Bluesy
Bovino adicto
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Como siempre, el maestro Galeano poniendo los puntos sobre las iies; publicado en Lal Jornada Marzo 26, 2009
Saludos
Bluesy
El narco prospera donde hay gobiernos de derecha, señala Eduardo Galeano
La ocupación militar de EU en Colombia empieza a ser el caso de México, alerta
No hemos sido capaces de poner las máquinas a nuestro servicio, deplora el autor uruguayo
Eduardo Galeano participó en el segundo Encuentro de Escritores por la Tierra que se desarrolla en Jalapa, con los auspicios de la Universidad Veracruzana, entre otras institucionesFoto Sergio Hernández Vega
Arturo García Hernández
Enviado
Jalapa, Ver., 25 de marzo. Sabemos que Eduardo Galeano no se anda por la ramas y lo dijo con todas sus letras: con el pretexto de la lucha contra el narcotráfico, Estados Unidos somete y controla militarmente a otras naciones. Es el caso de Colombia, donde hay una ocupación militar que, en parte, empieza a ser gravemente el caso de México.
Si se quiere acabar con el problema, sostuvo el escritor uruguayo, habría que empezar por legalizar las drogas.
Al decir esto, Galeano recibió uno los aplausos más intensos y prolongados durante su intervención en el segundo Encuentro de Escritores por la Tierra –en homenaje al poeta nicaragüense Ernesto Cardenal–, que tiene lugar en Jalapa.
El autor de Las venas abiertas de América Latina hizo notar que es en países con regímenes de derecha en los cuales el problema es más agudo o está fuera de control: obviamente estos gobiernos no están de acuerdo con la legalización porque significa acabar con el mejor negocio de los grandes bancos del mundo, que se benefician del dinero que produce el narcotráfico.
“Son en general gobiernos de derecha los que hacen que esto prospere, hasta convertir los estados en narcoestados, los países en narcopaíses, pero el caso más clamoroso de todos y que no se menciona es el de Afganistán, donde se produce 90 por ciento de la heroína que se consume en el mundo; como todo mundo sabe, Afganistán es un país invadido por Estados Unidos en nombre de la democracia. Que se sepa, ahí no hay democracia.
Así, la víbora se muerde la cola. O sea, es un negocio perfecto: Estados Unidos lo produce, lo consume, ¿qué falta, además de cobrarlo?
El gobierno de Afganistán, alcahuete del poder imperial, no ha movido un dedo para acabar con su fuente principal de riqueza, que es la producción de heroína.
Orfebre de la palabra
El narcotráfico fue uno de los muchos temas abordados por Eduardo Galeano frente a las más de 500 personas –jóvenes en su mayoría– que atiborrarron el auditorio Jesús Morales Fernández, de la Unidad de Humanidades de la Universidad Veracruzana (UV). Sentados en el piso, amontonados en los pasillos, ninguno quería perder detalle.
Como sucede desde hace años en cada aparición pública, Galeano fue aclamado del mismo modo en que se aclama a un cantante famoso.
Orfebre prodigioso de la palabra escrita y oral, juguetón y seductor, el escritor leyó fragmentos de su libro más reciente, Espejos, para después comentarlos con la audiencia.
Posteriormente se abrió una sesión de preguntas y respuestas. Uno de los temas que surgieron entonces fue el de las nuevas tecnologías y la manera que influyen en el modo de vida contemporáneo: “Uno de los problemas principales de nuestro tiempo es que somos máquinas de nuestras máquinas: las computadoras nos programan, los televisores nos miran, los automóviles nos manejan.
“Pero eso no es culpa de las máquinas, es culpa nuestra porque no hemos sido capaces de ponerlas a nuestro servicio.
“Hemos llegado a una relación paradójica con las máquinas: inventamos los autos para facilitar el transporte y por culpa de los autos hoy no podemos movernos.
“Y lo más dramático: se pensaba que las máquinas harían buena parte del trabajo para que los seres humanos trabajaran menos por el mismo salario, disponiendo así de mayor bienestar y tiempo libre.
No ha sido así: las máquinas desplazaron a muchos trabajadores, que fueron lanzados a la desocupación y la miseria.
El acto fue rematado con una firma de libros. Decenas de personas formaron una larga fila para obtener el preciado autógrafo del escritor.
Durante su estancia en esta ciudad, Eduardo Galeano visitó el Museo de Antropología de Jalapa.
Asombro del visitante
La reportera Blanche Petrich, quien entrevistó a Galeano para este diario, atestiguó la visita del escritor al magnífico recinto. Presenció el asombro y entusiasmo del visitante ante distintas piezas.
En particular le llamó la atención la efigie de El Señor de las Limas, escultura en jade que representa a un hombre sentado con las piernas cruzadas y con un niño jaguar muerto.
Fue descubierta en el poblado de Las Limas; durante mucho tiempo los habitantes de la región pensaron que era una virgen y la metieron en una iglesia para adorarla, hasta que los arqueólogos les explicaron de qué se trataba.
En 1968 fue robada y años después, en 1974, una llamada anónima desde un hotel de paso en Texas dio cuenta de su paradero.
Blanche Petrich vio a Galeano sacar su pluma y tomar nota de lo que acerca de la pieza le contaba la guía Maliyel Beverido, hija de un prominente estudioso de la cultura olmeca.
Tal vez en el futuro ésta sea una de las muchas, fascinantes, historias que respiran en los libros de Eduardo Galeano.
Dentro de las actividades del segundo Encuentro de Escritores por la Tierra, que organizan la Fundación Mare Terra, la Red Internacional de Escritores por la Tierra y la Universidad Veracruzana, este jueves Eduardo Galeano y Ernesto Cardenal recibirán el doctorado honoris causa de esta casa de estudios.
