Perla Blackheart
Becerro
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- 15 Mar 2018
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- #1
Esta es mi historia sobre como voy descubriendo mi fetiche de piss. Contiene algo de sexo guarro y asfixia. Si no te gusta este tipo de cosas, probablemente no disfrutarás de mi historia. Sin embargo, si es así, te invito a leerla y me des tu opinión en mi primer intento de escribir.
Mi nombre es Perla, Tengo 25 años. No estoy exactamente segura de cómo comenzar mi historia. Podría comenzar con la experiencia que me convirtió en lo que soy hoy, pero creo que puede esperar por ahora. Tal vez sería mejor darte una idea de cómo soy.
Así que comencemos con lo básico. Soy delgada ... muy delgada. Y tampoco soy muy alta. Mi rostro aun conserva su apariencia juvenil. Es lo primero que la gente nota de mí cuando entro en una habitación. Hace algunas semanas estaba caminando junto a un grupo de estudiantes de high school que estaban de excursión y cuando fui a cruzar la calle lejos de ellos, uno de los chaperones me gritó que regresara con el resto de la clase. Fue muy embarazoso. Aunque creo que el estaba tan avergonzado como yo cuando le enseñé mi licencia de conducir.
Así que sí, soy una pequeña cosita. Afortunadamente el resto de mi cuerpo está en proporción con mi complexion. Supongo que no hay mucho para mí. Una pequeña cintura y un trasero que la mayoría de los hombres pueden usar como una pequeña pelota de baloncesto. Por otro lado, mis tetas son (y esto puede sonar un poco narcisista) lo mejor, pero esa es solo mi opinión. No son demasiado grandes y ni demasiado pequeñas. Un poco más que un puñado con los pequeños pezones más perversos que hayas visto. Tengo el pelo largo y castaño que me llega casi hasta la cintura y casi siempre lo uso suelto.
En cuanto a mi cara ... bueno, la gente me dice que soy linda. Me han llamado bonita y hermosa antes, pero cuando pareces casi una joven pequeña como yo, la mayoría de las personas se quedan en “linda”. Aunque no me quejo. Mis características son un poco toscas, rudas, no tan finas como yo desearia. Mi rostro tiene la apariencia de rudeza, y mas de uno se a espantado cuando me ven de mal humor. Mis ojos y mi boca son mi cosa favorita de mí. Son mi arma número uno en cualquier momento en que he tenido problemas o necesité una buena noche de diversión de un chico o, a veces, de una chica. Mis ojos son extremadamente oscuros. No negros, pero ... creo que smokey sería el mejor término para describirlos. Funcionan muy bien al enviar señales como “hey bitch no me jodas” o “hey baby ven a cogerme”.
Y mi boca es grande, con labios carnosos y una sonrisa diabolica que procuro no mostrar nunca o casi nunca. Mi sonrisa es grande, y lo admito, es fea. Quienes la han visto y los mas atrevidos me han dicho que tengo cara de puta. No decido aun si tomar eso como un halago o un insulto. Pero mi rostro me ha abierto muchas puertas. Cuando sabes cómo usar tus ojos y tu boca de esa manera, hace la vida mucho más fácil.
Supongo que siempre me han considerado una buena chica. Quizás un poco nerd también. El tipo de chica que ves en la escuela o en el trabajo y bromeas con tus amigos sobre que ella es demasiado "poco agradable" para alguien como tú pero luego te masturbas en secreto en la noche pensando en ella. El tipo de chica que nunca tuvo problemas y los chicos "geniales" pensarían que no tenía suficiente carácter para ser interesante en absoluto.
Bueno, ahora debería decirles lo que soy y lo que me gusta. Los japoneses tienen una palabra para eso, supongo. Esto me di cuenta después de muchas horas de buscar mi tipo particular de porno. Se llama omorashi, supongo. Básicamente tengo un fetiche de piss. Me encanta ver a la gente mojarse a sí mismos. Paso horas en internet buscando videos de personas en público o en casa desesperadas por orinar. No soy lesbiana, pero en mis horas de búsqueda y observación he encontrado que prefiero ver a mujeres y a parejas orinarse unos a otros. Pueden pensar “bueno, eres una chica. Solo ve a orinar y ahorra tiempo”. Créanme, yo también lo hice, pero entraré en eso más adelante. Algo sobre mirar a las chicas cruzar sus piernas y sostenerse mientras luchan por mantenerlo me excita tanto. O ver como sus hombres las bañan de orines es algo entre humillante y pervertido que me impide dejar de ver la pantalla cuando miro escenas asi.
