Jon follador
Becerro
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- 6 Jul 2011
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2ª parte
Llevaba meses follándome a Edurne. La tenía totalmente entregada y hacía todo lo que le pedía. Había aprendido a comportarse como una auténtica zorra… en realidad se había convertido en una zorra viciosa y sumisa. Me hacía unas mamadas fantásticas… muchas veces acababa en su boca y ella se lo tragaba todo saboreándolo golosamente. Me había follado su coñito y culito en todas las posturas imaginables.
Yo quería más… y empecé a hacer algunos planes para el próximo mes.
Por un lado, me propuse que intentaría follarme a Carla, la madre de Edurne. Es una mujer muy atractiva, delgada y algo más alta que su hija. El culo tieso y caderas bien delineadas. Las tetas operadas, grandes y muy bonitas. Como su hija, morena y con el pelo largo. En fin, una auténtica mujer de bandera.
Por otro lado, me propuse también hacer realidad una de mis fantasías, un trío con una pareja jovencita. Para eso tenía ya disponible la chica: Edurne, mi putita particular. Solo me quedaba encontrar un chico al que incluir en la fiesta.
Lo de Carla resultó más sencillo de lo que había imaginado. Gracias a Edurne, me enteré de que el sábado tenía una cena de empresa. Edurne me contó que vendrían a buscar a su madre a las 22:00. Decidí que esa era mi oportunidad… el sábado saldría de caza.
Llegó el día. A las 22:00 estaba frente a nuestro edificio, montado en mi moto y con el casco puesto para no ser reconocido... esperando a mi presa. Carla salió cuando sus amigos llegaron en coche a buscarla. Llevaba una falda por encima de las rodillas y una blusa… ambas eran muy pegadas y mostraban claramente el cuerpazo que tiene. Los tacones de 10cm hacían que sus piernas y culo lucieran todavía más llamativos. Se montó en el coche… les seguí a cierta distancia. Pararon junto a un restaurante, donde se encontraron con el resto del grupo… unas 20 personas en total. Esperé en la moto hasta que terminaron de cenar. Al acabar, montaron en varios coches y les seguí hasta un local de copas y baile. Esperé un rato largo y entré. Busqué al grupo de Carla… estaban alrededor de unas mesas hablando y riendo. Bebían unos cubatas y tenían bastantes vasos vacíos en las mesas. Se notaba que iban cargaditos de alcohol. Yo seguía observando a cierta distancia, para que Carla no me viera. En ese momento, uno de los tipos del grupo se levantó, se acercó a Carla y tomándola de la mano la sacó a la pista de baile. Mientras bailaban, poco a poco la fue llevando a una zona apartada, lejos de las miradas del resto del grupo. Me acerqué y puede ver como el muy cabrón le estaba tocando el culo mientras le besaba en la boca. La cosa pintaba mucho mejor de yo podía imaginar… esa era mi oportunidad… fui hacia ellos y dije:
- ¡Eduardo, Carla! ¡Qué casualidad! ¿Qué hacéis por aquí?
Carla se giró y me miró cara de sorpresa. Yo fingí que también me sorprendía al ver que no era Eduardo el tipo con el que se besaba:
- ¡Carla!... pero… si no es Eduar… perdona Carla, no quería molestarte…
Hice ademán de marcharme. Ella vino hacia mí y me dijo:
- No… Jon… espera… no es lo que parece… solo que hemos bebido un poco más de la cuenta… nos hemos dejado llevar… solo era un beso… por favor, no le digas nada de esto a Eduardo…
- No te preocupes… lo entiendo… no pasa nada. No voy a decirle nada a Eduardo porque no ha pasado nada. ¿No es verdad?...
- Si, Jon eso es… muchas gracias… no sabes cómo te lo agradezco…
Mientras me decía eso se abrazó a mí y me dio un beso en la mejilla. Cuando fue a separarse, la cogí por la cintura, la pegué más a mi cuerpo y le planté un beso en la boca, buscando su lengua con la mía. Ella intentó separarse, diciendo:
- ¡Jon! ¡Qué haces!... no por favor… déjame…
- ¿Qué pasa…? ¿ese otro te puede meter la lengua y yo no?... no te hagas la estrecha conmigo y dame tu lengua…
Carla intentó negarse por unos instantes. Pero el temor a que le contara a Eduardo lo sucedido hizo que cediera. Se abrazó a mí y respondió a mi beso. Baje mi mano por su espalda y apreté su culo. Con la otra mano le cogí la teta y pellizqué su pezón.
