En Japón se pueden encontrar supermercados dedicados a las mascotas de seis, ocho y más patas, con productos en exhibición producidos masivamente, para venta comercial. Si algún día se termina de destruir la naturaleza en los países de África y Asia, incluso de América, Japón será el reservorio de fauna de insectos más grande, más complejo y completo del mundo. En miles de iniciativas privadas, comerciales y de museos, se están criando enormes cantidades de insectos. Especialmente los más llamativos, los más grandes y lo más raros.

Los japoneses tienen dinero, y lo demuestran. Hace un tiempo se supo que se han pagado allí decenas de miles de dólares por un espécimen de coleóptero de tamaño un poco superior al normal. De hecho, se paga continuamente mucho dinero por estas piezas y por larvas de insectos que aún no se han logrado criar. Un nuevo "kit" de crianza (una prolija caja, con manual de instrucciones, alojamiento e intrumental, más los huevos, o la larva o larvas, y una porción de alimento para empezar) de una nueva especie es una cosa que puede significarle fortunas a quien logra lanzarla.

De unos años a esta parte lo que se lleva allí son los escarabajos, y particularmente el llamado Hércules Colombiano un insecto con cuernos que puede alcanzar los 15 centímetros de largo. Pero lo interesante no está en comprar uno de estos artrópodos sino en adquirir su larva, un gran gusano , hasta que llega la metamorfosis y aparece el cornudo.









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