GrandPrime
Becerro
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- 12 Nov 2016
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Hace mucho que no escribo, ya sea por cualquier razón, me he decidido volver a escribir después de que recordaba algunas anécdotas y esto queda para la posteridad.
Hace algunos años, conocí una chica en una fiesta, amiga de compañeros de trabajo, estuve con ella platicando y bailando toda la noche, entre nosotros hubo eso que muchos llaman química, total que la fiesta concluyó con un beso antes de dejar el lugar, una chica prestó su casa para el famoso after, algunos de los asistentes nos dirigimos al departamento, entre ellos estaba esa chica, a quién nombraré K.
En el departamento seguimos platicando y dándonos algunos besos de piquito, los demás asistentes no decían nada ya que después de todo éramos dos adultos que sabían lo que hacían. La noche siguió normalmente hasta que entre comentario y comentario salió el tema en que dijo: "Tengo novio, no debería estar haciendo esto". Por el tono y el momento lo tomé como un comentario para dejar en claro de disfrutar sólo el momento y que fuera un encuentro pasajero, algo que para mí no estaba mal, todo siguió hasta que llegó el momento de ir a dormir, era de madrugada y preferible quedarse en el lugar, se había organizado donde dormirían todos, mujeres en habitaciones, hombres repartiéndose el suelo de la sala, un clásico; la dueña del lugar se nos acercó y nos dijo que durmiéramos en la habitación de uno de sus roomies que en ese momento no estaba, con esto se convertía en cómplice de ese momento.
Nos dirigimos a la habitación, tomamos unas sábanas y cobijas que nos habían proporcionado, ella se recostó y se enrolló en una de ellas, dijo que se dormiría, lo cual resultó en una mentirá ya que comenzó a platicar luego de unos minutos lo que seguimos haciendo por unos minutos más, entonces alguien llamó a la puerta, era uno de los camaradas del trabajo, quien con sabias palabras de experiencia dijo: "Eres bien wey y de seguro no traes protección, toma", me dio un condón, a lo que agradecí y volví con K.
Entre la plática acaricié su mejilla y le di un beso, el cual ella correspondió con un beso más intenso, muy intenso, se puso de espaldas, para esto me compartió la cobija, por lo que pude abrazarla sin problema haciendo cucharita, siguió diciendo algunas cosas, entonces en algún momento tomó mis manos y las oprimió fuertemente, después hizo lo mismo, pero esta vez las aprisionó con su abdomen, reaccioné tomándola fuertemente y oprimiéndola a mi cuerpo, de vez en vez movía su cadera, era una clara indicación de que, como yo, ella estaba excitada por el momento, apoyé la cara en su nuca, podía sentir la suavidad de su cabello y el aire cálido de mi respiración la tocaba por detrás del cuello, pude sentir como aquello le causó un espasmo, volteó la cara hacia mí y me dijo: "Ya te dije que tengo novio, no está bien que hagamos esto"; cierto o no, para mi fue una invitación a seguir con un juego que dos querían jugar y a juzgar por sus reacciones, ella entendió lo mismo.
La comencé a besar en el cuello y a juguetear con su oreja, soltó una de mis manos y tomó mi cabeza, mientras mas le besaba el cuello, mas movía su cadera y acariciaba mi cabeza con más intensidad, la oprimía hacia mí con fuerza hasta que comencé a acariciar su vientre , llevé el movimiento hasta casi todo su abdomen llegando al límite de sus pechos, un sí de sus labios fue la clara indicación de hacer algo más atrevido, tomé sus pecho y los acaricié con desesperación, podía sentir unos senos de un tamaño lo suficiente para llenar la mano, firmes, agradables al tacto, eso la descontroló, no soportó más y volteó para quedar de frente , me plantó un beso apasionado, el claro indicio de que deseaba y disfrutaba el momento tanto como yo lo hacía.
