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Bovino Milenario
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Mmmm... no estoy de acuerdo con estos "testimonios" en el narco es raro que maten a alguien que no sea narcotraficante estoy de acuerdo ha habido sus excepciones pero no es muy comun los narcos MATAN A NARCOS y ahora dicen "nos matan por narcas" pues obviamente los narcos van a matar a narcos y si andas en el ruedo tienes que atenerte a las consecuencias en fin les dejo la nota..
Para las defensoras de las mujeres en Chihuahua, el asombro pasa de un nivel considerado insuperable por otro mayor cuando a manera de broma se refieren al trato que las autoridades dan a los homicidios de mujeres en esta entidad.
“Resulta que para ellos antes nos mataban por putas y ahora nos matan por narcas”, dice Isabel Encerrado, de El Barzón, quien suelta sonora carcajada al entender lo cómico y demoledor de su frase.
“Pero es cierto, para los policías es siempre lo mismo, que a las mujeres las matan o las golpean porque se lo buscaron”, añade.
En respaldo, la integrante de Mujeres por México, Graciela Ramos, experta en cuestiones de género señala también contundente que Chihuahua es la única parte del mundo en que las víctimas, en este caso las mujeres, tienen que demostrar su inocencia.
Aseguró que “una de las características primordiales de esta violencia de género es culpabilizar a las mujeres de los delitos que ellas sufren, pues son las únicas víctimas, de violencia o de homicidio que tienen que probar que eran inocentes”.
La frase es acertada para las activistas y la respaldan en una expresión que además de causarles asombro y molestia, también les da risa, porque recuerdan cuando el entonces primer gobernador panista de Chihuahua, Francisco Barrio Terrazas, al sentirse abrumado por la primer oleada de femincidios en ciudad Juárez, justo en 1993, llegó a asegurar que las mujeres muertas eran trabajadoras de la vida nocturna, refiriéndose a la prostitución.
El estigmatismo contra las mujeres asesinadas en Chihuahua ha sido reiterativo. “Cuando no acusan a las víctimas de prostitutas, las acusan de adictas, de cantineras, y ahora de narcas”, dice Isabel Encerrado.
El enojo de las activistas sociales que defienden los derechos de las mujeres en Chihuahua, aún de las asesinadas, se dio este mes de noviembre, en que los homicidios de género llegaron a 400 féminas privadas de la vida en todo el estado, ¡tan solo en estos 11 meses del 2010! El ochenta por ciento de ellos, concentrados por supuesto en ciudad Juárez.
“Esto de que con el crimen organizado se han incrementado los homicidios de Mujeres en Chihuahua es cierto, pero hay que tener cuidado, porque de acuerdo con estadísticas de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), solamente el 7 por ciento de los más de 4 mil asesinatos de este año tienen relación con el narcotráfico”, comenta Norma Ledezma, No son solo estadística, son proyectos de vida derrumbados Para la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (Uacj) y el Centro Nacional de Prevención de Accidentes (Cenapra), es claro que los homicidios de mujeres en ciudad Juárez, como toda la violencia de género, no son sólo estadísticas como se manejan por parte de las autoridades y los propios medios de información.
Para demostrarlo, Leticia Castillo Quiñonez, coordinó un trabajo editorial y recogió 32 testimonios y entrevistas de casos típicos de violencia en ciudad Juárez. “Son los rostros y las voces de los que no los tienen y que son vistos solo como estadísticas”, comenta al hacer una presentación en la ciudad de Chihuahua del libro que surgió de este proyecto, Rostros y voces de víctimas de la violencia en Ciudad Juárez, que fue producido y editado por la Uacj, el Cenapra y la Secretaría de Salud apenas este año.
Nos hemos convertido en abogadas y policías para buscar a nuestras hijas
Aunque parezca dramático o extraído de una novela policiaca, muchas madres de familia que han perdido a sus hijas por asesinatos, por trata de blancas o porque simplemente no las han encontrado, han tenido que realizar labores policiacas en los bajos mundos del hampa en Ciudad Juárez.
Consuelo López Muñoz tuvo que entrar por la noche a bares y prostíbulos para buscar a su hija, Griselda Morúa López, quien a los 16 años, en el 2009, fue víctima de tratantes de blancas.
Lo dramático del caso es que la señora encontró a su hija en un prostíbulo donde la regenteaban, pero a pesar de ello y de haber dado aviso a la policía, no ha podido recatarla por la omisión o complicidad de las autoridades.
