Hola!

Registrándote como bakuno podrás publicar, compartir y comunicarte en privado con otros bakuos :D

Regístrame ya!

En el Día Mundial de la Salud

Dragut

Bovino de alcurnia
Desde
4 Abr 2006
Mensajes
2.355
(Resubido por mandato divino :memeo: )
---------------------------------------------

En el Día Mundial de la Salud

Mientras los invitados disfrutan de la fiesta
encerrados en el castillo, la gente del pueblo
continúa muriendo fuera, atacada por la enfermedad
y sin ninguna ayuda.

Como en el relato de Poe, la comunidad internacional celebra hoy su particular bailes de disfraces: el Día Mundial de la Salud. Hay revuelos de batas blancas, se fijan objetivos, el oropel de las palabras flota en el aire y se levantan retóricos monumentos a la ciencia de los galenos.
Dos convidados hay que miran hacia otro lado: la Organización Mundial de Salud prefiere no aguar la fiesta con sus estadísticas, frías, limpias y funcionales en las que cada número apunta a una muerte, a una invalidez o a un olvido. Las grandes industrias farmacéuticas, por su parte, miran hacia el techo y silban una tonadilla esperando el momento más idóneo para abandonar la fiesta sin que se note mucho.

Seamos hoy, querido lector, usted y yo, quienes como en el relato de Allan Poe nos pongamos la máscara roja para señalar con el dedo.
Los gobiernos occidentales invierten el 90% de sus recursos en I+D (investigación y desarrollo) para medicamentos que únicamente consume el 10% de la población mundial. Cada día aparecen, así, nuevos remedios contra la obesidad, el estrés, la impotencia, el colesterol, el tabaquismo, las jaquecas, el cáncer o las depresiones. Y es que, en este mundo extraño que nos toca vivir, ni siquiera las enfermedades son democráticas; cuanto menos sus soluciones.
Consulte a su farmacéutico: si tiene usted acidez de estómago o sobrepeso, dispone de más de 50 tipos de medicamentos semejantes para combatirlo.

Por otro lado, enfermedades “olvidadas” como la llamada "enfermedad del sueño" (tripanosomiasis humana africana), transmitida por la mosca tse-tsé, y que afecta a más de un millón de personas. O la leishmaniasis, conocida como kala-azar, que sufren unos 12 millones de personas. O el mal de Chagas, que mata cada año a 50.000 personas. En total, para no aburrirle, podemos resumir diciendo que estas y otras enfermedades atacan a 750 millones de personas, de las cuales medio millón morirán antes de que termine el año. ¿Un mal divino ante el que no quepa más que resignarse? No parece indicarlo así la OMS cuando señala que la mayoría de estas enfermedades podrían desterrarse del planeta en pocos años si se invirtiera un mínimo de recursos en el estudio e investigación de las mismas. Y ni se ha hecho, ni se está haciendo.

¿Por qué?
Porque esos 750 millones de personas viven respectivamente en el África subsahariana, en el sudeste asiático y en latinoamérica, o, si lo prefiere, querido lector, porque son pobres. No son pacientes rentables y por lo tanto, al único desarrollo al que tienen derecho es al desarrollo de sus enfermedades. Todo lo que se invirtiera, pues, en investigar y tratar esas enfermedades únicamente valdría para salvar vidas pero no cuentas de resultados de los accionistas de los laboratorios. Enhorabuena, señor Malthus.

En otro orden de cosas, el VIH sigue empeñado en desbaratar las optimistas previsiones de quienes redactaron los Objetivos del Milenio. Esta enfermedad se nos mostró como la más “democrática” al arrebatar la vida por igual a ciudadanos de países ricos como de países empobrecidos. Un análisis más detenido nos devolverá a la realidad de que en determinados países africanos o asiáticos, el SIDA afecta ya a un 85% de la población en una franja de edad comprendida entre los 16 y los 45 años. El caso más curioso, por lo que de infame tiene el comportamiento de los laboratorios farmacéuticos, es el de Sudáfrica. Allí el castigo del VIH es particularmente violento amenazando incluso con paralizar la economía del país en generaciones venideras. El gobierno sudafricano, consciente de ello, y con un inmenso sacrificio económico destinado a investigación, consiguió un medicamento retroviral cuyo precio, al ser de obtención más barata, podría estar al alcance de toda la población. Difícil será, ya que las industrias farmacéuticas paralizan la distribución de dicho medicamento a base de demandas judiciales sobre la patente del mismo. Y es que una cosa es ser desleal con la Humanidad, y otra es serlo con los intereses de mercado.

