gyaluffy
Bovino maduro
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Hijole, hace un rato que no dejaba nada por aca desde "Lo que la noche oculta" espero les guste esta que escribí.
El Valor
Las copas sonaban en honor a Eduardo y Laura, la feliz pareja que recién se había casado.
Después del vals, la gente se arremolinaba entorno a ellos para felicitarlos, entre ellos el padre de la novia, Pedro.
-Cuídala mucho hijo, es mi tesoro más preciado y ahora, te la encargo.
-No se preocupe Don Pedro, cuidare mucho de ella ya que también es mi tesoro.
Esa noche, la primera noche de la luna de miel, bajo la luz de la luna y las estrellas.
-Laura, te lo he dicho muchas veces, pero aquí y ahora, te prometo, que siempre te cuidaré, no importa si arriesgo mi vida por ello y siempre, siempre estaré a tu lado.
Laura no pudo evitar contener las lágrimas, pero añadió en ese momento.
-No quiero que arriesgues tu vida por mí, quiero estar junto a ti siempre, mi amor.
Bajo esa misma luna, se dieron un beso que consumo aquel día perfecto en sus vidas, uno de tantos que faltaban ahora que habían unido sus vidas.
Por la mañana, se decidieron a hacer un poco de turismo, recogieron sus cosas y se decidieron a ir a la playa más cercana, sin embargo, el destino les tenía preparado algo diferente.
La escena cambió a un hospital, el padre de Laura se veía angustiado al entrar por la puerta preguntando.
-¿Dónde está mi hija?
-Tranquilo, le dijo el doctor en turno. Su hija es la del accidente de trafico supongo.
-Sí, fue lo único que me dijeron por teléfono contesto Pedro.
-Mire señor… Pedro respondió el padre de Laura.
-Mire señor Pedro, su hija llego en un estado muy mal, pero en estos momentos ya se encuentra estable.
-Gracias a dios dijo don Pedro.
-Sin embargo, el otro chico que la trajo… está muy mal. Sinceramente no creo que sobreviva. Lo siento.
-Don Pedro no pudo hacer nada más que llorar por aquella respuesta del doctor.
-Mire, le dijo el doctor. Ese hombre de ahí, es un taxista que los trajo. El vio todo lo que ocurrió, de hecho me estaba comentando como pasó todo.
El doctor hablo con el taxista quien accedió a contarle al padre de Laura todo lo que había pasado horas antes.
-Mire, yo me encontraba estacionado en la esquina contraria, simplemente me baje a comprar unas cosas para el camino, pero en ese momento, vi como su yerno cruzaba la esquina normalmente pues tenía preferencia de paso, pero un conductor que venía de lado derecho no freno y choco directamente contra el lado del conductor.
Aun así, siguió el taxista, el joven se bajó, la playera la tenía toda ensangrentada, la cara igual, la tenía prácticamente cubierta en sangre, pero se bajó y se dirigió al lado del copiloto de donde saco a la chica que siendo sincero no se veía tan mal como él. Incluso la gente que lo vio estaba sorprendida.
Entonces yo vi al chico y le ofrecí a llevarlo al hospital. Pero el solo tartamudeaba diciendo La… Laura… te… te… te… prote… gere…
El chico estaba como perdido, así que lo subí al auto y los traje aquí hace unas dos horas.
Don Pedro seguía llorando pues sabía que Eduardo estaba queriendo cumplir la promesa que le había hecho, no solo porque se lo pidió, sino por el amor que le tenía a Laura.
El doctor interrumpió a don Pedro para decirle que su hija estaba bien y que si gustaba podía pasar a verla, no así con su yerno pues aún estaba en terapia intensiva.
Poco antes de que don Pedro llegara a la habitación, algo ocurrió con Laura.
-Laura. Laura, despierta amor, le dijo Eduardo.
Laura abrió los ojos y rápidamente abrazó a Eduardo.
-¡Eduardo, estas bien! Escuché a las enfermeras decir que estabas un poco mal y que estabas aun en terapia intensiva, estaba muy preocupada por ti.
-Amor, de eso quería hablarte… yo.
-Que pasa, Eduardo.
-Yo… lamento no poder cumplir completamente con mi promesa… te dije que cuidaría de ti… y creo que te he fallado…
-No digas eso amor, no ves que estoy bien, cumpliste tu palabra.
-Sin embargo, fue la primera y última vez amor mío.
-¿A qué te refieres?
-Tengo que irme Laura, pero te prometo… que siempre te cuidare, siempre estaré ahí a tu lado protegiéndote.
-Eduardo que dices, a donde vas.
-Lo siento amor, me voy.
En ese momento, Laura despertó, con lágrimas en los ojos y las manos cubiertas del aroma de Eduardo.
Don Pedro entró en la habitación, con un gesto de culpabilidad en el rostro.
