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Bovino adicto
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Recordará usted aquel spot repetidamente transmitido por la TV en que, conforme se erigía un muro de ladrillos, una voz fuera del campo visual de la pantalla decía: “Este es el segundo piso de la ciudad de México
Recordará usted aquel spot repetidamente transmitido por la TV en que, conforme se erigía un muro de ladrillos, una voz fuera del campo visual de la pantalla decía: “Este es el segundo piso de la ciudad de México. ¿Cómo pagó López Obrador por él? Se endeudó. ¿Las pensiones? Se endeudó. Triplicó la deuda del DF. Si llega a Presidente nos va a endeudar más y vendrá una crisis económica, devaluación, desempleo…” En ese momento la pared se derrumba y la voz en off, crecientemente alarmada, concluye: “… Estos son los grandes planes de López Obrador, un peligro para México”. La propaganda, a unos meses de las elecciones presidenciales de 2006, era rubricada por el PAN.
Al cabo de tres años, el terrible escenario advertido por el spot blanquiazul es una realidad, pero sin que López Obrador sea el Presidente. Crisis económica, devaluación, desempleo y endeudamiento postran al país pero con Felipe Calderón y el PAN al frente del gobierno.
La crisis es una realidad inocultable y todo apunta a que nuestra economía se contraiga este año hasta 4%. Calderón y el PAN argumentan que la crisis viene de fuera, lo que es una verdad a medias, pues si bien estalló afuera del país, es expresión de decadencia de un modelo económico que Acción Nacional y los suyos no sólo han asumido como propio sino que son de los pocos en el mundo que todavía lo defienden.
El desempleo resulta dolorosamente evidente. En agosto pasado alcanzó a un millón 890 mil personas (4.15% de la población económicamente activa). A esa cifra hay que sumar el medio millón de empleos que se perdieron en los primeros meses del año, de manera que los desempleados en México ya son cerca de los 2.5 millones.
En lo que va del gobierno de Calderón el peso se ha devaluado más de 40%. La cotización frente al dólar era en diciembre de 2006 de casi 11 pesos y ayer cerró unos centavos abajo de los 14 pesos.
Para estabilizar a nuestra moneda el Banco de México ha tenido que meter al mercado varios miles de millones de dólares.
Y por lo que hace al endeudamiento, Calderón —quien en sus tiempos de presidente del PAN decía que endeudarse con el Fondo Monetario Internacional era una irresponsabilidad política— ha anunciado que su gobierno activará un préstamo de 47 mil millones de dólares con ese organismo internacional, lo que forma parte de lo que llama un blindaje para enviar un mensaje de seguridad a los inversionistas. Ese blindaje está conformado también por una línea de crédito por 30 mil millones de dólares abierta con la Reserva Federal de EU (FED) y por nuestras reservas internacionales de 80 mil millones de dólares.
Del préstamo del FMI el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, ha dicho que sólo se dispondrá de él en el peor de los escenarios, pero aun sin ser utilizado tendrá un costo para el erario. Además, de ingresar al Banco de México, éste, como es usual, lo guardará en bonos del tesoro estadounidense, con lo que nuestro país (como muchos otros) financia la quebrada economía de EU.
De los 30 mil millones de dólares de la FED, el Banxico anunció el viernes pasado que dispondrá de los primeros 4 mil millones el próximo martes 21 de abril para subastarlos entre los bancos, lo que quiere decir que serán para que grandes empresas con problemas (casi todas ellas patrocinadoras de la candidatura de Calderón) dispongan de las divisas suficientes para vencer sus enormes e inminentes vencimientos de deuda.
Según Hacienda, nuestra deuda externa pública es de 40 mil millones de dólares. A ello hay que sumar una cantidad similar que es la que se adjudica a organismos descentralizados como Pemex y la CFE. Hablamos entonces de 80 mil millones de dólares. Así que si Calderón utiliza los 47 mil millones del FMI y los 30 mil millones de la FED, casi habrá duplicado nuestra deuda externa.
Recordará usted aquel spot repetidamente transmitido por la TV en que, conforme se erigía un muro de ladrillos, una voz fuera del campo visual de la pantalla decía: “Este es el segundo piso de la ciudad de México. ¿Cómo pagó López Obrador por él? Se endeudó. ¿Las pensiones? Se endeudó. Triplicó la deuda del DF. Si llega a Presidente nos va a endeudar más y vendrá una crisis económica, devaluación, desempleo…” En ese momento la pared se derrumba y la voz en off, crecientemente alarmada, concluye: “… Estos son los grandes planes de López Obrador, un peligro para México”. La propaganda, a unos meses de las elecciones presidenciales de 2006, era rubricada por el PAN.
Al cabo de tres años, el terrible escenario advertido por el spot blanquiazul es una realidad, pero sin que López Obrador sea el Presidente. Crisis económica, devaluación, desempleo y endeudamiento postran al país pero con Felipe Calderón y el PAN al frente del gobierno.
La crisis es una realidad inocultable y todo apunta a que nuestra economía se contraiga este año hasta 4%. Calderón y el PAN argumentan que la crisis viene de fuera, lo que es una verdad a medias, pues si bien estalló afuera del país, es expresión de decadencia de un modelo económico que Acción Nacional y los suyos no sólo han asumido como propio sino que son de los pocos en el mundo que todavía lo defienden.
El desempleo resulta dolorosamente evidente. En agosto pasado alcanzó a un millón 890 mil personas (4.15% de la población económicamente activa). A esa cifra hay que sumar el medio millón de empleos que se perdieron en los primeros meses del año, de manera que los desempleados en México ya son cerca de los 2.5 millones.
En lo que va del gobierno de Calderón el peso se ha devaluado más de 40%. La cotización frente al dólar era en diciembre de 2006 de casi 11 pesos y ayer cerró unos centavos abajo de los 14 pesos.
Para estabilizar a nuestra moneda el Banco de México ha tenido que meter al mercado varios miles de millones de dólares.
Y por lo que hace al endeudamiento, Calderón —quien en sus tiempos de presidente del PAN decía que endeudarse con el Fondo Monetario Internacional era una irresponsabilidad política— ha anunciado que su gobierno activará un préstamo de 47 mil millones de dólares con ese organismo internacional, lo que forma parte de lo que llama un blindaje para enviar un mensaje de seguridad a los inversionistas. Ese blindaje está conformado también por una línea de crédito por 30 mil millones de dólares abierta con la Reserva Federal de EU (FED) y por nuestras reservas internacionales de 80 mil millones de dólares.
Del préstamo del FMI el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, ha dicho que sólo se dispondrá de él en el peor de los escenarios, pero aun sin ser utilizado tendrá un costo para el erario. Además, de ingresar al Banco de México, éste, como es usual, lo guardará en bonos del tesoro estadounidense, con lo que nuestro país (como muchos otros) financia la quebrada economía de EU.
De los 30 mil millones de dólares de la FED, el Banxico anunció el viernes pasado que dispondrá de los primeros 4 mil millones el próximo martes 21 de abril para subastarlos entre los bancos, lo que quiere decir que serán para que grandes empresas con problemas (casi todas ellas patrocinadoras de la candidatura de Calderón) dispongan de las divisas suficientes para vencer sus enormes e inminentes vencimientos de deuda.
Según Hacienda, nuestra deuda externa pública es de 40 mil millones de dólares. A ello hay que sumar una cantidad similar que es la que se adjudica a organismos descentralizados como Pemex y la CFE. Hablamos entonces de 80 mil millones de dólares. Así que si Calderón utiliza los 47 mil millones del FMI y los 30 mil millones de la FED, casi habrá duplicado nuestra deuda externa.