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El viejito de mi jefe PRIMERA PARTE

Ernestoduran

Becerro
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27 Ago 2009
Mensajes
29
El relato es verídico, me lo comentó una amiga que tengo desde la infancia; ella me dio su autorización para poderlo subir y que lo comparta con todos ustedes, solo me pidió que cambiara los nombres para mantener su anonimato, es lo único que se esta cambiando, por ello, mi amiga se llamará NORMA, su marido Saúl y el viejito de su jefe ARTURO.

Norma al igual que yo vivimos en Ciudad del Carmen, Campeche, en es una mujer de 27 años, casada con Saúl desde hace dos años, aún no tienen hijos y trabaja como secretaria en un despacho de abogados y su jefe es un viejito de 68 años de edad; Norma es de 1.65 metros de estatura, pesa aproximadamente 60 kilogramos, es de piel morena, cabello castaño oscuro y rizado, ojos grandes y linda sonrisa, tiene unas tetas fenomenales (usa bracier talla 38 C), una cinturita de avispa y unas caderas redonditas, paraditas y muy firmes, piernas torneadas, duritas y bien bronceadas, ya que como vivimos en la costa, ella a diario acostumbra nadar en la playa una hora antes de ir a su trabajo, razón por la que tiene en verdad un cuerpazo de sirena, nunca usa pantalón, al contrario siempre usa minifaldas muy chiquitas, pues le gusta lucir sus excelentes piernas sin medias, le gusta usar bracier de media copa, lo cual le hace ver sus enormes tetas como dos globos de agua a punto de estallar, usa blusas delgadas y semitransparentes con suficiente escote, y por tener sus aureolas grandes y muy oscuras, salen de su bracier y se pueden ver a simple vista de entre sus blusas semitransparentes, le fascina usar tanguitas de hilo dental con el triangulito de enfrente completamente transparente, tiene su conchita perfectamente rasurada y solo tiene un corazón muy bien delineado con su bello pubico. Se preguntarán que porqué se todo esto de ella, pues en otro aporte se los contaré.

El lunes de la semana pasada que nos vimos, me comentó diciéndome:

El jueves el viejito de mi jefe como a las cinco de la tarde me dio como cuarenta escritos que tenía que hacer para entregarlos a los juzgados el viernes a primera, diciéndome “niña, necesito que me hagas estos escritos porque los tengo que presentar mañana a primera hora; si quieres llama a tu marido y dile que te tendrás que quedar mas tiempo a trabajar, que no se preocupe, yo te llevaré a tu casa”, cosa que me pareció cortés de su parte y así lo hice, pareciéndole bien a Saúl. El demás personal salió como de costumbre a las 18:30 horas y solo nos quedamos el viejito de mi jefe y yo.

Habían transcurrido como cinco minutos de que se había retirado todo el personal, yo me encontraba en mi lugar de trabajo en mi escritorio que es de cristal y se pueden ver perfectamente mis piernas, yo acostumbro subir mis pies sobre las ruedas de mi silla, teniendo que abrir las piernas para poderlas subir, salió de su privado el viejito de mi jefe y me dijo: “¿niña, en qué cajón se encuentran los documentos de la señora Zamudio?”, yo le dije “en el último cajón del archivero (que se encuentra exactamente frente a mi escritorio, a escaso u metro de el y al centro), permítame ahora se lo doy”, el respondió: “No, no te preocupes continúa lo que estas haciendo, yo lo tomo”, cosa que me volvió a parecer una caballerosidad de su parte; por su edad no puede permanecer mucho tiempo en cuclillas por lo que se hincó para sacar los papeles. Yo continué con lo mío y no me percaté que habrían pasado como diez minutos y el continuaba hincado, me imaginé que no los encontraba, pero cuando mire hacia el, ya los tenía en la mano y lo que estaba haciendo era estar viéndome la conchita que por el movimiento normal del cuerpo, mi faldita se me había subido lo suficiente para dejar ver el triangulito de mi conchita y más que tenía las piernas subidas en las ruedas de mi silla; al darse cuenta de que vi lo que estaba haciendo, solo me dijo “ya los encontré”, se puso de pie y se metió a su privado, al haber sentido su mirada, la cual parecía que quería tener su cabeza mamándome la conchita, la piel se me puso de gallina y mis pezones se me pusieron duritos queriendo salírseme del bracier.

