocatorio eludido ni las elecciones suspendidas.

Quien controla el pasado controla el futuro y quien controla el presente controla el pasado, según el relato bolivariano. Maduro, obcecado, honra a Jean François Revel. "La primera de las fuerzas que dirigen el mundo es la mentira", postula en su libro El conocimiento inútil. Y honra, también, a George Orwell con aquello de "la guerra es la paz", "la libertad es la esclavitud" y "la ignorancia es la fuerza". Cuando el protagonista de la novela 1984, Winston Smith, se pregunta qué es la libertad, dice a espaldas de El Gran Hermano: "Es poder decir libremente que dos y dos son cuatro. Si se concede esto, todo lo demás vendrá por sus pasos contados".

En Venezuela, donde El Gran Hermano te vigila con el control social en la entrega de alimentos y medicinas, de dos y dos son cinco. Que Cuba rechace una "bien concertada operación internacional, dirigida desde Washington", que Bolivia exija "la no intromisión ni intervención", que Nicaragua repudie "el afán imperialista de dominio y destrucción de nuestras soberanías", que El Salvador exalte "el ambiente de mucha tranquilidad en los recintos de sufragio", más allá de la andanada de muertos ese mismo día, o que Rusia intuya "planes destructivos que pueden agudizar la polarización de la sociedad" no cambia nada. Todos tienen más intereses que simpatía.

Con el presunto 41 por ciento y monedas de apoyo popular a la constituyente, Maduro hizo sus cálculos y pasó a controlar todos los poderes públicos. Su sostén son las fuerzas armadas, enganchadas en una cómoda cohabitación en varios ministerios que les permite ejercer el poder, haciendo caso omiso de las sospechas de corrupción, y apañar la represión. La polarización extrema de la sociedad, corregida y aumentada desde la muerte de Chávez, llevó a la oposición a precipitarse a crear un Estado paralelo, designando un Tribunal Superior de Justicia ad hoc. Algunos de sus miembros han sido encarcelados. Otros pidieron asilo en embajadas.

¿Por qué Vladimir Putin se muestra conciliador con Maduro? Citgo, empresa de refinación y comercialización venezolana en Estados Unidos, está hipotecada. Casi la mitad de las acciones le pertenece a la petrolera estatal rusa Rosneft. En parte, como garantía de un préstamo de 2.000 millones de dólares. El resto corresponde al Estado venezolano como respaldo de sus bonos soberanos. De aumentar las presiones contra Maduro, Venezuela perdería capacidad de pago. Rusia pretende cobrarse lo suyo, más allá de la crisis política, económica y social de su socio caribeño y de la posición estratégica de la compañía en los dominios de Donald Trump.

En las ligas mayores, Rusia, sancionada por Estados Unidos por su intromisión en las presidenciales de 2016, y China no se plantean valores, sino precios. China observa con inquietud la deriva autoritaria de Maduro. No porque el régimen de Xi Jinping sea un ferviente cultor de la democracia y de los derechos humanos, sino porque sus inversiones en Venezuela han crecido en forma considerable en los últimos años, así como los préstamos. Tampoco quiere perderlos frente a la expectativa de asilamiento. La pretensión totalitaria de Maduro, a tono con sus errores matemáticos, resulta cada vez más cara y embarazosa. Es una apuesta riesgosa.


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Lo dicho: en VeneCuba Rusia y China no se plantean valores, sino precios. Para ellos es simple cuestión de inversiones y los riesgos implícitos. Les interesa un pepino si es Maduro, Padrino, Al Aisami, o cualquier otro. Si la oposición les GARANTIZARA sus inversiones, Padrino, su titerito Maduro y sus secuaces tendrían que hacer las maletas. Quizá en eso es en lo que ha fallado la oposición venezolana. Como en ésto necesariamente está entrometido el gobierno gringo (por aquello de Citgo), pues los opositores necesitarían viajar a Washington y platicar ampliamente con el Secretario de Estado, para negociar el poder mantener una línea abierta con el gobierno ruso (por aquello de la sanciones a Rusia) que permita liberar a Citgo del embargo actual y garantías de una amplia cooperación con la Casa Blanca. El punto sería hacer notar que sólo permitiendo que Citgo opere libre de embargo, bajo el liderazgo de ellos, se podría evitar que Putin mantenga su soporte al régimen actual. En el caso chino sería menos complicado, ya que sobre ellos no hay asuntos de embargos, ni nada parecido. Para Jinping es simplemente que le aseguren que las inversiones chinas estarán a salvo (de nuevo, diálogos con el gobierno, ahora el chino). La oposición venezolana tendría que entender que LA SOLUCIÓN contra los militares (no con el títere Pajaritoman) no pasa por las movilizaciones EN VENEZUELA, sino por los diálogos con los gobiernos de E.E.U.U, Rusia y China. Ahorcando a quienes son su $oporte, los militares se caen solos.