- Carla, no puedes imaginar las ganas que te tengo. Eres una zorra y esta noche voy a follarte a gusto.
- ¡Pero, qué estás diciendo!... por favor Jon… no me hagas esto…
- Ahora no me vengas con esas. Si no quieres que le cuente nada a Eduardo, esta noche debes portarte bien y ser una puta para mí. Voy a follarte, así que lo mejor es que te dejes llevar y disfrutes.
- ¡Eres un cabrón!... no le digas nada a Eduardo… haré lo que quieras… pero no le digas nada…
- Así me gusta, zorra. Vamos a mi casa porque no aguanto más.
Antes de salir le pedí que se quitara las bragas y me las diera (las quería de recuerdo, como había hecho con su hija). Estaban muy mojadas y me las guardé en el bolsillo.
- Antes de irnos quiero saber algo del amigo con el que te besabas. ¿Te has acostado con él alguna vez?.
- No, Jon… ya te he dicho que solo ha sido un beso… por culpa del alcohol… no hay nada más… nunca he hecho nada con él… ni con ningún otro… soy fiel a Eduardo… te lo juro…
- Te creo. Pero quiero comprobar si de verdad vas a hacer todo lo que te pida esta noche… si no quieres que se lo cuente a Eduardo…
- Si… haré lo que me pidas… todo lo que me pidas…
- Vale. Ahora quiero que te despidas de tu amigo. Llévatelo a un sitio discreto… dale un buen morreo con lengua… tócale la polla por encima del pantalón y pídele que te toque las tetas y que te meta un dedo en el coño… Después dile que tienes que irte y despídete.
- ¡Pero, qué dices! ¡Cómo voy a hacer eso!... no puedo hacerlo…
- Vamos, puta… recuerda que has dicho que vas a hacer lo que te pida… no me hagas esperar.
Carla se dirigió a su amigo… le tomo la mano y sin decir palabra lo llevó a un lugar discreto del local. Yo les seguí. Ella le abrazó y le dio un morreo… puso su mano sobre su paquete y lo sobo… le dijo algo al oído y él puso una mano sobre sus tetas, bajo la otra y la metió bajo la falda… ella se estremeció. ¡Le estaba metiendo el dedo en el coño!. En ese momento se despidió de él y vino hacia mí. Lo había conseguido. La zorra era mía.
Salimos del local y nos montamos en la moto. Por el camino, hice que se abrazara bien a mí para sentir sus tetas en mi espalda. Tomé una de sus manos y la lleve a mi paquete para que lo fuese acariciando. De vez en cuando, echaba mi mano atrás y le metía un dedo en su empapado coño. Estaba deseando llegar para follármela.
Ya en mi casa me la follé de todas las maneras imaginables. Su culo, su coño y su boca recibieron su ración de polla. Me corrí un par de veces. La primera en su coño y la última en su cara y tetas. Fue un placer ver mi semen escurriendo por sus labios y sus pechos. Ella tuvo un par de orgasmos. Saqué un montón de fotos.
- Carla, me ha encantado follar contigo. Tal y como imaginaba, eres una autentica puta. A partir de ahora quiero que seas mi zorrita y tenerte disponible cuando yo quiera y para todo lo que me apetezca.
- De acuerdo… seré tu zorrita y haré todo lo que quieras… pero no le cuentes nada a Eduardo… ¡Júramelo!
- Por supuesto que no le contaré nada a Eduardo. Pero ahora quiero que hagas algo más.
- Lo que tú quieras...
- Vas a demostrarme que realmente estás dispuesta a ser una puta… pero una puta de verdad. ¿Sabes el teléfono del tío de esta noche?
- Si, lo tengo guardado en el móvil… ¿por qué?...
- Llámale ahora mismo y pregúntale si le apetece que le hagas una mamada y si quiere follarte. Si te dice que sí, dile que le va a costar 400€ y queda con él en 30 minutos a la salida del local de esta noche.
- Pero… ¿cómo voy a hacer eso?... no puedo hacerlo…
- Eres mi puta y quiero que lo hagas. Con el dinero iremos al 50% ¡Hazlo!
Carla sacó el teléfono del bolso y llamó a su amigo:
- ¿Luis?... soy Carla…
- ……
- Hola, Luis. Está claro que esta noche te he puesto muy cachondo… cuando me he ido tenías la polla bien dura… seguro que te has quedado con las ganas…
- ……….
- ¿Te gustaría follar conmigo esta noche y que te haga una buena mamada?...
- ………..
- Quiero que sepas que soy una puta y que este servicio va a costarte 400€
- ……….
