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Rafael Mathus Ruiz
7 de Septiembre de 2018
En fila, los funcionarios de la Casa Blanca negaron la autoría de la nota de opinión anónima que revela la resistencia interna al magnate; fuertes críticas a los medios de comuniación..........Fuente: Reuters - Crédito: Chris Wattie
WASHINGTON.- "¿Quién fue?" La pregunta recorrió los pasillos del poder de Washington, y se convirtió en la última obsesión de la Casa Blanca de Donald Trump , ya de por sí caótica, y ahora trastocada como nunca por una crisis interna inédita desatada por la columna anónima de un alto funcionario publicada por The New York Times que deshilacha la autoridad del presidente.
Ante la furia presidencial, casi todos los integrantes del gabinete de Trump se ocuparon de dar, en persona o a través de sus voceros, un mensaje calcado: "Yo no fui".
La extraordinaria columna publicada por el Times, que califica a Trump de amoral, y destroza su estilo de liderazgo como "impetuoso" e "insignificante e ineficaz", describe a una resistencia interna que trabaja día a día para limitar al mandatario, evitar un caos mayor dentro de su gobierno y proteger al país. Como sucede con cada escándalo que brota de la Casa Blanca, en Washington casi no se habló de otra cosa.
La publicación de la columna se dio casi a la par de que se conocieron los primeros extractos del último libro sobre la presidencia de Trump, escrito por Bob Woodward, uno de los legendarios periodistas de The Washington Post que reveló el escándalo Watergate durante la presidencia de Richard Nixon.
La columna y el libro de Woodward tienen un hilo común: ambos pintan un gobierno caótico y un presidente desatado y mentiroso -realidades ya conocidas-, que lidera una administración generosa en internas, con colaboradores que se niegan a seguir algunas de sus directivas.
Trump contraatacó las críticas a su gobierno y la revelación de una "resistencia interna" con un nuevo ataque a la prensa, acusaciones de traición y un breve listado de sus logros, los cuales, para sus fervientes seguidores, son mucho más relevantes y significativos que cualquier escándalo que cautive a la prensa y la capital política del país.
"El Estado profundo y la izquierda, y su vehículo, los medios de noticias falsas, se vuelven locos, y no saben qué hacer", tuiteó ayer Trump.
"La economía está en auge como nunca antes, el trabajo está en picos históricos, pronto DOS jueces en la Corte Suprema, y tal vez desclasificación para encontrar corrupción adicional. ¡Guauu!", cerró el presidente.
"Es una desgracia", dijo el vicepresidente, Mike Pence. "Debería renunciar", agregó, al hablar del autor. Pence fue uno de los miembros del gobierno que se vio forzado a una atípica declaración: negar haber escrito la columna. "Él era mi primera opción", bromeó la líder demócrata, Nancy Pelosi.
Además de Pence, una veintena de altos funcionarios de Trump fustigaron la columna y negaron haberla escrito. Al final, eran menos las figuras del gobierno que no habían dicho nada que quienes negaron tener algo que ver. Incluso la primera dama, Melania Trump, emitió un comunicado criticando el uso de "fuentes sin identificar" en la prensa. "Al escritor de la columna: no estás protegiendo este país, estás saboteándolo con tus acciones cobardes", dijo la esposa del mandatario.
En medio de lo que la prensa describía como una "cacería" para dar con el autor, la vocera presidencial, Sarah Sanders, también cargó contra los medios por su "loca obsesión" por identificar "al cobarde anónimo" que escribió la columna. En otro giro inédito, Sanders publicó en un tuit el número de teléfono de la sección Opinión del Times y alentó a la gente a llamar al diario. "Ellos son los únicos cómplices en este engañoso acto", fustigó Sanders.
Hubo, también, espacio para las bromas: "Me sorprende lo bien que escribe Ivanka", bromeó el comediante Jimmy Kimmel.
Los asesores que no se consideran traidores
Negaron ser los autores de la nota de opinión
- Mike Pence, vicepresidente: "El vicepresidente pone su nombre en sus editoriales. El @nytimes debería estar avergonzado, al igual que la persona que escribió este artículo de opinión"
- Mike Pompeo, secretario de estado: "No es mío. Si uno no está en posición de realizar el proyecto del jefe, solo queda una opción: irse. Esta persona socava lo que el presidente trata de hacer"
- Daniel Coats, director de Inteligencia
- Steven Mnuchin, secretario del Tesoro
- Nikki Haley, embajadora ante la ONU
- Mick Mulvaney, jefe de Presupuesto
- Ben Carson, secretario de Vivienda
- Jeff Sessions, fiscal general
- Kirstjen Nielsen, jefa de Seguridad Nacional
Fuente
Rafa Mathus anda atrasado de noticias, la paranoia se instaló en la Casa de la Risa desde que supieron que el Bufón Mayor se instalaría ahí. Lo sucedido ahora no es mas que una muesca más en las cachas de la Trumpistolita. Y la guacamaya oficial, Sarah Sanders, esforzándose al máximo por parecerse lo más posible a su adorado monigote naranja. ¿Será que "quiere" con él? Con eso de que Melania ya ni siquiera deja que el Trompudo le roce la mano (¿le dará asco? ¡Nah!), pues ha de pensar que ahí hay una posibilidad... JAJAJAJAJAJAJAJA. A estas alturas el vejete se contentaría con que una mujercita al menos "le haga piojito" por las tardes. En algunas etnias mexicanas del centro de la república dicen que "a falta de pan... peyote".