irving237
Bovino de la familia
- Desde
- 24 Sep 2008
- Mensajes
- 4.713
- Tema Autor
- #1
Uno de los contados distractores de una sociedad golpeada por la violencia ha sido alcanzado. Las tristes imágenes del sábado en Torreón se presentan tan vivas y fuertes que no dejan lugar al optimismo, pues asegurar que hoy en día cualquier asistente a un espectáculo masivo se encuentra a salvo sería intentar tapar el sol con un dedo.
Leyendo en MT me encontre esta columna de Mauricio Cabrera, hablando sobre lo acontecido en el TSM, muy buena columna, aca se las comparto:
La balacera que conmocionó al futbol mexicano dejó un saldo casi blanco, a excepción del policía herido, en el hecho inmediato, pero sembró en la mente colectiva un temor a seguir asistiendo a uno de los lugares en los que los triunfos y los fracasos se delegan en terceros y a uno de los muy pocos recintos que hasta antes de este fin de semana no habían sido víctimas de la guerra ante el narcotráfico. El oasis al que miles de aficionados se aferran semana a semana ha sido manchado por esas detonaciones que convirtieron el juego en calvario.
Cuando el único argumento favorable es que el cruce de fuego se produjo afuera y no al interior del estadio, pocos asideros quedan para seguir con ganas de poblar las tribunas. Las autoridades y la Federación Mexicana de Futbol, esta última con los limitados alcances que le competen en este caso, tendrán que dar la justa dimensión a este suceso para ir recobrando la confianza de miles de aficionados que hoy se preguntan si vale la pena acudir a un estadio de futbol.
La violencia y la inseguridad, tal como muchos lo han comentado en las redes sociales, no es nueva. Por el contrario, ha sido un común denominador a lo largo de los últimos años. ¿En qué cambia el que ahora estos negros elementos hayan repercutido en el rectángulo verde? En poco y en mucho. En poco porque el que no se hiciera presente en el ámbito deportivo no significaba que la gravedad del problema en las calles fuera menor; en mucho, porque el futbol funciona como un remanso en el que se libra una "guerra" en la que el bien y el mal sólo se hacen daño mediante una pelota. Cuando ese remanso también se ve afectado, el hombre empieza a sentir coartada su libertad.
La vida debe continuar. Cada aficionado al futbol está llamado a hacer lo que le corresponde, a entender la delicada situación que atraviesa el país y a promover el cambio a partir de su propia actitud. Si bien ello no impedirá, al menos de momento, que autoridades y delincuentes se maten sin piedad, sí puede sembrar la semilla que erradique las peleas en las tribunas y las fricciones innecesarias en nuestro entorno. Al final, este tipo de violencia, la de los golpes, las peleas y los encontronazos no por ser menos escandalosa deja de contribuir a fortalecer la compleja atmósfera en que vivimos.
Y solo resta decir, no mas violencia en el Futbol
Leyendo en MT me encontre esta columna de Mauricio Cabrera, hablando sobre lo acontecido en el TSM, muy buena columna, aca se las comparto:
La balacera que conmocionó al futbol mexicano dejó un saldo casi blanco, a excepción del policía herido, en el hecho inmediato, pero sembró en la mente colectiva un temor a seguir asistiendo a uno de los lugares en los que los triunfos y los fracasos se delegan en terceros y a uno de los muy pocos recintos que hasta antes de este fin de semana no habían sido víctimas de la guerra ante el narcotráfico. El oasis al que miles de aficionados se aferran semana a semana ha sido manchado por esas detonaciones que convirtieron el juego en calvario.
Cuando el único argumento favorable es que el cruce de fuego se produjo afuera y no al interior del estadio, pocos asideros quedan para seguir con ganas de poblar las tribunas. Las autoridades y la Federación Mexicana de Futbol, esta última con los limitados alcances que le competen en este caso, tendrán que dar la justa dimensión a este suceso para ir recobrando la confianza de miles de aficionados que hoy se preguntan si vale la pena acudir a un estadio de futbol.
La violencia y la inseguridad, tal como muchos lo han comentado en las redes sociales, no es nueva. Por el contrario, ha sido un común denominador a lo largo de los últimos años. ¿En qué cambia el que ahora estos negros elementos hayan repercutido en el rectángulo verde? En poco y en mucho. En poco porque el que no se hiciera presente en el ámbito deportivo no significaba que la gravedad del problema en las calles fuera menor; en mucho, porque el futbol funciona como un remanso en el que se libra una "guerra" en la que el bien y el mal sólo se hacen daño mediante una pelota. Cuando ese remanso también se ve afectado, el hombre empieza a sentir coartada su libertad.
La vida debe continuar. Cada aficionado al futbol está llamado a hacer lo que le corresponde, a entender la delicada situación que atraviesa el país y a promover el cambio a partir de su propia actitud. Si bien ello no impedirá, al menos de momento, que autoridades y delincuentes se maten sin piedad, sí puede sembrar la semilla que erradique las peleas en las tribunas y las fricciones innecesarias en nuestro entorno. Al final, este tipo de violencia, la de los golpes, las peleas y los encontronazos no por ser menos escandalosa deja de contribuir a fortalecer la compleja atmósfera en que vivimos.
Y solo resta decir, no mas violencia en el Futbol