- Vale, entonces de acuerdo… nos vemos en 30 minutos a la salida del local dónde hemos estado esta noche.
Yo estaba escuchando y no me lo podía creer. Había conseguido follarme a Carla y podía hacer con ella todo lo que quisiera. Incluso estaba dispuesta a prostituirse… y yo podía ganar dinero con eso. Pero faltaba la confirmación definitiva. Nos vestimos y la llevé al lugar de la cita. Allí estaba él esperando. Ella se bajo y le dije:
- Vete dónde está tu amigo. Quiero que lo hagáis en la calle, tras ese coche. Que te de el dinero por adelantado. Comienza por bajarle el pantalón y hacerle una mamada. Luego ponle este condón, apóyate en el coche, deja que te la meta en el coño y te folle. Cuando esté a punto de correrse, sácatela, quiero que acabe en tu boca. No te lo tragues… vete sin decirle nada y ven hasta mí para mostrarme su semen en tu boca.
Carla me obedeció en todo. Se la mamó inténsamente… le puso el condón, con la boca… dejó que se la metiera en el coño… e hizo que acabara en su boca. Yo llevaba mi cámara y hice todas las fotos que pude. Cuando el tío termino, ella le dejó sin decirle ni una palabra. Al llegar donde yo estaba abrió la boca… la tenía llena de semen… la cerró y se lo tragó… volvió a abrirla para mostrar que no había dejado nada… y me dio el dinero. Eran 600€… parece que el tipo estaba realmente encoñado con ella y le dio más de lo que había pedido.
- Me ha dicho que me dará lo mismo cada vez que folle con él.
- Carla, has estado fantástica. Me has demostrado que eres una buena zorra. A partir de ahora quiero que te lo folles una vez por semana. Y lo dicho, iremos al 50%. Y quiero tenerte siempre dispuesta para mi… siempre que me apetezca y para lo que yo quiera.
- Si, Jon… soy tu puta y haré lo que quieras… pero no le digas nada a Eduardo.
Ya tenía 2 putitas para mí: Edurne y su madre. Todos los días me follaba a alguna de ellas. Y de vez en cuando, hacía una salida nocturna con Carla para buscar nuevos “clientes” dispuestos a pagar un buen dinero por follársela. Con lo buena que está, la tarea es bastante fácil.
¿Os ha gustado? ¿Queréis saber cómo siguió la cosa?
Llevaba meses follándome a Edurne. La tenía totalmente entregada y hacía todo lo que le pedía. Había aprendido a comportarse como una auténtica zorra… en realidad se había convertido en una zorra viciosa y sumisa. Me hacía unas mamadas fantásticas… muchas veces acababa en su boca y ella se lo tragaba todo saboreándolo golosamente. Me había follado su coñito y culito en todas las posturas imaginables.
Yo quería más… y empecé a hacer algunos planes para el próximo mes.
Por un lado, me propuse que intentaría follarme a Carla, la madre de Edurne. Es una mujer muy atractiva, delgada y algo más alta que su hija. El culo tieso y caderas bien delineadas. Las tetas operadas, grandes y muy bonitas. Como su hija, morena y con el pelo largo. En fin, una auténtica mujer de bandera.
Por otro lado, me propuse también hacer realidad una de mis fantasías, un trío con una pareja jovencita. Para eso tenía ya disponible la chica: Edurne, mi putita particular. Solo me quedaba encontrar un chico al que incluir en la fiesta.
Lo de Carla resultó más sencillo de lo que había imaginado. Gracias a Edurne, me enteré de que el sábado tenía una cena de empresa. Edurne me contó que vendrían a buscar a su madre a las 22:00. Decidí que esa era mi oportunidad… el sábado saldría de caza.
Llegó el día. A las 22:00 estaba frente a nuestro edificio, montado en mi moto y con el casco puesto para no ser reconocido... esperando a mi presa. Carla salió cuando sus amigos llegaron en coche a buscarla. Llevaba una falda por encima de las rodillas y una blusa… ambas eran muy pegadas y mostraban claramente el cuerpazo que tiene. Los tacones de 10cm hacían que sus piernas y culo lucieran todavía más llamativos. Se montó en el coche… les seguí a cierta distancia. Pararon junto a un restaurante, donde se encontraron con el resto del grupo… unas 20 personas en total. Esperé en la moto hasta que terminaron de cenar. Al acabar, montaron en varios coches y les seguí hasta un local de copas y baile. Esperé un rato largo y entré. Busqué al grupo de Carla… estaban alrededor de unas mesas hablando y riendo. Bebían unos cubatas y tenían bastantes vasos vacíos en las mesas. Se notaba que iban cargaditos de alcohol. Yo seguía observando a cierta distancia, para que Carla no me viera. En ese momento, uno de los tipos del grupo se levantó, se acercó a Carla y tomándola de la mano la sacó a la pista de baile. Mientras bailaban, poco a poco la fue llevando a una zona apartada, lejos de las miradas del resto del grupo. Me acerqué y puede ver como el muy cabrón le estaba tocando el culo mientras le besaba en la boca. La cosa pintaba mucho mejor de yo podía imaginar… esa era mi oportunidad… fui hacia ellos y dije:
- ¡Eduardo, Carla! ¡Qué casualidad! ¿Qué hacéis por aquí?