Al gobierno de Chihuahua no le interesa el problema
Para Graciela Ramos es claro que el gobierno del Estado de Chihuahua tiene poco interés por este problema y que está más interesado en resolver delitos del orden patrimonial, como los secuestros y las extorsiones, que los homicidios de mujeres.
Dos recientes hechos así se lo hacen concluir.
Primero, que el Congreso del Estado no activó la Comisión de Feminicidios y la LXIII legislatura que entró en funciones en octubre de este 2010 decidió no reabrirla, “porque no había dado resultados”. Segundo, que la Fiscalía Estatal, también estrenada este mes de octubre, decidió desaparecer la Unidad Especializada de Investigación de desaparición y homicidios de mujeres.
Por ello, las denuncias ya no son puestas ante las autoridades de Chihuahua, sino que las organizaciones civiles tienen que acudir a organismos internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que derivó en que la Corte Interamericana obligara al estado mexicano a indemnizar a víctimas del feminicidio en ciudad Juárez, conocido caso como las 8 muertas del campo algodonero.
Seguiremos con ustedes, sin ustedes, o contra ustedes
Graciela Ramos, activista destacada en Chihuahua, más radical aún, quizá porque su hija fue mancillada, torturada, asesinada y arrojada en un paraje desolado, Norma Ledezma busca la mirada del gobernador del Estado, César Duarte Jáquez, y al encontrarla le dice, “díganos si vamos a tener que empezar desde cero, porque con ustedes, sin ustedes o contra ustedes, nosotras vamos a seguir luchando por encontrar a los asesinos de nuestras hijas”.
El feminicidio se pierde entre el narcotráfico
La impunidad en que permanecen los feminicidios perpetrados en el país genera la recurrencia del asesinato y la desaparición de mujeres.Un dato al que no debemos acostumbrarnos: de enero de 2009 a junio de 2010, en 18 estados del país fueron asesinadas mil 718 mujeres, según información recabada por el Observatorio Nacional del Feminicidio.
“A propósito de esos mil 718 crímenes sólo se han dictado 40 sentencias; es decir, sólo 3.7 por ciento de los expedientes se han finalizado. Ni siquiera podemos saber si esas sentencias fueron condenatorias o absolutorias, o si se encontraban en fase de recursos. Eso representa un mensaje absoluto de impunidad”, dice .
Autoridades tiendena criminalizar a las victimas
A lo largo de esta administración federal el número de mujeres asesinadas en crímenes que por sus características pueden ser atribuidos al narcotráfico, aumentó en un 600 por ciento. Las cifras son contundentes: en enero de 2007 fueron 93 casos, y para octubre pasado ese número se había multiplicado hasta llegar a 650.
Verónica Navarro, integrante de Mujeres Apoyando a Mujeres (MAM), organización que trabaja con víctimas de la agresiones domésticas, habla de cómo la violencia ambiental genera una mayor crueldad en los casos de violencia doméstica, sobre todo donde se ven involucrados narcos o policías. “Nosotros hemos recibido casos gravísimos, de violencia extrema, mujeres que han sido encajueladas, mujeres a la que los narcos obligaron a presenciar ejecuciones. Hemos recibido mujeres con los huesos rotos, víctimas de horribles golpizas. Los casos más cruentos siempre son a manos de miembros del narcotráfico y, desgraciadamente, también de policías”.
Patrones culturales existentes son factor para criminalizar a victimas
Más allá de la impunidad, la causa original de los feminicidios es la existencia de patrones sociales que avalan la discriminación como una forma de reducir a las mujeres a objetos de servicio, placer, ornato o venganza. Teresa Incháustegui Romero, integrante de la Comisión de Equidad y Género de la Cámara de Diputados, insiste sobre la causa que ha generado los mil 728 homicidios de mujeres perpetrados en los últimos 18 meses en México: “Es estructural, la desigualdad de género y la discriminación de las mujeres. En este país la violencia machista sigue siendo muy fuerte”. De acuerdo a la encuesta publicada por un diario de circulación nacional hace unas semanas, 80 por ciento de la población reconoce que existe discriminación hacia las mujeres. Pero este reconocimiento no parece cambiar las condiciones de exclusión y desventaja.
Geografía del feminicidio; víctimas son jóvenes y pobrez
Sólo 13 estados informaron a la organización “Por el acceso a la justicia a las mujeres” sobre los crímenes de género en sus entidades. “El primer lugar, evidentemente, lo tiene Chihuahua (no en cantidad absoluta, pero sí en porcentajes o cantidad relativa a su población); en el segundo está el Estado de México, y luego Michoacán. Oaxaca está en el cuarto lugar y también se han presentado estos crímenes de manera recurrente en Nayarit. En Veracruz también hay un alto índice de esta forma de violencia”. El perfil que prevalece en cuanto a las víctimas es de mujeres jóvenes y pobres.
