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Bovino Milenario
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La CNDH señaló que de haber existido los disparos de frente al momento del ataque, éstos habrían privado de la vida al conductor y al copiloto.
Foto: Especial
Testigos reportaron que al pasar por el lugar del ataque a las 21:30 sólo estaba la camioneta Tahoe, y que más tarde ya había otros dos vehículos
Foto: Especial
Silvia Garduño
Cd. de México (17 junio 2010).- La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) concluyó que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) alteró la escena en la que murieron los niños Martín y Brayan Almanza Salazar, de 5 y 9 años de edad, en un retén militar en Tamaulipas el pasado 3 de abril.
El Ombudsman nacional, Raúl Plascencia, presentó ayer la recomendación 036/2010 por los hechos y señaló que según las investigaciones, la Sedena colocó dos vehículos más en la escena del crimen para simular un enfrentamiento con miembros del crimen organizado.
Además, indicó que la camioneta en la que viajaban los niños y 11 personas más fue baleada en distintos momentos: la defensa y el costado izquierdo al momento de la agresión, y posteriormente en el parabrisas y el cofre.
"El estudio de las evidencias lleva a concluir que el contenido del informe de la autoridad responsable (la Sedena) no tiene sustento ni apego a las evidencias que logró allegarse esta Comisión Nacional y que existió, además, un indebido levantamiento de indicios y de preservación de las evidencias.
"Por otra parte, esta Comisión Nacional observó que se realizaron maniobras para alterar el sentido de las investigaciones", indica el texto de la recomendación de la CNDH.
Dirigida al Secretario de la Defensa, Guillermo Galván, y al Procurador General de la República, Arturo Chávez, la recomendación destaca que el sábado 3 de abril de 2010, 13 personas que viajaban en una camioneta fueron agredidas con disparos y granadas de fragmentación entre los kilómetros 117 y 116 de la carretera Nuevo Laredo-Reynosa, en el tramo Ciudad Mier-Nueva Ciudad Guerrero, Tamaulipas.
Dichos disparos ocasionaron la muerte de Martín y Brayan Almanza Salazar.
De acuerdo con los testimonios, la camioneta disminuyó la velocidad y bajó los cristales al observar cuatro unidades militares paradas.
La familia avanzó cuando un soldado les hizo un ademán con la mano, dándoles el paso; inmediatamente después les comenzaron a disparar, únicamente por detrás de la camioneta y por el lado izquierdo.
No obstante, el vehículo presentaba disparos en el parabrisas y cofre.
"En relación con los orificios de arma de fuego descritos en el asiento delantero derecho, es posible establecer que el disparador o victimario se encontraba por afuera y al frente del vehículo en estudio; asimismo, que este lugar no se encontraba ocupado por persona alguna con base a la ausencia de maculaciones de fluidos biológicos (manchas hemáticas o de tejidos blandos), por lo que muy probablemente fueron realizados una vez que la camioneta estaba desocupada", advierte.
La CNDH señaló que no encontró sustento a lo dicho por la Sedena, en el sentido de que la muerte de los menores de edad y las heridas a otras cinco personas fueron resultado de fuego cruzado entre personal militar y delincuentes.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos pidió a Sedena abstenerse de alterar las escenas de los hechos y/o tergiversar la verdad histórica de los mismos.
Asimismo señaló que la dependencia se negó a entregar copias certificadas de los exámenes toxicológicos que se debieron practicar a los militares que intervinieron en la agresión.
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