Carla se giró y me miró cara de sorpresa. Yo fingí que también me sorprendía al ver que no era Eduardo el tipo con el que se besaba:
- ¡Carla!... pero… si no es Eduar… perdona Carla, no quería molestarte…
Hice ademán de marcharme. Ella vino hacia mí y me dijo:
- No… Jon… espera… no es lo que parece… solo que hemos bebido un poco más de la cuenta… nos hemos dejado llevar… solo era un beso… por favor, no le digas nada de esto a Eduardo…
- No te preocupes… lo entiendo… no pasa nada. No voy a decirle nada a Eduardo porque no ha pasado nada. ¿No es verdad?...
- Si, Jon eso es… muchas gracias… no sabes cómo te lo agradezco…
Mientras me decía eso se abrazó a mí y me dio un beso en la mejilla. Cuando fue a separarse, la cogí por la cintura, la pegué más a mi cuerpo y le planté un beso en la boca, buscando su lengua con la mía. Ella intentó separarse, diciendo:
- ¡Jon! ¡Qué haces!... no por favor… déjame…
- ¿Qué pasa…? ¿ese otro te puede meter la lengua y yo no?... no te hagas la estrecha conmigo y dame tu lengua…
Carla intentó negarse por unos instantes. Pero el temor a que le contara a Eduardo lo sucedido hizo que cediera. Se abrazó a mí y respondió a mi beso. Baje mi mano por su espalda y apreté su culo. Con la otra mano le cogí la teta y pellizqué su pezón.
- Carla, no puedes imaginar las ganas que te tengo. Eres una zorra y esta noche voy a follarte a gusto.
- ¡Pero, qué estás diciendo!... por favor Jon… no me hagas esto…
- Ahora no me vengas con esas. Si no quieres que le cuente nada a Eduardo, esta noche debes portarte bien y ser una puta para mí. Voy a follarte, así que lo mejor es que te dejes llevar y disfrutes.
- ¡Eres un cabrón!... no le digas nada a Eduardo… haré lo que quieras… pero no le digas nada…
- Así me gusta, zorra. Vamos a mi casa porque no aguanto más.
Antes de salir le pedí que se quitara las bragas y me las diera (las quería de recuerdo, como había hecho con su hija). Estaban muy mojadas y me las guardé en el bolsillo.
- Antes de irnos quiero saber algo del amigo con el que te besabas. ¿Te has acostado con él alguna vez?.
- No, Jon… ya te he dicho que solo ha sido un beso… por culpa del alcohol… no hay nada más… nunca he hecho nada con él… ni con ningún otro… soy fiel a Eduardo… te lo juro…
- Te creo. Pero quiero comprobar si de verdad vas a hacer todo lo que te pida esta noche… si no quieres que se lo cuente a Eduardo…
- Si… haré lo que me pidas… todo lo que me pidas…
- Vale. Ahora quiero que te despidas de tu amigo. Llévatelo a un sitio discreto… dale un buen morreo con lengua… tócale la polla por encima del pantalón y pídele que te toque las tetas y que te meta un dedo en el coño… Después dile que tienes que irte y despídete.
- ¡Pero, qué dices! ¡Cómo voy a hacer eso!... no puedo hacerlo…
- Vamos, puta… recuerda que has dicho que vas a hacer lo que te pida… no me hagas esperar.
Carla se dirigió a su amigo… le tomo la mano y sin decir palabra lo llevó a un lugar discreto del local. Yo les seguí. Ella le abrazó y le dio un morreo… puso su mano sobre su paquete y lo sobo… le dijo algo al oído y él puso una mano sobre sus tetas, bajo la otra y la metió bajo la falda… ella se estremeció. ¡Le estaba metiendo el dedo en el coño!. En ese momento se despidió de él y vino hacia mí. Lo había conseguido. La zorra era mía.
