wiowam
Bovino adicto
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“No me preocupo por las personas de mi pasado, por alguna razón no llegarón a mi futuro.” Estos días me ha tocado reflexionar sobre la situación vivida con algunas personas, individuos a quienes traje de nuevo a mi vida con la esperanza y el deseo de mejorar la relación que hubo entre nosotros, de darle una nueva y mejorada etapa a la amistad; pero, qué tan bueno y emocionalmente saludable resulta esto ?

Uno de ellos me comentó: “Wil, las personas no cambian..” No estoy de acuerdo, estoy convencido de que las personas podemos cambiar, sin importar lo que hayamos pasado o cómo nos hayan educado, podemos modificar nuestro sistema de creencias; pero también creo que para poder cambiar debemos enfrentarnos a nosotros mismos, reconocer que hay algo que puede ser mejorado, y esto tal vez es lo más difícil para algunos.
Para pretender renovar una relación de amistad o de pareja hay que reconocer las fallas y por supuesto, tratar de no repetirlas. Mi situación no fue así, y tuve que decirles “adiós” a las mismas personas por las mismas razones.
Fue un poco triste y decepcionante lo reconozco, pero considero que fue lo mejor. Me volvieron a demostrar que no valoraron (de nueva cuenta) la amistad que ofrecí y demostré, que continuar relacionado con estas personas emocionalmente no me hacía bien; y la mejor ayuda que pude tener fue el desapego.

“El mundo está lleno de sufrimiento; la razí del sufrimiento es el apego. La supresión del sufrimiento es la eliminación del apego” Buda.
El apego se define como una vinculación afectiva intensa, duradera, que se desarrolla y consolida con una o varias personas, así como con objetos o situaciones. Si tenemos deseos que no conseguimos, entonces sufrimos por ellos, somos desdichados. Estos deseos se les llaman apegos.
En un post anterior escribí “que no dure más de lo que tiene que durar…” también podemos aplicar esa frase aquí, he de reconocer que el error más grande que he cometido es dejar que alguien se quede en mi vida mucho más tiempo del que se merece. Pero recordemos que estamos aquí para aprender y no para mortificarnos con el sufrimiento pasado.
No hay por qué sufrir por lo que fue o no fue, sigo creyendo que nuevas y mejores cosas nos esperan; que nuestra felicidad no dependa de una persona, de un objeto o una situación. Saca la basura de tu mente. Basura es todo aquel pensamiento que te distraiga de lo que realmente importa.
Los conflictos entre las persona provienen de los apegos. Así como la soledad, el vacío, la frustración y el miedo.
“Si no estuviéramos ocupados activamente en volvernos desdichados, seríamos felices. Nacimos felices. Toda la vida está llena de felicidad”. (Anthony de Melo).
Para dejar de sufrir debemos aprender a desapegarnos. Los apegos nacen por las falsas creencias. Creer que si no tengo lo que quiero, no puedo ser feliz.
El desapego no es desamor, no es abandono. El mayor enemigo del amor es el apego. Donde hay amor, no hay apego alguno. El desapego es recuperar la libertad y dejar ser libres a quienes amamos. Es un acto de amor incondicional. Quien realmente ama, deja en libertad a la persona amada.
Para llegar al desapego, se requiere de muchos cambios en la vida. Cuando verdaderamente llegamos a desapegarnos, la vida nos otorga como recompensa ascender a un estado de felicidad.
Hace algunos años escuchaba que hacían referencia a un libro, me parece que se titulaba “Platicando con los ángeles“, en él, muchos de los sentimientos los mencionaban como ángeles, recuerdo uno en especial, “el ángel del desapego” y lo explicaban así: ” El desapego nos libera de la culpa y del arrepentimiento que son un gran desperdicio de energía; en el momento presente no necesitamos poseer ni perder nada. Mi vida es perfecta, aquí y ahora.”
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