jack_kugel
Bovino maduro
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- 25 May 2008
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Al día siguiente nos despertamos tarde, yo me fui a mi habitación a ducharme, como Mario dijo que iríamos a la playa, sólo me puse un tanga minúsculo rojo, y una camiseta blanca ajustada adornada con un corazón a la altura de las tetas, y que marcaba mis oscuros pezones y que transparentaba los piercing que los adornaban. Mario nunca me dejaba llevar la parte de arriba del bikini.
Me metí dos rayas de coca, para estar ya colocada antes de salir, aunque por aquella época ya siempre llevaba coca encima para poder esnifar en cualquier sitio.
Nos encontramos en el comedor. Marta iba igual que yo, pero con su camiseta anudada encima de la barriga. Mientras desayunábamos, la gente nos miraba y murmuraba todo el rato.
Luego cogimos el coche alquilado y nos fuimos a la playa. Mientras yo conducía, Marta le mamaba la polla a Mario, que nos contó que esa semana iba a estar tomando viagra, para estar empalmado todas las vacaciones, así que ya nos podíamos ir preparando.
Yo les miraba por el espejo, Marta estaba tirada en el suelo del coche mientras se la chupaba a conciencia, con gran dificultad por el poco sitio que le quedaba para su barriga.
Mientras Mario la acariciaba la cabeza como si fuera una perrita, ella le chupaba de arriba abajo, desde el glande a los testículos, mientras Mario la llamaba guarra, puta, zorra y cosas así.
Además le decía que aprendía rápido, que ya la mamaba con el piercing en la lengua con la misma habilidad que yo.
Cuando ya estaba aparcando, él se corrió en su boca y Marta empezó a bebérselo todo como desesperada, quizás por miedo a Mario. Cuando terminó le quedaba lefa en los labios y Mario la dijo que no se limpiara que la vieran bajarse así del coche.
Yo ya me había bajado, y ella abrió la puerta desde el suelo del coche y salió como pudo por su enorme tripa. Unos chicos que pasaban por allí y la vieron, empezaron a reírse y a decir, en alto que tía mas guarra, con 40 años, preñada y mamándola de día en el asiento de tras de un coche.
Uno preguntó que cuanto cobraba por hacerlo, y Mario les dijo que estaba con él y que todavía no había terminado, que se fueran. Luego la dio permiso para relamerse el semen de los labios.
A continuación nos fuimos a la playa, nos quedamos sólo con nuestros tangas y empezamos a fumar y a tomar el sol. Éramos la atracción de los chicos de la playa, no nos quitaban ojo, sobre todo porque además Mario nos obligaba a tomar el sol con las piernas abiertas, y haciendo posturitas, mientras él nos metía mano a ambas descaradamente.
Las mujeres estaban desconcertadas, porque por edad y embarazo, Marta parecía su mujer, pero no tenían muy claro quien podría ser yo.
De repente, Mario me dijo que había visto a mi marido a lo lejos. Yo me quedé petrificada. Podía ser porque algún verano habíamos pasado las vacaciones allí. Mario le conocía de cuando me hizo la ligadura de trompas en su clínica en septiembre. Miré donde me dijo, y desde luego era Carlos con mi hijo.
A unos cuantos metros estaban mis padres y mis suegros. Me quería morir, seguro que Mario me haría alguna putada de las suyas.
Yo le dije que no que no se parecía en nada, pero el insistió y me dijo que si que lo era. Entonces me indicó que fuera a saludarle. Le dije que estaba con mi hijo y que me habían prohibido acercarme a él.
Entonces me dijo que le llamara por el móvil y quedara con él. Como se estaba bañando le contesté que no podría, entonces me ordenó que llamara a mi madre, mientras me apretaba un brazo.
Además me dijo que convenciera a mi marido para salir con nosotros por la noche a cenar y tomar unas copas, que quería conocerle mejor.
Le contesté que antes me dejara ir al baño del bar, que tenía que orinar. Cuando vio que iba a coger la camiseta me la quitó y me dijo que de camiseta nada, sólo con mi minúsculo tanga. Cogí mi bolso y me fui al baño muriéndome de vergüenza, ya que dentro estaba lleno de chavales de 15 años que no paraban de preguntarme si era puta.
Hice pis me sequé con el papel higiénico, y me esnifé dos rayas de coca, no podría afrontar el ver de nuevo a mi familia sin estar colocada. Bebí agua, tenía los ojos rojos, ya que en lo que iba de mañana, llevaba 4 rayas.
Mario se dio cuenta de que había esnifado ya que no paraba de sorberme la nariz. Entonces me obligó a llamar a mi madre. Mientras decía, hoy lo voy a pasar en grande, tu familia va a ver mi obra completa. Salvo por el triángulo rojo de tu tanga hilo dental que te cubre el coño, se puede decir que estás desnuda, podrán comprobar como te has operado la nariz y las tetas, y encima te verán toda colocada por la cocaína. Voy a disfrutar a lo grande.
Cogí el móvil y llamé a mi madre:
Hola Mamá, soy Sonia.
¿Dónde estás hija, no hablaba contigo desde hace 3 meses?
Te estoy viendo, aquí en la playa, no me he acercado por si os parecía mal.
Mejor, no quiero que te acerques ni a tu hijo ni a tu padre que está muy mal de salud.
Si te parece quedamos en la orilla delante de esa roca grande.
Está bien voy con Carlos.
Corté el móvil, y le rogué a Mario que me dejara ponerme la camiseta, pero no me dejó. Me dijo que a las putas no les da vergüenza enseñar su cuerpo, además me ordenó que caminara contoneándome, y que si no lo hacía me mataría a golpes.
Me encendí un cigarro para tener algo entre las manos y calmarme los nervios y me dirigí hacia el punto de encuentro que estaba a unos 10 metros de donde estaban Mario y Marta.
Mi madre y Carlos ya estaban allí, yo llegué caminando como me dijo Mario, y les saludé dándoles dos besos.
Se me quedaron unos segundos admirando mi cuerpo y mi cara, y esto fue lo que pasó.
¿Hija que te has hecho en el cuerpo y en la cara? Te has operado el pecho y la nariz. Y esos piercing en los pezones y la lengua, además del que tenías en el ombligo, por no hablar de los tatuajes.
Si mamá me he operado el pecho porque tenía poco, ahora tengo una 95, y la nariz no me gustaba, ahora está mas perfilada. Además mi novio quería que lo hiciera.
¿Y lo de los piercing y el tatuaje?.
Es que le gustan a mi novio. Que es el que está ahí con esa embarazada amiga mía.
Luego ¿no eres lesbiana?. No mamá soy bisexual.
¿Y porque vas así con todo al aire, pareces una puta de lo peor?.
Es para tomar el sol en todo el cuerpo y que no me queden marcas. A mi novio le encanta verme muy tostada todo el año, por eso todo el invierno he tomado Rayos UVA.
¿Y qué te has hecho en el pelo?
Mamá me he puesto unas rastas, que son estas trenzas a lo Afro. Son muy cómodas, sobre todo en verano porque, no te tienes que peinar ni lavar la cabeza, que me daba mucha pereza, sobre todo después de la playa o la piscina.
Con el pelo tan bonito que tenías, entre el teñido de rubio que llevas y las rastas esas, parece un estropajo.
¿Y el trabajo?
Lo he dejado ya que a mi novio no le gusta que trabaje fuera de casa, y el me mantiene y me compra todo lo que quiero (yo no contestaba muy acertadamente por la coca y porque cada vez mi mente funcionaba peor por los nervios). En aquella época sólo sabía hablar de Mario, por la gran dependencia que tenía de él. Además le recordé a Carlos las fotos mías que mandó a la Jefa de Recursos Humanos de mi empresa, que provocaron mi despido.
¿Me dejaréis ver a mi niño?
Con esas pintas ni lo sueñes, y mejor que no te vea el resto de la familia, para que no puedan comprobar en lo que te has convertido. Por lo que veo no eres mas que la puta del tipo ese.
¿Cómo es posible que hayas dejado tu trabajo con una carrera tan prometedora?
Mama, ahora tengo todo lo que quiero, mi novio Mario es rico, y para que voy a trabajar si puedo estar todo el día tumbada tomando el sol, pasándolo bien, y gastando dinero en comprar todo lo que me apetece.
Pero hija ¿Te das cuenta de lo que has hecho con tu vida? En este año. ¿Como es posible que una mujer inteligente como tu se haya convertido en lo que eres ahora?.
Entonces le dije a mi madre que me dejara en paz como cabreada (porque sabía que tenía razón), y que si no la importaba quería hablar con Carlos a solas.
Ella se fue llorando, quizá mi aspecto y que abandonara mi carrera por liarme con un tío, fue demasiado para ella.
Cuando nos quedamos solos, le pregunté si quería venir a cenar con nosotros, que lo pasaríamos bien (mientras exhalaba el humo por mi boca y me pasaba la lengua por los labios, sin dejar de mirarle a la polla), además a mi novio le gustará conocer a mi exmarido. Carlos me miraba con deseo, desde la última vez que me folló, mi cuerpo había cambiado mucho y sobre todo no quitaba ojo a las tetas.
Empecé a pasarle las manos por el ombligo y la espalda, y finalmente aceptó. Después le besé en la boca y me dirigí hacia donde estaban Mario y Marta contoneando el culo para que lo admirara en todo su esplendor.
Le conté a Mario que lo había conseguido, que vendría a cenar con nosotros. Mario empezó a reírse tocándome el culo mientras Carlos miraba a lo lejos. Desde luego hoy tu exmarido va a comprobar en la clase de puta en que te has convertido.