FUENTE
Para las defensoras de las mujeres en Chihuahua, el asombro pasa de un nivel considerado insuperable por otro mayor cuando a manera de broma se refieren al trato que las autoridades dan a los homicidios de mujeres en esta entidad.
“Resulta que para ellos antes nos mataban por putas y ahora nos matan por narcas”, dice Isabel Encerrado, de El Barzón, quien suelta sonora carcajada al entender lo cómico y demoledor de su frase.
“Pero es cierto, para los policías es siempre lo mismo, que a las mujeres las matan o las golpean porque se lo buscaron”, añade.
En respaldo, la integrante de Mujeres por México, Graciela Ramos, experta en cuestiones de género señala también contundente que Chihuahua es la única parte del mundo en que las víctimas, en este caso las mujeres, tienen que demostrar su inocencia.
Aseguró que “una de las características primordiales de esta violencia de género es culpabilizar a las mujeres de los delitos que ellas sufren, pues son las únicas víctimas, de violencia o de homicidio que tienen que probar que eran inocentes”.
La frase es acertada para las activistas y la respaldan en una expresión que además de causarles asombro y molestia, también les da risa, porque recuerdan cuando el entonces primer gobernador panista de Chihuahua, Francisco Barrio Terrazas, al sentirse abrumado por la primer oleada de femincidios en ciudad Juárez, justo en 1993, llegó a asegurar que las mujeres muertas eran trabajadoras de la vida nocturna, refiriéndose a la prostitución.
El estigmatismo contra las mujeres asesinadas en Chihuahua ha sido reiterativo. “Cuando no acusan a las víctimas de prostitutas, las acusan de adictas, de cantineras, y ahora de narcas”, dice Isabel Encerrado.
El enojo de las activistas sociales que defienden los derechos de las mujeres en Chihuahua, aún de las asesinadas, se dio este mes de noviembre, en que los homicidios de género llegaron a 400 féminas privadas de la vida en todo el estado, ¡tan solo en estos 11 meses del 2010! El ochenta por ciento de ellos, concentrados por supuesto en ciudad Juárez.
“Esto de que con el crimen organizado se han incrementado los homicidios de Mujeres en Chihuahua es cierto, pero hay que tener cuidado, porque de acuerdo con estadísticas de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), solamente el 7 por ciento de los más de 4 mil asesinatos de este año tienen relación con el narcotráfico”, comenta Norma Ledezma, No son solo estadística, son proyectos de vida derrumbados Para la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (Uacj) y el Centro Nacional de Prevención de Accidentes (Cenapra), es claro que los homicidios de mujeres en ciudad Juárez, como toda la violencia de género, no son sólo estadísticas como se manejan por parte de las autoridades y los propios medios de información.
Para demostrarlo, Leticia Castillo Quiñonez, coordinó un trabajo editorial y recogió 32 testimonios y entrevistas de casos típicos de violencia en ciudad Juárez. “Son los rostros y las voces de los que no los tienen y que son vistos solo como estadísticas”, comenta al hacer una presentación en la ciudad de Chihuahua del libro que surgió de este proyecto, Rostros y voces de víctimas de la violencia en Ciudad Juárez, que fue producido y editado por la Uacj, el Cenapra y la Secretaría de Salud apenas este año.
Nos hemos convertido en abogadas y policías para buscar a nuestras hijas
Aunque parezca dramático o extraído de una novela policiaca, muchas madres de familia que han perdido a sus hijas por asesinatos, por trata de blancas o porque simplemente no las han encontrado, han tenido que realizar labores policiacas en los bajos mundos del hampa en Ciudad Juárez.
Consuelo López Muñoz tuvo que entrar por la noche a bares y prostíbulos para buscar a su hija, Griselda Morúa López, quien a los 16 años, en el 2009, fue víctima de tratantes de blancas.
Lo dramático del caso es que la señora encontró a su hija en un prostíbulo donde la regenteaban, pero a pesar de ello y de haber dado aviso a la policía, no ha podido recatarla por la omisión o complicidad de las autoridades.
Al gobierno de Chihuahua no le interesa el problema
Para Graciela Ramos es claro que el gobierno del Estado de Chihuahua tiene poco interés por este problema y que está más interesado en resolver delitos del orden patrimonial, como los secuestros y las extorsiones, que los homicidios de mujeres.