Y bueno, creo que todo inicio un dia que mi esposo Tommy y yo jugabamos football en el patio de la casa. Habiamos tomado varias cervezas y estábamos luchando en el césped peleando por la pelota, cuando recuerdo que se detuvo, y agarró su entrepierna unas cuantas veces. Finalmente le pregunté si necesitaba entrar y usar el baño. Recuerdo que me dijo muy seguro de si mismo:
-”Los hombres no necesitamos usar inodoros porque podemos hacer piss en cualquier lugar que queramos” -me dijo Tommy con esa sonrisa de cuando trama alguna diablura que tan bien le conozco.
-”Ah si, genio?. Entonces digame usted que hacen. Ilustreme” le dije divertida buscandole pelea.
Él tomó mi mano y caminamos hacia el pequeño cuarto de herramientas que tenemos junto a nuestra valla de alambre que divide nuestro patio de el de los vecinos. Miró alrededor unas pocas veces y luego se sacó su verga. Me quedé sorprendida por decir lo menos. Somos una pareja bastante activa sexualmente, pero siempre nos reservamos a hacer nuestras cosas dentro de la casa, a 4 paredes, fuera de la vista de las personas. El estar ahi, en el patio, con mi esposo y su verga fuera de los pantalones y a riesgo de que nuestros vecinos pudieran vernos, me excitó a sobremanera. El cuarto de herramientas esta rodeado de arboles y arbustos, pero aun asi el riesgo de ser descubiertos era muy grande.
Luego agarrandose su miembro con los dedos comenzó a orinar en el suelo sonriéndome todo el tiempo. Recuerdo haber dicho “genial” al ver su grueso chorro de piss salir de su verga y caer al suelo haciendo un exagerado ruido. Después de un rato, se detuvo y me preguntó si quería sostener su verga mientras terminaba su piss.
-”Quieres sostenerla? Aun me queda bastante” -me dijo mirandome a los ojos. Como dije, somos una pareja bastante liberal en cuestiones sexuales, pero esto era algo nuevo. Por lo menos para mi.
Salté ante la oportunidad y agarré su verga quizas un poco demasiado fuerte al principio haciéndolo golpear mi mano y decirme “No tan fuerte”. Soltando un poco mi agarre, lo apunté hacia la cerca y comenzó a orinar de nuevo. Mientras él hacia, sentí un extraño cosquilleo entre mis propias piernas y pensé que tal vez también tenía que ir, pero no era lo mismo.
-”Pruebala” -me dijo. Al verme indecisa, volvió a ofrecerme que la probara. Sabia de parejas que comparten el gusto por ese tipo de fetishes pero meter en mi boca su pene aun chorreando de orines no era una idea que me atrayera mucho en ese momento. Aparte, como dije, estabamos en el patio de la casa, a medio dia y en fin de semana. El riesgo de que nos miraran los vecinos eran muy alto.
-”No puedo hacerlo. Los vecinos pueden vernos y nos meteriamos en problemas amor” -le dije mirando su rostro de decepción .
-”Okey baby, pero ni creas que te salvas. Ya te convenceré de hacerlo dentro de la casa” -dijo resignado.
Cuando terminó, me dijo que era mi turno. Seguí diciéndole que tenía que sentarme en un inodoro para hacerlo, que los vecinos podian vernos y que no me iba a salir nada por los nervios. Pero él siguió rogándome hasta que finalmente me encontré bajandome los pantalones cortos y las panties. Estaba nerviosa de pie medio desnuda frente a él, pero él seguía diciendo que estaba bien, así que me acuclillé contra el costado del cuarto de herramientas y abrí las piernas. Él movió su rostro muy cerca entonces hasta que pude sentir su aliento contra mis muslos. Finalmente sentí que comenzaba a soltarme. No había necesidad de esforzarme mucho, ya que la gran cantidad de cervezas que habiamos tomado tenian llena mi vejiga.
Entonces Tommy puso su mano sobre mi entrepierna y me agarró con fuerza. Vi como un poco más de mi orina se deslizaba entre las grietas de sus dedos. Acercando sus dedos a mi cara, me los ofreció a lo cual esta vez no me opuse y los meti hambrienta a mi boca, chupando y probando mi propia orina en sus dedos. El sabor era tremendamente amargo, fuerte. Tommy se excitó al verme chupar sus dedos llenos de mi orina y mas los metia dentro de mi boca, provocandome arcadas y pequeñas lagrimas que empezaron a correr por mis mejillas. Un par de veces estube a punto de vomitar por lo profundo que me penetraba mi boca con sus dedos. Retirando su mano de mi boca, lo miré sonriendo.
-”Vas a hacer que vomite si sigues metiendo tus dedos asi, amor” -le dije limpiando mis lagrimas y absorbiendo mis mocos provocados por las arcadas, todo esto sin dejar de sonreirle a mi amor.
-”No sería la primera vez que te veo vomitar, baby” -respondió divertido ante su diablura.
