Robert Kuttner
23/07/2018


DAN KITWOOD VIA GETTY IMAGES
La Primera Ministra Theresa May y el Presidente Donald Trump en una conferencia conjunta en Chequers, el 13 de Julio de 2018 en Aylesbury, Inglaterra.


No le gustamos a nadie

No sé por qué

Podemos no ser perfectos

Pero el cielo sabe que lo intentamos

Pero en resumen

Hasta nuestros mejor amigos nos decepcionan

Soltemos una grande

Y veamos qué pasa...

- Randy Newman, "Ciencia Política" 1972



Hace casi medio siglo, el cantante, compositor y satirista Randy Newman ya transmitía los sentimientos ignorantes que eventualmente produjeron al presidente Trump, una figura que no sabía mucho de historia o geografía, pero que sabía que el resto del mundo ya no respetaba a los Estados Unidos. La famosa piel delgada de Trump refleja lo que los psiquiatras llaman una herida narcisista, un profundo sentimiento de rabia por cualquier cosa, sin importar lo pequeña que sea.

Por su parte Trump transmite el sentimiento de los americanos que se sienten un poco ofendidos o dejados de lado, debido al rumbo que ha tomado la economía y los globalistas a cargo de ella. Usa ese resentimiento para convertirlo en una noción general de que Estados Unidos es insultado.

A eso se deben los ataques indiscriminados en temas comerciales hacia aliados en Europa, a pesar de que ellos también tienen mercados abiertos como el nuestro. A eso se debe la solicitud absurda de redoblar el gasto militar de la OTAN y la pretensión de que Europa se beneficia del escudo militar de Estados Unidos.

Consideremos que Estados Unidos gasta el 3.5% de su PIB en el ejército. La mayoría de los demás países de la OTAN gastan entre el 1% y 2%, y ha acordado subirlo al 2%. Pero Estados Unidos, en su deseo de tener hegemonía militar global, gasta cantidades muy superiores a las de la OTAN. Así que es ilógico pensar que los europeos, que no desean ser el policía mundial, se igualen a Estados Unidos en gasto militar.

Las payasadas de Trump en la reunión de la OTAN y su visita a Gran Bretaña demostraron las razones por las cuales su número está perdiendo fuerza. Simplemente no es creíble, ni siquiera en Fox News, un día culpar de todo a la OTAN y al día siguiente decir que la OTAN es grandiosa gracias a tu liderazgo, sin que nada más haya cambiado en esos días. Y más allá de lo burdo y las afrentas a las reglas diplomáticas, no es creíble un día apoyar a Boris Johnson (el bufonesco rival de la primera ministra Theresa May) en una entrevista grabada, y al día siguiente decir que May es sensacional y que la otra entrevista eran 'fake news'.


Podemos estar agradecidos con nuestra suerte: Donald Trump es el demagogo más incompetente de la historia. Tiene un don intuitivo para articular agravios y mantener a sus críticos desconcertados. Pero su capacidad de aportación es tan deficiente e incoherente que excluye resultados. (Fueron los senadores republicanos los que hicieron el recorte de impuestos, no Trump, y esa ley ya tiene costos políticos, pues los beneficiados son los más ricos.)

En los 18 meses de su presidencia, Trump ha conseguido mantenerse en una extraña coalición de los conservadores sociales enojados por la situación económica y los plutócratas corporativos ansiosos de tomar todavía más. Las élites globalistas cerraron los ojos al ultranacionalismo, mientras que Trump les daba recorte de impuestos, desregulación y el resto de la agenda corporativa. Los militantes del Tea Party ignoraron que la mayoría de las ganancias económicas fuera para los ricos, mientras que Trump los apoyara en los asuntos sociales.

Pero esta receta cínica, y bastante heterogénea, no requería que Estados Unidos se volviera el adulador de Rusia; y esa realidad alarma a las dos partes. En una encuesta reciente de Fox News, solo 5% respondió que Trump había sido lo suficientemente duro con Putin, mientras que al 53% le pareció insuficientemente duro.


CHIP SOMODEVILLA
El vicefiscal general de Estados Unidos, Rod Rosenstein, anuncia las acusaciones contra 12 agentes de inteligencia rusos por hackear las computadoras usadas por el Comité Nacional Demócrata, la campaña de Hillary Clinton, el Comiré de Campaña Legislativa Demócrata y otras organizaciones.


La esperada acusación de los agentes rusos por hackear y filtrar los emails de los líderes demócratas, ensombrece la tan anunciada reunión de Trump con Putin. Deja claro que Trump, en su insistencia de que el Kremlin no tuvo nada que ver con las filtraciones, era un tonto o una herramienta (y más probablemente una herramienta consciente) de los rusos.

Como ha dicho Trump repetidamente, le da valor al hecho de que Putin niegue estar involucrado. Luego de la reunión en Vietnam el pasado noviembre, Trump declaró: "Cada vez que me ve, me dice 'Yo no hice nada'. Y realmente le creo".

¿Qué podría motivar a un presidente estadounidense, que ataca a Canada (¡a Canadá!) por cualquier nimiedad, mostrarse tan crédulo cuando se trata de Rusia? Qué, en efecto.

Cuando se trata de los esfuerzos del Kremlin para desestabilizar a Estados Unidos, Trump está en desacuerdo con el sentimiento de la mayoría de los estadounidenses; está en desacuerdo con el resto de su administración y la mayoría del Partido Republicano. Y si existió algún momento en el que pudiera demonizar y despedir al investigador especial de la trama rusa, Robert Mueller, ese momento ya pasó.


La patética defensa de Trump es que el hackeo ruso ocurrió mientras Obama era presidente. Y la defensa articulada por su abogado, Rudy Giuliani, fue todavía más lamentable: "Los rusos están descubiertos. No hay estadounidenses involucrados. Es momento de que Mueller termine su investigación del presidente y que diga que el presidente Trump es completamente inocente".

Sigue soñando, Rudy.

Todo esto evidencia mi optimismo en que Trump está derrotado políticamente. La mayoría de las encuestas muestran a los demócratas en una posición muy fuerte para tomar control del Senado en noviembre, y la aprobación de Trump se hunde en estados clave. Mientras que Mueller produce más imputaciones y evidencia de traición, los crímenes que ameritan el retiro del presidente y los delitos menores que han estado a la vista desde 2017, se convertirán en una destitución real.

Solo una cosa me deja sin dormir. A menos que los generales hayan elaborado una medida de seguridad, un Trump verdaderamente desesperado podría empezar a coquetear con delirios nucleares.

Como Randy Newman, proféticamente, concluye su canción:

Como sea ya todos nos odian

Así que tirémosles una grande.



Este blog apareció originalmente en el 'HuffPost' Estados Unidos, ha sido editado y fue traducido por Víctor Santana.

* Este contenido representa la opinión del autor y no necesariamente la de HuffPost México.


Fuente


Bueno, al menos acá en México sí podemos presumir de tener a un BUEN demagogo, ése al que ya incluso admira el mismísimo Trompudo. ¿Será que le envidia algo? Reconozcamos el que mexicano tiene muchas, pero muchas más tablas en ese "arte" tan esencial en un políticastro.