Ernestoduran
Becerro
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- 27 Ago 2009
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Quería sentir por mucho tiempo aquella verga en mi mano, así de dura, tiesa, cual tronco de un roble, mi mano a duras penas alcanzaba a sujetar el grosor de aquel enorme trozo de carne. Mi jefe metía y sacaba sus dedos de mi vagina a la vez que acariciaba mi clítoris, el cual se encontraba completamente duro de placer.
QUINTA PARTE
La sensación de tener empuñada su enorme verga con mi mano me proporcionaba un placer inaudito; el viejito de mi jefe continuaba masturbándome el clítoris con sus dedos, en determinados momentos dejaba de apretar mi clítoris para introducirme sus dos dedos por la vagina, metiéndolos y sacándolos con toda destreza y sin ninguna dificultad pues mis labios vaginales se encontraban completamente mojados por los inmensos orgasmos que había tenido con anterioridad.
Como nos encontrábamos de pie; y el aprisionaba mi cintura con el brazo derecho hacia él, fue bajando lentamente su mano asta agarrar mis nalgas por encima de mi faldita, inicialmente las apretó abriendo y cerrando los dedos, a cada apretón que daba a mis nalgas, las empujaba hacia el frente y con su otra mano seguía introduciéndome en la vagina sus otros dos dedos; yo mientras tanto continuaba masturbando su enorme verga, le subía y bajaba el prepucio, dejando salir la cabeza de su verga a cada movimiento de mi mano; levante la mirada para ver su rostro y observe que entremordía con sus dientes su labio inferior denotando suma satisfacción por la masturbación que le estaba haciendo, así como, por estarme penetrando con sus dedos por la vagina y tenerme completamente agarrada por las nalgas. Su dedo anular trataba con gran fuerza de introducirse en mi ano, mientras sus dedos restantes aprisionaban mis dos nalgas a la vez, mi faldita no permitía que pudiera introducir su dedo anulas en mi culito, el cual al sentir la presión de su dedo se cerraba pues yo apretaba mis nalgas, lo que excitaba mas al viejito de mi jefe; dejo de tratar de introducir su dedo en mi culito, para subir un poco su mano hacia el botón de mi faldita, el cual lo desabrochó de un solo golpe, tomó con su dedo pulgar e índice el siper del cierre de mi falda y lo fue bajando lentamente, con esto mi faldita cedió en lo ajustado que la traía; inmediatamente sacó sus dedos de mi vagina y con ambas manos deslizó mi faldita por mis caderas y piernas, cayendo al suelo; yo aproveche para con mis pies hacerla a un lado y quitarme las zapatillas que traía, quedando descalza. Subió sus manos para tomar de mis brazos mi blusa y bracier el cual ya la había desabrochado con anterioridad y dado lo grande de mi escote, los fue bajando lentamente por mis brazos, yo solté su verga por un instante para facilitar que mi blusa y bracier pudieran caer hasta el suelo, lo cual ocurrió sin ninguna dificultad, ahora me tenía desnuda frente a el, solo con mi pequeña tanguita transparente, la cual por la penetración de sus dedos en mi vagina, el listón se me metía entre mis labios vaginales, se aparto de mi unos centímetros para poder observarme con plenitud, su ojos recorrieron mi cara, mis tetas, mi vagina hasta llegar a los dedos de mis pies; yo aproveche para con mis manos comenzar a desabrochar su cinturón, lo desabroche por completo y zafé el broche de su pantalón, el cual calló de inmediato hasta el suelo, su enorme verga dura y punzante salía por el orificio de su bóxer holgado y blanco, su enorme verga subía y bajaba por la excitación del momento, subí mis manos hasta el nudo de su corbata, nuestros ojos se miraban fijamente, desabroche su corbata y la deje caer al suelo, fui desabrochando uno a uno los botones de su camisa, iniciando por los botones de los puños de su camisa, posteriormente el botón del cuello y luego los de su pecho y luego le quité la camisa completamente, dejándola caer también al suelo, mi jefe no utiliza camiseta por lo que inmediatamente quedó su pecho al