XKobayashi
Bovino maduro
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- 17 Ago 2014
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Les contaré en esta ocasión unas experiencias que le sucedieron a mi madre hace ya algunos años.
1. Cuando mi madre era joven y estudiaba enfermería, realizaba sus prácticas en el antigüo Hospital Civil de Orizaba, el que ahora es el Museo de Arte el Estado de Veracruz, éste a su vez fue un convento de monjes, no recuerdo la orden. Pues bien ese hospital tenía integrado al hospital psiquiátrico, los pabellones se separaban solamente por bardas. Cuenta mi madre que una noche le dieron una charola con jeringas para ir a aplicar los medicamentos y cuando comenzó a caminar hacia el pasillo su jefa le habló, o al menos ella creyó que le hablaban y se regresó a ver qué era lo que quería la jefa, y ésta le respondió que a ella no le hablaba, sino a la otra chica que iba con ella, que le molestaba que fueran siempre en pares, pues así tenían tiempo para estar de flojas, entonces mi madre le respondió que ella iba a ir sola a aplicar los medicamentos y fue entonces que la jefa la ignoró y se fue siguiendo y hablándole a la otra chica, que por supuesto la ignoró y se perdió entre los pilares. Cuando regresó la jefa enojadísima le dijo a mi mamá que castigaría a todo aquel que encubriera a la chica, por la mañana formó a todo mundo en la entrega de guardia pero nunca encontró a la chica.
2. Mi mamá tenía una amiga, Marina QEPD, quien desde que trabajaban en la zona de tierra caliente, en Cosamaloapan, le contaba que veía cosas y que al principio no se espantaba porque lo veía muy natural, ya después cuando algo no cuadraba, era cuando se sacaba de onda. Una noche estaban mi mamá y Marina tomando café en la noche, de esas noches que el bochorno no deja dormir y la gente se queda a platicar ya noche en lo que refresca un poco, en aquel entonces vivían ellas una frente a la otra, y al cruzar la calle, Marina le hacía señas a mi mamá y algo le decía pero no puso demasiada atención. Al día siguiente le preguntó que porqué tantas señas y Marina le contestó que cuando cruzaba la calle había muchos niños a su alrededor pero que ella caminaba e incluso los atropellaba pero no se detenía y que los niños la jalaban para que jugara pero mi mamá los ignoraba. Cabe decir que eso sólo lo vio Marina porque mi madre nunca vio o sintió nada.
3. Cuenta mi madre que recién me había tenido una tarde después de bañarme me acostó en la cama arropado como el típico tamal mexicano, y que ella se había encerrado en la casita en la que vivía, que era un departamento bastante pequeño: sala o estancia, cocina, patio y una recámara con baño que conectaba al patio. Entonces para evitar corrientes de aire, había cerrado todas las ventanas, el caso es que yo estaba a media cama todo envuelto y ella iba a darme de comer, cuando sintió un estupor muy fuerte y se desvanecía por lo que se recostó en la cama, y aunque con su mano intentaba alcanzarme, dice que me veía lejísimos de ella, y aunque intentaba despertar, se sentía muy muy pesada, muy cansada, hasta que de repente escuchó mi llanto y eso la puso alerta y se despertó, y ahí fue cuando me encontró todo descubierto, como si alguien me hubiera destapado todo, las mantas estaban extendidas sobre la cama y yo lloraba, cuando buscó por la habitación vió que la puerta que daba al patio estaba abierta. Me revisó porque lo primero que pensó es que algún animal me hubiera picado, un escorpión quizás o algo por el estilo y pues no encontró nada, yo lloraba mucho, así que se salió con chamaco en brazos a casa de una vecina pues ella estaba muy consternada pues no terminaba de comprender y pues ya platicándole todo eso, la vecina le dijo que quizás había sido una bruja, así que limpió a mi mamá con un huevo, a mi me pusieron las pulseras de hilo rojo y pusieron tijeras abiertas en forma de cruz debajo de la cama. Hasta la fecha ella no se explica cómo si estaba todo cerrado la puerta se abrió y yo estaba desenvuelto y casi a la orilla de la cama.