Me empujó para dejarme boca arriba y siguió besándome, entonces se despojó de su blusa y su brasier, frente a mi tenía dos pechos de hermosa forma, me incorporé hacia ella y la besé, luego bajé y besé sus pezones, me apartó y prácticamente me arrancó la playera, me besó el cuello, lentamente recorrió hacia abajo, besó y jugó con mis pezones, fueron juegos que me encendieron al por mayor, ella lo sintió, movió sus caderas en un vaivén en el que podía sentir mi miembro sin problema, pícaramente se mordió un labio, bajó y lentamente comenzó a quitarme el pantalón, una vez que estuvo consumado el acto pensé que me haría sexo oral, aunque estuve equivocado, tomó el condón que se asomaba de una de los bolsillos de mi pantalón, lo colocó con cuidado y se puso de pié para despojarse del suyo, justo estaba por quitarse la panty, cuando la tome y la tumbe en la cama, retiré su panty, abrí sus piernas y me puse a masajear su clitoris, cerró los ojos disfrutando del movimiento de mis dedos, sentí como se lubricaba cada vez más, "Estás mojadita" le dije que me respondió: "Y bien cañón".
Empezó a lanzar unos pequeños gemidos , entonces sonriendo maliciosamente le introduje dos dedos en la vagina, lanzó un gemido mas fuerte mientras decía "Si" hice movimientos de entrada y salida , con los dedos rectos, explorando la facilidad para entrar y salir, seguía gimiendo levemente, dejé los dedos dentro y recorrí las puntas hasta tocar su pubis, logré sentir esa zona rugosa que tanto les hace sentir y con un vaivén de las yemas de mis dedos recorrí aquella zona, ella parecía aferrarse con ambas manos a la cama hasta que comenzó a apuñarlas con la sábana de por medio, provechando el momento dirigí mi boca a su vulva y sin detener los dedos de su labor puse mi lengua sobre su clitoris, escuché como lanzo un gemido, comencé a juguetear con ella sin sacar los dedos sentía como su cuerpo daba espasmos, movía sus caderas, gemía, cada vez mas intensamente hasta que sus movimiento y gemidos fueron muy fuertes, tuve que detenerme por respeto a los demás y no molestar su sueño, el respeto ante todo que uno es un caballero, para esto mi erección no se había perdido, todo esto me mantenía con una increíble excitación.
Me puse de pie frente a ella, preguntándole si en verdad quería seguir siendo infiel la penetré como estaba recostándome totalmente, besándola mientras estábamos en el acto, cuando no la besaba, escuchaba sus gemidos junto a mi oído, un deleite para quien lo ha experimentado, me dijo que quería cambiar, me tiré en la cama, ella se subió en mí, aunque para mi sorpresa se puso de espaldas, se sentó en mi pene, lentamente, comenzó con un vaivén de caderas, restregándose en mí, para ser sincero jamás había hecho esa pose con alguien, lo había visto en películas, pero debo decir que fue algo delicioso, levantaba su cabello y me volteaba a ver coquetamente, sonreía, me guiñaba, la tomaba por la cintura, tocaba sus glúteos, la acariciaba y ella sólo mantenía el ritmo, para este punto ambos estábamos empapados de sudor, me incorporé levemente, lo suficiente para lograr tomar sus senos sin afectar su movimiento, lo cual la hizo sentir más placer, le gustaba que le tomará los pechos, lo masajeaba fuertemente, cambió el vaivén por un movimiento circular, eso resultaba bastante placentero y así continuó.