No pasaron ni cinco minutos cuando salió el viejito de mi jefe de su oficina y me dijo “para evitar tener que revisar nuevamente los escritos cuando los termines, mejor los voy leyendo directamente mientras los escribes para irnos más rápido” y se colocó de pie junto a mi, yo seguí en lo mío y pasados diez minutos, me di cuenta de que no estaba mirando lo que yo estaba escribiendo, sino que me estaba viendo mis tetas desde arriba y por entre mi escote, las cuales tenían paraditos mis pezones por la excitación que me había provocado anteriormente, cosa que me excitó aún mas, al grado que mi vajina comenzó a humedecer, el viejito de mi jefe en muchas ocasiones se acercó al monitor para ver lo que estaba escribiendo, pero cuando lo hacía, rozaba su pene en mi antebrazo, logrando sentir su pedazo de carne perfectamente, eso me excitó aún más y escurrieron mis jugos vaginales hasta mojar completamente mi tanguita.

El viejito de mi jefe intencionalmente tiró una pluma de mi escritorio y calló exactamente en medio de sus pies, diciéndome “niña podrías hacerme el favor de levantarla, pues a mi me cuesta trabajo hacerlo”, yo me agache para levantarle y en cuanto mi cabeza iba a la altura de su pene, hizo un movimiento hacia delante logrando rozar su verga en mi cara, la cual ya estaba completamente dura y parada, pues me la junto en mi cara y la pude sentir que estaba a punto de estallar, cosa que me puso a mil, levante la pluma y me dijo: “permíteme un momento” y se dirigió al baño, el cual se encuentra a un costado del archivero y desde mi lugar se puede ver perfectamente el interior de todo el baño; entró a el, pero mañosamente dejó la puerta abierta y comenzó a toser para provocar que yo volteara, al yo voltear sacó su pene con un poco de dificultad pues lo tenía completamente parado, pero cuál sería mi sorpresa que era una enorme verga de tamaño y grosor sin igual, jamás en mi vida mis ojos habían visto una verga tan descomunal, grande, gruesa, venosa, con una cabeza brillante, una sola de sus manos no alcanzaba a cubrir ni una tercera parte de su largo; me quedé con la boca abierta y de inmediato mi mano se fue directamente a mi panochita, la cual ya estaba hirviendo y completamente mojada, seguí mirando aquella hermosura de verga al mismo tiempo que acariciaba mi panochita por encima de mi tanguita, el viejito de mi jefe comenzó a orinar saliendo de su verga fuertemente un enorme chorro de orina, aquella situación y el contacto de mis dedos en mi vajina, e imaginarme que lo que salía de la verga del viejito de mi jefe no era orina, sino chorros de semen dirigidos a mi panochita, me provocaron un orgasmo delicioso, al grado de arrancar de mis labios un suculento “aaaaaaaahhhhhhhhh”, sonido que retumbó en toda la oficina, escuchándolo el viejito de mi jefe y hacerlo voltear, al voltear, lo hizo con todo su cuerpo y dejó su enorme verga directa hacia mí, la cual subía y bajaba amenazante cual machete a punto de penetrar cualquier carne que se le pusiera frente a el.

SI LES ESTÁ GUSTANDO LA NARRACIÓN, FAVOR DE DEJAR SUS COMENTARIOS PARA CONTINUAR CON LA SEGUNDA PARTE, QUE ES LA MEJOR.
 
no pues como no va a gustar este relato... y claro escribe lo demas ... saludos buen aporte
 
Orale man, buen relato,

Y gracias por coampartir la historia de tu amiga!

Se agradece, aunk nos keda la curiosidad, de k sigue!?
 
no pues si karnal esta bueno el relato
no lo vallas a dejar incompleto eso
no, te felicito, bien
 
Uffff dejas picado yno se vale jajaja, bueno no queda de otra a esperar la segunda parte que espero no sea muy tardado
 
me uno la peticion continua, pon una foto de tu amiga aunque sea editada, al fin ya te dio autorizacion para publicar no????
 
JEJEJE, ESTUVO BUENA LA PRIMERA PARTE NO LA HAGAS TANTO DE EMOCION, ESPERAMOS LA CONTINUACION, POR LO MENOS YO SI JEJEJE
 
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