Entonces sin darnos cuenta se acercó mi madre gritándole a Mario que qué había hecho con su hija. Y Mario sin cortarse la contestó que nada, mientras me tocaba las tetas y el culo, dijo:
Mire señora, su hija no es mas que una puta a la que le gusta vivir a todo tren, y si para eso se tiene que acostar con quien yo la diga lo hace, le va la marcha y le gusta el sexo con hombres y mujeres, la da igual.
Mi madre se puso histérica y Carlos se la tuvo que llevar en un auténtico ataque de nervios. Yo le dije a Mario que era un cabrón que había destrozado a mi madre y me respondió diciéndome que por la noche me iba a enterar de lo que era bueno, y que era yo por mis actos la que la había destrozado.
Por la noche Carlos nos dijo como teníamos que vestirnos. A mi me obligó a ponerme un vestido de noche negro que se transparentaba, que me llegaba a la mitad de los muslos y sin mangas, escotado por delante y por detrás, con un tanga negro debajo, y un sujetador negro sin tirantes. Era casi como ir sólo en ropa interior, y por detrás parecía que iba desnuda. Usando eso sí, unas sandalias de tacón de 12 cm.
Marta, iba con una minifalda de cuero negra, con bragas rojas de las que quedaban a la vista la parte superior en la cintura y un top de cuero negro sin sujetador, quedando toda su barriga al aire, y sandalias también de tacón, a pesar de que la pobre se quejaba de que al usarlas le dolía mucho la espalda por el embarazo.
Las dos íbamos muy maquilladas, con las uñas de las manos y pies pintadas de rojo y con los piercing y tatuajes, la pinta de putas era impresionante. Mientras Mario inspeccionaba a Marta, yo me esnifaba delante de ellos un par de rayas de coca, ya lo hacía delante sin esconderme ya que me daba igual lo que pensaran.
Mario me dijo que esa noche quería que bebiera bastante, compensando las calorías cenando sólo una ensalada, y que no me cortara de esnifar coca delante de Carlos si me apetecía, que quería que Carlos observara en lo que me había convertido en toda su plenitud.
En el hall del hotel nos esperaba Carlos, mientras nosotros nos dirigíamos hacia él, Mario nos llevaba poniendo las manos sobre nuestras caderas, como dando a entender que éramos sus putitas.
Al vernos la cara de Carlos era un poema, sobre todo al verme a mí.
Mario le dijo:
Como ves Carlos hoy lo vamos a pasar en grande con estas dos putitas, harán todo lo que queramos, mira el modelito de tu ex, no deja nada a la imaginación.
No se que decir Mario. No digas nada y disfruta la noche.
Cogimos un taxi y nos fuimos a comer a un restaurante. Mario pidió lo que Marta y yo cenaríamos. Carlos me preguntó en la cena con Mario delante que como era posible que me dejara manipular de esta forma.
Yo no contesté no sabía que decir, lo hizo Mario.
Mira Carlos Sonia no se deja manipular, por estar viviendo conmigo, cobra, es decir, es una puta en todo el sentido de la palabra, y a cambio de dinero hace lo que yo la digo.
¿Pero como es posible? Yo cuando la conocí tenía 18 años y era una chica normal, y no me dejó tocarla hasta que nos casamos, y hasta hace un año era una madre y esposa modelo.
Cambió cuando la conocí yo, ¿no te acuerdas de mí?, yo fui el ginecólogo que la operó en septiembre y la he ido modelando sin obligarla a nada, ella eligió libremente esta vida, y dejarlo todo familia y trabajo por putear. Tengo todo el proceso de cambio grabado en DVD, luego en el hotel lo veremos.
Y Marta ¿Es tu mujer?.
Que va, es una amiga que me presentó Sonia después de seducirla, está casada con un cornudo, y el hijo que espera es mío. También hace todo lo que yo la pido.
Carlos ni se cabreó por lo que Mario había hecho conmigo, yo creo que simplemente se quedó sin capacidad de reacción.
Mientras cenábamos, Mario le contó todo lo que había hecho conmigo, y yo creo que Carlos se estaba poniendo cachondo. Sobre todo me miraba a las tetas. Yo siempre había tenido poco pecho y una talla 95, deja a los hombres como embobados.
El restaurante, estaba en el paseo marítimo de Palma, y también tenía discoteca, así que después de cenar Mario dijo que nos podíamos quedar allí a tomar unas copas.
Cuando Carlos se fue al baño, Mario me dijo que me lo follara allí en uno de los baños, que le pusiera cachondo hasta que no aguantara mes y me pidiera que folláramos.
En la pista de baile había bastante gente, sobre todo extranjeros, y aunque íbamos vestidas muy provocativas, la verdad es que había chicas también que iban enseñándolo todo, y que por la condición de bisexual que ya tenía en aquella época me ponían a mil.
De esposa ejemplar a puta de lujo 20
Después de follarme a Carlos en el baño de la disco, nos fuimos de juerga por más sitios de Palma, estuvimos bebiendo y bailando hasta la 4 de la mañana.
Entonces Mario propuso que nos fuéramos al hotel para acabar la fiesta. Nos cogimos el coche y mientras Mario conducía, Marta y yo, no parábamos de meter mano a Carlos en el asiento de atrás.
Cuando llegamos lo primero que hicimos nosotras fue desnudarnos, ya que Mario siempre nos quería desnudas en el hotel. Nos fuimos al baño a maquillarnos y en mi caso además a esnifar coca.
Entonces Mario nos dijo que empezáramos a comportarnos como las dos bolleras que éramos para que lo viera Carlos, porque seguro que le gustaría. Además a mí me dio instrucciones para que fuera puta con Marta.
Como Marta no era capaz de tomar la iniciativa, porque tenía menos experiencia que yo y probablemente porque con Carlos delante le daba vergüenza, finalmente la tomé yo, mostrando una actitud dominante con ella en todo momento. Yo sabía que a Mario le gustaba cuando veía a dos mujeres haciéndolo, y una de ellas humillaba a la otra.
Yo estaba de pie en el centro de la habitación con Marta sentada en el suelo sobre sus talones, quedando Mario y Carlos sentados en un cómodo sofá.
Me planté delante de Marta, mirándola a los ojos con desprecio. Su cara quedaba a la altura de mi depilado coño. Empecé a humillarla, diciéndola que era demasiado mayor, que no era tan bella como yo, que estaba gordísima y que era patético que a su edad se hubiera quedado preñada. Marta no decía nada pero la expresión de su cara reflejaba que lo pasaba mal por mis palabras que sabían que eran verdad y por las risas de Mario.
Carlos no decía nada mas bien no daba crédito a mi comportamiento.
A continuación la dije que no era más que una zorra a la que le gustaba follar con cualquiera. Que era peor que las perras en celo y que no la bastaba con estar casada y con dos hijos, que tenía que follar con cualquiera para volver a quedarse preñada.
A mi las copas y la coca me dieron alas para soltar todo un amplio repertorio de insultos contra Marta. Creo que en el fondo tenía celos contra ella por la atención que la prestaba Mario y porque además la había hecho un hijo.
Luego me agaché a la altura de su cara y la lamí sus labios obligándola a que los abriera para introducirle la lengua, con la que hábilmente recorrí sus encías, dientes y paladar. Para decirla que con tal de follar era capaz de hacerlo hasta con mujeres.
A continuación, empecé a pasar mis manos por sus tetas y prominente vientre para luego bajar al sexo, diciéndola que lo tenía empapado como la buena puta que era.
Poco a poco ante la docilidad de Marta y por la excitación creciente de Mario y Carlos, yo me fui identificando cada vez más con mi papel así que ocurrió lo siguiente:
Marta vamos a jugar a las amas-esclavas. Yo seré tu señora y tu mi esclava, ¿vale?. Mientras juego contigo, siempre contestarás a mis preguntas llamándome señora, y yo te llamaré a ti como me plazca. ¿Te enteras cerda...?. Si mi señora.
Voy a tumbarme en el suelo, y me vas a ir lamiendo desde las tetas bajando por el vientre, para luego comerme el coño, ¿Has entendido guarra?, si mi señora.
Yo me coloqué de tal forma que Mario y Carlos no pudiesen perder detalle.
Marta había aprendido a comer coños con una rapidez sorprendente, y a mí desde que me pusieron el piercing en el clítoris el efecto de la chupadas era mucho más intenso, lo que me hacía llegar al orgasmo mucho antes.
La dije que rebañara con su lengua los restos de semen que quedaban en mi sexo, después del polvo que me echó Carlos en la disco, cosa que a Mario le excitó de sobremanera.
Después de correrme, Mario dijo que Marta todavía no comía coños muy bien y que se merecía un castigo, así que me dio un cinturón y me pidió que la azotara en el trasero.
Cogiendo el cinturón en mi mano y tirando del pelo de Marta la hice poner de rodillas a cuatro patas, dándoles una completa visión de sus desnudas y morenas nalgas a poca distancia de los ojos de Mario y Carlos. Entonces empecé a sacudirla con el cinturón.
Mario me hacía contar los azotes, la golpeaba lento pero sin pausa, y con bastante fuerza (tenía unos celos enormes de Marta), mientras tanto ella decía que haría todo lo que quisiéramos pero que no la pegáramos más. La sacudí unos veinte azotes y la dejé todo el culo rojo.
Entonces Mario me dijo que parara (no quería que la dejara señales) y que la cabalgara como si fuera una yegua, sentándome en su espalda y espoleándola en su prominente vientre, mientras ella se movía a cuatro patas como podía. Yo de vez en cuando me agachaba reposando mis tetas en la espalda de Marta para poder ofrecer una perfecta visión de mis nalgas encima de las de ella, pensé que la visión de nuestros dos traseros entregados provocaría una gran excitación en los dos hombres.