La tome por los brazos y me incorporé hasta quedar de rodillas, ella tocó también con las rodillas, pero sin dejarla caer, la sujete de tal modo que sólo se inclinara levemente y correspondí a tan buen regalo que me había hecho, con embestidas intensas, ella arqueaba su espalda, podía ver la forma de su espalda, eso hacía que su trasero quedara levantado , comencé a escuchar chasquidos, signo de que estaba lubricando de manera intensa, estar consiente de todo aquello me hacía excitarme más y más, ella se dio cuenta de ello por lo que decidió tomar nuevamente la iniciativa, me tiró nuevamente en la cama y volvió a subir, esta vez de frente y mantenía el control de la penetración, moviendo su cadera mientras me sonreía y bajaba a besarme, así estuvimos, hasta que nuevamente comenzaron los chasquidos, comencé a contribuir con movimiento de mi cadera propiciando a que mi pene entrara de manera más profunda en su vagina, llegó un momento en que ella no aguantó más y se tiró totalmente sobre mí, la tomé por los gluteos mientras ella comenzó un subir y bajar intenso, fue un momento inexplicablemente placentero ella gemía de placer y yo disfrutaba ese momento, pude sentir como sus fluidos me empapaban, por la forma en que gimió pude saber que había tenido un orgasmo, pronto la acompañaría.
Aprovechando la naturaleza de momento postorgasmo, que ella bajaba la intensidad y que yo estaba a punto de llegar a ese punto, la tomé recostándola boca arriba, recargué los codos en la cama, ella me miraba incitándome , como si supiera lo que pensaba, una mirada tierna y a la vez maliciosa, la penetré con toda la fuerza que tenía y la intensidad que la energía que me quedaba me permitía, la miraba fijamente, ella me devolvía una expresión que expresaba que disfrutaba lo que pasaba, de nuevo comencé e escuchar los chasquidos mientras ella comenzó a gemir, el fin estaba cerca, me recosté abrazándola con fuerza, no bajaba la intensidad de la penetración, ella me abrazaba y clavaba sus uñas en mi espalda, dolía pero no prestaba atención, justo cuando estaba a punto de eyacular, lo cual ella sintió con mi cuerpo poniéndose rígido, me abrazó con sus piernas pegándome a ella con toda su fuerza, pude sentir un abundante eyaculación dentro de ella, menos mal la protección o aquello habría terminado en un desastre, nos observamos luego de ese momento y nuevamente nos besamos, un beso profundo, apasionado, de esos que te dejan con ganas de no dejar de besar, conversamos por un pequeño rato antes de prepararnos par dormir.
Hace algunos años, conocí una chica en una fiesta, amiga de compañeros de trabajo, estuve con ella platicando y bailando toda la noche, entre nosotros hubo eso que muchos llaman química, total que la fiesta concluyó con un beso antes de dejar el lugar, una chica prestó su casa para el famoso after, algunos de los asistentes nos dirigimos al departamento, entre ellos estaba esa chica, a quién nombraré K.
En el departamento seguimos platicando y dándonos algunos besos de piquito, los demás asistentes no decían nada ya que después de todo éramos dos adultos que sabían lo que hacían. La noche siguió normalmente hasta que entre comentario y comentario salió el tema en que dijo: "Tengo novio, no debería estar haciendo esto". Por el tono y el momento lo tomé como un comentario para dejar en claro de disfrutar sólo el momento y que fuera un encuentro pasajero, algo que para mí no estaba mal, todo siguió hasta que llegó el momento de ir a dormir, era de madrugada y preferible quedarse en el lugar, se había organizado donde dormirían todos, mujeres en habitaciones, hombres repartiéndose el suelo de la sala, un clásico; la dueña del lugar se nos acercó y nos dijo que durmiéramos en la habitación de uno de sus roomies que en ese momento no estaba, con esto se convertía en cómplice de ese momento.
Nos dirigimos a la habitación, tomamos unas sábanas y cobijas que nos habían proporcionado, ella se recostó y se enrolló en una de ellas, dijo que se dormiría, lo cual resultó en una mentirá ya que comenzó a platicar luego de unos minutos lo que seguimos haciendo por unos minutos más, entonces alguien llamó a la puerta, era uno de los camaradas del trabajo, quien con sabias palabras de experiencia dijo: "Eres bien wey y de seguro no traes protección, toma", me dio un condón, a lo que agradecí y volví con K.
