jarochilandio
Bovino de la familia
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- 14 Mar 2010
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Y no, a pesar del título, esta tema no es asunto de la sección de Deportes.
Se trata de una de las iniciativas promovidas por Gurises Unidos, una asociación civil uruguaya, que desde 1989 se ha comprometido en la defensa de los Derechos Humanos de los niños, niñas y adolescentes, tanto a nivel nacional como internacional. En tal sentido, desarrolla acciones de atención directa, monitoreo, incidencia y vigilancia de derechos para y con los niños, niñas y adolescentes, sus familias y las comunidades pertenecientes a los sectores más vulnerables.
En el caso del "Fútbol callejero o Fútbol tres tiempos", generado en convenio con Street Football World en 2008 bajo el convenio Fundación Football For Hope, la iniciativa promueve el desarrollo de un espacio educativo que se construye a partir de la práctica del fútbol. Se realizan actividades deportivas que relativizan la competencia y que promueven habilidades para la autonomía en los niños, niñas y adolescentes, como el trabajo en equipo, la cooperación, el respeto y la tolerancia.
El fútbol callejero convoca a niños, niñas y adolescentes con cualquier recorrido de vida, y permite generar un vínculo educativo que habilita a trabajar tanto con el adolescente que participa, como con su familia y con la comunidad en la que vive.
A diferencia del fútbol tradicional, el fútbol callejero cuenta con un tiempo y reglas acordadas por los adolescentes, y se trata de un juego mixto en cuanto a género.
En este caso, se trata de un deporte de tres tiempos. En el primero, los y las adolescentes definen las reglas técnicas del juego, mientras en el segundo se desarrolla el juego según los acuerdos alcanzados y no hay juez, sino que algunos de ellos cumplen el rol de mediador, trabajando así la resolución de conflictos a través de la palabra. Por último, en el tercer tiempo, ellos mismos realizan una evaluación en función de los acuerdos realizados previamente.
Esta actividad permite promover procesos de inclusión, así como fortalecer la inserción educativa, promover la construcción de relaciones de igualdad y propiciar la participación activa de los y las adolescentes en su comunidad. De esta forma, se abordan aspectos vinculados a la equidad de género, así como al cuidado de la salud, la mediación y negociación para resolver conflictos de manera no violenta, reflexionando y problematizando en relación a las temáticas emergentes.
En un caso práctico, si alguien de alguno de los dos equipos profiere un insulto o agrede a cualquier otro jugador, así sea él/ella mismo/a, se determina el cobro de un tiro penal. En otro caso, se establece, por ejemplo, que en la jugada que haya conducido directamente a una anotación, haya participado al menos una chica, para que la anotación se valide. Y así como estos dos ejemplos, las reglas establecidas tienen como finalidad que se desvanezcan las razones que conducen a conflictos, y que se determinen reglas que aplican a ambos géneros para una convivencia armónica e inclusiva. Como se ve, lo de menos es si un equipo u otro logró más anotaciones, ya que NO HAY UNA LIGA, NI UN TROFEO FÍSICO EN DISPUTA, sino algo más IMPORTANTE: la cooperación, el respeto, la tolerancia, la inclusión. Por supuesto que es necesaria la mediación de una adulto con mucha, pero mucha preparación (no necesariamente un universitario o diplomado), para intervenir como MEDIADOR.
Ejemplos como éste son los que se deberían replicar en todo el planeta. Seguramente coadyuvarían a que este fuese un mundo mejor. Me llamó la atención, al consultar en la página de Street Football World , que del continente americano sólo participan en ella (la Street Football World) 9 paises, a saber: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, Perú y Uruguay. Ni México, ni el "modelo mundial" que dice ser USA, ni Canadá.
Se trata de una de las iniciativas promovidas por Gurises Unidos, una asociación civil uruguaya, que desde 1989 se ha comprometido en la defensa de los Derechos Humanos de los niños, niñas y adolescentes, tanto a nivel nacional como internacional. En tal sentido, desarrolla acciones de atención directa, monitoreo, incidencia y vigilancia de derechos para y con los niños, niñas y adolescentes, sus familias y las comunidades pertenecientes a los sectores más vulnerables.
En el caso del "Fútbol callejero o Fútbol tres tiempos", generado en convenio con Street Football World en 2008 bajo el convenio Fundación Football For Hope, la iniciativa promueve el desarrollo de un espacio educativo que se construye a partir de la práctica del fútbol. Se realizan actividades deportivas que relativizan la competencia y que promueven habilidades para la autonomía en los niños, niñas y adolescentes, como el trabajo en equipo, la cooperación, el respeto y la tolerancia.
El fútbol callejero convoca a niños, niñas y adolescentes con cualquier recorrido de vida, y permite generar un vínculo educativo que habilita a trabajar tanto con el adolescente que participa, como con su familia y con la comunidad en la que vive.
A diferencia del fútbol tradicional, el fútbol callejero cuenta con un tiempo y reglas acordadas por los adolescentes, y se trata de un juego mixto en cuanto a género.
En este caso, se trata de un deporte de tres tiempos. En el primero, los y las adolescentes definen las reglas técnicas del juego, mientras en el segundo se desarrolla el juego según los acuerdos alcanzados y no hay juez, sino que algunos de ellos cumplen el rol de mediador, trabajando así la resolución de conflictos a través de la palabra. Por último, en el tercer tiempo, ellos mismos realizan una evaluación en función de los acuerdos realizados previamente.
Esta actividad permite promover procesos de inclusión, así como fortalecer la inserción educativa, promover la construcción de relaciones de igualdad y propiciar la participación activa de los y las adolescentes en su comunidad. De esta forma, se abordan aspectos vinculados a la equidad de género, así como al cuidado de la salud, la mediación y negociación para resolver conflictos de manera no violenta, reflexionando y problematizando en relación a las temáticas emergentes.
En un caso práctico, si alguien de alguno de los dos equipos profiere un insulto o agrede a cualquier otro jugador, así sea él/ella mismo/a, se determina el cobro de un tiro penal. En otro caso, se establece, por ejemplo, que en la jugada que haya conducido directamente a una anotación, haya participado al menos una chica, para que la anotación se valide. Y así como estos dos ejemplos, las reglas establecidas tienen como finalidad que se desvanezcan las razones que conducen a conflictos, y que se determinen reglas que aplican a ambos géneros para una convivencia armónica e inclusiva. Como se ve, lo de menos es si un equipo u otro logró más anotaciones, ya que NO HAY UNA LIGA, NI UN TROFEO FÍSICO EN DISPUTA, sino algo más IMPORTANTE: la cooperación, el respeto, la tolerancia, la inclusión. Por supuesto que es necesaria la mediación de una adulto con mucha, pero mucha preparación (no necesariamente un universitario o diplomado), para intervenir como MEDIADOR.
Ejemplos como éste son los que se deberían replicar en todo el planeta. Seguramente coadyuvarían a que este fuese un mundo mejor. Me llamó la atención, al consultar en la página de Street Football World , que del continente americano sólo participan en ella (la Street Football World) 9 paises, a saber: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, Perú y Uruguay. Ni México, ni el "modelo mundial" que dice ser USA, ni Canadá.