descubierto, sobresaliendo sobre manera sus bellos pectorales; ahora los dos nos encontrábamos en igualdad de circunstancias, pues yo solo tenía puesta mi tanguita transparente y el su bóxer del cual salía aquel tronco que me había cogido oralmente; yo tome ahora la iniciativa y lentamente fui lamiendo sus bellos del pecho, mi saliva iba quedando por donde pasaba mi lengua, mi boca entre abierta fue recorriendo su pecho hasta llegar a sus tetillas, con mis dientes mordisqué sus pequeños pezones, los cuales se encontraban duros de excitación, los succione como queriendo que también por ahí me arrojara semen, mientras lamía sus tetillas, mis manos se dirigieron a su bóxer y lentamente desabroche los broches de el, dejándolo caer al suelo, con un movimiento de sus pies retiró su pantalón y el bóxer, ya lo tenía desnudo, solo con sus zapatos y calcetines de color negro, no había necesidad de decir palabra alguna, nuestros movimientos hablaban por si mismos. Lentamente fui bajándome lentamente a la vez que mis manos recorrían su pecho, su estomago hasta llegar a su verga, al estar en cuclillas su verga dura, gruesa y con la cabeza al descubierto se encontraba nuevamente frente a mi cara, salía de dentro de una maleza de bellos píbicos, la erección que tenia mi jefe era impresionante, lo cual al tener su verga frente a mis ojos a la altura de mi boca, a mis ojos les llamo más la atención otra cosa, sus genitales, dos enormes testículos que le colgaban de su verga, inmensos, grandes cual semental en celo, lo que entendí el porqué de los torrentes de semen que me había arrojado en mi garganta; al ver aquella majestuosidad de testículos de inmediato quise tenerlos en mi boca, levante solo unos centímetros su verga amenazante y mis labios fueron directamente a aquella inmensidad de testículos, abrí mi boca y con mi lengua comencé a lamerlos, colgaban de aquel tronco cual fruta del mas excelente árbol frutal, los lamí por un espacio de más de cinco minutos, con mi lengua trataba de introducirlos dentro de mi boca, logrando solo introducir en mi boca solo uno de ellos, ya que por el tamaño con uno solo era suficiente para tener ni un ápice de espacio en mi boca, mi saliva me escurría entre las comisuras de la boca, a la ves que lamía sus testículos, con una de mis manos masturbaba el palo de mi jefe, del cual salía jugo lubricante que hacía resbalar mejor mi mano, con la otra mano, agarraba las nalgas de mi jefe y ahora yo al igual que lo había hecho anteriormente el, intentaba introducir mi dedo anular por su culo, el cual lo apretaba a cada intento de mi dedo por penetrarlo.
Después de estar lamiéndole los testículos por mas de cinco minutos, me tomo de nuevo por la barbilla y me incorporó hasta ponerme de pie, haciendo movimientos de tal forma que acostada boca arriba de mi escritorio, no importándonos los papeles que estaban en el escritorio, subió mis piernas hasta que mis pies quedaron también sobre el escritorio, en una posición como si fuera mesa de labor de parto, mi jefe se sentó en mi silla y la colocó directamente frente a mi conchita, lentamente coloco sus manos en mis rodillas y me abrió mas las pierna, mi vagina estaba ahora a la altura de su cara, solo penetrada por el listón de mi tanguita que seguía en medio de mis labios vaginales, fue deslizando lentamente sus manos ásperas y duras por mis entrepiernas hasta llegar a mi vagina, con los dedos índice y anular de cada mano, abrió mis labios vaginales y dejó dentro de ellos el listón de mi tanguita, sus glándulas salivales comenzaron a trabajar intensamente pues su saliva escurría de su boca como lobo asechando a un indefenso corderito, lamió su labios y poso su boca en mi vagina abierta por sus dedos, con la punta de su lengua recorría el listón de mi tanguita, el cual lo empujaba dentro de mi vagina haciéndolo rozar contra mi clítoris erecto, con la lengua fue retirando el listón de mi tanguita hasta sujetarlo con su dedo índice, ahora mi vagina estaba completamente a su voluntad, saco su lengua lo más que pudo