mexcompart
Bovino maduro
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La creencia en el hombre-lobo es uno de los mitos más antiguos y arraigados en Europa, al igual que ocurre en otras latitudes con el hombre-jaguar, hombre-pantera, hombre-oso y un largo etcétera.
Animales poderosos y peligrosos, los lobos han sido por mucho tiempo el terror de los campesinos cuando el hambre los empuja hacia las aldeas en el invierno. No es de asombrarse, por lo tanto, que la imaginación popular haya inventado que ciertos seres humanos pueden transformarse en lobos y devorar a otros hombres.
Durante los siglos XV y XVI, los hombres lobos, como se les llamaba, fueron un tema recurrente, ya que una verdadera psicosis reinaba entonces entre el campesinado y numerosos individuos acusados de Licantropía (capacidad de transformarse en lobos). Fueron juzgados y condenados por los tribunales por haber cometido asesinatos de carácter canibalesco bajo la apariencia de lobos.
Aparecen con frecuencia esos hombres-lobo que muchas veces se mezclan con los otros hombres, sobre todo en las leyendas del norte. Siempre persiguen a las mujeres y a los niños, a las mujeres para poseerlas y a los niños para devorarles.
Los hijos de las mujeres fecundadas por un hombre-lobo, no eran auténticos hombres-lobo, pero huían de sus casas y muchas veces desaparecían para no regresar sin que se supiera lo que había sido de ellos.
Según la leyenda los hombres-lobo se podían reconocer por las cejas siempre pobladas y reunidas encima de la nariz y por una gran mancha peluda que tenían en la espalda. Se trata fundamentalmente de un ser que durante el día mantiene una apariencia relativamente normal, dentro de los cánones humanos, pero que durante la noche, y a causa del influjo de la luna llena, padece una metamorfosis que lo convierte en un monstruo de características lupinas. Le crece el pelo en todo el cuerpo y su nariz se convierten en un hocico de lobo. Sus orejas se hacen largas y puntiagudas como las de los lobos. Sus dientes crecen y se hacen afilados.
Solo hay una manera de matar a un hombre lobo. Algo hecho de plata tiene que atravesar el corazón del hombre lobo. Esto es así en casi todas las leyendas de hombres lobos.
Vayamos a la parte más divertida y folklórica.
Se dice que una persona se convierte en hombre-lobo cuando es mordido por otro hombre-lobo, o por un lobo de determinadas características, o incluso en las versiones menos retorcidas por un lobo normal y corriente. A partir de entonces, adquiere ciertas habilidades del animal (fuerza física, agilidad, olfato, dieta a base de animales de granja, etc.) y por la noche... la noche en que se convierta, claro está, en las películas sólo nos muestran esas noches, no sabemos lo que hace las noches en que es humano, se supone que hará algo parecido a lo que hacemos nosotros y eso tiene poquito interés...
Decía que por la noche sale de su guarida, por lo general un ático de Londres o París, y lleva a cabo la actividad vampiresca de chupar sangre o bien alimentarse de lo que realmente le gusta, alejándose de las odiosas apariencias diurnas. Para acabar con él, lo tradicional es una bala de plata atravesándole el corazón.
saludos a todos
Animales poderosos y peligrosos, los lobos han sido por mucho tiempo el terror de los campesinos cuando el hambre los empuja hacia las aldeas en el invierno. No es de asombrarse, por lo tanto, que la imaginación popular haya inventado que ciertos seres humanos pueden transformarse en lobos y devorar a otros hombres.
Durante los siglos XV y XVI, los hombres lobos, como se les llamaba, fueron un tema recurrente, ya que una verdadera psicosis reinaba entonces entre el campesinado y numerosos individuos acusados de Licantropía (capacidad de transformarse en lobos). Fueron juzgados y condenados por los tribunales por haber cometido asesinatos de carácter canibalesco bajo la apariencia de lobos.
Aparecen con frecuencia esos hombres-lobo que muchas veces se mezclan con los otros hombres, sobre todo en las leyendas del norte. Siempre persiguen a las mujeres y a los niños, a las mujeres para poseerlas y a los niños para devorarles.
Los hijos de las mujeres fecundadas por un hombre-lobo, no eran auténticos hombres-lobo, pero huían de sus casas y muchas veces desaparecían para no regresar sin que se supiera lo que había sido de ellos.
Según la leyenda los hombres-lobo se podían reconocer por las cejas siempre pobladas y reunidas encima de la nariz y por una gran mancha peluda que tenían en la espalda. Se trata fundamentalmente de un ser que durante el día mantiene una apariencia relativamente normal, dentro de los cánones humanos, pero que durante la noche, y a causa del influjo de la luna llena, padece una metamorfosis que lo convierte en un monstruo de características lupinas. Le crece el pelo en todo el cuerpo y su nariz se convierten en un hocico de lobo. Sus orejas se hacen largas y puntiagudas como las de los lobos. Sus dientes crecen y se hacen afilados.
Solo hay una manera de matar a un hombre lobo. Algo hecho de plata tiene que atravesar el corazón del hombre lobo. Esto es así en casi todas las leyendas de hombres lobos.
Vayamos a la parte más divertida y folklórica.
Se dice que una persona se convierte en hombre-lobo cuando es mordido por otro hombre-lobo, o por un lobo de determinadas características, o incluso en las versiones menos retorcidas por un lobo normal y corriente. A partir de entonces, adquiere ciertas habilidades del animal (fuerza física, agilidad, olfato, dieta a base de animales de granja, etc.) y por la noche... la noche en que se convierta, claro está, en las películas sólo nos muestran esas noches, no sabemos lo que hace las noches en que es humano, se supone que hará algo parecido a lo que hacemos nosotros y eso tiene poquito interés...
Decía que por la noche sale de su guarida, por lo general un ático de Londres o París, y lleva a cabo la actividad vampiresca de chupar sangre o bien alimentarse de lo que realmente le gusta, alejándose de las odiosas apariencias diurnas. Para acabar con él, lo tradicional es una bala de plata atravesándole el corazón.
saludos a todos