Ese día a unas horas de haber llegado, Eduardo falleció…
Saludos a los bakunos, sobre todo a Apherion
El Valor
Las copas sonaban en honor a Eduardo y Laura, la feliz pareja que recién se había casado.
Después del vals, la gente se arremolinaba entorno a ellos para felicitarlos, entre ellos el padre de la novia, Pedro.
-Cuídala mucho hijo, es mi tesoro más preciado y ahora, te la encargo.
-No se preocupe Don Pedro, cuidare mucho de ella ya que también es mi tesoro.
Esa noche, la primera noche de la luna de miel, bajo la luz de la luna y las estrellas.
-Laura, te lo he dicho muchas veces, pero aquí y ahora, te prometo, que siempre te cuidaré, no importa si arriesgo mi vida por ello y siempre, siempre estaré a tu lado.
Laura no pudo evitar contener las lágrimas, pero añadió en ese momento.
-No quiero que arriesgues tu vida por mí, quiero estar junto a ti siempre, mi amor.
Bajo esa misma luna, se dieron un beso que consumo aquel día perfecto en sus vidas, uno de tantos que faltaban ahora que habían unido sus vidas.
Por la mañana, se decidieron a hacer un poco de turismo, recogieron sus cosas y se decidieron a ir a la playa más cercana, sin embargo, el destino les tenía preparado algo diferente.
La escena cambió a un hospital, el padre de Laura se veía angustiado al entrar por la puerta preguntando.
-¿Dónde está mi hija?
-Tranquilo, le dijo el doctor en turno. Su hija es la del accidente de trafico supongo.
-Sí, fue lo único que me dijeron por teléfono contesto Pedro.
-Mire señor… Pedro respondió el padre de Laura.
-Mire señor Pedro, su hija llego en un estado muy mal, pero en estos momentos ya se encuentra estable.
-Gracias a dios dijo don Pedro.
-Sin embargo, el otro chico que la trajo… está muy mal. Sinceramente no creo que sobreviva. Lo siento.
-Don Pedro no pudo hacer nada más que llorar por aquella respuesta del doctor.
-Mire, le dijo el doctor. Ese hombre de ahí, es un taxista que los trajo. El vio todo lo que ocurrió, de hecho me estaba comentando como pasó todo.
El doctor hablo con el taxista quien accedió a contarle al padre de Laura todo lo que había pasado horas antes.
-Mire, yo me encontraba estacionado en la esquina contraria, simplemente me baje a comprar unas cosas para el camino, pero en ese momento, vi como su yerno cruzaba la esquina normalmente pues tenía preferencia de paso, pero un conductor que venía de lado derecho no freno y choco directamente contra el lado del conductor.
Aun así, siguió el taxista, el joven se bajó, la playera la tenía toda ensangrentada, la cara igual, la tenía prácticamente cubierta en sangre, pero se bajó y se dirigió al lado del copiloto de donde saco a la chica que siendo sincero no se veía tan mal como él. Incluso la gente que lo vio estaba sorprendida.
Entonces yo vi al chico y le ofrecí a llevarlo al hospital. Pero el solo tartamudeaba diciendo La… Laura… te… te… te… prote… gere…
El chico estaba como perdido, así que lo subí al auto y los traje aquí hace unas dos horas.
Don Pedro seguía llorando pues sabía que Eduardo estaba queriendo cumplir la promesa que le había hecho, no solo porque se lo pidió, sino por el amor que le tenía a Laura.
El doctor interrumpió a don Pedro para decirle que su hija estaba bien y que si gustaba podía pasar a verla, no así con su yerno pues aún estaba en terapia intensiva.
Poco antes de que don Pedro llegara a la habitación, algo ocurrió con Laura.
-Laura. Laura, despierta amor, le dijo Eduardo.
Laura abrió los ojos y rápidamente abrazó a Eduardo.
-¡Eduardo, estas bien! Escuché a las enfermeras decir que estabas un poco mal y que estabas aun en terapia intensiva, estaba muy preocupada por ti.
-Amor, de eso quería hablarte… yo.
-Que pasa, Eduardo.
-Yo… lamento no poder cumplir completamente con mi promesa… te dije que cuidaría de ti… y creo que te he fallado…
-No digas eso amor, no ves que estoy bien, cumpliste tu palabra.
-Sin embargo, fue la primera y última vez amor mío.
-¿A qué te refieres?
-Tengo que irme Laura, pero te prometo… que siempre te cuidare, siempre estaré ahí a tu lado protegiéndote.
-Eduardo que dices, a donde vas.
-Lo siento amor, me voy.
En ese momento, Laura despertó, con lágrimas en los ojos y las manos cubiertas del aroma de Eduardo.
Don Pedro entró en la habitación, con un gesto de culpabilidad en el rostro.
Ese día a unas horas de haber llegado, Eduardo falleció…
Saludos a los bakunos, sobre todo a Apherion