-”Lo se, y no me importaria hacerlo. Pero no aqui en el patio a la vista de los curiosos”
Nos metimos a la casa para terminar lo que habiamos empezado en el patio, pero eso se los contaré en otro relato.
Por su atención, mil gracias.
Mi nombre es Perla, Tengo 25 años. No estoy exactamente segura de cómo comenzar mi historia. Podría comenzar con la experiencia que me convirtió en lo que soy hoy, pero creo que puede esperar por ahora. Tal vez sería mejor darte una idea de cómo soy.
Así que comencemos con lo básico. Soy delgada ... muy delgada. Y tampoco soy muy alta. Mi rostro aun conserva su apariencia juvenil. Es lo primero que la gente nota de mí cuando entro en una habitación. Hace algunas semanas estaba caminando junto a un grupo de estudiantes de high school que estaban de excursión y cuando fui a cruzar la calle lejos de ellos, uno de los chaperones me gritó que regresara con el resto de la clase. Fue muy embarazoso. Aunque creo que el estaba tan avergonzado como yo cuando le enseñé mi licencia de conducir.
Así que sí, soy una pequeña cosita. Afortunadamente el resto de mi cuerpo está en proporción con mi complexion. Supongo que no hay mucho para mí. Una pequeña cintura y un trasero que la mayoría de los hombres pueden usar como una pequeña pelota de baloncesto. Por otro lado, mis tetas son (y esto puede sonar un poco narcisista) lo mejor, pero esa es solo mi opinión. No son demasiado grandes y ni demasiado pequeñas. Un poco más que un puñado con los pequeños pezones más perversos que hayas visto. Tengo el pelo largo y castaño que me llega casi hasta la cintura y casi siempre lo uso suelto.
En cuanto a mi cara ... bueno, la gente me dice que soy linda. Me han llamado bonita y hermosa antes, pero cuando pareces casi una joven pequeña como yo, la mayoría de las personas se quedan en “linda”. Aunque no me quejo. Mis características son un poco toscas, rudas, no tan finas como yo desearia. Mi rostro tiene la apariencia de rudeza, y mas de uno se a espantado cuando me ven de mal humor. Mis ojos y mi boca son mi cosa favorita de mí. Son mi arma número uno en cualquier momento en que he tenido problemas o necesité una buena noche de diversión de un chico o, a veces, de una chica. Mis ojos son extremadamente oscuros. No negros, pero ... creo que smokey sería el mejor término para describirlos. Funcionan muy bien al enviar señales como “hey bitch no me jodas” o “hey baby ven a cogerme”.
Y mi boca es grande, con labios carnosos y una sonrisa diabolica que procuro no mostrar nunca o casi nunca. Mi sonrisa es grande, y lo admito, es fea. Quienes la han visto y los mas atrevidos me han dicho que tengo cara de puta. No decido aun si tomar eso como un halago o un insulto. Pero mi rostro me ha abierto muchas puertas. Cuando sabes cómo usar tus ojos y tu boca de esa manera, hace la vida mucho más fácil.
Supongo que siempre me han considerado una buena chica. Quizás un poco nerd también. El tipo de chica que ves en la escuela o en el trabajo y bromeas con tus amigos sobre que ella es demasiado "poco agradable" para alguien como tú pero luego te masturbas en secreto en la noche pensando en ella. El tipo de chica que nunca tuvo problemas y los chicos "geniales" pensarían que no tenía suficiente carácter para ser interesante en absoluto.
Bueno, ahora debería decirles lo que soy y lo que me gusta. Los japoneses tienen una palabra para eso, supongo. Esto me di cuenta después de muchas horas de buscar mi tipo particular de porno. Se llama omorashi, supongo. Básicamente tengo un fetiche de piss. Me encanta ver a la gente mojarse a sí mismos. Paso horas en internet buscando videos de personas en público o en casa desesperadas por orinar. No soy lesbiana, pero en mis horas de búsqueda y observación he encontrado que prefiero ver a mujeres y a parejas orinarse unos a otros. Pueden pensar “bueno, eres una chica. Solo ve a orinar y ahorra tiempo”. Créanme, yo también lo hice, pero entraré en eso más adelante. Algo sobre mirar a las chicas cruzar sus piernas y sostenerse mientras luchan por mantenerlo me excita tanto. O ver como sus hombres las bañan de orines es algo entre humillante y pervertido que me impide dejar de ver la pantalla cuando miro escenas asi.
Y bueno, creo que todo inicio un dia que mi esposo Tommy y yo jugabamos football en el patio de la casa. Habiamos tomado varias cervezas y estábamos luchando en el césped peleando por la pelota, cuando recuerdo que se detuvo, y agarró su entrepierna unas cuantas veces. Finalmente le pregunté si necesitaba entrar y usar el baño. Recuerdo que me dijo muy seguro de si mismo:
-”Los hombres no necesitamos usar inodoros porque podemos hacer piss en cualquier lugar que queramos” -me dijo Tommy con esa sonrisa de cuando trama alguna diablura que tan bien le conozco.