Entre la plática acaricié su mejilla y le di un beso, el cual ella correspondió con un beso más intenso, muy intenso, se puso de espaldas, para esto me compartió la cobija, por lo que pude abrazarla sin problema haciendo cucharita, siguió diciendo algunas cosas, entonces en algún momento tomó mis manos y las oprimió fuertemente, después hizo lo mismo, pero esta vez las aprisionó con su abdomen, reaccioné tomándola fuertemente y oprimiéndola a mi cuerpo, de vez en vez movía su cadera, era una clara indicación de que, como yo, ella estaba excitada por el momento, apoyé la cara en su nuca, podía sentir la suavidad de su cabello y el aire cálido de mi respiración la tocaba por detrás del cuello, pude sentir como aquello le causó un espasmo, volteó la cara hacia mí y me dijo: "Ya te dije que tengo novio, no está bien que hagamos esto"; cierto o no, para mi fue una invitación a seguir con un juego que dos querían jugar y a juzgar por sus reacciones, ella entendió lo mismo.
La comencé a besar en el cuello y a juguetear con su oreja, soltó una de mis manos y tomó mi cabeza, mientras mas le besaba el cuello, mas movía su cadera y acariciaba mi cabeza con más intensidad, la oprimía hacia mí con fuerza hasta que comencé a acariciar su vientre , llevé el movimiento hasta casi todo su abdomen llegando al límite de sus pechos, un sí de sus labios fue la clara indicación de hacer algo más atrevido, tomé sus pecho y los acaricié con desesperación, podía sentir unos senos de un tamaño lo suficiente para llenar la mano, firmes, agradables al tacto, eso la descontroló, no soportó más y volteó para quedar de frente , me plantó un beso apasionado, el claro indicio de que deseaba y disfrutaba el momento tanto como yo lo hacía.
Me empujó para dejarme boca arriba y siguió besándome, entonces se despojó de su blusa y su brasier, frente a mi tenía dos pechos de hermosa forma, me incorporé hacia ella y la besé, luego bajé y besé sus pezones, me apartó y prácticamente me arrancó la playera, me besó el cuello, lentamente recorrió hacia abajo, besó y jugó con mis pezones, fueron juegos que me encendieron al por mayor, ella lo sintió, movió sus caderas en un vaivén en el que podía sentir mi miembro sin problema, pícaramente se mordió un labio, bajó y lentamente comenzó a quitarme el pantalón, una vez que estuvo consumado el acto pensé que me haría sexo oral, aunque estuve equivocado, tomó el condón que se asomaba de una de los bolsillos de mi pantalón, lo colocó con cuidado y se puso de pié para despojarse del suyo, justo estaba por quitarse la panty, cuando la tome y la tumbe en la cama, retiré su panty, abrí sus piernas y me puse a masajear su clitoris, cerró los ojos disfrutando del movimiento de mis dedos, sentí como se lubricaba cada vez más, "Estás mojadita" le dije que me respondió: "Y bien cañón".
Empezó a lanzar unos pequeños gemidos , entonces sonriendo maliciosamente le introduje dos dedos en la vagina, lanzó un gemido mas fuerte mientras decía "Si" hice movimientos de entrada y salida , con los dedos rectos, explorando la facilidad para entrar y salir, seguía gimiendo levemente, dejé los dedos dentro y recorrí las puntas hasta tocar su pubis, logré sentir esa zona rugosa que tanto les hace sentir y con un vaivén de las yemas de mis dedos recorrí aquella zona, ella parecía aferrarse con ambas manos a la cama hasta que comenzó a apuñarlas con la sábana de por medio, provechando el momento dirigí mi boca a su vulva y sin detener los dedos de su labor puse mi lengua sobre su clitoris, escuché como lanzo un gemido, comencé a juguetear con ella sin sacar los dedos sentía como su cuerpo daba espasmos, movía sus caderas, gemía, cada vez mas intensamente hasta que sus movimiento y gemidos fueron muy fuertes, tuve que detenerme por respeto a los demás y no molestar su sueño, el respeto ante todo que uno es un caballero, para esto mi erección no se había perdido, todo esto me mantenía con una increíble excitación.
