Es mejor estar “poco agraciado, pero cumplidor” a “guapo y torpe". Ustedes, ¿qué opina?

Dinero mata carita. Dicen por ahí. Pero si no hay dinero ni carita ¿qué queda? ¿Hay alguien allí? Bueno, queda un feo, tal vez sin dinero, pero sabroso. No, no se rían que esto es asunto serio. ¿Cuántas mujeres hemos estado con un feo sabroso? Sólo basta que levanten la mano.

¿Cuántas féminas han preferido estar con un hombre que verdaderamente sabe qué y cómo hacerlo, aunque lo suyo no sea para nada la beldad? Y mejor aún: levanten la mano aquellas que siempre preferirán a un feo pero sabroso y "sexoso" que a un guapo torpe y tonto.

En mi caso no hay que pensar demasiado la respuesta. Acaso alguna vez te han dicho "¿Pero qué haces con él?", "¿Qué le ves?" o "¿Qué te pasó?". Tal vez más de alguna ocasión has tenido que decirle a alguna querida amiga con todo conocimiento del tacto y las buenas maneras: "¿Estás ciega o qué?", "Lástima, tú tan bonita...", "¿Dónde lo encontraste, estás haciendo el servicio social con él o qué?", y otras más. Cuando nuestras amigas tengan detalle de las dotes sexuales de este ser masculino, sentirán envidia.

Estas frases se escuchan y se escucharán cada vez más porque: ¿cuántas veces las mujeres han caído rendidas ante los encantos de un caballero que tiene todo, absolutamente todo, menos la posibilidad de salir algún día en el top ten de las revistas de sociales que clasifican a los más guapos de México? Bueno, feos del mundo, con capacidades especiales (en especial, sexuales), vengan a nosotras.

Todas las mujeres lo sabemos: cuando encontramos a un verdadero maestro del sexo no importa, en todo caso, su carita. Y todas sabemos: hay feos, pero muy sabrosos que hacen el sexo de manera magistral y que tienen ese algo que nos encanta.

Si lo de ustedes no fue la belleza, entonces su vanidad radicará en la que se alimenta de la sabiduría, pero también de una buena cartera, talento, buen sexo o poder. Hoy no estamos profundizando en ninguno de los otros puntos, sino en el del sexo.

El hecho de que una mujer bella tenga a un feo como pareja lo hace atractivo de inmediato para el resto de las féminas. Todas quisiéramos saber, de primera mano, cuáles son sus dones y por qué ella está con él. Una siempre piensa "por algo estará con él". Si una mujer guapa le quita el novio feo a otra mujer bella, el resultado será una mujer doblemente hermosa al lado de un hombre que hasta puede llegar a creerse guapo.

Así que si eres feo, estás con una mujer guapa, y de repente te has convertido en un ser apetecible para otras mujeres o más codiciado, no es que por arte de magia amaneciste, de pronto, un día más guapo. No, no querido. Tu perspicacia anda un poco mal. Se trata de la aprobación que te da ella a ti, lo que te hace más atractivo a primera vista ante otras. Es como decirle al resto de las mujeres: "Ya pasó la prueba y la pasó muy bien. Y ¿saben un secreto? En el sexo es grandioso, por eso estoy con él".

Por eso es que cuando un hombre, cuyo atractivo principal no es la belleza, está sin pareja no hay poder humano que haga que una mujer voltee a mirarlo. Léase: no hay poder humano ni sobrehumano. Pero si él está con una mujer hermosa e inteligente, entonces, tendrá que rechazar más de alguna invitación a salir. Todos lo mirarán con admiración. Es como si de pronto le saliera el atractivo de... ya sabemos dónde.

No quiero decir con ello que los poco agraciados por la naturaleza sean sinónimo de amante excelente o dotado de una inteligencia incalculable. No. He conocido a quienes, créanme, aunque feos, no hacen ni el mínimo esfuerzo por adquirir alguna otra virtud. Ninguna otra.

Y casi me atrevería a decir que todas las mujeres tienen al menos una historia en sus vidas, apasionante, arrebatada, súper sexual, pasional, de grito y orgasmo, de noches con sus días enteros de placer, de momentos húmedos y de excitación desbordada con algún hombre feo, feo con ganas, feo para no dejar lugar a dudas.

También me atrevería a decir que aunque muchas de las mujeres mantengan esa historia en lo más escondido de su anecdotario, la mantendrán siempre en el recuerdo y, sobre todo, muy a flor de piel. ¿O no?