-”Ah si, genio?. Entonces digame usted que hacen. Ilustreme” le dije divertida buscandole pelea.
Él tomó mi mano y caminamos hacia el pequeño cuarto de herramientas que tenemos junto a nuestra valla de alambre que divide nuestro patio de el de los vecinos. Miró alrededor unas pocas veces y luego se sacó su verga. Me quedé sorprendida por decir lo menos. Somos una pareja bastante activa sexualmente, pero siempre nos reservamos a hacer nuestras cosas dentro de la casa, a 4 paredes, fuera de la vista de las personas. El estar ahi, en el patio, con mi esposo y su verga fuera de los pantalones y a riesgo de que nuestros vecinos pudieran vernos, me excitó a sobremanera. El cuarto de herramientas esta rodeado de arboles y arbustos, pero aun asi el riesgo de ser descubiertos era muy grande.
Luego agarrandose su miembro con los dedos comenzó a orinar en el suelo sonriéndome todo el tiempo. Recuerdo haber dicho “genial” al ver su grueso chorro de piss salir de su verga y caer al suelo haciendo un exagerado ruido. Después de un rato, se detuvo y me preguntó si quería sostener su verga mientras terminaba su piss.
-”Quieres sostenerla? Aun me queda bastante” -me dijo mirandome a los ojos. Como dije, somos una pareja bastante liberal en cuestiones sexuales, pero esto era algo nuevo. Por lo menos para mi.
Salté ante la oportunidad y agarré su verga quizas un poco demasiado fuerte al principio haciéndolo golpear mi mano y decirme “No tan fuerte”. Soltando un poco mi agarre, lo apunté hacia la cerca y comenzó a orinar de nuevo. Mientras él hacia, sentí un extraño cosquilleo entre mis propias piernas y pensé que tal vez también tenía que ir, pero no era lo mismo.
-”Pruebala” -me dijo. Al verme indecisa, volvió a ofrecerme que la probara. Sabia de parejas que comparten el gusto por ese tipo de fetishes pero meter en mi boca su pene aun chorreando de orines no era una idea que me atrayera mucho en ese momento. Aparte, como dije, estabamos en el patio de la casa, a medio dia y en fin de semana. El riesgo de que nos miraran los vecinos eran muy alto.
-”No puedo hacerlo. Los vecinos pueden vernos y nos meteriamos en problemas amor” -le dije mirando su rostro de decepción .
-”Okey baby, pero ni creas que te salvas. Ya te convenceré de hacerlo dentro de la casa” -dijo resignado.
Cuando terminó, me dijo que era mi turno. Seguí diciéndole que tenía que sentarme en un inodoro para hacerlo, que los vecinos podian vernos y que no me iba a salir nada por los nervios. Pero él siguió rogándome hasta que finalmente me encontré bajandome los pantalones cortos y las panties. Estaba nerviosa de pie medio desnuda frente a él, pero él seguía diciendo que estaba bien, así que me acuclillé contra el costado del cuarto de herramientas y abrí las piernas. Él movió su rostro muy cerca entonces hasta que pude sentir su aliento contra mis muslos. Finalmente sentí que comenzaba a soltarme. No había necesidad de esforzarme mucho, ya que la gran cantidad de cervezas que habiamos tomado tenian llena mi vejiga.
Entonces Tommy puso su mano sobre mi entrepierna y me agarró con fuerza. Vi como un poco más de mi orina se deslizaba entre las grietas de sus dedos. Acercando sus dedos a mi cara, me los ofreció a lo cual esta vez no me opuse y los meti hambrienta a mi boca, chupando y probando mi propia orina en sus dedos. El sabor era tremendamente amargo, fuerte. Tommy se excitó al verme chupar sus dedos llenos de mi orina y mas los metia dentro de mi boca, provocandome arcadas y pequeñas lagrimas que empezaron a correr por mis mejillas. Un par de veces estube a punto de vomitar por lo profundo que me penetraba mi boca con sus dedos. Retirando su mano de mi boca, lo miré sonriendo.
-”Vas a hacer que vomite si sigues metiendo tus dedos asi, amor” -le dije limpiando mis lagrimas y absorbiendo mis mocos provocados por las arcadas, todo esto sin dejar de sonreirle a mi amor.
-”No sería la primera vez que te veo vomitar, baby” -respondió divertido ante su diablura.
-”Lo se, y no me importaria hacerlo. Pero no aqui en el patio a la vista de los curiosos”
Nos metimos a la casa para terminar lo que habiamos empezado en el patio, pero eso se los contaré en otro relato.
Por su atención, mil gracias.
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