[CONTINUA DE LA ANTERIOR ENTRADA]

OBREROS EN SECTOR MANUFACTURERO

El Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha dicho que el TLCAN quita trabajos y ha orillado a empresas automotrices como Ford y General Motors a retirarse del territorio mexicano. La organización civil Alianza Global Jus Semper concordó con que el acuerdo comercial es un “desastre”, pero para los trabajadores mexicanos.

“Los verdaderos perdedores son los trabajadores mexicanos, quienes subsidian los salarios y los precios de los consumidores estadounidense con salarios de moderno-trabajo-esclavo, con millones perdiendo sus formas de ganarse la vida, obligados a emigrar a Estados Unidos”, expone en su estudio “Brecha salarial en México frente a economías desarrolladas”.

El Departamento del Trabajo de la primera potencia mundial informó que en agosto los salarios por hora promedio subieron tres centavos al alcanzar los 26.39 dólares.

Respecto al sector manufacturero, Alianza Global Jus Semper destacó que los trabajadores mexicanos ganan sólo el 26 por ciento de lo que deberían ganar para ser compensados a la par con sus contrapartes estadounidenses en términos de poder de compra.

Los empleados estadounidenses ganan 37.71 dólares por hora mientras los mexicanos ganan sólo 5.90 por hora en este sector. Dado que los costos de vida en términos de poder de compra en México son 60 centavos por cada dólar, los trabajadores manufactureros equivalentes mexicanos deberían de ganar 22.59 por hora.

En Canadá, en contraste, hay una pequeña brecha con sus contrapartes estadounidenses, ya que el salario de 30.94 dólares es 79 por ciento del salario equivalente necesario (39.09 dólares) para estar a la par, con un poder de compra de 1.04 dólar por cada dólar estadounidense.

En el mismo sector manufacturero, las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) exponen que un obrero estadounidense gana 20.80 dólares por hora mientras que un mexicano obtiene 2.30 por hora, es decir, nueve veces menos.

En el caso de la industria automotriz, la principal en México del sector manufacturero, de acuerdo con el estudio “Explosión de la Industria Automotriz en México: De sus encadenamientos actuales a su potencial transformador”, nuestro país tiene los costos laborales más bajos entre 18 países. El salario para los obreros en las líneas de producción es de 3.95 dólares por hora frente a Brasil (11.4 dólares) o Canadá (40.4 dólares).



Fuente



Curiosamente los sindicatos gringos están en contra del TLC por las asimetrías salariales, pero NO los empresarios gringos. Contrariamente al discurso del Trampas, a los empresarios gringos NO les interesa si los ciudadanos de ese país tienen o no trabajo. A ellos lo único que les interesa es abaratar los costos de producción a cualquier precio, para así llevarse pingües beneficios. Para los empresarios gringos al actual TLC es una bendición. El Trampas NO es un empresario manufacturero (y que por ello necesite mano de obra barata), sino un transa inmobiliario vendedor de ilusiones y estafador que, como no ve esos beneficios reflejarse en su bolsillo, pues siente envidia de quienes sí los ven.

Nos duela o no, el asunto de querer que México tenga salarios al mismo nivel de los gringos o canadienses es un sueño guajiro. No sólo porque, como bien dice el dirigente sindical canadiense Jerry Dias, “México de alguna forma tiene que mantener a sus ciudadanos en la pobreza para generar empleos”, sino porque, como lo podría explicar mejor cualquier economista, no se pueden elevar los salarios a nueve veces su valor actual sólo por decreto. Eso es la receta perfecta para el colapso económico. Peor aún porque, NO SE PUEDEN ELEVAR SÓLO LOS SALARIOS DEL SECTOR MANUFACTURERO EXPORTADOR (el de las empresas gringas y canadienses que maquilan aquí muy barato, para luego llevar lo maquilado a sus países y ganar mucho allá), dejando en el nivel actual a los demás. Eso simplemente LO PROHIBEN LA ACTUAL CONSTITUCIÓN POLÍTICA MEXICANA y SU LEY FEDERAL DEL TRABAJO, de aplicación supletoria, pero necesaria. Y eso no sólo es cierto en México, sino en cuqlquier país del mundo. Ningún país del planeta, ni siquiera los orgullosos gringos (el mayor de ellos el Trompetas), soportarían una "conversión" de tal magnitud.

Equiparar los salarios mexicanos con los gringos y canadienses requeriría, para empezar… ¡que México dejara de ser México! O, mejor dicho, que nuestros actuales políticos -TODOS, SIN EXCEPCIÓN- desaparecieran como por arte de magia y que aparecieran verdaderos políticos, de esos que actualmente NO HAY EN EL PAÍS, ni siquiera en pañales (tipos como José María Morelos y Pavón no los ha habido… desde que él murió -porque para ésto, ni Benito Juárez-). Y eso… en un país de pusilánimes, ¡NO VA A SUCEDER!, al menos no en un futuro cercano.

Luego, ya teniendo verdaderos políticos, la reconversión es tan profunda, que requeriría quizá, en el mejor de los casos, algo así como ¡MEDIO SIGLO! (aumentar DIEZ VECES los salarios en México es un incremento del 900%, lo cual, traducido a incrementos anuales para acomodarlo en medio siglo significa un aumento anual de aprox. el 15%, que es lo más que quizá podría soportar la economía en el mejor de los casos (incrementos muy grandes generan inflación descontrolada y por tanto el efecto contrario, amén de fuerte descontento social, lo cual no es algo para ignorar). Ya ven lo que pasó con el "fabuloso" 10% que se concedió este año PARA LOS SALARIOS MÍNIMOS, NO PARA LOS SALARIOS GENERALIZADOS. Si eso pasó sólo aumentando el salario mínimo en un 10%, imagínense lo que sería con un aumento del, digamos, un 20% a los salarios generalizados. La actual crisis de seguridad a nivel nacional sería un juego de niños con lo que tendríamos entonces.

Ni modo, contrariamente a lo que pregona el siempre mentiroso Trompudo, fueron justamente los empresarios gringos quienes presionaron para que la informalidad y aranceles anteriores de su maquilador preferido se transformara en mayores beneficios para ellos (mano de obra calificada y barata, con cero aranceles de importación a gringolandia). Por eso tenemos el actual TLC. Así que, ahora hay que apechugar con las consecuencias (que para los empresarios de los USA son maravillosas) y dejar de querer adoptar el papel de víctima sólo para EMBAUCAR (que es lo que ha hecho el Transas).

Los sindicatos gringos y canadienses no quieren un TLC con las condiciones laborales actuales, y sus argumentos son SÓLIDOS (amén de que, aunque en realidad les interesen un soberano rábano los trabajadores mexicanos, de paso los benefician). Los empresarios (y los políticos mexicanos) SÍ (porque eso les da algo invaluable: control y poder). Así que…

Una disculpa, incluí como logo de la fuente (al inicio) el de Animal Político, cuando la fuente es de SINEMBARGO. Un "lapsus brutus". Han de ser las réplicas del temblor...