A Marta le costaba mucho gatear, conmigo encima a cuatro patas sobre todo por su embarazo. Estuvimos unos cinco minutos, mientras ella me llevaba de un lado a otro de la habitación, para goce de Mario.
Carlos nos dijo preocupado, que nos estábamos pasando que era una mujer embarazada y que podíamos tener un disgusto. Entonces Mario le dijo que la única forma de parar el castigo era que se la follara. Así que cuando volvimos a pasar por delante de Carlos nos hizo parar, me descabalgué de su espalda y Mario la ordenó ponerse de rodillas para sacarle la polla a Carlos y mamársela, diciéndola que demostrara lo puta que era.
A través del pantalón se notaba que Carlos la tenia realmente dura de nuevo y con muchas ganas salir de su encierro. Mire la cara de Marta y reflejaba fatiga, probablemente por el embarazo, por llevarme en su espalda, y por sus años. Nunca había visto a una mujer madura hacerlo con un hombre mucho más joven. Por lo menos sacaba a Carlos unos 10 años.
Sus manos desabrocharon el pantalón de Carlos, dejando su boxer a la vista, se lo quedó admirando unos segundos. Tomó la goma que lo sujetaba a su cintura tiró de él hacia abajo, y quedó la verga de Carlos al aire. No era tan grande como la de Mario pero no estaba mal.
Mientras tanto, Carlos me miraba a la cara y yo me relamía los labios haciendo un gesto tan guarro como pude.
La verdad es que desde que me fui a vivir con Mario, éste me obligaba a que todo mi tiempo de ocio en casa lo pasara viendo películas porno (tenía una colección de todas las variedades del porno) para que me comportara como las estrellas de este cine cuando practicara sexo. Le gustaba que las copiara su forma de moverse al joder y mamar pollas y/o coños según el caso, la forma lasciva de mirar a los hombres, y también la forma de hablar.
Esto fue una forma de tenerme todo el día pensando en el sexo y cachonda perdida, ya que por otro lado como recordaréis cuando me fui a vivir con él, me prohibió leer libros o la prensa, ver cine normal, y escuchar por la radio cualquier otra cosa que no fuera música. En la Televisión además sólo me dejaba ver programas del corazón, por lo que al final en el tiempo libre sólo podía ver pelis porno. Para asegurarse que cumpliera todo eso le dijo a la criada (Tai) que se lo contara a él, en caso de que no lo cumpliera. Con todo esto se aseguró que cada vez mi técnica de folladora fuera mejor y que mis inquietudes por algo que no fuera el sexo desaparecieran, y que por supuesto mi capacidad de razonamiento cada vez fuera más limitada, por lo que ya no podía evitar comportarme como una zorra.
Pero bueno continuemos con lo que pasó en el hotel.
Después de que Marta le bajara el boxer a Carlos, se quedó de rodillas con Carlos de pie, pasando sus manos por sus muslos hasta llegar a los testículos. Entonces se los metió en la boca y empezó a lamerlos, mientras la polla quedaba entre sus ojos.
Luego empezó con sumo cuidado a acariciar sus huevos y su polla erecta, con sus dos manos. A continuación su lengua empezó a lamer la larga superficie de la verga, mientras Carlos suspiraba por el placer y el morbo de la situación.
Mientras tanto, yo hice lo propio con Mario. Eso sí, antes le dije a Marta que le proporcionara el máximo placer a Carlos, porque si no, volvería a probar los correazos del cinturón.
Yo siempre decía las expresiones mas lujuriosas y adoptaba las posturas más obscenas para disfrute de Mario, y para que Carlos en primera persona pudiera comprobar en lo que me había convertido.
Engullí en mi boca la polla de Mario de un solo envite hasta los cojones, siempre dejaba una buena perspectiva, para que Carlos pudiera ver perfectamente mi boca atravesada por la polla de Mario, dejando ver mi rosada lengua atravesada por el piercing dorado por debajo de ella, dándole intensos lametones en los huevos que con las manos acercaba a mi lengua.
Se la mamaba como si estuviera muerta de hambre, para que mi exmarido, pudiera comprender que ahora la polla de Mario era para mí lo más importante en la vida, más que él y mi hijo.
Todo esto se traducía en que Carlos, (al que seguro que no le gustaba lo que estaba viendo, aunque le excitara) lo pagaba con Marta, embistiéndola con su polla en la boca con tanta fuerza que la daban arcadas, y eso que ya estaba bastante entrenada en el arte de hacer felaciones.
Yo estaba super excitada porque mi ex me viera haciéndolo con Mario de aquella forma, cosa que se incrementaba, por las lindezas que me soltaba Mario. Me llamaba la reina de las putas. Decía en alto que había estado con muchas pero que yo era la mejor mamadora de pollas que había conocido. Que había nacido para joder, que no valía para otra cosa pero que era la mejor dando placer a hombres y mujeres.
Todo aquello a Carlos le tenía que doler, mientras se la mamaba a Mario y me masturbaba con una de mis manos, yo le miraba con la mayor cara de guarra que podía poner.
Tenía que ser duro ver a su exmujer y madre de su hijo haciendo todo aquello, por no hablar de que otro hombre la pudiera considerar la reina de las putas.
Entonces Marta debió notar que Carlos estaba a punto de correrse y sacando su polla de la boca la puso apoyada en la mejilla mientras le lamía desde los huevos hasta el capullo.
En ese momento, Mario le dijo a Carlos que si nunca lo había hecho con una mujer preñada de 7 meses, a lo que yo contesté que no, que cuando yo me quede embarazada de nuestro hijo desde el tercer mes no le dejé tocarme. Mario empezó a reírse, diciendo hay que ver Carlos que cambio a dado tu exmujercita. Bueno ahí tienes a Marta, seguro que estará encantada de darte placer con su culo o su coño elige.
Total que Carlos bastante picado por el comportamiento de Carlos y mío, se la clavo a la pobre Marta hasta los huevos por el culo, de un solo golpe, y aunque el culo de Marta ya estaba bastante entrenado por la polla de Mario, soltó un grito de dolor desgarrador. A Carlos se le veía muy cabreado así que empezó un mete y saca frenético, mientras a Marta se le saltaban las lágrimas.
Yo estaba orgullosa de mis siempre morenas tetas, lo que pasa que me hubiera gustado ponerme una 105, en vez de una 95, ya que los hombres suelen escoger a las putas con más pecho, y en la nueva profesión que había elegido eso era importante.
De nuevo cuando Mario notó que iba a correrse, paró de restregarse contra mis tetas, y le dijo a Carlos que a todo esto seguía follando a Marta, si alguna vez había hecho una doble penetración.
Carlos contestó que no, y le dijo que yo era una auténtica experta también en eso, que qué quería culo o coño. Yo creo que Carlos ya no podía aguantar más, tenía que ser muy dura la sensación de cornudo que debía tener, a pesar de que estábamos divorciados, así que dijo culo. Yo creo que decidió culo porque quería hacerme daño al joderme.
Total me ensarté sobre la polla de Mario que se tumbó en la cama, y me incliné hacia delante abriéndome el culo con los dedos, invitando a Carlos para que me lo perforara con su polla. Me la metió con la mayor violencia que pudo, mientras yo abría mis piernas al máximo. Entonces Mario la dijo a Marta que se abriera de piernas en mi cara, que todavía tenía un agujero libre sin dar placer a alguien. La costó adoptar la postura por el embarazo, pero consiguió acoplarse.
Yo era un objeto de placer total, Mario no se movía porque quería que el trabajo lo hiciera yo, tenía que hacer el sube y baja sobre su verga, mientras Carlos entraba y salía en mi culo, y a la vez lamía el coño de Marta.
Mario no paraba de halagar mi arte para dar placer, decía que podría ser una estrella porno y una de las putas más cotizadas de Madrid y cosas así. Cada vez que decía estas cosa, Carlos me ensartaba con más dureza, y las dos pollas, chocaban en mi recto y útero pudiendo notar como se juntaban dentro, tocando la membrana que los separa.
Yo estaba en el séptimo cielo encadenando un orgasmo detrás de otro, y pugnando por tragar toda la enorme cantidad de flujo que salía del coño de Marta (debía ser por el embarazo).
Mario además no paraba de chuparme las tetas, jugando con los piercing de mis pezones y aprovechando para pellizcarlos poniéndolos duros como piedras. También me daba tirones de los piercing del clítoris y ombligo, cosa que incrementaba mi placer.
Al cabo de unos minutos, Carlos se corrió en mi culo, mientras que Mario lo hizo en mi coño. Se salieron de mí, y yo me quedé exhausta por el esfuerzo. Aún así me hicieron a mí sola sin Marta, limpiarles las pollas con mi boca.
A continuación, Mario le dijo a Marta que me limpiara el coño y el culo con su lengua. Nos quedamos en la cama. Yo estaba como ida del placer recibido y Marta me lamía como una gatita lamiendo de un bol con leche.
En esto que Mientras Carlos se ponía el boxer, Mario le dijo que quería que viera algo antes de irse. Puso un DVD en el equipo que teníamos en la habitación del hotel, yo desde la cama podía ver la tele mientras Marta me comía el coño, así que no di crédito a lo que el cabrón de Mario le iba a poner a Carlos. Yo sabía que se había traído el DVD con mis andanzas, pero pensé que era para que lo viéramos solos sin nadie más.
Eran todas las grabaciones de mis polvos en la consulta de Mario, (incluyendo el primer día que me folló, y donde acepté todas las condiciones que me puso para llegar a convertirme en la puta que era, se recomienda leer Cap. I) y los polvos en casa de Ana y Mario del último año. Yo sabía que cuando follaba me grababa, pero pensé que era para evaluar los cambios en mi comportamiento y en mi cuerpo, y que no sería para que los viera mi ex.
