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El viejito de mi Jefe TERCERA PARTE

Ernestoduran

Becerro
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27 Ago 2009
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29
Aquel enorme trozo de carne en mi boca, me hacía casi asfixiar, el viejito no hacía ningún movimiento, ni yo para no hacerme volver el estómago, me sentía completamente atravesada, no había un milímetro de su verga fuera, toda me la había comido.

(Tercera parte)

Nos quedamos así en esa posición sin hacer ningún movimiento aproximadamente un minuto, tiempo que me permitió el acostumbrarme a tener el sable de mi jefe atravesando mis entrañas por el orificio de mi boca; y regularizar mi respiración ya ahora sin sentir la asfixia que sentía a un principio.

El viejito de mi jefe, lentamente hizo unos pequeños movimientos para meter y sacar aquel monstruo de verga que me había metido en la boca espléndidamente y de un a certera estocada, lo metía y sacaba escasos uno o dos milímetros en cada movimiento, lo hacía muy lentamente, para sacarlo hacía su cuerpo hacia atrás y para meterlo me tomaba con firmeza la cabeza para realizar nueva embestida, así lo hizo en varias ocasiones y fue aumentando la distancia poco a poco hasta sacar y meter aproximadamente unos diez centímetros de su enorme verga de mi boca, quedando dentro de mi mucho más de las dos terceras partes de aquel garrote de carne dentro de mi; fue metiendo y sacando cada vez con mas frecuencia y distancia su verga, llegando al momento de sacarla hasta mis anginas y volviéndola a introducir, el roce de la cabeza de su verga con mi campanilla al momento de sacarla, era la justa señal para él de que tenía que volverla a meter, jamás en toda mi vida de casada Saúl había logrado introducir su verga hasta mis anginas; y no porque no la tenga grande, sino que cuando me pide Saúl que se la mame, en cuanto siento que llega a rozar un poco mi campanilla, me dan nauseas incontenibles, lo que ahora no estaba ocurriendo con el viejito de mi jefe, no obstante de tener su enorme verga como quince centímetros mas adentro de mis anginas, lo que confirma que los años dan mayor experiencia en el arte de coger.

