“He escuchado esto del socialismo del siglo XXI y no sé de dónde viene, no sé con qué se come, no sé de qué se trata”, son palabras del “señor de los cambios”, Vicente Fox Quesada, quien durante el sexenio pasado laboró de presidente de México. “Vivimos momentos de regresión, donde se cuestiona a la economía de mercado, a la empresa; se cuestiona la única manera que existe de vencer la pobreza, que es generando riqueza; se cuestiona la libertad y la misma democracia, con gobiernos autoritarios, con poderes dominantes”, donde ex titular de una marca refresquera multinacional, Vicente Fox criticó el “socialismo del siglo XXI” que llevan adelante gobiernos como el de Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua.

¿Con qué se come el socialismo?, pregunta don Chente Fox. Pues, lo primero que me atrevería a preguntarle es, ¿habrá ingresado alguna vez a alguna biblioteca?, esto al cursar la mayor parte de sus estudios básicos en instituciones católicas, Colegio de La Salle en León e Instituto Lux en León y cuando estudió la licenciatura en Administración de Empresas, en la Universidad Iberoamericana que terminó en 1999, donde obtuvo su carta de pasante, pocos meses antes de su campaña presidencial. Antes de eso, tuvo que laborar desde 1965 en una compañía de refrescos de cola primero como distribuidor local y después como supervisor de ruta de camiones repartidores hasta asumir la presidencia de la división de América Latina, transformándose así en el gerente ejecutivo más joven en la historia de la compañía transnacional.

¿Con qué se come el socialismo? Es una pregunta que, también, le pueden responder algunos dirigentes nacionales del PRD, precisamente ahora, en que se encuentran en “alianza estratégica” con el partido del “señor de los cambios”, Vicente Fox Quesada, que es el PAN. En el PRD, existen cuando menos, “cuatro izquierdas en una”, donde con toda calma puede cuestionar a las personas más representativas, esto es, primero a los viejos comunistas soñadores de Marx, luego a los intelectuales socialistas moderados, a las tribus clientelares del Distrito Federal y por último a los ex priistas (que son los que controlan el PRD) como Manuel Camacho Solís, Marcelo Ebrard, Andrés Manuel López Obrador o Porfirio Muñoz Ledo. También le puede preguntar a “Los Amigos de Fox” o a doña Marta Sahagún y sus pequeños hijitos que laboraron en Pemex.
¿Con qué se come el socialismo? También, creo, es una pregunta que pueden responder muchísimos de los mexicanos y mexicanas que conforman el bloque de más de 50 millones de pobres de nuestro país, donde casi 18 viven en la miseria, y que curiosamente tienen una dura lucha diaria para subsistir, sobrevivir y para alimentarse. Sí, aquellos que no se pueden dar el lujo de traer a su ranchito a figuras de la música internacional como el cantante inglés Sir Elton John con cientos de invitados. Estas personas pobres o miserables, créamelo, aprecian mucho lo que es comer, aunque fuese socialismo o capitalismo, lo importante es “comer algo, pero finalmente, comer”

“Lo quiso decir el señor Fox”, aseveraría Rubén Aguilar Valenzuela, el “vocero del presidente”, aquel señor que le colocaron en la oficina de Los Pinos para evitar la “metida de zapato” del titular del Ejecutivo Nacional, bastante común en el ex presidente en los tiempos en que laboraba (o chambeaba) en la Presidencia de la República. De cualquiera manera es necesario que incorporen a don Chente a la escuelita que formó en su propio territorio cerca de León, Guanajuato, para que reincorpore conocimientos académicos si es que desea seguir dando declaraciones a la prensa nacional e internacional sobre la política interior de otros países, porque todavía recordamos su famosa frase dirigida a Fidel Castro: “Mira Fidel, llegas, comes y TE VAS, porque luego llega (George) Bush” o aquella frase dirigida a empresarios asiáticos que invierten en México: “Nos engañaron como VILES chinos”. Por esos presidentes mexicanos, “estamos como estamos” en la educación, ¿O no?

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