El pobre Carlos tenía la cara desencajada. Pudo comprobar como me entregué a Mario en cuerpo y alma, estando felizmente casada con él, sin conocerle previamente, y por un polvo de mierda que me echó en su consulta.
Pudo comprobar como manipuló mi cuerpo a su antojo con dietas, hormonas, y cirugía. Como me inició en el tabaco y en la bebida, por no hablar de la cocaína. Como me hice bisexual voluntariamente, porque me impusieron joder con mujeres. Y también como me alejó de mi familia y como me hizo perder el trabajo.
Pudo comprobar como me jodí con Ana a dos negros enormes (Cap. X) o como me jodieron a mí dos lesbianas marimachos en colaboración con Ana (Cap. V). Es decir, pudo ser testigo de todo mi amplio repertorio en el arte de follar.
Yo creo que lo que más le dolieron fueron dos cosas:
El que yo permitiera desde el principio que me hiciera una ligadura de trompas para no tener más hijos (el pensaba que me quedé estéril por una enfermedad) y el que me acostara con su hermano, ya que aunque evidentemente no grabaron cuando se la mamé en un restaurante (Cap. IV), si grabaron cuando me acosté con él dos veces en casa de Ana (Cap. IV y IX).
Todo aquello fue demasiado para Carlos, se le saltaron las lágrimas, empezó a vestirse y cuando terminó de hacerlo, como un resorte fue hacia mí, me propinó un hostia en la cara apartando a Marta de mi coño, y me llamó puta y me dijo que como volviera a acercarme a nuestro hijo o a él me mataría a golpes.
Cuando se iba intentó darle otra hostia a Mario, pero éste le sujetó el brazo parando el golpe, y le dijo que no se pusiera así que no merecía la pena por una puta, así que teniendo en cuenta que Mario era mucho más fuerte que Carlos, mi exmarido, decidió coger la puerta y marcharse, aunque eso sí, llamándole cabrón.
Yo estaba sangrando por el labio, me levanté, me quedé mirando a Mario llorando mientras el me devolvía una mirada de desprecio.
Le dije que como podía haber hecho una cosa así, que admitía que conmigo hiciera lo que quisiera, pero que acababa de destrozar a mi familia, que como se creía que iba a reaccionar Carlos con su hermano recién casado por cierto, después de lo que había visto.
Me contestó que eso a él le daba igual, y que la culpable era yo, que yo me cepillé a mi cuñado y que ya era mayorcita para saber lo que hacía. Pero que de todas formas que a mí que mas me daba después de todo Carlos antes del DVD, ya había comprobado lo puta que era con mi comportamiento durante toda la noche.
Entonces me puso un vodka y me extendió dos rayas de coca para que me animara.
Como una autómata me tomé el vodka de un trago y me esnifé las dos rayas. El se puso de nuevo cachondo, supongo que por lo que hizo con Carlos y mi total sumisión hacia él, así que se empalmo de nuevo, me llevó a la cama donde estaba Marta me abrió las piernas se puso encima mío y empezó a follarme de nuevo. A Marta la dijo que pusiera su coño sobre mi boca porque quería que yo se lo comiera.
Me embestía con todos sus ganas, mientras yo le comía el coño a Marta como un robot.
A pesar de la copa y la coca, mi cabeza daba vueltas pensando en lo que había hecho con mi vida y la de los míos. Mi esperanza era que Carlos no se hundiera, por el bien de nuestro hijo, al que yo había abandonado con sólo dos años.
También pensé en mis padres, en lo bien que se portaron siempre conmigo y en todo lo que se gastaron en mi educación. Una cosa estaba clara, ya jamás podría volver con mi familia, no después de que Carlos se enterara que me acosté con su hermano varias veces.
Finalmente, Mario se volvió a correr en mi coño y Marta en mi boca, entonces Mario empezó a reírse y como veía que lloraba, mientras me acariciaba la cabeza me decía, Sonia no llores, tu para lo que vales es para follar y con ese culo y ese coño vas a ganar mucho dinero, hazte a la idea de que has empezado una nueva vida y que todo lo vivido antes hasta que me conociste. Fue un tremendo error. Yo asentí con la cabeza, por el miedo que tenía a Mario, mientras hacia pucheros como una niña.
Después de tan intensa noche, Mario y Marta se quedaron dormidos. Yo me fui a mi habitación, y no pude dormir nada por todo lo ocurrido, y por la coca, que me obligó a esnifar Mario tan tarde. Por lo que me quedé toda la noche dándole vueltas a la cabeza.......
Continuará???.:eolo:
Se agradecen comentarios.
Me metí dos rayas de coca, para estar ya colocada antes de salir, aunque por aquella época ya siempre llevaba coca encima para poder esnifar en cualquier sitio.
Nos encontramos en el comedor. Marta iba igual que yo, pero con su camiseta anudada encima de la barriga. Mientras desayunábamos, la gente nos miraba y murmuraba todo el rato.
Luego cogimos el coche alquilado y nos fuimos a la playa. Mientras yo conducía, Marta le mamaba la polla a Mario, que nos contó que esa semana iba a estar tomando viagra, para estar empalmado todas las vacaciones, así que ya nos podíamos ir preparando.
Yo les miraba por el espejo, Marta estaba tirada en el suelo del coche mientras se la chupaba a conciencia, con gran dificultad por el poco sitio que le quedaba para su barriga.
Mientras Mario la acariciaba la cabeza como si fuera una perrita, ella le chupaba de arriba abajo, desde el glande a los testículos, mientras Mario la llamaba guarra, puta, zorra y cosas así.
Además le decía que aprendía rápido, que ya la mamaba con el piercing en la lengua con la misma habilidad que yo.
Cuando ya estaba aparcando, él se corrió en su boca y Marta empezó a bebérselo todo como desesperada, quizás por miedo a Mario. Cuando terminó le quedaba lefa en los labios y Mario la dijo que no se limpiara que la vieran bajarse así del coche.
Yo ya me había bajado, y ella abrió la puerta desde el suelo del coche y salió como pudo por su enorme tripa. Unos chicos que pasaban por allí y la vieron, empezaron a reírse y a decir, en alto que tía mas guarra, con 40 años, preñada y mamándola de día en el asiento de tras de un coche.
Uno preguntó que cuanto cobraba por hacerlo, y Mario les dijo que estaba con él y que todavía no había terminado, que se fueran. Luego la dio permiso para relamerse el semen de los labios.
A continuación nos fuimos a la playa, nos quedamos sólo con nuestros tangas y empezamos a fumar y a tomar el sol. Éramos la atracción de los chicos de la playa, no nos quitaban ojo, sobre todo porque además Mario nos obligaba a tomar el sol con las piernas abiertas, y haciendo posturitas, mientras él nos metía mano a ambas descaradamente.
Las mujeres estaban desconcertadas, porque por edad y embarazo, Marta parecía su mujer, pero no tenían muy claro quien podría ser yo.
De repente, Mario me dijo que había visto a mi marido a lo lejos. Yo me quedé petrificada. Podía ser porque algún verano habíamos pasado las vacaciones allí. Mario le conocía de cuando me hizo la ligadura de trompas en su clínica en septiembre. Miré donde me dijo, y desde luego era Carlos con mi hijo.
A unos cuantos metros estaban mis padres y mis suegros. Me quería morir, seguro que Mario me haría alguna putada de las suyas.
Yo le dije que no que no se parecía en nada, pero el insistió y me dijo que si que lo era. Entonces me indicó que fuera a saludarle. Le dije que estaba con mi hijo y que me habían prohibido acercarme a él.
Entonces me dijo que le llamara por el móvil y quedara con él. Como se estaba bañando le contesté que no podría, entonces me ordenó que llamara a mi madre, mientras me apretaba un brazo.
Además me dijo que convenciera a mi marido para salir con nosotros por la noche a cenar y tomar unas copas, que quería conocerle mejor.
Le contesté que antes me dejara ir al baño del bar, que tenía que orinar. Cuando vio que iba a coger la camiseta me la quitó y me dijo que de camiseta nada, sólo con mi minúsculo tanga. Cogí mi bolso y me fui al baño muriéndome de vergüenza, ya que dentro estaba lleno de chavales de 15 años que no paraban de preguntarme si era puta.
Hice pis me sequé con el papel higiénico, y me esnifé dos rayas de coca, no podría afrontar el ver de nuevo a mi familia sin estar colocada. Bebí agua, tenía los ojos rojos, ya que en lo que iba de mañana, llevaba 4 rayas.
Mario se dio cuenta de que había esnifado ya que no paraba de sorberme la nariz. Entonces me obligó a llamar a mi madre. Mientras decía, hoy lo voy a pasar en grande, tu familia va a ver mi obra completa. Salvo por el triángulo rojo de tu tanga hilo dental que te cubre el coño, se puede decir que estás desnuda, podrán comprobar como te has operado la nariz y las tetas, y encima te verán toda colocada por la cocaína. Voy a disfrutar a lo grande.
Cogí el móvil y llamé a mi madre:
Hola Mamá, soy Sonia.
¿Dónde estás hija, no hablaba contigo desde hace 3 meses?
Te estoy viendo, aquí en la playa, no me he acercado por si os parecía mal.
Mejor, no quiero que te acerques ni a tu hijo ni a tu padre que está muy mal de salud.
Si te parece quedamos en la orilla delante de esa roca grande.
Está bien voy con Carlos.
Corté el móvil, y le rogué a Mario que me dejara ponerme la camiseta, pero no me dejó. Me dijo que a las putas no les da vergüenza enseñar su cuerpo, además me ordenó que caminara contoneándome, y que si no lo hacía me mataría a golpes.