Aquellas embestidas que realizaba el viejito con su garrote en mi boca, me excitaron de una forma sobrenatural, llegando a mi segundo orgasmo el cual sentí que fue de forma prolongada y abundante, de mis entrañas vaginales salían borbotones hirvientes de jugos vaginales, los cuales recorrían sin parar mis labios vaginales, majando aún mas y mas el triangulito de mi tanguita y el asiento de mi silla cual cascada hirviente de placer. Aquel orgasmo hacía que si cuerpo se convulsionara cual serpiente arrastrándose en las arenas quemantes del desierto; al sentir aquel orgasmo sin igual, mis manos fueron directamente a las nalgas de mi jefe, ahora era yo quien las aprisionaba con gran fuerza contra mi cara, tratando de que su enorme verga penetrara completamente dentro de mi boca, quería tenerla toda dentro de mi y cada vez quería yo mas y mas, ahí me di cuenta que no le estaba mamando la verga al viejito de mi jefe, sino que él me estaba cogiendo por la boca, a cada embestida que daba con su enorme garrote en mi boca, claramente sentía como apretaba las nalgas para que su verga se pusiera aún mas tiesa; al darse cuenta que ahora yo era quien hacía por tener su verga dentro de mi al tenerlo sujeto por sus nalgas, su manos fueron bajando de mi cabeza a los hombros, acariciándolos con una sutileza sin igual, sin dejas de cogerme por la boca; con toda maestría logró introducir sus manos por debajo de los tirantes de mi bracier y junto con mi blusa los fue bajando por entre mis hombros, no costándole dificultad alguna, pues el escote de mi blusa permitía realizar esa maniobra sin dificultad alguna, los bajó hasta la mitad de mis antebrazos, los dejó ahí y sus manos volvieron a subir a mis hombros y recorrer ahora mis hombros y espalda, acariciándola con sus manos duras y ásperas por el transcurso de la vida. Acariciaba mis hombros y espalda con una suavidad como si estuviera acariciando el más fino de los terciopelos, poco a poco dirigió sus manos hasta mis antebrazos y bajó mi blusa a la altura de mis codos, dejando los tirantes de mi bracier en la posición de la mitad de mis antebrazos; al bajar mi blusa a la altura de mis codos, mis tetas podían notarse en todo su esplendor aún mas voluptuosas por la media copa del mismo, sin sacarme la verga de mi boca, dirigió sus manos hacia mis volcanes y metió sus rasposas manos entre mi bracier y mis tetas, sintiendo de inmediato mis pezones que se encontraban completamente erguidos, duros cual canicas, comenzó primeramente a rozarlos tiernamente entre sus dedos, mis pezones se ponían cada ves mas y mas duros, posó su dedo índice de cada mano en cada uno de mis pezones y comenzó a sumirlos, yo no dejaba de empujar sus nalgas hacia mi, apoyando sus embestidas contra mi boca, no podía gritarle que se viniera pero era lo que mas ansiaba quería sentir su leche entrar en mis entrañas, solo podía gemir incontrolablemente de mi nariz solo se escuchaba “mgmgmgmgmgmgmgmg”, dejó de presionar mis pezones y bajó sus manos para poder agarrar con toda su mano mis tetas, esto ocasionó que la media copa de mi bracier se bajara completamente, mis tetas por fin eran liberadas de su prisión, ahora eran sostenidas por dos manos duras y rasposas, el viejito las apretaba como queriendo exprimirlas y sacarles cualquier ápice de jugo que pudieran tener, a cada embestida de verga que me daba, me exprimía las tetas y yo apretaba sus nalgas, de repente cambió la forma de de acariciarme las tetas ya que ahora ya no las exprimía, sino que abrió sus manos y solo me apachurraba mis senos y pezones con toda la palma de sus manos, en verdad sus años le han dado la experiencia de saber cómo manejar su enorme verga para coger por la boca a cualquier mujer, la sutileza para excitar y provocar en cualquier mujer los orgasmos que hasta ahora me ha hecho sentir, la maestría de acariciar mis tetas y pezones con la dulzura y frenesí necesario para desear cada vez más y más. La sensación que me hacía sentir en esos momentos de que me estuviera cogiendo por la boca y acariciando mis tetas y pezones como nadie jamás lo había hecho, era de un completo sometimiento a su voluntad, no era sumisión de una subordinada a un jefe, sino una completa obediencia de un esclava a su amo, mi voluntad era de él, yo era su alumna y el mi maestro, de forma repentina dejó de sobarme las tetas con la palma de sus manos, sus manos se fueron directamente a las mías y las quitó de entre sus nalgas para llevármelas directamente a mis tetas, me las puso en la misma posición en que él las tenía anteriormente, con la palma de mis manos oprimiéndome las tetas y pezones y comenzó a movérmelas en forma circular, quería que yo me siguiera excitando acariciándome yo misma mis tetas y pezones, lo cual hice con suma obediencia, ahora sus manos se fueron directamente a mis cabellos, los tomo fuertemente aprisionándolos con los puños cerrados y me jaló de los cabellos hacia atrás, para sacar parte de su verga de mi boca, creí que me sacaría la verga totalmente de la boca, pero no fue así, la sacó lo suficiente para que la cabeza de su verga quedara completamente en mi boca, metiéndomela y sacándola hasta llegarme a las anginas, me tenía firmemente sujeta de los cabellos, lo cual no permitía que pudiera hacer con mi cabeza movimiento alguno, ahora sus embestidas fueron mas fuertes y con mayor rapidez, pero con la precaución de no pasar más allá de mis anginas, su tronco se ponía cada vez más duro e hinchado, subió con maestría la intensidad de sus movimientos de penetración en mi boca y me dijo “ahora si mi niña, te voy a dar la leche mas sabrosa que jamás hayas probado”, sus palabras me volvieron loca de placer, al tiempo que el me embestía, a cada penetración yo le succionaba la verga queriendo sacar lo más pronto posible el néctar tan deseado por mi, sus embestidas fueron subiendo aún mas de intensidad y en una de ellas su verga se puso durísima y detuvo la cabeza de su verga perfectamente centrada en medio de mi lengua; y ¡¡¡ o dulzura !!!!, de su enorme verga salió despavorido un torrente de semen, salía a borbotones, en milésimas de segundos, mi boca se encontraba completamente llena de leche proveniente de la verga del viejito de mi jefe, caliente, podría decir que hirviendo, yo succionaba la cabeza de su verga cada vez que su verga escupía semen a chorros, era tal la cantidad de semen que entre el tronco de su verga y mis labios, escurría semen por tal cantidad que me había arrojado, por más que trataba de apretar mis labios contra el tronco de su verga, seguía y seguía saliendo lo que provocaba que el semen se escurriera de entre mi boca cayendo en mis tetas y manos, lo que aproveché para embarrármelo cual crema de la más fina que puede existir en el planeta, tal eyaculación no se como me hizo tragar en varias ocasiones el néctar mas deseado en esos momentos, aún teniendo su verga en mi boca, pero lo trague y continué succionando y succionando, a la vez que ahora yo exprimía mis tetas, dejando marcados mis dedos en ellas.

AMIGOS: Espero comentarios para continuar con la CUARTA PARTE.

Salu2 a to2.
 
ya me avente las primeras tres aprtes de tu relato man esta poca madre
espero la continuacion:vientos:
 
Oraleee con tu historia, fregona!

Ya sabe esperamos la cuarta parte para leer k sigue pasando!

Gracias
 
oye esta de poca el relato....buena historia brother... saludos.
 
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