El SIDA, sí, cuya detección en estos países es una mera hipótesis por falta de medios y cuyos síntomas por cierto son similares, en su fase terminal, a los de la desnutrición: esqueletismo, fiebres, diarreas, caída de uñas, cabello y dientes. Clásica es ya la discusión en el foro clínico sobre si, ante la ausencia de mecanismos adecuados de detección hay que achacar estas muertes al VIH o al Hambre; poco importa, ya que quien muere de una cosa, generalmente suele padecer de ambas. Y sólo se trata de una carrera demencial por determinar en qué epígrafe de los impresos estadísticos de la OMS debe ir anotado.
Porque no me negará la razón, querido lector, en lo curioso que resulta el empeño de la comunidad internacional por dotar de cobertura sanitaria a la población mundial, mientras nos envenenan el aire, se fabrican y distribuyen cada vez más armas y la mayor parte de las personas no tienen acceso a agua potable o a un simple pedazo de pan.
Recuerda un poco la actitud de cierto sector religioso al instar a los organismos sanitarios a combatir el SIDA mientras por otro lado proscriben el uso del preservativo.

El Hambre, en exceso o en defecto, ha dejado de ser un problema político y un problema humanitario para convertirse en una enfermedad propia del tiempo y la sociedad en que vivimos. Clínicas de adelgazamiento, gimnasios, milagrosos artefactos de venta por correo, operaciones de reducción de estómago o de extracción de grasas, todo vale. Porque todo sobra. Quien tiene dinero para comer de más, tiene dinero para comprar medicinas que lo solucionen. Y eso lo sé yo, lo sabe usted, querido lector, y lo sabe la industria farmacéutica. Al otro lado, volvemos a la paradoja: mientras en nuestras ciudades miles de adolescentes, empujadas por los cánones que marca la televisión, rechazan la comida y se consumen ilusionados por perder peso, un poco más lejos otros adolescentes, empujados por nuestra avaricia y nuestra indiferencia occidental, suplican la comida y se consumen ilusionados por no perder la vida.

Todos igualmente víctimas, no nos engañemos. Unos de la publicidad, otros de la Hambruna, esa vieja desdentada que afila su guadaña cada día, y la responsable de que las enfermedades se ceben especialmente de los cuerpos debilitados.
Porque, puede uno concluir, la mejor medicina para la población mundial parece ser el pan y la ausencia de balas.
Centrémonos en eso.

Abrazotes.
 
Que bueno que lo has resubido camarada.

Este, como muchos de tus temas, siempre es bueno tenerlos presentes sobre todo porque, (para desgracia nuestra) siguen vigentes. :S

Un abrazo.

p.d. me lo llevo a mis anotaciones por si se vuelve a ofrece que alguien lo ocupe ;)
 
Muchas gracias Dragut por haberlo subido nuevamente
Como bien dice eoz, desafortunadamente sigue vigente
Yo lo estoy usando, y espero no te moleste, en otro foro, donde le aplauden y veneran a la OMS como el gran salvador de la salud en el mundo
Mil Gracias y te regreso el saludo como tu lo haces
Un abrazote
 
Esto es lo que intentaba conseguir, que bueno que el buen Dragut lo resubió, espero sirva elmoyo ;)
 
yo no lo habia leido, que buen texto y que revelador, gracias por compartirlo. pido permiso a dragut para mandarlo a mis contactos del msn...
 
y veneran a la OMS como el gran salvador de la salud en el mundo
En las charlas relajadas yo siempre suelo comprar a la OMS con el scandisk de windows: se le ve con buena voluntad pero uno no sabe muy bien para qué demonios sirve. Además de hacer estadísticas sobre el número de muertos por causas que a ella le ocuparía solucionar. Lamentablemente las industrias farmacéuticas no le dejan margen alguno de maniobra ni de capacidad operativa; es lo que tiene el que las instituciones se hallen bajo las directices del gran capital.

Y bueno, ni qué decir tiene que este texto y todos los demás con los que os castigo, están a vuestra entera disposición para cualquier cosa que os puedan ser útiles.

Abrazotes.
 
Que bueno que lo has resubido camarada.

Este, como muchos de tus temas, siempre es bueno tenerlos presentes sobre todo porque, (para desgracia nuestra) siguen vigentes. :S

Un abrazo.

p.d. me lo llevo a mis anotaciones por si se vuelve a ofrece que alguien lo ocupe ;)

Y ?????????

Tu opinión????

Tanto que banneas y pones infracciones por opiniones como esta...

YO

TAMBIEN pienso que es un gran tema y que es bueno tenerlo en mente en la actualidad, porque es necesario tener conciencia de estos problemas que menciona...


¿? :chavo:
 
Y ?????????

Tu opinión????

Tanto que banneas y pones infracciones por opiniones como esta...
Su opinión ya la expuso largo y tendido en alguna de las 2 veces anteriores que he resubido el tema; esta vez tan sólo lo resubí a sugerencia de un compañero y de paso para que lo puedan leer quienes no estaban antes.

Abrazotes.
 
Volver
Arriba