Smartmatic: lo que hay detrás de la empresa que dejó en evidencia a Maduro


Mariángela Velásquez
Redacción Finanzas
3 de agosto de 2017


Vista externa de la oficina de Smartmatic el miércoles 02 de agosto de 2017, en Caracas (Venezuela). EFE/NATHALIE SAYAGO


La legitimidad de los resultados de las elecciones a la Asamblea Nacional Constituyente celebrada en Venezuela volvió a estar en tela de juicio luego de que uno de los directivos de la firma de votación electrónica Smartmatic señaló que las cifras de votantes fueron manipuladas.

“Hoy, con el más profundo pesar tenemos que informar que el anuncio de la data de participación del pasado domingo 30 de julio para la elección de la Asamblea Constituyente fue manipulado”, fueron las declaraciones textuales del director ejecutivo de Smartmatic, Antonio Múgica.

Tras bastidores, la explicación de una persona vinculada a la firma fue mucho más clara: “El sistema creado por Smartmatic no fue vulnerado. Simplemente las autoridades electorales venezolanas mintieron al divulgar unas cifras que no existen”.

La rectora principal del Consejo Nacional Electoral, Tibisay Lucena, desestimó de inmediato las apreciaciones de Múgica al señalar que Smartmatic sólo “provee ciertos servicios y soporte técnico” que no son determinantes en los resultados y consideró que forman parte de una continuada agresión contra el ente comicial venezolano liderada por Estados Unidos.

Pero la denuncia de Múgica ejerce aún más presión sobre el gobierno del presidente venezolano Nicolás Maduro, quien insistió en los comicios para reescribir la Constitución venezolana de 1999, impulsada por el fallecido Hugo Chávez, pese a una fuerte ola de protestas de la oposición y la desaprobación de 38 países entre los que se encuentran Estados Unidos, Argentina, Colombia, Chile, Panamá, Reino Unido, Costa Rica, México, Perú y los miembros de la Unión Europea.

¿Por qué importa lo que dice Smartmatic?

Más allá de los descalificativos del gobierno y el CNE, las palabras de Múgica tienen un peso extraordinario porque es el creador del actual sistema electoral venezolano, junto a su socio y presidente de Smartmatic, Roger Piñate, y Alfredo José Anzola, el tercer fundador de la empresa que murió en un accidente aéreo en 2008. Conoce el sistema como la palma de su mano.

Los tres ingenieros electrónicos egresados de la Universidad Simón Bolívar, el centro de estudios tecnológicos más prestigioso de Venezuela, idearon cada detalle del que ha sido considerado como uno de los sistemas de votación más confiables y avanzados del mundo.

Expertos como el periodista electoral Eugenio Martínez han señalado que se trata de un sistema blindado que está diseñado para proteger a los votantes de fraude y para asegurar la exactitud del conteo de votos.

Múgica, Anzola y Piñate, que fundaron su empresa en West Palm Beach en 2000, se inspiraron en el escándalo de las papeletas perforadas o “hanging chads” durante los comicios presidenciales estadounidenses de ese mismo año, en los que George Bush ganó a Al Gore por un estrecho margen. Algunos señalaron que el resultado electoral fue alterado por un mal diseño de las boletas de votación y en los mecanismos de reconteo.

Para 2003, Smartmatic ya había construido el primer prototipo de su máquina de votación electrónica y un año más tarde ganó la licitación convocada por el Consejo Nacional Electoral para sistematizar todo el sistema de votación que actualmente cuenta con un padrón de 19.504.106 ciudadanos inscritos para votar. Desde entonces ha trabajado junto al CNE en el diseño de la logística, entrenamiento de operadores, instalación de máquinas de votación, diseño de la boleta electoral, registro biométrico de votantes, transmisión de datos, conteo de votos y auditorías postelectorales.

Smartmatic ha validado los resultados en los 15 procesos comiciales municipales, regionales, parlamentarios y presidenciales realizados en Venezuela desde 2004 hasta el 2015, cuando se produjo la primera derrota aplastante del chavismo desde su surgimiento en 1999 durante las elecciones a los diputados de la Asamblea Nacional.

