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Hechos polvo.

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eoz

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7 Nov 2005
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Hechos polvo.



Después de tomar su café matutino Ricardo salió camino a la avenida a donde iría en busca de una madera para reparar la pata de una mesa que se tambalea en su cocina. Camino a la avenida vio que en una de las calles perpendiculares a la avenida se instalaba el tianguis sabatino. No le dio la mayor importancia él y los vecinos están acostumbrados al desorden y pequeño caos que éste tipo de acontecimientos causan en el vecindario. Siguió avanzando a paso firme en busca de su madera cuando al acercarse al tianguis donde muchos marchantes apenas instalaban sus tenderetes y pasar cerca de uno de esos puestos le pareció escuchar una voz conocida, una voz que tenía años no escuchaba lo que lo hizo frenar un poco el paso y prestar más atención a la voz. ¡Tráete el lazo pronto Luis¡ dijo la voz que a Ricardo le hizo parar en seco su marcha y buscar al que hablaba. No tenía dudas, era la voz de Marcos, su antiguo maestro de filosofía de la preparatoria. Intrigado por saber qué hacía ahí el que consideraba el mejor maestro que le haya tocado en su vida. Ricardo no dudo en acercarse al puesto aquel de donde venía la voz. Sostenlo fuerte Luis, voy a terminar el atado. Dijo Marcos al chico que le ayudaba a armar el puesto. ¿Marcos? ¿Eres, Marcos el de la prepa? Marcos incorporó su grueso y enorme cuerpo, puso una mano sobre su frente para cubrir los ojos del sol y por unos segundos miro a Ricardo sin decir palabra. Tú eres Ricardo el que era novio de Claudia. Sí, soy yo! Dijo Ricardo mientras le extendía la mano para saludarlo. Marcos lo saludo igual de mano tomándole el brazo con la mano izquierda y dando a la vez una ligera sacudida, firme y hasta se podría decir que cariñosa. Marcos poseía una memoria prodigiosa cuando de sus alumnos se trataba y volver a ver uno de ellos le daba gusto. ¿Maestro que haces acá armando puestos en el tianguis? Le vine a ayudar a un tío mío a poner a tiempo su puesto porque él iba a llegar un poco tarde, me pidió ayuda y aquí me tienes. ¿Vives por acá Ricardo? Si a cuatro cuadras sobre esta misma calle, hacía el sur. ¡Perfecto! Supe que te casaste con Claudia. Sí, tenemos ya 8 años de casados y una peque que es nuestra adoración. ¡Bien, me parece Genial! ¿Y tú Maestro? Yo sigo dando clases en la prepa, cada vez enos horas pues ya ves que las directrices de educación están erradicando las humanidades de los programas escolares, hoy vine a colaborar acá armando atando y levantando. Yo pensé que… ya sabe lo que se dice de los filósofos. ¿Qué dicen? ¡Cuéntame! Ricardo no pudo contener su sonrisa nerviosa . ¡Ah! ¡Eres infalible maestro! Ya veo venir tus preguntas. ¿Yo? Respondió Marcos mientras seguía con su labor de fijar el puesto al piso con técnicas tan rudimentarias como efectivas que hacen parecer milagro cómo se sostienen esos tenderetes sin estructuras fijas. Fuiste tú el que dijo que los filósofos… Ricardo apenado apenas alcanzo a decir. Bueno ya sabe. ¡No, no sé! Por eso te pregunto y por eso pregunto tanto y siempre. Bueno es que cuando a la gente le mencionan la palabra filósofo piensan que es una persona sin ganas de trabajar, que se la pasa ideando cosas sin provecho real. Marcos apoyaba en su pecho un barrote de madera y con su pie sostenía una piedra de considerable tamaño y le pasaba a Ricardo un lazo mientras ataba el otro a la punta del barrote cubierto ahora con un pedazo de la lona que serviría para resguardarse del sol a los que pasaran o estuvieran en el puesto. Curiosamente los que dicen eso, Ricardo, son gente que no se atreve a preguntar nada, prefiere quedarse con sus pequeñas certezas y no explorar en su enorme ignorancia. Cierto, Marcos. Es que a veces los que nos la pasamos trabajando como burros no dejamos de sentir un poco de envidia de los que no hacen nada. ¿Estás diciendo que la filosofía es no hacer nada? Bueno, no, no quise decir eso. Me refiero a que es la visión que se tiene Maestro. Si entiendo, sólo te estoy poniendo a prueba. Para variar Marcos, para variar. Si, mira esa es una de las cosas que tenemos que mejorar y aprender como sociedad, como comunidad de comunidades. Terminaba Marcos de armar el puesto cuando decía esto. ¿Tienes prisa? No. Ven te invito unos tacos. ¡Te encargo un rato acá Luis! Mientras caminaban rumbo a los tacos, los