Me encendí un cigarro para tener algo entre las manos y calmarme los nervios y me dirigí hacia el punto de encuentro que estaba a unos 10 metros de donde estaban Mario y Marta.
Mi madre y Carlos ya estaban allí, yo llegué caminando como me dijo Mario, y les saludé dándoles dos besos.
Se me quedaron unos segundos admirando mi cuerpo y mi cara, y esto fue lo que pasó.
¿Hija que te has hecho en el cuerpo y en la cara? Te has operado el pecho y la nariz. Y esos piercing en los pezones y la lengua, además del que tenías en el ombligo, por no hablar de los tatuajes.
Si mamá me he operado el pecho porque tenía poco, ahora tengo una 95, y la nariz no me gustaba, ahora está mas perfilada. Además mi novio quería que lo hiciera.
¿Y lo de los piercing y el tatuaje?.
Es que le gustan a mi novio. Que es el que está ahí con esa embarazada amiga mía.
Luego ¿no eres lesbiana?. No mamá soy bisexual.
¿Y porque vas así con todo al aire, pareces una puta de lo peor?.
Es para tomar el sol en todo el cuerpo y que no me queden marcas. A mi novio le encanta verme muy tostada todo el año, por eso todo el invierno he tomado Rayos UVA.
¿Y qué te has hecho en el pelo?
Mamá me he puesto unas rastas, que son estas trenzas a lo Afro. Son muy cómodas, sobre todo en verano porque, no te tienes que peinar ni lavar la cabeza, que me daba mucha pereza, sobre todo después de la playa o la piscina.
Con el pelo tan bonito que tenías, entre el teñido de rubio que llevas y las rastas esas, parece un estropajo.
¿Y el trabajo?
Lo he dejado ya que a mi novio no le gusta que trabaje fuera de casa, y el me mantiene y me compra todo lo que quiero (yo no contestaba muy acertadamente por la coca y porque cada vez mi mente funcionaba peor por los nervios). En aquella época sólo sabía hablar de Mario, por la gran dependencia que tenía de él. Además le recordé a Carlos las fotos mías que mandó a la Jefa de Recursos Humanos de mi empresa, que provocaron mi despido.
¿Me dejaréis ver a mi niño?
Con esas pintas ni lo sueñes, y mejor que no te vea el resto de la familia, para que no puedan comprobar en lo que te has convertido. Por lo que veo no eres mas que la puta del tipo ese.
¿Cómo es posible que hayas dejado tu trabajo con una carrera tan prometedora?
Mama, ahora tengo todo lo que quiero, mi novio Mario es rico, y para que voy a trabajar si puedo estar todo el día tumbada tomando el sol, pasándolo bien, y gastando dinero en comprar todo lo que me apetece.
Pero hija ¿Te das cuenta de lo que has hecho con tu vida? En este año. ¿Como es posible que una mujer inteligente como tu se haya convertido en lo que eres ahora?.
Entonces le dije a mi madre que me dejara en paz como cabreada (porque sabía que tenía razón), y que si no la importaba quería hablar con Carlos a solas.
Ella se fue llorando, quizá mi aspecto y que abandonara mi carrera por liarme con un tío, fue demasiado para ella.
Cuando nos quedamos solos, le pregunté si quería venir a cenar con nosotros, que lo pasaríamos bien (mientras exhalaba el humo por mi boca y me pasaba la lengua por los labios, sin dejar de mirarle a la polla), además a mi novio le gustará conocer a mi exmarido. Carlos me miraba con deseo, desde la última vez que me folló, mi cuerpo había cambiado mucho y sobre todo no quitaba ojo a las tetas.
Empecé a pasarle las manos por el ombligo y la espalda, y finalmente aceptó. Después le besé en la boca y me dirigí hacia donde estaban Mario y Marta contoneando el culo para que lo admirara en todo su esplendor.
Le conté a Mario que lo había conseguido, que vendría a cenar con nosotros. Mario empezó a reírse tocándome el culo mientras Carlos miraba a lo lejos. Desde luego hoy tu exmarido va a comprobar en la clase de puta en que te has convertido.
Entonces sin darnos cuenta se acercó mi madre gritándole a Mario que qué había hecho con su hija. Y Mario sin cortarse la contestó que nada, mientras me tocaba las tetas y el culo, dijo:
Mire señora, su hija no es mas que una puta a la que le gusta vivir a todo tren, y si para eso se tiene que acostar con quien yo la diga lo hace, le va la marcha y le gusta el sexo con hombres y mujeres, la da igual.
Mi madre se puso histérica y Carlos se la tuvo que llevar en un auténtico ataque de nervios. Yo le dije a Mario que era un cabrón que había destrozado a mi madre y me respondió diciéndome que por la noche me iba a enterar de lo que era bueno, y que era yo por mis actos la que la había destrozado.
Por la noche Carlos nos dijo como teníamos que vestirnos. A mi me obligó a ponerme un vestido de noche negro que se transparentaba, que me llegaba a la mitad de los muslos y sin mangas, escotado por delante y por detrás, con un tanga negro debajo, y un sujetador negro sin tirantes. Era casi como ir sólo en ropa interior, y por detrás parecía que iba desnuda. Usando eso sí, unas sandalias de tacón de 12 cm.
Marta, iba con una minifalda de cuero negra, con bragas rojas de las que quedaban a la vista la parte superior en la cintura y un top de cuero negro sin sujetador, quedando toda su barriga al aire, y sandalias también de tacón, a pesar de que la pobre se quejaba de que al usarlas le dolía mucho la espalda por el embarazo.
Las dos íbamos muy maquilladas, con las uñas de las manos y pies pintadas de rojo y con los piercing y tatuajes, la pinta de putas era impresionante. Mientras Mario inspeccionaba a Marta, yo me esnifaba delante de ellos un par de rayas de coca, ya lo hacía delante sin esconderme ya que me daba igual lo que pensaran.
Mario me dijo que esa noche quería que bebiera bastante, compensando las calorías cenando sólo una ensalada, y que no me cortara de esnifar coca delante de Carlos si me apetecía, que quería que Carlos observara en lo que me había convertido en toda su plenitud.
En el hall del hotel nos esperaba Carlos, mientras nosotros nos dirigíamos hacia él, Mario nos llevaba poniendo las manos sobre nuestras caderas, como dando a entender que éramos sus putitas.
Al vernos la cara de Carlos era un poema, sobre todo al verme a mí.
Mario le dijo:
Como ves Carlos hoy lo vamos a pasar en grande con estas dos putitas, harán todo lo que queramos, mira el modelito de tu ex, no deja nada a la imaginación.
No se que decir Mario. No digas nada y disfruta la noche.
Cogimos un taxi y nos fuimos a comer a un restaurante. Mario pidió lo que Marta y yo cenaríamos. Carlos me preguntó en la cena con Mario delante que como era posible que me dejara manipular de esta forma.
Yo no contesté no sabía que decir, lo hizo Mario.
Mira Carlos Sonia no se deja manipular, por estar viviendo conmigo, cobra, es decir, es una puta en todo el sentido de la palabra, y a cambio de dinero hace lo que yo la digo.
¿Pero como es posible? Yo cuando la conocí tenía 18 años y era una chica normal, y no me dejó tocarla hasta que nos casamos, y hasta hace un año era una madre y esposa modelo.
Cambió cuando la conocí yo, ¿no te acuerdas de mí?, yo fui el ginecólogo que la operó en septiembre y la he ido modelando sin obligarla a nada, ella eligió libremente esta vida, y dejarlo todo familia y trabajo por putear. Tengo todo el proceso de cambio grabado en DVD, luego en el hotel lo veremos.
Y Marta ¿Es tu mujer?.
Que va, es una amiga que me presentó Sonia después de seducirla, está casada con un cornudo, y el hijo que espera es mío. También hace todo lo que yo la pido.
Carlos ni se cabreó por lo que Mario había hecho conmigo, yo creo que simplemente se quedó sin capacidad de reacción.
Mientras cenábamos, Mario le contó todo lo que había hecho conmigo, y yo creo que Carlos se estaba poniendo cachondo. Sobre todo me miraba a las tetas. Yo siempre había tenido poco pecho y una talla 95, deja a los hombres como embobados.
El restaurante, estaba en el paseo marítimo de Palma, y también tenía discoteca, así que después de cenar Mario dijo que nos podíamos quedar allí a tomar unas copas.
Cuando Carlos se fue al baño, Mario me dijo que me lo follara allí en uno de los baños, que le pusiera cachondo hasta que no aguantara mes y me pidiera que folláramos.
En la pista de baile había bastante gente, sobre todo extranjeros, y aunque íbamos vestidas muy provocativas, la verdad es que había chicas también que iban enseñándolo todo, y que por la condición de bisexual que ya tenía en aquella época me ponían a mil.
Cuando Carlos volvió del baño, le cogí la mano y le dije "vamos a bailar" mientras le arrastraba hacia la pista. Nos pusimos a bailar en un rincón de la pista, estaba llena, así que estábamos bailando bastante pegados.
Empezamos a bailar de manera muy sensual, moviendo la cintura y sin dejar de mirarnos a los ojos. Yo le restregaba las tetas por su pecho mientras le besaba y le metía la lengua hasta la garganta.
En un momento determinado él me agarró y me acerco a su cuerpo seguimos moviéndonos, esta vez pegados, cuerpo con cuerpo a la vez que yo le susurraba al oído si le gustaba mi cuerpo ahora. El me contestó que si, que estaba buenísima mucho mejor que antes.
