Aquel día fue como cualquier otro, un Viernes yendo a la escuela por la mañana, un poco de deberes por la tarde, y quedándome completamente solo ya iniciada la noche. Una atmósfera de cansancio e indiferencia me invadía, no hallaba que hacer estando solo en mi casa, más que estar en la computadora un rato, en internet, viendo como todos se iban a las fiestas o clubes nocturnos, yo no sentía muchas ganas de asistir a ese tipo de lugares.

A eso de las 7 de la noche, cuando aún no anochecía, mi casa estaba en completo silencio, salía a mi sala y no oía más que mis pasos y los ruidos que hacía al entrar la cocina, al poco rato ese silencio hizo que se me cayera el ánimo, y comencé a caer de sueño, por lo que entré a mi cuarto y me quede completamente dormido.

No sé en qué momento empezó aquel sueño, solo sé que comencé a sentir todo demasiado real, sentía toda la atmósfera oscura y sangrante de aquel mundo en que me había sumergido. Como en cualquier tipo de sueños, me sentí como si estuviera viviendo la vida real, aunque no comprendía bien que pasaba, así lo sentía.

Mi sueño comenzó en mi escuela preparatoria, a la que asistía en aquellos días, era todo normal, solo que en la escuela había muy poca gente, la mayoría conocidos míos, pero aparte de eso, el cielo y la estructura eran muy oscuros, como si no hubiese energía eléctrica, como si algo hubiese pasado que nadie habría asistido ese día a la escuela.

Como normalmente hacía, en mi sueño subí hasta el 3er piso, donde me encontré con mi amigo Ernesto, y extrañamente con mi hermano Gustavo, quienes se encontraban platicando. Llegué con ellos y comencé a charlar, pero era una charla extraña, sobre dioses o criaturas repugnantes de los que habíamos leído, así pasó un buen rato, en el cual pude notar como el cielo iba enrojeciéndose más y más, pero no le tomaba importancia.

En un momento mi amigo se fue y nos quedamos mi hermano y yo, comenzamos a caminar por los pasillos, hasta una zona en donde los pasillos no tenían techo y el cielo se ve a toda plenitud. Nos sentamos en el pasillo y después nos acostamos, el cielo comenzó a ponerse rojo sangre y alrededor de la escuela toda la ciudad estaba en ruinas, pero de alguna manera no lo tomaba en cuenta, solo me acosté con mi hermano y seguíamos viendo el cielo. En ese momento no recuerdo bien lo que paso, pero recuerdo bien el escenario, la escuela estaba completamente sola y la ciudad alrededor en ruinas, de las cuales emanaban humos negros que se podían percibir a lo lejos, el cielo rojo sangre sin nubes, ahora que lo pienso, parecía el infierno.

Estando acostados, de repente apareció de la nada un espectro, un espectro blanco descarnado el cual se posó sobre nosotros. No podíamos movernos, estábamos paralizados. El rostro de este ser era completamente horrendo, hasta la fecha puedo verlo claramente y me sigue causando terror cuando lo tengo en mi mente, era un rostro descarnado, podían verse partes de hueso por entre las zanjas de su piel, sus ojos eran completamente blancos, fantasmales y cuando abrió la boca pude sentir un shock en mi cuerpo estando dormido.

La criatura se acercó a nosotros, y comenzó de alguna manera a absorber nuestra alma, no sabía lo que estaba pasando, lo único que tengo claro es que en ese momento pude sentir una debilidad y un vacío indescriptibles, mi desesperación estaba sin control, pero no podíamos movernos, sentía la muerte, pero no podía hacer nada.

En el momento en el que sentí que me desmayaría, mi hermano de alguna forma pudo moverse y comenzar a correr, gritándome que escapara mientras la criatura lo perseguía, como pude me puse de pie y comencé a correr hacia la salida, estaba muy débil y pensaba que no podría llegar, nadie notaba mi presencia, maestros, prefectos, alumnos, nadie...

Llegué a la avenida, los arboles estaban quemados y en lugar de calles eran ríos de sangre, no sabía hacia dónde ir, el miedo me tenía invadido. Caminé por las aceras lentamente sosteniéndome de las rejas oxidadas de mi escuela, hasta que caí. Estando tirado en el suelo me di la vuelta y allí estaba la criatura posada justo sobre mí, comencé a sentir el mismo vacío y poco a poco sentía que moriría hasta que de pronto desperté sin poder respirar en mi cuarto y sintiendo un vacío intolerable en mí pecho.

Voltee mi mirada hacia el techo de mi cuarto y justo posada sobre mí, una mariposa negra, justo sobre mi cama. Asusté al animal y recordé las historias de mi abuela sobre que causan pesadillas, fue en ese momento donde me hice a la idea de que lo que me pasó no fue más que un simple mal sueño. Traté de encender de nuevo mi computadora pero al parecer no había luz eléctrica, era de noche y lo único que iluminaba mi habitación era la tenue luz de la tarde que aún se colaba por mi ventana. Salí de mi cuarto y fui hacia la puerta de entrada de mi casa, necesitaba aire.

Al acercarme a la puerta algo no me pareció normal, a pesar de la poca luz podía ver que mi casa se veía desordenada, sucia y tirada, como si hubiera estado abandonada de hace algunos días o semanas. Al acercarme a la puerta de salida vi a través de una ventana un pequeño color rojo, mi corazón se aceleró, pues aún tenía en la mente ese sueño horrendo. Giré la perilla de la puerta lentamente cerrando mis ojos rogando por que no fuera lo que estuviera pensando, pero mis rezos fueron en vano...

Al salir vi la calle inundada de sangre...