noxbill
Bovino maduro
- Desde
- 19 Mar 2009
- Mensajes
- 493
- Tema Autor
- #1
hace poco lo leei en una revista de algunos años atras y busque sobre el tema en de un googlaso asi que aqui les dejo el articulo esta machin.
En el verano de 1963, el profesor Rodríguez Delgado se coloca por primera vez en su vida delante de un toro, lo cita una y otra vez con el capote y cuando está a punto de embestirle consigue hacer que se detenga. El secreto, más allá del temple del torero, está en el mando a distancia que sostiene entre sus manos: el profesor ha instalado un radiotransmisor en el cerebro del novillo que le permite controlar sus movimientos.
El experimento tuvo lugar en una pequeña plaza de toros de Córdoba frente a una escasa docena de testigos. Las imágenes producen una sensación de sorpresa y desasosiego. En ellas vemos al animal a punto de llevarse por delante al científico, siguiendo el instinto que le ha impulsado durante siglos. Sin embargo, en el último instante, una fuerza misteriosa se lo impide.
La historia fue publicada en la portada de The New York Times bajo el titular “Matador consigue detener al toro con radiotransmisor”. Según el periódico, se trataba de la más espectacular demostración de las posibilidades de control de la mente con estímulos externos. En la misma edición se explicaba que aquella no era la primera experiencia del profesor en este campo. Durante más de 15 años, el doctor José Manuel Rodríguez Delgado, nacido en Málaga y catedrático de la Universidad de Yale, había llevado a cabo experimentos similares con monos y gatos, haciendo de ellos auténticos juguetes teledirigidos. Y lo que resulta más inquietante: en aquellos mismos años había realizado los primeros implantes cerebrales en humanos.
Inexplicablemente, los trabajos del profesor Rodríguez Delgado permanecen en nuestros días en el olvido. Sus escalofriantes técnicas para manipular los impulsos cerebrales, precedentes de los actuales implantes para tratar el Parkinson o la epilepsia, han quedado olvidadas en algún recóndito archivo.
En su libro "El control físico de la mente", el doctor Delgado describe algunos de sus múltiples hallazgos en el campo de la neurología. Su mayor logro fue la creación de unos pequeños electrodos denominados "estimoreceptores" (Stimoceivers) que una vez insertados en el cerebro podían manejarse a decenas de metros de distancia mediante ondas de radio. Se dice que durante su estancia en la Isla de Hall (en las Bermudas), consiguió dirigir el comportamiento de toda una comunidad de monos gibones, a pesar de estar dispersos en un radio de kilómetros.
En 1966, en un momento de aterradora lucidez, él mismo aseguraba que sus experimentos apoyaban “la desagradable conclusión de que el movimiento, la emoción y el comportamiento pueden ser dirigidos por fuerzas eléctricas y que los humanos pueden ser controlados como robots; mediante botones".
un video en el que se puede ver como controla la furia de un toro.
http://www.physiology.wisc.edu/yin/public/Delgado_bull.asf
En el verano de 1963, el profesor Rodríguez Delgado se coloca por primera vez en su vida delante de un toro, lo cita una y otra vez con el capote y cuando está a punto de embestirle consigue hacer que se detenga. El secreto, más allá del temple del torero, está en el mando a distancia que sostiene entre sus manos: el profesor ha instalado un radiotransmisor en el cerebro del novillo que le permite controlar sus movimientos.
El experimento tuvo lugar en una pequeña plaza de toros de Córdoba frente a una escasa docena de testigos. Las imágenes producen una sensación de sorpresa y desasosiego. En ellas vemos al animal a punto de llevarse por delante al científico, siguiendo el instinto que le ha impulsado durante siglos. Sin embargo, en el último instante, una fuerza misteriosa se lo impide.
La historia fue publicada en la portada de The New York Times bajo el titular “Matador consigue detener al toro con radiotransmisor”. Según el periódico, se trataba de la más espectacular demostración de las posibilidades de control de la mente con estímulos externos. En la misma edición se explicaba que aquella no era la primera experiencia del profesor en este campo. Durante más de 15 años, el doctor José Manuel Rodríguez Delgado, nacido en Málaga y catedrático de la Universidad de Yale, había llevado a cabo experimentos similares con monos y gatos, haciendo de ellos auténticos juguetes teledirigidos. Y lo que resulta más inquietante: en aquellos mismos años había realizado los primeros implantes cerebrales en humanos.
Inexplicablemente, los trabajos del profesor Rodríguez Delgado permanecen en nuestros días en el olvido. Sus escalofriantes técnicas para manipular los impulsos cerebrales, precedentes de los actuales implantes para tratar el Parkinson o la epilepsia, han quedado olvidadas en algún recóndito archivo.
En su libro "El control físico de la mente", el doctor Delgado describe algunos de sus múltiples hallazgos en el campo de la neurología. Su mayor logro fue la creación de unos pequeños electrodos denominados "estimoreceptores" (Stimoceivers) que una vez insertados en el cerebro podían manejarse a decenas de metros de distancia mediante ondas de radio. Se dice que durante su estancia en la Isla de Hall (en las Bermudas), consiguió dirigir el comportamiento de toda una comunidad de monos gibones, a pesar de estar dispersos en un radio de kilómetros.
En 1966, en un momento de aterradora lucidez, él mismo aseguraba que sus experimentos apoyaban “la desagradable conclusión de que el movimiento, la emoción y el comportamiento pueden ser dirigidos por fuerzas eléctricas y que los humanos pueden ser controlados como robots; mediante botones".
un video en el que se puede ver como controla la furia de un toro.
http://www.physiology.wisc.edu/yin/public/Delgado_bull.asf