sonidos de música, de pregones, de arengas a comprar conformaban un murmullo en altavoz proporcional al caleidoscopio de colores en los puestos de frutas y verduras así como de artesanías y comida preparada sin ignorar los olores de flores, guisados, perfumes y demás. En un tianguis los sentidos están en constante y perpetuo asedio. ¿Qué ves aquí Ricardo dime? Pues veo mucho caos, mucho desorden. Eso parece en la superficie, mira más. Ricardo pasaba su mirada ahora con un poco más de agudeza entre la gente y los puestos. Veo familias Maestro. Claro que hay familias, historias, proyectos, unos concluidos, otros en vías de concretarse, otros postergados. Aquí hay mucho más de lo que en apariencia se pueda uno percatar. ¿Qué más ves? Mientras avanzaban y concentrándose un poco más Ricardo ahora empezaba a notar cosas que antes hubieran pasado desapercibidas para él. Aquí hay mucha iniciativa Maestro. Entre otras cosas, además de resistencia y contra cultura eso que ni que. Lo dices por los puestos de música y películas piratas Maestro ja, ja, ja! Además pero sobre todo porque acá hay mucha gente que no ha sido víctima de la cultura que predomina y que desde el poder se instaura vía la ideologización del fracaso como modelo de vida. A caray, ¿cómo es eso? Si, mira. Todos los días y por todos los medios posibles siempre hay alguien, que se encarga de recalcar lo “flojo” que somos los mexicanos, lo “corrupto” que somos y así. Invariablemente se conecta una actitud, una acción negativa con el ser del mexicano. No se hace la diferencia entre la persona y la actitud o tendencia, como si estas actitudes y acciones no fueran solo eso, acciones y actitudes que si se quiere, se pueden evitar, erradicar. El verdadero ser va mucho más allá. Entonces, de esta manera se juzga, se le declara sentencia y se condena al mexicano de ipso facto, en el mejor de los casos, a priori la mayoría de las veces, al fracaso, a la mediocridad y luego a la culpa mientras que los que se encargan de diseminar esas ideas aprovechan el desánimo de la gente y sacan siempre las mejores tajadas del pastel. A diario los escuchas decir “esto es así y nunca va a cambiar”, “Ya ni modo”, “los pobres están jodidos porque quieren” , “el pueblo tiene el gobierno que se merece”. Saboteadores y saboteadoras todas sus frases y sentencias. Luego de éstas lo que queda es el fracaso. Es un ejercicio constante y cotidiano. Machacón con el propósito de que te lo creas. Lo que se busca es precisamente machacar el carácter, la voluntad, el espíritu, la esperanza, convertir en polvo todo lo que pueda hacer que la gente levante cabeza y se rebele a su situación y en el proceso machacón hacer polvo de la gente. Ahora veo Marcos, dijo Ricardo mientras esquivaba un diablo cargado con ropa que era llevado a toda prisa por un chico no mayor a los 14 entre los estrechos pasillos protegidos del sol por lonas rosas y marrón.. Ven aquí, mira, estos tacos están de rechupete te van a gustar. Gracias ¿de qué son? ¿De qué otra cosa podría ser? ¡De cabeza! Ja, ja, ja, Ambos soltaron la carcajada mientras se sentaban y ordenaban a la señora que empezaba a hacer las tortillas para los tacos. Marcos ordenó: a mí tres para empezar Doña Esperanza, con todo y un refresco de mango. ¡Claro mi´jo! Los míos igual doña. ¡Si cómo no joven! No había puesto atención a lo que dices Marcos empiezo a atar cabos y si, tienes razón. Ah! Es que los distractores son muchos sobre todo, como bien dijiste antes, para la gente que más explotada es, los que antes dijiste que “trabajan como burros”. Si, caray, entre la renta la escuela, el transporte y el poco sueldo a veces termina uno creyéndose eso de que no valemos nada, de que en verdad no podemos nada y que al final somos como antes dijiste, casi nada, polvo apenas. Ah bueno pero ¿qué crees? ¡te tengo buenas noticias! Dice la Biblia que fuimos hechos de polvo, decía esto mientras le giñaba el ojo. Y sí, somos polvo y hechos de polvo, igual que las estrellas. La cosa está en decidir qué tipo de polvo queremos ser porque por nuestra propia naturaleza estamos destinados a ser polvo, al final, de eso no escapamos pero lo que sí está en nuestras manos decidir es si queremos ser polvo del suelo o polvo de estrellas. Todo esto lo dijo Marcos mientras le sonreía a su antiguo alumno. Posando su mano sobre el hombro de Ricardo, Marcos le dijo: ¡pero no pongas esa cara hombre! ¡Te tengo noticias mejores! ¡Ya están listos tus tacos! ¡a comer se ha dicho!…

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