Me puse de pie frente a ella, preguntándole si en verdad quería seguir siendo infiel la penetré como estaba recostándome totalmente, besándola mientras estábamos en el acto, cuando no la besaba, escuchaba sus gemidos junto a mi oído, un deleite para quien lo ha experimentado, me dijo que quería cambiar, me tiré en la cama, ella se subió en mí, aunque para mi sorpresa se puso de espaldas, se sentó en mi pene, lentamente, comenzó con un vaivén de caderas, restregándose en mí, para ser sincero jamás había hecho esa pose con alguien, lo había visto en películas, pero debo decir que fue algo delicioso, levantaba su cabello y me volteaba a ver coquetamente, sonreía, me guiñaba, la tomaba por la cintura, tocaba sus glúteos, la acariciaba y ella sólo mantenía el ritmo, para este punto ambos estábamos empapados de sudor, me incorporé levemente, lo suficiente para lograr tomar sus senos sin afectar su movimiento, lo cual la hizo sentir más placer, le gustaba que le tomará los pechos, lo masajeaba fuertemente, cambió el vaivén por un movimiento circular, eso resultaba bastante placentero y así continuó.
La tome por los brazos y me incorporé hasta quedar de rodillas, ella tocó también con las rodillas, pero sin dejarla caer, la sujete de tal modo que sólo se inclinara levemente y correspondí a tan buen regalo que me había hecho, con embestidas intensas, ella arqueaba su espalda, podía ver la forma de su espalda, eso hacía que su trasero quedara levantado , comencé a escuchar chasquidos, signo de que estaba lubricando de manera intensa, estar consiente de todo aquello me hacía excitarme más y más, ella se dio cuenta de ello por lo que decidió tomar nuevamente la iniciativa, me tiró nuevamente en la cama y volvió a subir, esta vez de frente y mantenía el control de la penetración, moviendo su cadera mientras me sonreía y bajaba a besarme, así estuvimos, hasta que nuevamente comenzaron los chasquidos, comencé a contribuir con movimiento de mi cadera propiciando a que mi pene entrara de manera más profunda en su vagina, llegó un momento en que ella no aguantó más y se tiró totalmente sobre mí, la tomé por los gluteos mientras ella comenzó un subir y bajar intenso, fue un momento inexplicablemente placentero ella gemía de placer y yo disfrutaba ese momento, pude sentir como sus fluidos me empapaban, por la forma en que gimió pude saber que había tenido un orgasmo, pronto la acompañaría.
Aprovechando la naturaleza de momento postorgasmo, que ella bajaba la intensidad y que yo estaba a punto de llegar a ese punto, la tomé recostándola boca arriba, recargué los codos en la cama, ella me miraba incitándome , como si supiera lo que pensaba, una mirada tierna y a la vez maliciosa, la penetré con toda la fuerza que tenía y la intensidad que la energía que me quedaba me permitía, la miraba fijamente, ella me devolvía una expresión que expresaba que disfrutaba lo que pasaba, de nuevo comencé e escuchar los chasquidos mientras ella comenzó a gemir, el fin estaba cerca, me recosté abrazándola con fuerza, no bajaba la intensidad de la penetración, ella me abrazaba y clavaba sus uñas en mi espalda, dolía pero no prestaba atención, justo cuando estaba a punto de eyacular, lo cual ella sintió con mi cuerpo poniéndose rígido, me abrazó con sus piernas pegándome a ella con toda su fuerza, pude sentir un abundante eyaculación dentro de ella, menos mal la protección o aquello habría terminado en un desastre, nos observamos luego de ese momento y nuevamente nos besamos, un beso profundo, apasionado, de esos que te dejan con ganas de no dejar de besar, conversamos por un pequeño rato antes de prepararnos par dormir.