Dos recientes hechos así se lo hacen concluir.
Primero, que el Congreso del Estado no activó la Comisión de Feminicidios y la LXIII legislatura que entró en funciones en octubre de este 2010 decidió no reabrirla, “porque no había dado resultados”. Segundo, que la Fiscalía Estatal, también estrenada este mes de octubre, decidió desaparecer la Unidad Especializada de Investigación de desaparición y homicidios de mujeres.
Por ello, las denuncias ya no son puestas ante las autoridades de Chihuahua, sino que las organizaciones civiles tienen que acudir a organismos internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que derivó en que la Corte Interamericana obligara al estado mexicano a indemnizar a víctimas del feminicidio en ciudad Juárez, conocido caso como las 8 muertas del campo algodonero.
Seguiremos con ustedes, sin ustedes, o contra ustedes
Graciela Ramos, activista destacada en Chihuahua, más radical aún, quizá porque su hija fue mancillada, torturada, asesinada y arrojada en un paraje desolado, Norma Ledezma busca la mirada del gobernador del Estado, César Duarte Jáquez, y al encontrarla le dice, “díganos si vamos a tener que empezar desde cero, porque con ustedes, sin ustedes o contra ustedes, nosotras vamos a seguir luchando por encontrar a los asesinos de nuestras hijas”.
El feminicidio se pierde entre el narcotráfico
La impunidad en que permanecen los feminicidios perpetrados en el país genera la recurrencia del asesinato y la desaparición de mujeres.Un dato al que no debemos acostumbrarnos: de enero de 2009 a junio de 2010, en 18 estados del país fueron asesinadas mil 718 mujeres, según información recabada por el Observatorio Nacional del Feminicidio.
“A propósito de esos mil 718 crímenes sólo se han dictado 40 sentencias; es decir, sólo 3.7 por ciento de los expedientes se han finalizado. Ni siquiera podemos saber si esas sentencias fueron condenatorias o absolutorias, o si se encontraban en fase de recursos. Eso representa un mensaje absoluto de impunidad”, dice .
Autoridades tiendena criminalizar a las victimas
A lo largo de esta administración federal el número de mujeres asesinadas en crímenes que por sus características pueden ser atribuidos al narcotráfico, aumentó en un 600 por ciento. Las cifras son contundentes: en enero de 2007 fueron 93 casos, y para octubre pasado ese número se había multiplicado hasta llegar a 650.
Verónica Navarro, integrante de Mujeres Apoyando a Mujeres (MAM), organización que trabaja con víctimas de la agresiones domésticas, habla de cómo la violencia ambiental genera una mayor crueldad en los casos de violencia doméstica, sobre todo donde se ven involucrados narcos o policías. “Nosotros hemos recibido casos gravísimos, de violencia extrema, mujeres que han sido encajueladas, mujeres a la que los narcos obligaron a presenciar ejecuciones. Hemos recibido mujeres con los huesos rotos, víctimas de horribles golpizas. Los casos más cruentos siempre son a manos de miembros del narcotráfico y, desgraciadamente, también de policías”.
Patrones culturales existentes son factor para criminalizar a victimas
Más allá de la impunidad, la causa original de los feminicidios es la existencia de patrones sociales que avalan la discriminación como una forma de reducir a las mujeres a objetos de servicio, placer, ornato o venganza. Teresa Incháustegui Romero, integrante de la Comisión de Equidad y Género de la Cámara de Diputados, insiste sobre la causa que ha generado los mil 728 homicidios de mujeres perpetrados en los últimos 18 meses en México: “Es estructural, la desigualdad de género y la discriminación de las mujeres. En este país la violencia machista sigue siendo muy fuerte”. De acuerdo a la encuesta publicada por un diario de circulación nacional hace unas semanas, 80 por ciento de la población reconoce que existe discriminación hacia las mujeres. Pero este reconocimiento no parece cambiar las condiciones de exclusión y desventaja.
Geografía del feminicidio; víctimas son jóvenes y pobrez
Sólo 13 estados informaron a la organización “Por el acceso a la justicia a las mujeres” sobre los crímenes de género en sus entidades. “El primer lugar, evidentemente, lo tiene Chihuahua (no en cantidad absoluta, pero sí en porcentajes o cantidad relativa a su población); en el segundo está el Estado de México, y luego Michoacán. Oaxaca está en el cuarto lugar y también se han presentado estos crímenes de manera recurrente en Nayarit. En Veracruz también hay un alto índice de esta forma de violencia”. El perfil que prevalece en cuanto a las víctimas es de mujeres jóvenes y pobres.
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