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El único encuentro, la maestra y el chalan. (Debut y despedida)

krilin2508

Bovino maduro
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17 Jun 2009
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Este relato que redactaré a continuación es verídico, trataré de recordarlo y plasmar a detalle lo sucedido (disculpen la torpeza al redactar, pero es mi primer aporte).

Por circunstancias del destino, mi primer trabajo después de terminar la Licenciatura (Ingeniero Civil) fue el salir a obra como residente en una ciudad de un Estado de la Republica, todo parecía ir muy bien, me adapte rápidamente y trataba de ganarme un lugar de respeto frente a todos los demás ingenieros y arquitectos que participábamos en el proyecto. Obviamente al ser el más joven (24 años) y el de experiencia nula, fui víctima de menosprecio y burlas.

El tiempo pareció transcurrir más a prisa de lo normal (6 o 7 meses después), cuando menos lo esperábamos llego a la obra una famosa mujer (que la mayoría conocía) "Lolita" mujer de estatura promedio 1.55 m, edad entre 30 y 35 años, casi sin busto, pero con unas caderas muy atractivas, cabello negro (se notaba pintado) algo descuidado, ojos color miel y pequeños, facciones finas que hacían notar su feminidad. En fin, bastante atractiva como para que una obra llena de hombres. Todos la voltearan a ver e imaginarse y desearla sin importar nada más.

Al inicio, yo no le di mucha importancia, pensé seguramente es casada o divorciada y tiene que trabajar para mantener a su familia (y acerté, más adelante se enterarán a detalle). Sabía muy bien que al ser casi la única mujer en la obra, todos se abalanzarían sobre de ella como abejas en panal. En fin, transcurrieron cuatro o cinco meses más y mientras yo seguía enfocado a mi trabajo, sin darme cuenta los demás residentes se fueron retirando de la obra, hasta que quedamos solamente tres, a los cuales nos llamaba la atención "Lolita". Entre nosotros tres había un arquitecto soltero de 38 años y que en cuestión de mujeres creó que era bastante inexperto, bromeábamos con él acerca de que le llegará a Lolita para que dejara de dormir solo por las noches, pero definitivamente se negó y no quiso ni siquiera hablarle je je je (soltero maduro, joto seguro).

Un día sin nada en especial en la obra, se acercó a mí Lolita, nos presentamos y platicamos alrededor de 5 o 10 minutos, una charla común y cualquiera, sobre el clima, el avance de la obra, sobre los días festivos que se acercaban y horarios laborales. Para no hacerles el cuento largo, estas pláticas y encuentros se fueron haciendo cada vez más frecuentes conforme avanzaban los días, en las siguientes semanas, nos veíamos para platicar dos o tres días a la semana, después fueron una o dos veces por día. Fomentamos una amistad laboral y casi nada personal, servía más como desahogo del estrés laboral de ambos.

Ya casi al final de la obra (dos semanas antes de irme) comenzamos a platicar ya de cosas personales, me enteré que efectivamente, era divorciada y que tenía dos hijos por los que tenía que trabajar para mantenerlos y sacar adelante. Yo le platique sobre mi vida, mi novia con la cual tenía planes de matrimonio. Platicamos extensamente, sin medir el tiempo y a mí sin importarme qué diablos pasaba con los trabajadores que tenía que supervisar. De repente surgió el tema del ejercicio corporal, le comenté que al estar lejos de mi familia y novia, pues contaba con bastante tiempo libre, el cual ocupaba para hacer ejercicio, correr, divertirme los fines de semana, en fin, cosas que hace cualquier joven sólo y con dinero. De pronto y entre broma y broma Lolita me hizo una propuesta "si tienes tanto tiempo libre, porque no trabajas para mí, como mi chalán", sin darle mucha importancia acepte y le dije que desde ese momento era mi "Maestra" y que quedaba a su disposición, siempre y cuando no interrumpiera mis labores. Ella acepto encantada y me dijo que mi primer trabajo era acompañarla a su oficina (un camper acondicionado como oficina) para revisar unos pendientes para que no se sintiera sola. Nos dirigimos a su oficina y dentro de ella platicamos una rato más, sin darnos cuenta se pasó el tiempo volando y con decirles que platicamos de todo, nos estábamos conociendo a fondo el uno al otro. Llego la hora de salida y me dijo que mi primer día de trabajo había terminado, pero que mañana me prepara porque me iba a traer en friega y que le iba a suplicar por descanso. Nos despedimos con un beso en la mejilla y tomo mi mano para observarla mientras decía, hay que poner a trabajar estas manos porque están siendo desperdiciadas sin hacer nada, por mi mente sólo pasaba el inmenso deseo arrancarle la ropa y hacerla mía en ese momento, no me importaba nada más, con mucho esfuerzo contuve mis intenciones y le respondí nuevamente, ya le dije maestra, lo que usted me pida, yo con mucho gusto se lo haré.

Me fui a la casa donde me hospedaba temporalmente y durante toda esa noche no pude quitarme la fantasía de poseerla de una y mil maneras, me había obsesionado y sabía muy bien que también ella quería algo conmigo. Me masturbe dos o tres veces durante la noche mientras pensaba en ella, no podía dormir y mucho menos dejar de pensar en hacerla mía.

Al día siguiente y después de una noche casi sin dormir, al llegar a la obra lo único que quería era verla, pedirle que nos fuéramos a su oficina para que ahí le hiciera de todo, no aguantaba las ganas de querer agarrar su hermoso y lindo trasero, arrancarle la ropa y hacerla mía. Pero cuál fue mi sorpresa, que no se presentó a trabajar durante el resto de la semana (tres días) lo cual me provoco aún más el deseo de verla nuevamente.


continua...
 
Orale bakuno, se esta poniendo interesante, espero la continuación.
 
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