y me dio una lamida sumamente lenta desde el culo, recorriendo todo lo largo de mi vagina, hasta llegar a mi clítoris, ahí con la punta de su lengua comenzó lamerlo con movimientos circulares, lo presionaba con la punta de la lengua, lo que hacía que mi clítoris cada ves aumentara de tamaño, cuando logró que mi clítoris estuviera lo suficientemente grande y duro, poso los labios de su boca en el y empezó a succionarlo, como yo había succionado su verga con anterioridad, succionó y succionó de tal forma como si estuviera mamando un pene, aquella sensación era indescriptible, yo solo lograba ondular mi cuerpo hacia el frente a fin de que pudiera mamarme mejor el clítoris, a cada succión lograba estremecer todo mi cuerpo, sentía que me succionaba las entrañas, el inminente orgasmo estaba a punto de venirme, solo apreté mis muslos contra su cabeza y llego mi orgasmo, abrió su boca lo mas que pudo como si quisiera tragar mi vagina de un solo bocado y la succionó, logrando sacar mis jugos orgásmicos sin desperdiciar una sola gota de ellos, los cuales trago de una forma frenética, al terminar de tragarlos, introdujo su lengua lo mas que pudo intentando alcanzar mi punto “G”, endurecía su lengua y comenzó a hacer movimientos de penetración con la lengua, la metía y sacaba sin despegar sus labios de mis labios vaginales, cada vez que sacaba la lengua, lamía mis paredes vaginales hasta llegar a mi clítoris y volvía a succionar, aprisioné su cabeza lo mas que pude con mis piernas y puse mis manos sobre su cabeza, empujándola contra mi vagina queriendo que metiera su cabeza completa en mi panochita, yo ahora estaba en la gloria, en todas mis relaciones sexuales incluyendo con mi marido, nadie me había dado una mamada de vagina como me la estaba dando el viejito de mi jefe en ese momento.
Espero comentarios para continuar con la SEXTA Y ULTIMA PARTE.
Salu2 a to2 :metal:
QUINTA PARTE
La sensación de tener empuñada su enorme verga con mi mano me proporcionaba un placer inaudito; el viejito de mi jefe continuaba masturbándome el clítoris con sus dedos, en determinados momentos dejaba de apretar mi clítoris para introducirme sus dos dedos por la vagina, metiéndolos y sacándolos con toda destreza y sin ninguna dificultad pues mis labios vaginales se encontraban completamente mojados por los inmensos orgasmos que había tenido con anterioridad.
Como nos encontrábamos de pie; y el aprisionaba mi cintura con el brazo derecho hacia él, fue bajando lentamente su mano asta agarrar mis nalgas por encima de mi faldita, inicialmente las apretó abriendo y cerrando los dedos, a cada apretón que daba a mis nalgas, las empujaba hacia el frente y con su otra mano seguía introduciéndome en la vagina sus otros dos dedos; yo mientras tanto continuaba masturbando su enorme verga, le subía y bajaba el prepucio, dejando salir la cabeza de su verga a cada movimiento de mi mano; levante la mirada para ver su rostro y observe que entremordía con sus dientes su labio inferior denotando suma satisfacción por la masturbación que le estaba haciendo, así como, por estarme penetrando con sus dedos por la vagina y tenerme completamente agarrada por las nalgas. Su dedo anular trataba con gran fuerza de introducirse en mi ano, mientras sus dedos restantes aprisionaban mis dos nalgas a la vez, mi faldita no permitía que pudiera introducir su dedo anulas en mi culito, el cual al sentir la presión de su dedo se cerraba pues yo apretaba mis nalgas, lo que excitaba mas al viejito de mi jefe; dejo de tratar de introducir su dedo en mi culito, para subir un poco su mano hacia el botón de mi faldita, el cual lo desabrochó de un solo golpe, tomó con su dedo pulgar e índice el siper del cierre de mi falda y lo fue bajando lentamente, con esto mi faldita cedió en lo ajustado que la traía; inmediatamente sacó sus dedos de mi vagina y con ambas manos deslizó mi faldita por mis caderas y piernas, cayendo al suelo; yo aproveche para con mis pies hacerla a un lado y quitarme las zapatillas que traía, quedando descalza. Subió