“EN EL BAILE”
El abuelo contaba, que una de sus primas lejanas, murió de una forma cruel e inexplicable, todo ocurrió en el año de 1927, hay en el pueblo, se celebraban las fiestas del santo patrono, como era costumbre, se realizaban, carreras de caballos, peleas de gallos, kermeses, bailes y otras tantas cosas, fue hay en uno de eses bailes donde ocurrió la tragedia.

Era el último domingo del mes, el día que según los mayores, anda suelto el diablo, pero esto no era impedimento para que se celebrara un gran baile en honor del santo patrono, todo estaba listo, la banda afinaba sus instrumentos, la gente comenzaba a llegar, las bebidas espirituosas se vendían como pan caliente, las jóvenes más bellas de la región hacían acto de presencia, agustina era una de ellas, joven alta, de rasgos finos y delicados, sus ojos eran de un azul, que solamente el mar es capaz de igualar, sus formas asemejaban las de una guitarra y su voz suave como el cantar de golondrinas.

Agustina sabía muy bien, cuál era el alcance de su belleza, podía conseguir al hombre que ella quisiera, solo que ese no era su principal objetivo, era jugar con ellos, hacer que se perdieran de amor con tan solo un coqueteo, que se mataron por conseguir sus caricias, y no faltaba quien callera en sus redes. Así que llego al baile buscando ser el centro de atención y lo logro, todos volteaban a verla cuando pasaba a su lado, se sentó en una mesa esperando que algún incauto la sacara a bailar, solo para despreciarlo y burlarse de él. Agustina no tenía amigas, porque todas las jóvenes del pueblo sentían envidia de su belleza.

Comenzó a hacerse tarde y ya nadie sacaba a bailar a agustina, tenían miedo ser objeto de sus desprecios, así que mejor decidió irse a su casa a descansar, pero noto que desde el otro lado del salón, alguien la observaba fijamente, no lo conocía, pero noto que era el hombre más guapo que había visto en su vida, rasgos masculinos, pelo negro, fornido y muy bien arreglado, su ropa era elegante, no se parecía en nada a los rancheros que ella conocía. El tipo se dirigió hasta donde estaba ella y le saco plática, le pregunto su nombre y que si le concedía una pieza, agustina no se pudo resistir, así que accedió, solo que el tipo le dijo, que por ningún motivo le fuera a ver los pies.

No le dio importancia a la petición del tipo, en seguida todas los demás se apartaban para ver bailar a la joven pareja, se veían muy bien, el tipo le dijo llamarse Ernesto, que venía de un lugar muy lejano, solo para conocerla a ella, que quedo muy impresionado con su belleza, que los rumores eran ciertos, le dijo, si tú quieres yo te puedo hacer la mujer más rica del mundo, con migo no te faltara nada, solo dime que estarás con migo para siempre, en cuerpo y alma, agustina le dijo que siempre estaría con él, cuando de reojo bajo la mirada, y noto que no tenía pies, lo que tenía era un par de pesuñas de chivo, se quiso apartar de el pero no pudo, la cara de Ernesto se trasformó, sus ojo se pusieron rojos, le salieron unos largos colmillos llenos de sangre y de su frente comenzaron a brotarle cuernos y su voz se tornó más ronca cada vez.

La gente se dio cuenta de esto y comenzaron a correr asustados buscando ayuda, la pareja comenzó a flotar por todo el salón, agustina gritaba que la ayudaran, pero nadie hacia nada, el diablo comenzó a golpearla y le decía “ tú eres mía y te vas a ir al infierno con migo”, de repente el cura del pueblo irrumpió en el salón y comenzó a rezar, los pocos que se quedaron a ver, se tomaron de las manos y se pusieron a rezan con el cura, hasta que el diablo soltó a agustina y salió volando por una ventana.

Agustina no murió aquel día, pero hubiera sido mejor, como decía ella, no volvió a ser la misma, no dormía en las noches, por que esperaba que el diablo fuera por ella, casi no salía de su casa, solo a la iglesia, su belleza se fue, solo le quedaba su alma, pero ya no era de ella, todo termino el día que la encontraron colgada en un árbol de su casa, la familia decía, que el diablo había venido por ella.