Entonces haciéndome la mimosa, le pregunté que qué parte de mi cuerpo le gustaba más ahora, mientras hacía un círculo con mis dedos alrededor de mis tetas y me pasaba la lengua alrededor de mis gruesos labios.
Carlos a esas alturas ya tenía un bulto enorme en su pantalones de pinzas, y yo me di cuenta de que tenia el vestido muy arriba, con los movimientos que había hecho y estando descuidada como estaba, ya que solo pensaba en él. Se me había subido y dejaba ver parte de mi tanga negro, y aunque el vestido en si se transparentaba enseguida trate de bajármelo, pero el detuvo mis manos y me dijo que así le gustaba, yo le susurre que me daba mucha vergüenza, que mucha gente podía verme, a lo que Carlos respondió que con lo guarra que era le extrañaba que algo pudiera darme vergüenza, y agarró mis manos, llevándolas hacia arriba, de tal manera que rodearon su cuello y así seguimos bailando, dejando que mi vestido se subiera cada vez mas, enseñando casi todo mi trasero, cubierto por detrás por la tira negra del tanga.
Seguro que Mario lo estaba pasando en grande, yo me sentía puta ante Carlos y eso me gustaba especialmente porque era mi exmarido, y notaba como el también estaba excitado, ya que algo duro en su pantalón presionaba mi cintura, y como Carlos lejos de querer disimularlo me apretaba mas contra él, frotándose contra mí. Sus manos bajaban por mi espalda, tocándome el culo por debajo del vestido. Yo le besé el cuello mientras él me manoseaba con sus manos, amasando mi culo, tocándomelo y apretándolo.
Me abrace mas a él y noté como se empezaba a mojar mi tanga, cuando juntaba mis piernas notaba como resbalaban por la humedad que se formaba en mi interior, una de sus manos la paso delante de mí, de tal manera que quedó entre los dos. Al minuto había deslizado su mano por la cintura de mi vestido que era abierto por ahí para dejar a la vista el vientre, y empezó a tocar mi depilado sexo por encima de mi tanga, mientras con la otra mano, la que estaba en mi trasero se dedicaba a estirarme del tanga, de tal manera que se me metía en la hendidura de mi vagina, provocando que mis labios mayores se saliesen de mi ropa interior.
Luego sentí como su mano se deslizó por un lateral del tanga, Carlos estaba lanzado, nunca lo había visto tan excitado, tocaba mi coño directamente, atreviéndose a meterme uno de sus dedos dentro, lo hizo despacio, al principio apreté mis piernas, no podía creer que Carlos me estuviera metiendo un dedo en mi sexo en medio de una pista de baile, Mario si era capaz pero Carlos. Debía ser el efecto que mi cuerpo causaba en él.
Yo ya estaba muy mojada y sus dedos entraban sin oposición por mi dilatado sexo, empezó a meterlos y a sacarlos, y luego se paró como si quisiera explorarme entera, me apreté contra su cuerpo y sentí un orgasmo, allí delante de todo el mundo y con mi exmarido.
Cuando me soltó me bajé el vestido y le dije que estaba cachonda perdida y que si quería podíamos hacerlo en los baños, le arrastré cogiéndole de una mano, me fui a por mi bolso que lo tenía Marta me encendí un cigarro y nos fuimos a los baños ante la atenta mirada de Mario, que le dijo a su vez a Marta que nos siguiera para ver lo que hacíamos.
Nos dirigimos a los baños de caballeros entre besos y caricias, cuando entramos al baño nos metimos en una de las cabinas, y cerramos con pestillo, casi sin mediar palabra Carlos metió su mano entre mis piernas otra vez, y acercándose me dijo eres una zorra y como tal me la vas a mamar.
Llevé mis manos hacia su bragueta y note lo dura que la tenía, sin pensarlo mas bajé su cremallera y no tuve que hacer nada mas, porque su aparato salió solo del pantalón y quedo apuntando a mi cara, entonces me arrodillé para mamársela, aunque el suelo esta sucio de meados de tíos.
Carlos mientras tanto subió mi vestido hasta mas arriba de mi cintura, y me desabrochó el sujetador, descubriendo mis tetas, y viendo lo duros que estaban mis pezones, muy excitados, me los pellizcó, los chupó. Cuando terminó empecé a centrarme en la mamada.
Le empecé a lamer los huevos y a subir por el prepucio hasta el glande, metiéndolo y sacándolo rítmicamente. Entonces le dije a Carlos que si le gustaba podía meterla y sacarla él en mi boca a su ritmo. Me sujeto la cabeza y así lo hizo. Empezó a follarme la boca con todas sus ganas mientras yo le miraba a los ojos, y le tocaba los huevos con mis manos.
No paraba de llamarme zorra, puta, perra salida y cosas así. Yo me sentía más sucia de lo habitual porque se trataba de mi ex, y porque las rodillas las tenía todas mojadas de los meados del suelo.
Cuando su polla empezaba a echar preseminal y yo pensé que se iba a correr en el fondo de mi garganta me la sacó, me puso en pie, y a la vez que se cogía a mis tetas para chuparlas y masajearlas, me bajó el tanga, hasta el suelo, metiendo sus manos entre la pared y mi culo levantándome a pulso adelantando mis caderas, dejando mi coño listo y expuesto para la penetración, cosa que yo facilité abriendo las piernas todo lo que pude.
Se fijó en el piercing de mi clítoris, y empezó a darme tironcitos del mismo proporcionándome un gran placer, mientras me decía que me habían anillado el cuerpo como a las putas de las películas porno.
Después de esto, puso la punta de su polla en la entrada de mi coño y comenzó a penetrarme, lo hizo rápido y con fuerza, de tal forma que su erecta verga resbalaba y se introducía en mi coño, hasta el fondo.
Cuando la metió hasta el fondo la dejo un rato dentro para acomodarse y dilatarme mejor. Cuando ya estaba bien acomodado empezó a entrar y a salir de mí a un ritmo muy rápido, entraba y salía de mí con mucha rudeza. Entonces agarró mis piernas y las subió, quedando mis rodillas a la altura de sus caderas, para empezar a empujar fuerte, y aumentar el ritmo de sus embestidas, el me sujetaba apoyando mi espalda contra la pared y sujetándome por las nalgas.
Luego mientras horadaba mi coño con su polla, metió varios dedos en mi ano moviéndolos como había hecho antes en mi sexo lo que me provocó otro orgasmo, mientras me decía que sólo las putas tenían el culo tan dilatado como el mío.
Tuve un orgasmo impresionante y si Carlos no me llega a estar sujetando me habría caído al suelo de gusto.
Mientras yo estallaba en mi orgasmo Carlos inundaba mi sexo con su semen, que por la postura empezó a resbalar por mis muslos.
Carlos mientras tanto seguía metiéndola y sacándola de mi sexo, inundado por su lefa y mis flujos. Cuando su erección bajó me la sacó, y sin decirme nada me arrodillé de nuevo para limpiársela con mi lengua como si estuviera hambrienta de semen, mientras el jugaba con mi pelo como si fuera una perrita golosa.
Después de que el quedara limpio yo me incorporé, y me limpié los muslos de su lefa con papel higiénico, al igual que las rodillas de los restos de meados del suelo (¿porque los tíos nunca lo echan todo en el WC?).
Luego empezamos a vestirnos y antes de salir de la cabina, delante de Carlos me puse dos rayas de coca en un espejo de maquillaje y me las esnifé enrollando un billete.
Carlos muy sorprendido me preguntó que desde cuando consumía coca, y le contesté que desde hacía unos meses que era para aguantar de marcha, que en el ambiente que me movía todo el mundo la tomaba y que no pasaba nada, que era la única forma de aguantar mi ritmo de vida.
Al salir de la cabina varios tipos que estaban orinando en los urinarios, se nos quedaron mirando, mientras yo les miré a ellos sin ningún tipo de vergüenza. Carlos se fue con Mario y Marta, y yo al baño femenino a maquillarme porque después de mamársela a Carlos tenía todo el maquillaje corrido.
Me encendí un cigarro y me uní a los demás. Mario se reía con Carlos que le contó lo del baño. Le decía que yo era capaz de cumplir los deseos de cualquier hombre o mujer, y que mientras el había perdido una esposa, la noche había ganado una puta de primera capaz de todo.
Yo creo que Carlos ya había asumido a esas alturas mi nueva condición de prostituta, y que ya no me odiaba como cuando le abandoné a él y al niño. Su cara delataba deseo y ganas de follarme, en fin la noche todavía era joven y nos depararía nuevos placeres.
De esposa ejemplar a puta de lujo 20
Después de follarme a Carlos en el baño de la disco, nos fuimos de juerga por más sitios de Palma, estuvimos bebiendo y bailando hasta la 4 de la mañana.
Entonces Mario propuso que nos fuéramos al hotel para acabar la fiesta. Nos cogimos el coche y mientras Mario conducía, Marta y yo, no parábamos de meter mano a Carlos en el asiento de atrás.
Cuando llegamos lo primero que hicimos nosotras fue desnudarnos, ya que Mario siempre nos quería desnudas en el hotel. Nos fuimos al baño a maquillarnos y en mi caso además a esnifar coca.
Entonces Mario nos dijo que empezáramos a comportarnos como las dos bolleras que éramos para que lo viera Carlos, porque seguro que le gustaría. Además a mí me dio instrucciones para que fuera puta con Marta.
Como Marta no era capaz de tomar la iniciativa, porque tenía menos experiencia que yo y probablemente porque con Carlos delante le daba vergüenza, finalmente la tomé yo, mostrando una actitud dominante con ella en todo momento. Yo sabía que a Mario le gustaba cuando veía a dos mujeres haciéndolo, y una de ellas humillaba a la otra.