sus manos para tomar de mis brazos mi blusa y bracier el cual ya la había desabrochado con anterioridad y dado lo grande de mi escote, los fue bajando lentamente por mis brazos, yo solté su verga por un instante para facilitar que mi blusa y bracier pudieran caer hasta el suelo, lo cual ocurrió sin ninguna dificultad, ahora me tenía desnuda frente a el, solo con mi pequeña tanguita transparente, la cual por la penetración de sus dedos en mi vagina, el listón se me metía entre mis labios vaginales, se aparto de mi unos centímetros para poder observarme con plenitud, su ojos recorrieron mi cara, mis tetas, mi vagina hasta llegar a los dedos de mis pies; yo aproveche para con mis manos comenzar a desabrochar su cinturón, lo desabroche por completo y zafé el broche de su pantalón, el cual calló de inmediato hasta el suelo, su enorme verga dura y punzante salía por el orificio de su bóxer holgado y blanco, su enorme verga subía y bajaba por la excitación del momento, subí mis manos hasta el nudo de su corbata, nuestros ojos se miraban fijamente, desabroche su corbata y la deje caer al suelo, fui desabrochando uno a uno los botones de su camisa, iniciando por los botones de los puños de su camisa, posteriormente el botón del cuello y luego los de su pecho y luego le quité la camisa completamente, dejándola caer también al suelo, mi jefe no utiliza camiseta por lo que inmediatamente quedó su pecho al descubierto, sobresaliendo sobre manera sus bellos pectorales; ahora los dos nos encontrábamos en igualdad de circunstancias, pues yo solo tenía puesta mi tanguita transparente y el su bóxer del cual salía aquel tronco que me había cogido oralmente; yo tome ahora la iniciativa y lentamente fui lamiendo sus bellos del pecho, mi saliva iba quedando por donde pasaba mi lengua, mi boca entre abierta fue recorriendo su pecho hasta llegar a sus tetillas, con mis dientes mordisqué sus pequeños pezones, los cuales se encontraban duros de excitación, los succione como queriendo que también por ahí me arrojara semen, mientras lamía sus tetillas, mis manos se dirigieron a su bóxer y lentamente desabroche los broches de el, dejándolo caer al suelo, con un movimiento de sus pies retiró su pantalón y el bóxer, ya lo tenía desnudo, solo con sus zapatos y calcetines de color negro, no había necesidad de decir palabra alguna, nuestros movimientos hablaban por si mismos. Lentamente fui bajándome lentamente a la vez que mis manos recorrían su pecho, su estomago hasta llegar a su verga, al estar en cuclillas su verga dura, gruesa y con la cabeza al descubierto se encontraba nuevamente frente a mi cara, salía de dentro de una maleza de bellos píbicos, la erección que tenia mi jefe era impresionante, lo cual al tener su verga frente a mis ojos a la altura de mi boca, a mis ojos les llamo más la atención otra cosa, sus genitales, dos enormes testículos que le colgaban de su verga, inmensos, grandes cual semental en celo, lo que entendí el porqué de los torrentes de semen que me había arrojado en mi garganta; al ver aquella majestuosidad de testículos de inmediato quise tenerlos en mi boca, levante solo unos centímetros su verga amenazante y mis labios fueron directamente a aquella inmensidad de testículos, abrí mi boca y con mi lengua comencé a lamerlos, colgaban de aquel tronco cual fruta del mas excelente árbol frutal, los lamí por un espacio de más de cinco minutos, con mi lengua trataba de introducirlos dentro de mi boca, logrando solo introducir en mi boca solo uno de ellos, ya que por el tamaño con uno solo era suficiente para tener ni un ápice de espacio en mi boca, mi saliva me escurría entre las comisuras de la boca, a la ves que lamía sus testículos, con una de mis manos masturbaba el palo de mi jefe, del cual salía jugo lubricante que hacía resbalar mejor mi mano, con la otra mano, agarraba las nalgas de mi jefe y ahora yo al igual que lo había hecho anteriormente el, intentaba introducir mi dedo anular por su culo, el cual lo apretaba a cada intento de mi dedo por penetrarlo.
