jarochilandio
Bovino de la familia
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Jesús del Toro
19 de junio de 2017
Un equipo de superestrellas investigará los nexos con Rusia del entorno de Donald Trump, incluso quizá a él mismo, y eso ha desatado una suerte de furor en Washington por conseguir el mejor apoyo legal posible, para afrontar lo que venga. Y podría venir mucho.
El nombramiento de un fiscal especial para investigar la injerencia electoral de Rusia en las pasadas elecciones y la posible colusión de personas del entorno de Donald Trump con agentes rusos causó conmoción en el entorno político y la opinión pública de Estados Unidos.
Robert Mueller, exdirector del FBI y hoy fiscal especial para investigar la injerencia rusa y sus conexiones en el pasado proceso electoral de EEUU. (AP)
Al frente de ello fue designado Robert Mueller, exdirector del FBI. Su nombramiento fue en principio aclamado por las fuerzas políticas republicanas y demócratas y en general el perfil de Mueller, de destacado prestigio, fue bien recibido luego de la crispación desatada por el despido, ordenado por Trump, del director del FBI, James Comey, entre alegaciones de que le habría pedido frenar la investigación sobre la implicación de su exasesor de Seguridad Nacional con Rusia.
Pero el presidente, al parecer, no recibió bien el nombramiento de Mueller, y la existencia de una investigación sobre el tema ruso, en la que él podría estar incluido, la ha tachado de ser una “caza de brujas”.
Sea como sea, Mueller parece decidido a investigar a fondo, e incluso más allá de hechos sucedidos de la campaña electoral de 2015-2016 a la fecha, para dilucidar el grado de la infiltración rusa y de la posible colusión con ella de personalidades estadounidenses. Para ello, ha contratado a un grupo de abogados que integrarán su equipo investigador que, por su muy alto perfil, ha sido calificado como un “dream team”.
Mueller ha contratado, se afirma, al menos a una docena de abogados pero, de acuerdo a The New York Times, no se ha revelado la lista completa, que por lo demás podría crecer pues el fiscal especial aún no ha cerrado sus fichajes y está instalando una oficina y una red de cómputo separada del Departamento de Justicia para las operaciones de su equipo.
Andrew Weissmann (der), persiguió por años a capos de la mafia como fiscal en Nueva York, participó en el caso de la megabancarrota fraudulenta de Enron y hoy se ha sumado al equipo de Mueller. (Bloomberg)
Algunos de los nombres más destacados entre las contrataciones de Mueller, de acuerdo a Business Insider, son Michael R. Dreeben, experto en derecho penal y quien como #2 en la oficina del Solicitor General (procurador de EEUU) representó al gobierno federal en más de 100 casos ante la Corte Suprema, y Andrew Weismmann, quien estaba al frente de la sección contra el fraude en el Departamento de Justicia, fue parte del equipo acusador en el caso de la megabancarrota fraudulenta de la compañía Enron y durante años persiguió también a capos de la mafia de Nueva York.
Otros de los contratados, de acuerdo al Times, son Lisa C. Page, abogada del FBI especializada en juicios relacionados con crimen organizado, y tres integrantes de la firma en la que Mueller trabajó luego de dejar el FBI, en 2013: James L. Quarles III, veterano de la investigación del caso Watergate (que llevó a la caída del presidente Richard Nixon en 1974); Jeannie Rhee, experta en delitos de cuello blanco que fue fiscal de casos de corrupción; y Aaron Zebley, el exjefe de gabinete de Mueller en su tiempo al frente del FBI.
Así, el equipo de Mueller es de muy alto perfil y experto en el manejo de testigos, como indica la agencia Reuters, pero ha sido también criticado porque algunos de sus integrantes han tenido relación con políticos demócratas. Weissmann hizo donaciones a la campaña de Barack Obama en 2008, Quarles lo ha hecho a varias campañas demócratas y Rhee a la de Hillary Clinton en 2016. Además, Rhee representó en el pasado a la Fundación Clinton cuando su firma fue contratada para ello, despacho que hoy representa al yerno de Trump, Jared Kushner.
Pero son esas conexiones con los demócratas lo que ha desatado el rechazo de muchos republicanos hacia Mueller, y si bien no existe aún indicativo de que la investigación vaya a ser parcializada con algún desbalance, el tema es parte del clamor para desacreditar a priori a Mueller que ha comenzado desde el bando de Trump.
Michael Dreeben representó al gobierno federal en más de 100 casos ante la Corte Suprema. Hoy es parte del equipo de Robert Mueller. (Reuters)
Habrá que esperar a que la investigación avance (y en realidad sus hallazgos podrían mantenerse reservados por mucho tiempo) para poder evaluar el perfil y la independencia del equipo de Mueller.
Sea como sea, muchas figuras de la Casa Blanca han comenzado a contratar sus propios abogados particulares, para estar preparados. Es el caso del vicepresidente Mike Pence, de Kushner y, en realidad, del propio Trump, quien contrató a Marc E. Kasowitz, experto en casos civiles y que por 15 años ha representado al presidente Trump, para que sea su abogado privado, al margen del equipo legal de la Casa Blanca.
Y el presidente ha añadido a otros dos abogados notorios para cuidar sus intereses personales. Uno es Jay Sekulow, quien de acuerdo a The Washington Post se ha caracterizado por defender casos vinculados a la derecha conservadora, sobre todo asuntos de libertad religiosa, pero no tendría experiencia sustantiva en investigaciones como las que encabeza Mueller. Su debut en el caso fue su afirmación a NBC News de que Trump no dijo en Twitter que estaba siendo investigado sino que estaba meramente aludiendo a lo que en un reporte en medios se dijo al respecto, una interpretación que ha resultado poco convincente.
Otro fichaje de Trump es el abogado John Dowds, quien de acuerdo al Times representó en el pasado al senador John McCain a finales de la década de 1980 y dirigió la investigación sobre apuestas ilegales en la que estuvo implicado el beisbolista Pete Rose.
Jay Sekulow, otro de los abogados contratados por Trump. (NBC)
Pero se ha dicho que Kasowitz y su equipo, como se comenta en Vox, aunque gozan de la confianza de Trump y de una relación de años con él, no necesariamente tienen el perfil y la experiencia para el tipo de investigaciones y exigencias que podría plantear la pesquisa de Mueller. Solo Dowd, al parecer, tiene una trayectoria significativa en investigaciones de esa naturaleza, y es posible que justoi por ello fue contratado por Trump.
Así, hacerse de músculo legal parece una necesidad a estas alturas, y eso que las pesquisas de Mueller sobre la injerencia rusa en las elecciones y los estamentos políticos apenas comienzan.
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