Yo estaba de pie en el centro de la habitación con Marta sentada en el suelo sobre sus talones, quedando Mario y Carlos sentados en un cómodo sofá.
Me planté delante de Marta, mirándola a los ojos con desprecio. Su cara quedaba a la altura de mi depilado coño. Empecé a humillarla, diciéndola que era demasiado mayor, que no era tan bella como yo, que estaba gordísima y que era patético que a su edad se hubiera quedado preñada. Marta no decía nada pero la expresión de su cara reflejaba que lo pasaba mal por mis palabras que sabían que eran verdad y por las risas de Mario.
Carlos no decía nada mas bien no daba crédito a mi comportamiento.
A continuación la dije que no era más que una zorra a la que le gustaba follar con cualquiera. Que era peor que las perras en celo y que no la bastaba con estar casada y con dos hijos, que tenía que follar con cualquiera para volver a quedarse preñada.
A mi las copas y la coca me dieron alas para soltar todo un amplio repertorio de insultos contra Marta. Creo que en el fondo tenía celos contra ella por la atención que la prestaba Mario y porque además la había hecho un hijo.
Luego me agaché a la altura de su cara y la lamí sus labios obligándola a que los abriera para introducirle la lengua, con la que hábilmente recorrí sus encías, dientes y paladar. Para decirla que con tal de follar era capaz de hacerlo hasta con mujeres.
A continuación, empecé a pasar mis manos por sus tetas y prominente vientre para luego bajar al sexo, diciéndola que lo tenía empapado como la buena puta que era.
Poco a poco ante la docilidad de Marta y por la excitación creciente de Mario y Carlos, yo me fui identificando cada vez más con mi papel así que ocurrió lo siguiente:
Marta vamos a jugar a las amas-esclavas. Yo seré tu señora y tu mi esclava, ¿vale?. Mientras juego contigo, siempre contestarás a mis preguntas llamándome señora, y yo te llamaré a ti como me plazca. ¿Te enteras cerda...?. Si mi señora.
Voy a tumbarme en el suelo, y me vas a ir lamiendo desde las tetas bajando por el vientre, para luego comerme el coño, ¿Has entendido guarra?, si mi señora.
Yo me coloqué de tal forma que Mario y Carlos no pudiesen perder detalle.
Marta había aprendido a comer coños con una rapidez sorprendente, y a mí desde que me pusieron el piercing en el clítoris el efecto de la chupadas era mucho más intenso, lo que me hacía llegar al orgasmo mucho antes.
La dije que rebañara con su lengua los restos de semen que quedaban en mi sexo, después del polvo que me echó Carlos en la disco, cosa que a Mario le excitó de sobremanera.
Después de correrme, Mario dijo que Marta todavía no comía coños muy bien y que se merecía un castigo, así que me dio un cinturón y me pidió que la azotara en el trasero.
Cogiendo el cinturón en mi mano y tirando del pelo de Marta la hice poner de rodillas a cuatro patas, dándoles una completa visión de sus desnudas y morenas nalgas a poca distancia de los ojos de Mario y Carlos. Entonces empecé a sacudirla con el cinturón.
Mario me hacía contar los azotes, la golpeaba lento pero sin pausa, y con bastante fuerza (tenía unos celos enormes de Marta), mientras tanto ella decía que haría todo lo que quisiéramos pero que no la pegáramos más. La sacudí unos veinte azotes y la dejé todo el culo rojo.
Entonces Mario me dijo que parara (no quería que la dejara señales) y que la cabalgara como si fuera una yegua, sentándome en su espalda y espoleándola en su prominente vientre, mientras ella se movía a cuatro patas como podía. Yo de vez en cuando me agachaba reposando mis tetas en la espalda de Marta para poder ofrecer una perfecta visión de mis nalgas encima de las de ella, pensé que la visión de nuestros dos traseros entregados provocaría una gran excitación en los dos hombres.
A Marta le costaba mucho gatear, conmigo encima a cuatro patas sobre todo por su embarazo. Estuvimos unos cinco minutos, mientras ella me llevaba de un lado a otro de la habitación, para goce de Mario.
Carlos nos dijo preocupado, que nos estábamos pasando que era una mujer embarazada y que podíamos tener un disgusto. Entonces Mario le dijo que la única forma de parar el castigo era que se la follara. Así que cuando volvimos a pasar por delante de Carlos nos hizo parar, me descabalgué de su espalda y Mario la ordenó ponerse de rodillas para sacarle la polla a Carlos y mamársela, diciéndola que demostrara lo puta que era.
A través del pantalón se notaba que Carlos la tenia realmente dura de nuevo y con muchas ganas salir de su encierro. Mire la cara de Marta y reflejaba fatiga, probablemente por el embarazo, por llevarme en su espalda, y por sus años. Nunca había visto a una mujer madura hacerlo con un hombre mucho más joven. Por lo menos sacaba a Carlos unos 10 años.
Sus manos desabrocharon el pantalón de Carlos, dejando su boxer a la vista, se lo quedó admirando unos segundos. Tomó la goma que lo sujetaba a su cintura tiró de él hacia abajo, y quedó la verga de Carlos al aire. No era tan grande como la de Mario pero no estaba mal.
Mientras tanto, Carlos me miraba a la cara y yo me relamía los labios haciendo un gesto tan guarro como pude.
La verdad es que desde que me fui a vivir con Mario, éste me obligaba a que todo mi tiempo de ocio en casa lo pasara viendo películas porno (tenía una colección de todas las variedades del porno) para que me comportara como las estrellas de este cine cuando practicara sexo. Le gustaba que las copiara su forma de moverse al joder y mamar pollas y/o coños según el caso, la forma lasciva de mirar a los hombres, y también la forma de hablar.
Esto fue una forma de tenerme todo el día pensando en el sexo y cachonda perdida, ya que por otro lado como recordaréis cuando me fui a vivir con él, me prohibió leer libros o la prensa, ver cine normal, y escuchar por la radio cualquier otra cosa que no fuera música. En la Televisión además sólo me dejaba ver programas del corazón, por lo que al final en el tiempo libre sólo podía ver pelis porno. Para asegurarse que cumpliera todo eso le dijo a la criada (Tai) que se lo contara a él, en caso de que no lo cumpliera. Con todo esto se aseguró que cada vez mi técnica de folladora fuera mejor y que mis inquietudes por algo que no fuera el sexo desaparecieran, y que por supuesto mi capacidad de razonamiento cada vez fuera más limitada, por lo que ya no podía evitar comportarme como una zorra.
Pero bueno continuemos con lo que pasó en el hotel.
Después de que Marta le bajara el boxer a Carlos, se quedó de rodillas con Carlos de pie, pasando sus manos por sus muslos hasta llegar a los testículos. Entonces se los metió en la boca y empezó a lamerlos, mientras la polla quedaba entre sus ojos.
Luego empezó con sumo cuidado a acariciar sus huevos y su polla erecta, con sus dos manos. A continuación su lengua empezó a lamer la larga superficie de la verga, mientras Carlos suspiraba por el placer y el morbo de la situación.
Mientras tanto, yo hice lo propio con Mario. Eso sí, antes le dije a Marta que le proporcionara el máximo placer a Carlos, porque si no, volvería a probar los correazos del cinturón.
Yo siempre decía las expresiones mas lujuriosas y adoptaba las posturas más obscenas para disfrute de Mario, y para que Carlos en primera persona pudiera comprobar en lo que me había convertido.
Engullí en mi boca la polla de Mario de un solo envite hasta los cojones, siempre dejaba una buena perspectiva, para que Carlos pudiera ver perfectamente mi boca atravesada por la polla de Mario, dejando ver mi rosada lengua atravesada por el piercing dorado por debajo de ella, dándole intensos lametones en los huevos que con las manos acercaba a mi lengua.
Se la mamaba como si estuviera muerta de hambre, para que mi exmarido, pudiera comprender que ahora la polla de Mario era para mí lo más importante en la vida, más que él y mi hijo.
Todo esto se traducía en que Carlos, (al que seguro que no le gustaba lo que estaba viendo, aunque le excitara) lo pagaba con Marta, embistiéndola con su polla en la boca con tanta fuerza que la daban arcadas, y eso que ya estaba bastante entrenada en el arte de hacer felaciones.
Yo estaba super excitada porque mi ex me viera haciéndolo con Mario de aquella forma, cosa que se incrementaba, por las lindezas que me soltaba Mario. Me llamaba la reina de las putas. Decía en alto que había estado con muchas pero que yo era la mejor mamadora de pollas que había conocido. Que había nacido para joder, que no valía para otra cosa pero que era la mejor dando placer a hombres y mujeres.
Todo aquello a Carlos le tenía que doler, mientras se la mamaba a Mario y me masturbaba con una de mis manos, yo le miraba con la mayor cara de guarra que podía poner.
Tenía que ser duro ver a su exmujer y madre de su hijo haciendo todo aquello, por no hablar de que otro hombre la pudiera considerar la reina de las putas.
Entonces Marta debió notar que Carlos estaba a punto de correrse y sacando su polla de la boca la puso apoyada en la mejilla mientras le lamía desde los huevos hasta el capullo.
En ese momento, Mario le dijo a Carlos que si nunca lo había hecho con una mujer preñada de 7 meses, a lo que yo contesté que no, que cuando yo me quede embarazada de nuestro hijo desde el tercer mes no le dejé tocarme. Mario empezó a reírse, diciendo hay que ver Carlos que cambio a dado tu exmujercita. Bueno ahí tienes a Marta, seguro que estará encantada de darte placer con su culo o su coño elige.