Después de estar lamiéndole los testículos por mas de cinco minutos, me tomo de nuevo por la barbilla y me incorporó hasta ponerme de pie, haciendo movimientos de tal forma que acostada boca arriba de mi escritorio, no importándonos los papeles que estaban en el escritorio, subió mis piernas hasta que mis pies quedaron también sobre el escritorio, en una posición como si fuera mesa de labor de parto, mi jefe se sentó en mi silla y la colocó directamente frente a mi conchita, lentamente coloco sus manos en mis rodillas y me abrió mas las pierna, mi vagina estaba ahora a la altura de su cara, solo penetrada por el listón de mi tanguita que seguía en medio de mis labios vaginales, fue deslizando lentamente sus manos ásperas y duras por mis entrepiernas hasta llegar a mi vagina, con los dedos índice y anular de cada mano, abrió mis labios vaginales y dejó dentro de ellos el listón de mi tanguita, sus glándulas salivales comenzaron a trabajar intensamente pues su saliva escurría de su boca como lobo asechando a un indefenso corderito, lamió su labios y poso su boca en mi vagina abierta por sus dedos, con la punta de su lengua recorría el listón de mi tanguita, el cual lo empujaba dentro de mi vagina haciéndolo rozar contra mi clítoris erecto, con la lengua fue retirando el listón de mi tanguita hasta sujetarlo con su dedo índice, ahora mi vagina estaba completamente a su voluntad, saco su lengua lo más que pudo y me dio una lamida sumamente lenta desde el culo, recorriendo todo lo largo de mi vagina, hasta llegar a mi clítoris, ahí con la punta de su lengua comenzó lamerlo con movimientos circulares, lo presionaba con la punta de la lengua, lo que hacía que mi clítoris cada ves aumentara de tamaño, cuando logró que mi clítoris estuviera lo suficientemente grande y duro, poso los labios de su boca en el y empezó a succionarlo, como yo había succionado su verga con anterioridad, succionó y succionó de tal forma como si estuviera mamando un pene, aquella sensación era indescriptible, yo solo lograba ondular mi cuerpo hacia el frente a fin de que pudiera mamarme mejor el clítoris, a cada succión lograba estremecer todo mi cuerpo, sentía que me succionaba las entrañas, el inminente orgasmo estaba a punto de venirme, solo apreté mis muslos contra su cabeza y llego mi orgasmo, abrió su boca lo mas que pudo como si quisiera tragar mi vagina de un solo bocado y la succionó, logrando sacar mis jugos orgásmicos sin desperdiciar una sola gota de ellos, los cuales trago de una forma frenética, al terminar de tragarlos, introdujo su lengua lo mas que pudo intentando alcanzar mi punto “G”, endurecía su lengua y comenzó a hacer movimientos de penetración con la lengua, la metía y sacaba sin despegar sus labios de mis labios vaginales, cada vez que sacaba la lengua, lamía mis paredes vaginales hasta llegar a mi clítoris y volvía a succionar, aprisioné su cabeza lo mas que pude con mis piernas y puse mis manos sobre su cabeza, empujándola contra mi vagina queriendo que metiera su cabeza completa en mi panochita, yo ahora estaba en la gloria, en todas mis relaciones sexuales incluyendo con mi marido, nadie me había dado una mamada de vagina como me la estaba dando el viejito de mi jefe en ese momento.
Espero comentarios para continuar con la SEXTA Y ULTIMA PARTE.
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