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Becerro
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- 1 Abr 2013
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Me encontraba leyendo un relato que me había puesto a mil; una chica que fue a un concierto musical al aire libre con su novio, cuando para su sorpresa comenzó a ser manoseada por quien se encontraba parado detrás.
Cuando sonó el teléfono y me saco de clima. Era mí Jorge, estaba ayudando a su hermano a pintar la casa, me preguntaba si podía pasar por donde estaba.
Desde la vez que me visitó en mi casa había pasado más de un mes. Había conversado muchos veces con él por teléfono haciendo juegos de palabras con respecto al sexo y cuando estábamos juntos surgían algunos roces muy excitantes.
Me dijo:
- Tengo que hablar con vos, vení por la casa de mi hermano, y cortó.
Yo tenía que salir y pasé con gusto por su casa, tenía unas ganas locas de que me tocara con sus manos rústicas, las cuales había sentido varias veces sobre mis nalgas, me dirigí muy nerviosa a su casa previendo lo que podía pasar.
Estaba la puerta abierta, entre y vi todo tirado ya que estaba pintando, lo llame y contesto desde una habitación al fondo, fui, estaba con el torso desnudo todo pintado de blanco, ni bien me vio entrar me dijo:
- Te estaba esperando.
Dejo la brocha, me atrajo poniéndome frente a él, es un hombre alto y fuerte, metió su lengua en mi boca no dejando casi que respirar, no paraba nunca de besarme, con una determinación que la dolía la boca de tan fuerte que lo hacía, mientras, sobaba mi cola con fuerza con una mano, mi vagina estaba que explotaba sentía como mi clítoris palpitaba con fuerza y su pene parecía un palo de duro, me soltó de golpe.
- Anda sacándote la ropa, dijo, y fue a cerrar la puerta.
Estaba confundida, excitada y asustada, todas las emociones a la vez, estaba tan nerviosa que me quede quieta en el mismo lugar, volvió…
- ¡¿No te has sacado la ropa?!
Comenzó a desnudarme mientras me manoseaba, me sacó la remera, al sostén lo bajó, me sacó el jogging junto con la tanga, entonces llego a mi vagina metió sus dedos despacio apretando firme pero despacio, sentí unas cosquillas que me moría, cuando estaba reaccionando siento otro dedo metiéndose en mi cola, estaba tan excitada que no puede aguantar mi primer orgasmo, sentía las contracciones de placer, acaricie su pantalones sentí su pene totalmente erecto, parecía que explotaba, le baje el cierre, él saco su pene me tomo de la nuca, hizo que me arrodillara y atrajo mi cabeza hacia su pene, comencé a chuparlo con fuerza, sentía lo rico que se sentía rozando su glande en mi paladar y saboreaba sus juguitos.
Saco mi boca de su pene agarrando mi cabeza de las orejas me puso de pie, me dio vuelta, quede con la cola tocando su pene me empujo la nuca haciéndome inclinar, yo me sostuve de una escalera y metió dos o tres dedos en mi vagina, los enterró hasta el fondo, a mí me fascino, temblaba de placer, me sentía electrizada, con la misma mano que estaba empapada de mis jugos vaginales metió de prepo dos dedos en la cola, sentí un dolor punzante, seguía empujando fuerte, el dolor se convirtió en una sensación de placer que me enloquecía, de una, casi sin darme tiempo a nada, cambio sus dedos por su pene que estaba bien duro, me embestía con fuerza una y otra vez, llegue a mi segundo orgasmo súper excitada con las tetas bamboleando, así hasta que se corrió en mi cola, inundándola por completo de semen.
Volvió a darme vuelta, sin dejarme erguir, dijo: - limpiala bien!
Agarrándome del pelo y las orejas me hizo girar junto con él sin cambiar la posición.
Entonces dijo; - ¡¿Querés otra verga que te ensarte desde atrás mientras la chupás?!
Abrí los ojos alarmada, ¡¿no está solo?!...pensé. Había tenido fantasías al respecto, también había leído relatos que me ponían caliente, pero de ahí a hacerlo nunca me hubiera atrevido. Pensé que jugaba para ver como reaccionaba, si me calentaba más la idea.
- ¿Te gustaría? preguntó, intente zafarme y no me dejó, quise protestar y me introdujo el pene hasta la campanilla mientras me sostenía con fuerza de las orejas.