Total que Carlos bastante picado por el comportamiento de Carlos y mío, se la clavo a la pobre Marta hasta los huevos por el culo, de un solo golpe, y aunque el culo de Marta ya estaba bastante entrenado por la polla de Mario, soltó un grito de dolor desgarrador. A Carlos se le veía muy cabreado así que empezó un mete y saca frenético, mientras a Marta se le saltaban las lágrimas.
A continuación Mario que estaba todo empalmado de mi mamada y del espectáculo de Carlos con Marta, me dijo que quería follarme entonces me agaché a cuatro patas y levanté mi trasero, colocándolo en posición idónea para recibir una polla en su interior.
Estaba deseando que Carlos viera como Mario me daba por el culo. Entonces Mario insertó de un golpe su polla en mi culo, diciendo, mira Carlos se la he metido de un solo golpe y no se ha quejado, como se ve que ya lo tiene dilatado de tanto que la han dado por el culo.
Para seguirle el juego a Mario, yo me puse a gemir como loca diciendo "por favor dame más, más,....ah.....". Mario me estuvo dando un rato por el culo, pero como es un hombre que marca muy bien los tiempos, se salió de mí antes de correrse. Yo automáticamente me incorporé para mamarle la polla, que sabía a mi ano, pero después de un par de minutos me tumbó en el suelo, se puso sobre mí y empezó a hacerse una cubana con mis tetas.
La cara de Carlos era un poema por todo el repertorio que se podía hacer con mi cuerpo, y en esto Mario le dijo. Qué te parecen Carlos las nuevas tetas de silicona de Sonia, esto antes tu no podías hacérselo, la obligué a operarse y ponerse una 95, sólo para darme placer a mí y provocar a los hombres.
Yo estaba orgullosa de mis siempre morenas tetas, lo que pasa que me hubiera gustado ponerme una 105, en vez de una 95, ya que los hombres suelen escoger a las putas con más pecho, y en la nueva profesión que había elegido eso era importante.
De nuevo cuando Mario notó que iba a correrse, paró de restregarse contra mis tetas, y le dijo a Carlos que a todo esto seguía follando a Marta, si alguna vez había hecho una doble penetración.
Carlos contestó que no, y le dijo que yo era una auténtica experta también en eso, que qué quería culo o coño. Yo creo que Carlos ya no podía aguantar más, tenía que ser muy dura la sensación de cornudo que debía tener, a pesar de que estábamos divorciados, así que dijo culo. Yo creo que decidió culo porque quería hacerme daño al joderme.
Total me ensarté sobre la polla de Mario que se tumbó en la cama, y me incliné hacia delante abriéndome el culo con los dedos, invitando a Carlos para que me lo perforara con su polla. Me la metió con la mayor violencia que pudo, mientras yo abría mis piernas al máximo. Entonces Mario la dijo a Marta que se abriera de piernas en mi cara, que todavía tenía un agujero libre sin dar placer a alguien. La costó adoptar la postura por el embarazo, pero consiguió acoplarse.
Yo era un objeto de placer total, Mario no se movía porque quería que el trabajo lo hiciera yo, tenía que hacer el sube y baja sobre su verga, mientras Carlos entraba y salía en mi culo, y a la vez lamía el coño de Marta.
Mario no paraba de halagar mi arte para dar placer, decía que podría ser una estrella porno y una de las putas más cotizadas de Madrid y cosas así. Cada vez que decía estas cosa, Carlos me ensartaba con más dureza, y las dos pollas, chocaban en mi recto y útero pudiendo notar como se juntaban dentro, tocando la membrana que los separa.
Yo estaba en el séptimo cielo encadenando un orgasmo detrás de otro, y pugnando por tragar toda la enorme cantidad de flujo que salía del coño de Marta (debía ser por el embarazo).
Mario además no paraba de chuparme las tetas, jugando con los piercing de mis pezones y aprovechando para pellizcarlos poniéndolos duros como piedras. También me daba tirones de los piercing del clítoris y ombligo, cosa que incrementaba mi placer.
Al cabo de unos minutos, Carlos se corrió en mi culo, mientras que Mario lo hizo en mi coño. Se salieron de mí, y yo me quedé exhausta por el esfuerzo. Aún así me hicieron a mí sola sin Marta, limpiarles las pollas con mi boca.
A continuación, Mario le dijo a Marta que me limpiara el coño y el culo con su lengua. Nos quedamos en la cama. Yo estaba como ida del placer recibido y Marta me lamía como una gatita lamiendo de un bol con leche.
En esto que Mientras Carlos se ponía el boxer, Mario le dijo que quería que viera algo antes de irse. Puso un DVD en el equipo que teníamos en la habitación del hotel, yo desde la cama podía ver la tele mientras Marta me comía el coño, así que no di crédito a lo que el cabrón de Mario le iba a poner a Carlos. Yo sabía que se había traído el DVD con mis andanzas, pero pensé que era para que lo viéramos solos sin nadie más.
Eran todas las grabaciones de mis polvos en la consulta de Mario, (incluyendo el primer día que me folló, y donde acepté todas las condiciones que me puso para llegar a convertirme en la puta que era, se recomienda leer Cap. I) y los polvos en casa de Ana y Mario del último año. Yo sabía que cuando follaba me grababa, pero pensé que era para evaluar los cambios en mi comportamiento y en mi cuerpo, y que no sería para que los viera mi ex.
El pobre Carlos tenía la cara desencajada. Pudo comprobar como me entregué a Mario en cuerpo y alma, estando felizmente casada con él, sin conocerle previamente, y por un polvo de mierda que me echó en su consulta.
Pudo comprobar como manipuló mi cuerpo a su antojo con dietas, hormonas, y cirugía. Como me inició en el tabaco y en la bebida, por no hablar de la cocaína. Como me hice bisexual voluntariamente, porque me impusieron joder con mujeres. Y también como me alejó de mi familia y como me hizo perder el trabajo.
Pudo comprobar como me jodí con Ana a dos negros enormes (Cap. X) o como me jodieron a mí dos lesbianas marimachos en colaboración con Ana (Cap. V). Es decir, pudo ser testigo de todo mi amplio repertorio en el arte de follar.
Yo creo que lo que más le dolieron fueron dos cosas:
El que yo permitiera desde el principio que me hiciera una ligadura de trompas para no tener más hijos (el pensaba que me quedé estéril por una enfermedad) y el que me acostara con su hermano, ya que aunque evidentemente no grabaron cuando se la mamé en un restaurante (Cap. IV), si grabaron cuando me acosté con él dos veces en casa de Ana (Cap. IV y IX).
Todo aquello fue demasiado para Carlos, se le saltaron las lágrimas, empezó a vestirse y cuando terminó de hacerlo, como un resorte fue hacia mí, me propinó un hostia en la cara apartando a Marta de mi coño, y me llamó puta y me dijo que como volviera a acercarme a nuestro hijo o a él me mataría a golpes.
Cuando se iba intentó darle otra hostia a Mario, pero éste le sujetó el brazo parando el golpe, y le dijo que no se pusiera así que no merecía la pena por una puta, así que teniendo en cuenta que Mario era mucho más fuerte que Carlos, mi exmarido, decidió coger la puerta y marcharse, aunque eso sí, llamándole cabrón.
Yo estaba sangrando por el labio, me levanté, me quedé mirando a Mario llorando mientras el me devolvía una mirada de desprecio.
Le dije que como podía haber hecho una cosa así, que admitía que conmigo hiciera lo que quisiera, pero que acababa de destrozar a mi familia, que como se creía que iba a reaccionar Carlos con su hermano recién casado por cierto, después de lo que había visto.
Me contestó que eso a él le daba igual, y que la culpable era yo, que yo me cepillé a mi cuñado y que ya era mayorcita para saber lo que hacía. Pero que de todas formas que a mí que mas me daba después de todo Carlos antes del DVD, ya había comprobado lo puta que era con mi comportamiento durante toda la noche.
Entonces me puso un vodka y me extendió dos rayas de coca para que me animara.
Como una autómata me tomé el vodka de un trago y me esnifé las dos rayas. El se puso de nuevo cachondo, supongo que por lo que hizo con Carlos y mi total sumisión hacia él, así que se empalmo de nuevo, me llevó a la cama donde estaba Marta me abrió las piernas se puso encima mío y empezó a follarme de nuevo. A Marta la dijo que pusiera su coño sobre mi boca porque quería que yo se lo comiera.
Me embestía con todos sus ganas, mientras yo le comía el coño a Marta como un robot.
A pesar de la copa y la coca, mi cabeza daba vueltas pensando en lo que había hecho con mi vida y la de los míos. Mi esperanza era que Carlos no se hundiera, por el bien de nuestro hijo, al que yo había abandonado con sólo dos años.
También pensé en mis padres, en lo bien que se portaron siempre conmigo y en todo lo que se gastaron en mi educación. Una cosa estaba clara, ya jamás podría volver con mi familia, no después de que Carlos se enterara que me acosté con su hermano varias veces.
Finalmente, Mario se volvió a correr en mi coño y Marta en mi boca, entonces Mario empezó a reírse y como veía que lloraba, mientras me acariciaba la cabeza me decía, Sonia no llores, tu para lo que vales es para follar y con ese culo y ese coño vas a ganar mucho dinero, hazte a la idea de que has empezado una nueva vida y que todo lo vivido antes hasta que me conociste. Fue un tremendo error. Yo asentí con la cabeza, por el miedo que tenía a Mario, mientras hacia pucheros como una niña.
Después de tan intensa noche, Mario y Marta se quedaron dormidos. Yo me fui a mi habitación, y no pude dormir nada por todo lo ocurrido, y por la coca, que me obligó a esnifar Mario tan tarde. Por lo que me quedé toda la noche dándole vueltas a la cabeza.......
Continuará???.:eolo:
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