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La historia de este avión está en la frontera que separa la realidad de las leyendas urbanas. Es posible que sea cierta y que se haya tapado para no tener que dar explicaciones, que simplemente alguien la inventara o que de a partir de un suceso extraño, como una bola de nieve rodante, se formara una historia cada vez más alejada de la realidad.
El avión que desapareció 10 minutos
Hace aproximadamente 40 años un avión estaba haciendo sus maniobras de aproximación al aeropuerto Nacional de Washington , cuando desapareció. Se desvaneció en el aire. No pudiendo establecer contacto de ninguna manera, desde la torre de control se dio aviso a emergencias. Tras la desaparición temieron un fatal desenlace del vuelo. Los equipos de emergencia se dirigieron hacia el final de la pista, último lugar en el que se había detectado al avión, que iba a aterrizar, por si se había desviado de su curso y estrellado en esa zona. En ese momento el avión reapareció en el mismo punto en que había desaparecido 10 minutos antes.
Desapareció y apareció 10 minutos después en el mismo punto. Parece ser que los relojes del avión, la tripulación y los pasajeros marcaban 10 minutos menos que los de los equipos de socorro que acudieron a recibirlos. Según los pilotos en la pista habían aparecido de repente, como salidos de la nada, los servicios de emergencia. Para todos ellos esos diez minutos no habían pasado.
Este acontecimiento fue investigado por Martin Caidin (1927-1997), experto piloto, escritor, periodista e investigador de temas paranormales. Éste explicó al parapsicólogo Loyd Auerbach que según sus averiguaciones unos hombres trajeados subieron al avión y tomaron el mando de la situación.
De lo que ocurrió en esos 10 minutos todo son especulaciones. Parece que hubo un salto en el tiempo. Caidin, declaró que esto no era algo imposible, según él aunque para nosotros el tiempo es un continuo que fluye sin sobresaltos, la realidad es que cambios en la gravedad o la velocidad lo pueden alterar aunque de manera imperceptible. Además todos tenemos la experiencia de la relatividad del tiempo. Para él, los humanos no sabemos nada del tiempo, y cuando se producen sucesos extraños como el del avión, tendemos a racionalizarlo o a creer en sucesos paranormales, cuando en realidad quizá no sea nada más que algo natural.
El avión que desapareció 10 minutos
Hace aproximadamente 40 años un avión estaba haciendo sus maniobras de aproximación al aeropuerto Nacional de Washington , cuando desapareció. Se desvaneció en el aire. No pudiendo establecer contacto de ninguna manera, desde la torre de control se dio aviso a emergencias. Tras la desaparición temieron un fatal desenlace del vuelo. Los equipos de emergencia se dirigieron hacia el final de la pista, último lugar en el que se había detectado al avión, que iba a aterrizar, por si se había desviado de su curso y estrellado en esa zona. En ese momento el avión reapareció en el mismo punto en que había desaparecido 10 minutos antes.
Desapareció y apareció 10 minutos después en el mismo punto. Parece ser que los relojes del avión, la tripulación y los pasajeros marcaban 10 minutos menos que los de los equipos de socorro que acudieron a recibirlos. Según los pilotos en la pista habían aparecido de repente, como salidos de la nada, los servicios de emergencia. Para todos ellos esos diez minutos no habían pasado.
Este acontecimiento fue investigado por Martin Caidin (1927-1997), experto piloto, escritor, periodista e investigador de temas paranormales. Éste explicó al parapsicólogo Loyd Auerbach que según sus averiguaciones unos hombres trajeados subieron al avión y tomaron el mando de la situación.
De lo que ocurrió en esos 10 minutos todo son especulaciones. Parece que hubo un salto en el tiempo. Caidin, declaró que esto no era algo imposible, según él aunque para nosotros el tiempo es un continuo que fluye sin sobresaltos, la realidad es que cambios en la gravedad o la velocidad lo pueden alterar aunque de manera imperceptible. Además todos tenemos la experiencia de la relatividad del tiempo. Para él, los humanos no sabemos nada del tiempo, y cuando se producen sucesos extraños como el del avión, tendemos a racionalizarlo o a creer en sucesos paranormales, cuando en realidad quizá no sea nada más que algo natural.