El CNE adoptó 17 formas de auditorías diseñadas por Smartmatic, entre las que se encuentran las auditorías del código fuente para garantizar la fiabilidad del software utilizado, así como la supervisión de la producción de las máquinas electorales, transmisión de datos, totalización, respaldo de datos y comprobantes de votos. Una de las auditorías más importantes es la certificación del sistema biométrico, que garantiza el secreto del sufragio y el principio de que debe haber sólo un voto por elector.

“Es un hecho que de las 92 elecciones que he monitoreado, diría que el proceso electoral en Venezuela es el mejor del mundo”, dijo el ex presidente estadounidense Jimmy Carter luego de los comicios del 2012, en los que Hugo Chávez ganó con el 55,07% de los votos, frente al 44,31% obtenido por el opositor Henrique Capriles Radonski.

La solidez del sistema creado por Smartmatic le ha permitido consolidarse como “líder mundial del voto electrónico”, fijar su sede en Londres, tener oficinas en 16 países y escrutar “3.700 millones de votos en miles de elecciones gubernamentales alrededor del mundo”, según indica su página web.

Fuentes cercanas a la firma aseguran que Smartmatic es la empresa fundada por venezolanos con la mayor facturación en el extranjero después de Petróleos de Venezuela, con un promedio de ventas anual de 300 millones de dólares en los últimos 10 años.


Vista externa de la sede del Consejo Nacional Electoral (CNE) el miércoles 2 de agosto de 2017, en Caracas (Venezuela). EFE/Miguel Gutiérrez


¿Vulneración del sistema o manipulación de resultados?

La luna de miel entre Smartmatic y el CNE terminó de manera abrupta con las sorpresivas declaraciones de Múgica este miércoles en Londres, cuando aseguró de manera tajante que la diferencia entre la cifra de participación anunciada por el CNE, de unos ocho millones de electores, y la que arroja el sistema es “de al menos un millón de electores”.

“Gracias a la existencia de este robusto sistema automatizado de votación es que podemos saber, sin lugar a dudas, que en las pasadas elecciones de la Asamblea Nacional Constituyente hubo manipulación del dato de participación. Es importante resaltar que en las votaciones manuales ocurren manipulaciones similares, pero pasan desapercibidas, por no contar con los mecanismos de seguridad y auditoría del sistema automatizado”, puntualizó Mugica.

Fuentes cercanas a Smartmatic explicaron que no hubo una vulneración del sistema. Lo que ocurrió fue la ausencia de auditorías y una manipulación de las cifras expresadas verbalmente por la presidenta del CNE.

Smartmatic tiene un reporte con resultados parciales luego de la transmisión del 92% de los datos, momento en que dejaron de recibir información. “Hay una discrepancia entre nuestro reporte y los resultados anunciados por el CNE”, dijo la fuente consultada por Yahoo que pidió el anonimato.

Para conocer la cantidad exacta de venezolanos que participaron en los comicios para elegir la ANC sería necesario que el CNE publique los resultados para luego hacer una comparación con las actas impresas en cada centro de votación. “En las últimas 14 elecciones se publican la misma noche o al día siguiente. Las del domingo aún no se han publicado”, aseguró.

Otra manera de verificar la cifra es haciendo una auditoría de no duplicidad. “Es un sistema que le permite saber al CNE con exactitud cuántas personas votaron dos o más veces”. Pero las autoridades electorales han decidido no realizarlas.

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Detractores

Pero la ola de críticas a Smartmatic no se hicieron esperar.

El ex presidente de Bolivia Jorge Tuto Quiroga reaccionó ante la denuncia y dijo: “Smarmatic ha sido una empresa fraudulenta que ahora denuncia manipulación”, en una entrevista al canal NTN24.

Roberto Abdul, presidente del comité directivo de la ONG Súmate, puso en duda las intenciones detrás de las denuncias de Smartmatic y sugirió que actúa para mantener su prestigio internacional. “Si bien sus declaraciones de este 2 de agosto son un gran paso, también generan dudas y suspicacias sobre qué pudo haber pasado en procesos anteriores”.

Otros más osados han circulados serias acusaciones en redes sociales contra los dueños de la empresa y los señalan de querer lavarse las manos para no caer en la temida lista Clinton, en la que incluyen a los individuos o instituciones vetados por el departamento del Tesoro para hacer transacciones financieras con Estados Unidos.

También hubo críticas porque Smartmatic tardó dos días en emitir sus denuncias, mientras sacaba a 20 ejecutivos radicados en Venezuela fuera de las fronteras. Las oficinas de la empresa ubicadas en el este de Caracas permanecen cerradas.