Salimos del local y nos montamos en la moto. Por el camino, hice que se abrazara bien a mí para sentir sus tetas en mi espalda. Tomé una de sus manos y la lleve a mi paquete para que lo fuese acariciando. De vez en cuando, echaba mi mano atrás y le metía un dedo en su empapado coño. Estaba deseando llegar para follármela.
Ya en mi casa me la follé de todas las maneras imaginables. Su culo, su coño y su boca recibieron su ración de polla. Me corrí un par de veces. La primera en su coño y la última en su cara y tetas. Fue un placer ver mi semen escurriendo por sus labios y sus pechos. Ella tuvo un par de orgasmos. Saqué un montón de fotos.
- Carla, me ha encantado follar contigo. Tal y como imaginaba, eres una autentica puta. A partir de ahora quiero que seas mi zorrita y tenerte disponible cuando yo quiera y para todo lo que me apetezca.
- De acuerdo… seré tu zorrita y haré todo lo que quieras… pero no le cuentes nada a Eduardo… ¡Júramelo!
- Por supuesto que no le contaré nada a Eduardo. Pero ahora quiero que hagas algo más.
- Lo que tú quieras...
- Vas a demostrarme que realmente estás dispuesta a ser una puta… pero una puta de verdad. ¿Sabes el teléfono del tío de esta noche?
- Si, lo tengo guardado en el móvil… ¿por qué?...
- Llámale ahora mismo y pregúntale si le apetece que le hagas una mamada y si quiere follarte. Si te dice que sí, dile que le va a costar 400€ y queda con él en 30 minutos a la salida del local de esta noche.
- Pero… ¿cómo voy a hacer eso?... no puedo hacerlo…
- Eres mi puta y quiero que lo hagas. Con el dinero iremos al 50% ¡Hazlo!
Carla sacó el teléfono del bolso y llamó a su amigo:
- ¿Luis?... soy Carla…
- ……
- Hola, Luis. Está claro que esta noche te he puesto muy cachondo… cuando me he ido tenías la polla bien dura… seguro que te has quedado con las ganas…
- ……….
- ¿Te gustaría follar conmigo esta noche y que te haga una buena mamada?...
- ………..
- Quiero que sepas que soy una puta y que este servicio va a costarte 400€
- ……….
- Vale, entonces de acuerdo… nos vemos en 30 minutos a la salida del local dónde hemos estado esta noche.
Yo estaba escuchando y no me lo podía creer. Había conseguido follarme a Carla y podía hacer con ella todo lo que quisiera. Incluso estaba dispuesta a prostituirse… y yo podía ganar dinero con eso. Pero faltaba la confirmación definitiva. Nos vestimos y la llevé al lugar de la cita. Allí estaba él esperando. Ella se bajo y le dije:
- Vete dónde está tu amigo. Quiero que lo hagáis en la calle, tras ese coche. Que te de el dinero por adelantado. Comienza por bajarle el pantalón y hacerle una mamada. Luego ponle este condón, apóyate en el coche, deja que te la meta en el coño y te folle. Cuando esté a punto de correrse, sácatela, quiero que acabe en tu boca. No te lo tragues… vete sin decirle nada y ven hasta mí para mostrarme su semen en tu boca.
Carla me obedeció en todo. Se la mamó inténsamente… le puso el condón, con la boca… dejó que se la metiera en el coño… e hizo que acabara en su boca. Yo llevaba mi cámara y hice todas las fotos que pude. Cuando el tío termino, ella le dejó sin decirle ni una palabra. Al llegar donde yo estaba abrió la boca… la tenía llena de semen… la cerró y se lo tragó… volvió a abrirla para mostrar que no había dejado nada… y me dio el dinero. Eran 600€… parece que el tipo estaba realmente encoñado con ella y le dio más de lo que había pedido.
- Me ha dicho que me dará lo mismo cada vez que folle con él.
- Carla, has estado fantástica. Me has demostrado que eres una buena zorra. A partir de ahora quiero que te lo folles una vez por semana. Y lo dicho, iremos al 50%. Y quiero tenerte siempre dispuesta para mi… siempre que me apetezca y para lo que yo quiera.
- Si, Jon… soy tu puta y haré lo que quieras… pero no le digas nada a Eduardo.
Ya tenía 2 putitas para mí: Edurne y su madre. Todos los días me follaba a alguna de ellas. Y de vez en cuando, hacía una salida nocturna con Carla para buscar nuevos “clientes” dispuestos a pagar un buen dinero por follársela. Con lo buena que está, la tarea es bastante fácil.
¿Os ha gustado? ¿Queréis saber cómo siguió la cosa?