Eso es un poco de lo que me ha contado mi madre...
Saludos.
1. Cuando mi madre era joven y estudiaba enfermería, realizaba sus prácticas en el antigüo Hospital Civil de Orizaba, el que ahora es el Museo de Arte el Estado de Veracruz, éste a su vez fue un convento de monjes, no recuerdo la orden. Pues bien ese hospital tenía integrado al hospital psiquiátrico, los pabellones se separaban solamente por bardas. Cuenta mi madre que una noche le dieron una charola con jeringas para ir a aplicar los medicamentos y cuando comenzó a caminar hacia el pasillo su jefa le habló, o al menos ella creyó que le hablaban y se regresó a ver qué era lo que quería la jefa, y ésta le respondió que a ella no le hablaba, sino a la otra chica que iba con ella, que le molestaba que fueran siempre en pares, pues así tenían tiempo para estar de flojas, entonces mi madre le respondió que ella iba a ir sola a aplicar los medicamentos y fue entonces que la jefa la ignoró y se fue siguiendo y hablándole a la otra chica, que por supuesto la ignoró y se perdió entre los pilares. Cuando regresó la jefa enojadísima le dijo a mi mamá que castigaría a todo aquel que encubriera a la chica, por la mañana formó a todo mundo en la entrega de guardia pero nunca encontró a la chica.
2. Mi mamá tenía una amiga, Marina QEPD, quien desde que trabajaban en la zona de tierra caliente, en Cosamaloapan, le contaba que veía cosas y que al principio no se espantaba porque lo veía muy natural, ya después cuando algo no cuadraba, era cuando se sacaba de onda. Una noche estaban mi mamá y Marina tomando café en la noche, de esas noches que el bochorno no deja dormir y la gente se queda a platicar ya noche en lo que refresca un poco, en aquel entonces vivían ellas una frente a la otra, y al cruzar la calle, Marina le hacía señas a mi mamá y algo le decía pero no puso demasiada atención. Al día siguiente le preguntó que porqué tantas señas y Marina le contestó que cuando cruzaba la calle había muchos niños a su alrededor pero que ella caminaba e incluso los atropellaba pero no se detenía y que los niños la jalaban para que jugara pero mi mamá los ignoraba. Cabe decir que eso sólo lo vio Marina porque mi madre nunca vio o sintió nada.
3. Cuenta mi madre que recién me había tenido una tarde después de bañarme me acostó en la cama arropado como el típico tamal mexicano, y que ella se había encerrado en la casita en la que vivía, que era un departamento bastante pequeño: sala o estancia, cocina, patio y una recámara con baño que conectaba al patio. Entonces para evitar corrientes de aire, había cerrado todas las ventanas, el caso es que yo estaba a media cama todo envuelto y ella iba a darme de comer, cuando sintió un estupor muy fuerte y se desvanecía por lo que se recostó en la cama, y aunque con su mano intentaba alcanzarme, dice que me veía lejísimos de ella, y aunque intentaba despertar, se sentía muy muy pesada, muy cansada, hasta que de repente escuchó mi llanto y eso la puso alerta y se despertó, y ahí fue cuando me encontró todo descubierto, como si alguien me hubiera destapado todo, las mantas estaban extendidas sobre la cama y yo lloraba, cuando buscó por la habitación vió que la puerta que daba al patio estaba abierta. Me revisó porque lo primero que pensó es que algún animal me hubiera picado, un escorpión quizás o algo por el estilo y pues no encontró nada, yo lloraba mucho, así que se salió con chamaco en brazos a casa de una vecina pues ella estaba muy consternada pues no terminaba de comprender y pues ya platicándole todo eso, la vecina le dijo que quizás había sido una bruja, así que limpió a mi mamá con un huevo, a mi me pusieron las pulseras de hilo rojo y pusieron tijeras abiertas en forma de cruz debajo de la cama. Hasta la fecha ella no se explica cómo si estaba todo cerrado la puerta se abrió y yo estaba desenvuelto y casi a la orilla de la cama.
Eso es un poco de lo que me ha contado mi madre...
Saludos.