Empleados de Smartmatic se defienden al decir que se trata de una empresa técnica que no se maneja con las premuras de la política. “Necesitábamos tener el respaldo de los datos para estar absolutamente seguros de lo que íbamos a decir”.

Otro capítulo en una historia sin final

Las repercusiones de las declaraciones de Múgica son impredecibles.

La fiscal general de Venezuela, Luisa Ortega Díaz, dijo que la denuncia de Smartmatic “es un hecho grave y pudiéramos estar en presencia de un delito de lesa humanidad”.

El secretario general de la OEA, Luis Almagro, declaró vía Twitter que en Venezuela se confirma “el fraude electoral más grande de la historia de Latinoamérica” después de las revelaciones del ingeniero.

Mientras que Luis Emilio Rondón, el único rector del CNE que no se ha declarado simpatizante del proceso revolucionario, solicitó la suspensión de la adjudicación de los 545 candidatos electos a la ANC hasta que se realicen las auditorías técnicas correspondientes.

Entretando, el gobierno se hace de oídos sordos y continúa con sus planes.

La Guardia Nacional Bolivariana tomó el icónico Salón Elíptico del Palacio Federal Legislativo para darle la bienvenida a los nuevos miembros de la ANC en un acto pautado para el viernes, mientras que el líder del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), Diosdado Cabello, denuncia un “asedio” internacional contra el país.

Las palabras de Múgica ponen punto final a la larga y fructífera relación que tuvo la empresa con el chavismo. Eso se infiere porque la empresa tecnológica ni siquiera consideró discutir sus recientes hallazgos con el CNE por la certeza de que no serían escuchados.

Quizás a la hora de sacar cuentas y a pesar de las críticas, la credibilidad de Smatmatic como proveedor de un sistema electoral confiable vale mucho más que los 60 millones de dólares que el CNE venezolano le adeuda a la empresa por las elecciones legislativas del 2015 y la constituyente del 2017.

La pregunta que queda en el aire es quién garantizará el más mínimo rigor técnico en el próximo proceso electoral que se realice en Venezuela, después de la despedida de Smartmatic.


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"El ex presidente de Bolivia Jorge Tuto Quiroga reaccionó ante la denuncia y dijo: “Smarmatic ha sido una empresa fraudulenta que ahora denuncia manipulación”"

¿Qué se podía esperar como declaraciones de un hijo putativo del ex-dictador boliviano (militar) Hugo Bánzer? Lo vergonzoso, para quienes también cursamos una licenciatura en ingeniería (no la misma), es que deja "tan mal parados" a los verdaderos INGENIEROS con declaraciones hechas con las gónadas, sólo buscando ver si obtiene algún beneficio (quiso "desbancar" a Evo Morales en 2014, y no se le hizo; ahora que ya se sabe que Evo no podrá eternizarse en Bolivia, busca ver si se puede hacer del poder en ese país, para ser otro dictadorcillo más, y qué mejor que acercarse a los dictadores en turno): “Smarmatic ha sido una empresa fraudulenta que ahora denuncia manipulación”. Si eso fuera cierto, entonces TODAS LA VOTACIONES CHAVISTAS (porque TODAS las han realizado con equipos de Smartmatic) HAN SIDO FRAUDULENTAS. Vladimir Padrino (o su portavoz, Masburro) le dirán : ¡NO ME AYUDES COMPADRE!

Y otro que va por el mismo camino (esos oscuros caminos que buscan conducir al poder... es mejor estar "afiliado" al madurismo, con un posible "hueso", que seguir padeciendo como simple ONG) es Roberto Abdul, presidente del comité directivo de la ONG Súmate, quien "puso en duda las intenciones detrás de las denuncias de Smartmatic y sugirió que actúa para mantener su prestigio internacional. “Si bien sus declaraciones de este 2 de agosto son un gran paso, también generan dudas y suspicacias sobre qué pudo haber pasado en procesos anteriores”." Esos tipos de las dichosas ONG's, que se han vuelto un dolor de cabeza, porque amparados en una supuesta aura de casi-divinidad "neutral", juegan en el bando que más les conviene, para satisfacer sus intereses (de hecho hay ONG's que son en realidad... ¡UNA PERSONA!).

Las "declaraciones" de Tibisay Lucena, rectora principal del Consejo Nacional Electoral, pues están "en línea" con lo que los patrones (Padrino & Co.) le han ordenado decir, para continuar en el puesto (como es el caso de todo funcionario del gobierno venecubano).