Saludos
Bluesy
El narco prospera donde hay gobiernos de derecha, señala Eduardo Galeano
La ocupación militar de EU en Colombia empieza a ser el caso de México, alerta
No hemos sido capaces de poner las máquinas a nuestro servicio, deplora el autor uruguayo
Eduardo Galeano participó en el segundo Encuentro de Escritores por la Tierra que se desarrolla en Jalapa, con los auspicios de la Universidad Veracruzana, entre otras institucionesFoto Sergio Hernández Vega
Arturo García Hernández
Enviado
Jalapa, Ver., 25 de marzo. Sabemos que Eduardo Galeano no se anda por la ramas y lo dijo con todas sus letras: con el pretexto de la lucha contra el narcotráfico, Estados Unidos somete y controla militarmente a otras naciones. Es el caso de Colombia, donde hay una ocupación militar que, en parte, empieza a ser gravemente el caso de México.
Si se quiere acabar con el problema, sostuvo el escritor uruguayo, habría que empezar por legalizar las drogas.
Al decir esto, Galeano recibió uno los aplausos más intensos y prolongados durante su intervención en el segundo Encuentro de Escritores por la Tierra –en homenaje al poeta nicaragüense Ernesto Cardenal–, que tiene lugar en Jalapa.
El autor de Las venas abiertas de América Latina hizo notar que es en países con regímenes de derecha en los cuales el problema es más agudo o está fuera de control: obviamente estos gobiernos no están de acuerdo con la legalización porque significa acabar con el mejor negocio de los grandes bancos del mundo, que se benefician del dinero que produce el narcotráfico.
“Son en general gobiernos de derecha los que hacen que esto prospere, hasta convertir los estados en narcoestados, los países en narcopaíses, pero el caso más clamoroso de todos y que no se menciona es el de Afganistán, donde se produce 90 por ciento de la heroína que se consume en el mundo; como todo mundo sabe, Afganistán es un país invadido por Estados Unidos en nombre de la democracia. Que se sepa, ahí no hay democracia.
Así, la víbora se muerde la cola. O sea, es un negocio perfecto: Estados Unidos lo produce, lo consume, ¿qué falta, además de cobrarlo?
El gobierno de Afganistán, alcahuete del poder imperial, no ha movido un dedo para acabar con su fuente principal de riqueza, que es la producción de heroína.
Orfebre de la palabra
El narcotráfico fue uno de los muchos temas abordados por Eduardo Galeano frente a las más de 500 personas –jóvenes en su mayoría– que atiborrarron el auditorio Jesús Morales Fernández, de la Unidad de Humanidades de la Universidad Veracruzana (UV). Sentados en el piso, amontonados en los pasillos, ninguno quería perder detalle.
Como sucede desde hace años en cada aparición pública, Galeano fue aclamado del mismo modo en que se aclama a un cantante famoso.
Orfebre prodigioso de la palabra escrita y oral, juguetón y seductor, el escritor leyó fragmentos de su libro más reciente, Espejos, para después comentarlos con la audiencia.
Posteriormente se abrió una sesión de preguntas y respuestas. Uno de los temas que surgieron entonces fue el de las nuevas tecnologías y la manera que influyen en el modo de vida contemporáneo: “Uno de los problemas principales de nuestro tiempo es que somos máquinas de nuestras máquinas: las computadoras nos programan, los televisores nos miran, los automóviles nos manejan.
“Pero eso no es culpa de las máquinas, es culpa nuestra porque no hemos sido capaces de ponerlas a nuestro servicio.
“Hemos llegado a una relación paradójica con las máquinas: inventamos los autos para facilitar el transporte y por culpa de los autos hoy no podemos movernos.
“Y lo más dramático: se pensaba que las máquinas harían buena parte del trabajo para que los seres humanos trabajaran menos por el mismo salario, disponiendo así de mayor bienestar y tiempo libre.
No ha sido así: las máquinas desplazaron a muchos trabajadores, que fueron lanzados a la desocupación y la miseria.
El acto fue rematado con una firma de libros. Decenas de personas formaron una larga fila para obtener el preciado autógrafo del escritor.
Durante su estancia en esta ciudad, Eduardo Galeano visitó el Museo de Antropología de Jalapa.
Asombro del visitante
La reportera Blanche Petrich, quien entrevistó a Galeano para este diario, atestiguó la visita del escritor al magnífico recinto. Presenció el asombro y entusiasmo del visitante ante distintas piezas.
En particular le llamó la atención la efigie de El Señor de las Limas, escultura en jade que representa a un hombre sentado con las piernas cruzadas y con un niño jaguar muerto.
Fue descubierta en el poblado de Las Limas; durante mucho tiempo los habitantes de la región pensaron que era una virgen y la metieron en una iglesia para adorarla, hasta que los arqueólogos les explicaron de qué se trataba.
En 1968 fue robada y años después, en 1974, una llamada anónima desde un hotel de paso en Texas dio cuenta de su paradero.
Blanche Petrich vio a Galeano sacar su pluma y tomar nota de lo que acerca de la pieza le contaba la guía Maliyel Beverido, hija de un prominente estudioso de la cultura olmeca.
Tal vez en el futuro ésta sea una de las muchas, fascinantes, historias que respiran en los libros de Eduardo Galeano.
Dentro de las actividades del segundo Encuentro de Escritores por la Tierra, que organizan la Fundación Mare Terra, la Red Internacional de Escritores por la Tierra y la Universidad Veracruzana, este jueves Eduardo Galeano y Ernesto Cardenal recibirán el doctorado honoris causa de esta casa de estudios.