En una ocasión a mi esposa y a mí se nos ocurrió ir al cine, por dos sencillas razones: era primavera y el lugar era fresco, y la segunda, pues queríamos distraernos de tanto trabajo que teníamos.
Cómo mencioné, era primavera por lo que mi señora se puso un vestido a tono, un poco corto pero nada exagerado, sin escote, pero es vestido ameritaba ir sin brassier por lo que dejó sus tetas libres. Ya en el lugar seleccionamos una película, al parecer ya llevaba tiempo en cartelera, compramos la entrada y unos chocolates y refresco. Ya cuando entramos nos dimos cuenta que si acaso había diez personas en total en la sala, la mayoría sentados de la mitad hacia adelante, por lo que tomamos los asientos que estaban casi hasta arriba. Había una persona a unos 8 metros por lo que ni siquiera podíamos decir que estaba cerca. Así empezamos a ver la película, la cual estaba bastante aburrida, así que me di a la tarea de pasar mi mano por encima de los hombros de mi esposa y empezar a tocar sus pechos sobre el vestido, ella no dijo nada y me dejó ser, yo feliz empecé a meter mano dentro del vestido para poder tocar bien esas tetas blanquitas que me vuelven loco, y se me ocurrió en ese momento, los tirantes eran de amarrar por lo que uno de los tirantes lo solté del nudo, ella no dijo nada, así que hice lo mismo con el otro tirante, inmediatamente ella estaba con los pechos al aire en el cine, empecé a chupar esos pezones rosa y darles pequeños mordiscos, de reojo veía si el sujeto nos veía, pero parecía absorto en la película.
Continuaba jugando con las tetas de mi esposa, ella ya básicamente con una falda porque no tenía nada arriba que le cubriera, baje mi mano y descubrí que llevaba una tanga, así que en un momento de calentura extrema deslice su vestido para quitárselo, ella no opuso resistencia y quedó solo en tanga en la sala del cine. Estaba excitadisima mi mujer, lo notaba por lo mojada de la tanga y porque sus labios estaban inchados, empecé a jugar con su chochito, metiendo los dedos para mejorar su placer, ella contenía los gemidos. Quité los descansabrazos que nos estorbaban, inclusive los de las bancas cercanas, saque mi pene y le pedí que me hiciera un oral, ella se inclinó hacia mi dejando ver su culo hacia la posición del sujeto, que pude ver estaba viendo hacia nosotros, se levantó y se acercó a dónde estábamos, mi esposa no se había dado cuenta, yo estaba recibiendo un oral increíble y en eso le quité la tanga para que el sujeto viera bien el culo de mi mujer. El tipo de sacó el pene, y en un movimiento muy arriesgado pero bajo mi anuencia, colocó su pene en la entrada de mi mujer y arremetió, ella solo suspiró y siguió con su oral, así estuvimos hasta que me vine en su boca y el tipo dentro de mi mujer, le di su vestido para que se tapara y la tanga se la regale al sujeto, llena de los jugos de mi mujer. Cuando salimos me dijo que deberíamos repetir la situación. Ahora con la pandemia no hemos podido, pero tan pronto se acabe buscaremos repetir.