alihanz
Bovino de la familia
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Fuente: http://blogs.peru21.pe/peru2punto1/2010/01/atravesando-la-gran-muralla.html"Hemos decidido que ya no estamos dispuestos a continuar aplicando censura a nuestros resultados en Google China." Y, con esa sola línea, Google anunció desde su blog oficial que no iba a continuar cediendo a las presiones del gobierno chino, en un desafío que le puede costar, sólo este año, 600 millones de dólares, según estimados del JP Morgan.
La jugada no sólo es arriesgada empresarialmente sino que, hasta cierto punto, resulta políticamente inédita. No sólo una de las empresas más poderosas del mundo ha anunciado que va a dejar de cumplir la ley china, sino que ha acompañado su anuncio de una denuncia muy grave de ataques a la libertad de expresión en todo el mundo.
Google cuenta, en su blog, que a mediados de diciembre sufrieron "un ciber ataque (...) altamente sofisticado y dirigido muy directamente a nuestra infraestructura corporativa proveniente de China".
A raíz de ese ataque, la empresa empezó sus propias investigaciones y llegaron a tres conclusiones francamente alarmantes y que pintan muy bien la situación china.
1. No sólo fue Google, al menos veinte otras compañías de Internet, medios, industria química y otros, fueron hackeadas.
2. El objetivo principal de los ataques 'fue acceder a cuentas de Gmail de activistas de los derechos humanos en China".
3. Por si fuera poco, "decenas de usuarios de Gmail de los EE.UU., Europa y China, que son activistas de los derechos humanos chinos, aparentemente fueron interferidos por terceras partes".
Google no lo dice, pero el tono de su comunicado y lo radical de su decisión no dejan lugar a dudas: el gobierno chino está detrás de estos ataques.
Todo empezó en 1998, cuando China empezó a construir su segunda Gran Muralla. Una muralla virtual: el Proyecto Escudo Dorado, un intrincado y carísimo sistema que combina la vigilancia, la censura, el hacking y una serie de malabares tecnológicos para impedir que el Partido Comunista vea desafiado su poder en la red.
De hecho, es muy difícil censurar a Internet, una red que fue originalmente diseñada para interpretar cualquier intento de censura como un error del sistema. Por tanto, el Proyecto Escudo Dorado o la Nueva Gran Muralla nunca puede dejar de adaptar su tecnología (su presupuesto es de 800 millones de dólares) ni de aumentar su burocracia (tiene a más de 40 mil agentes vigilando lo que ocurre en su ciberespacio).
Un ejemplo: ningún blogger chino está autorizado a citar fuentes noticiosas que no sean las autorizadas por el régimen. Citar a un medio clandestino o a un informe extranjero podría llevarte a la cárcel y, de hecho, ya hay unos 50 blogueros chinos encarcelados.
Por supuesto, la excusa es la de siempre: así es la ley, estamos vigilando la moral, resguardando nuestra cultura. Un divertido y bien malcriado videito que se convirtió en un fenómeno viral fue la coartada perfecta para bloquear YouTube justo antes del aniversario de las protestas por la independencia del Tíbet.
Pero quizás lo peor de este escenario es que la tecnología y el sistema creados por los chinos para frenar a Internet son copiados por (y hasta exportados a) otros regímenes como Cuba, Zimbabue e incluso -y esto es lo más peligroso- a democracias como Australia.
Hasta ahora, todas las empresas de Internet se sometían a las leyes chinas (imposible menospreciar el mercado más grande del mundo). Desde 2004, Google filtra todas las noticias provenientes de fuentes no autorizadas, todos los sitios prohibidos y todas las palabras clave que puedan ser potencialmente peligrosas (como "Tiananmen" o "Dalai Lama").
Cuando el resto de la comunidad virtual le reclamó a Google por ceder ante la censura, los fundadores dijeron que el futuro demostraría que tomaron la decisión correcta. De hecho, los ataques chinos al Gmail acaban de demostrar que el poder subversivo de Google no se encontraba en su buscador, sino en algo muchísimo más modesto: su servicio de correo electrónico.
Después de una declaración como la de este martes, parece que no hay vuelta atrás para Google ni para China. Vamos a aprender qué es lo que pasa cuando una fuerza imparable choca con un objeto inamovible.
Otras informaciones:
http://www.larepublica.pe/observador/14/01/2010/google-vs-china
http://www.rsf.org/IMG/pdf/Viaje_al_corazon_de_la_censura_de_Internet_ESP.pdf
http://www.informationisbeautiful.net/2010/what-does-china-censor-online/
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¿El mejor golpe que se le puede asestar al Sistema es el que viene desde la cima?
Sería muy ingenuo pensar que los dueños de Google quieren enarbolar la bandera de la Libertad de expresión y convertirse en los primeros en marcar un límite entre las leyes de un país y los principios de libertad de la red. Lo que sí es seguro es que este enfrentamiento puede marcar un antes y un después en la historia de la Libertad en la Red