-¡Ahora vas ver…!
continúa
Cuando sonó el teléfono y me saco de clima. Era mí Jorge, estaba ayudando a su hermano a pintar la casa, me preguntaba si podía pasar por donde estaba.
Desde la vez que me visitó en mi casa había pasado más de un mes. Había conversado muchos veces con él por teléfono haciendo juegos de palabras con respecto al sexo y cuando estábamos juntos surgían algunos roces muy excitantes.
Me dijo:
- Tengo que hablar con vos, vení por la casa de mi hermano, y cortó.
Yo tenía que salir y pasé con gusto por su casa, tenía unas ganas locas de que me tocara con sus manos rústicas, las cuales había sentido varias veces sobre mis nalgas, me dirigí muy nerviosa a su casa previendo lo que podía pasar.
Estaba la puerta abierta, entre y vi todo tirado ya que estaba pintando, lo llame y contesto desde una habitación al fondo, fui, estaba con el torso desnudo todo pintado de blanco, ni bien me vio entrar me dijo:
- Te estaba esperando.
Dejo la brocha, me atrajo poniéndome frente a él, es un hombre alto y fuerte, metió su lengua en mi boca no dejando casi que respirar, no paraba nunca de besarme, con una determinación que la dolía la boca de tan fuerte que lo hacía, mientras, sobaba mi cola con fuerza con una mano, mi vagina estaba que explotaba sentía como mi clítoris palpitaba con fuerza y su pene parecía un palo de duro, me soltó de golpe.
- Anda sacándote la ropa, dijo, y fue a cerrar la puerta.
Estaba confundida, excitada y asustada, todas las emociones a la vez, estaba tan nerviosa que me quede quieta en el mismo lugar, volvió…
- ¡¿No te has sacado la ropa?!
Comenzó a desnudarme mientras me manoseaba, me sacó la remera, al sostén lo bajó, me sacó el jogging junto con la tanga, entonces llego a mi vagina metió sus dedos despacio apretando firme pero despacio, sentí unas cosquillas que me moría, cuando estaba reaccionando siento otro dedo metiéndose en mi cola, estaba tan excitada que no puede aguantar mi primer orgasmo, sentía las contracciones de placer, acaricie su pantalones sentí su pene totalmente erecto, parecía que explotaba, le baje el cierre, él saco su pene me tomo de la nuca, hizo que me arrodillara y atrajo mi cabeza hacia su pene, comencé a chuparlo con fuerza, sentía lo rico que se sentía rozando su glande en mi paladar y saboreaba sus juguitos.
Saco mi boca de su pene agarrando mi cabeza de las orejas me puso de pie, me dio vuelta, quede con la cola tocando su pene me empujo la nuca haciéndome inclinar, yo me sostuve de una escalera y metió dos o tres dedos en mi vagina, los enterró hasta el fondo, a mí me fascino, temblaba de placer, me sentía electrizada, con la misma mano que estaba empapada de mis jugos vaginales metió de prepo dos dedos en la cola, sentí un dolor punzante, seguía empujando fuerte, el dolor se convirtió en una sensación de placer que me enloquecía, de una, casi sin darme tiempo a nada, cambio sus dedos por su pene que estaba bien duro, me embestía con fuerza una y otra vez, llegue a mi segundo orgasmo súper excitada con las tetas bamboleando, así hasta que se corrió en mi cola, inundándola por completo de semen.
Volvió a darme vuelta, sin dejarme erguir, dijo: - limpiala bien!
Agarrándome del pelo y las orejas me hizo girar junto con él sin cambiar la posición.
Entonces dijo; - ¡¿Querés otra verga que te ensarte desde atrás mientras la chupás?!
Abrí los ojos alarmada, ¡¿no está solo?!...pensé. Había tenido fantasías al respecto, también había leído relatos que me ponían caliente, pero de ahí a hacerlo nunca me hubiera atrevido. Pensé que jugaba para ver como reaccionaba, si me calentaba más la idea.
- ¿Te gustaría? preguntó, intente zafarme y no me dejó, quise protestar y me introdujo el pene hasta la campanilla mientras me sostenía con fuerza de las orejas.
-¡Ahora vas ver…!
continúa
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