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De esposa ejemplar a puta de lujo 12 de 20 y 13 de 20

jack_kugel

Bovino maduro
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25 May 2008
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144
Nos levantamos temprano, me hice la maleta, porque estaría una semana en la clínica, Ana me prestó varios de sus sujetadores, porque los míos ya no me valdrían, y el cirujano nos dijo que las primeras semanas tendría que llevar los pechos, muy bien sujetos.

Nos fuimos en un taxi, yo no desayuné porque me iban a operar nada más llegar y tenía que estar en ayunas.

Yo estaba muy nerviosa, y además como me prohibieron fumar en 10 días, estaba al borde de un ataque de nervios. Ana se dio cuenta y para tranquilizarme me dijo que ella iba ser mi enfermera hasta que me recuperara, que ese mes trabajaría menos para estar pendiente de mí. Sus palabras me tranquilizaron.

Cuando llegamos fuimos a la habitación, una enfermera me dijo que me desnudara y me puse un camisón del hospital. Luego me llevaron a quirófanos y me operaron pechos y nariz, durante 4 horas. Luego me llevaron a la habitación, con la nariz escayolada, y los pechos sujetos con una venda que me daba la vuelta por la espalda, que llevaría una semana. Desde luego ya se notaba el cambio de volumen.

Al día siguiente por la mañana me volvieron a llevar al quirófano, para quitarme las muelas. Las enfermeras hablaban entre ellas como sorprendidas de verme allí otra vez, y por lo que me iban a hacer.

Después de 2 horas, y 36 puntos de sutura dentro la boca, me bajaron de nuevo a la habitación. Por la noche tenía la boca y la nariz tan inflamadas que no podía respirar y me ahogaba, por no hablar de los dolores en la boca que se me quedaba entreabierta y echando babas porque además no podía cerrarla. Tenía que estar boca arriba en la cama porque los pechos me dolían si me apoyaba en ellos.

Hubo un momento que me ahogaba, Ana se puso a hacerme el boca a boca y el médico de guardia se asustó y me metieron en la UCI, conectada a un respirador mecánico. Allí estuve 4 días hasta que bajó algo la inflamación de la boca, y pude empezar a respirar por mi misma. El médico de la UCI me dijo que el hacerme todas esas operaciones juntas había sido una barbaridad, y que por poco no lo cuento.

Luego estuve otros 6 días más en la habitación, alimentándome todos estos días con suero intravenoso, ya que no podía mover la boca.

Me bajaron a la consulta del cirujano, y por fin me quitaron el vendaje de los pechos. Los tenía con mucho más volumen y más erguidos, y me los dejaron bastante naturales al haber elegido la forma en gota de agua, quedando más redondeados por la parte inferior que por la superior.

El médico me quitó los puntos que había alrededor de los pezones, y me dijo que en un par de semanas no se notarían las cicatrices. Me recordó que me pusiera un sostén de buen soporte.

Luego me quitó la férula de escayola de la nariz, tenía la parte de debajo de los ojos morada, y la nariz todavía estaba bastante inflamada, así que no se podían a preciar los resultados, todavía la tenía taponada.

Me llevaron de nuevo a la habitación y me puse un sujetador de los que me dejo Ana. Enseguida me di cuenta del peso de mis nuevas tetas, desde luego a partir de ahora tendría problemas para encontrar vestidos de mi talla.

Al día siguiente me llevaron al cirujano maxilofacial que me quitó los 36 puntos de la boca, que todavía estaba muy inflamada, me dijo que durante otros 10 días por lo menos sólo me podría alimentar con purés.

Después de 15 días que permanecí en el hospital por todas las complicaciones, me dieron el alta, y me dijeron que volviera a los 10 días porque ya se verían los resultados y tenían que fotografiarme. Yo estaba desesperada por fumar, me subía por las paredes, y les pregunté si podía fumar de nuevo, me contestaron que si que ya podía.

Como era una clínica totalmente privada, y los médicos que me eligió Mario eran de los de más prestigio, a los que van todas las famosas y cada día de ingreso en la UCI costaba un dineral, la broma de las operaciones me supuso el tener que pagar 10 millones de pesetas. Me pulí lo que Carlos me dio por la venta del piso.

Ana me vino a buscar, y al desnudarme en casa, me dijo que estaba preciosa y eso que no iba maquillada y que todavía me bajaría mas la inflamación de la cara.

Estuve otros 10 días en casa sin salir, recuperándome. Sólo salí un día con Ana a comprarme sujetadores de mi nueva talla, y ropa nueva que se adaptara a mi busto, porque no me valía ningún vestido, ni blusas, etc.

A los 10 días volví a la clínica y me fotografiaron, y me dieron copias de las fotos. Me dijeron que ya podía hacer vida normal, y que si tenía algún problema les llamara.

Ese día Mario llamó a Ana y la dijo que ya quería verme, estábamos a mediados de junio y quería comprobar como había quedado mi cuerpo. Ana le dijo que esperara una semana, porque había estado un mes sin hacer ejercicio ni tomar rayos UV y estaba poco tonificada y muy pálida, que en una semana estaría preparada.

Yo estaba muy nerviosa, me tenía que poner a punto en una semana, porque si me rechazaba, todos los sacrificios que había hecho no servirían para nada.

Esa semana, todos los días hice aeróbic, tomé rayos UV para recuperar mi bronceado, y me depilaron con láser todo el cuerpo, ya que en un mes me habían crecido unos pocos pelillos sobre todo en la vagina.

Ana me dijo que el objetivo de Mario es que fuera físicamente lo más parecida posible a la chica Wonderbra de entonces, así que me dio las últimas fotos publicadas de ella, para que el día que me viera Mario, fuera peinada y maquillada igual que ella.

La verdad es que viendo sus fotos, hay que reconocer que Mario había conseguido lo que quería con mis operaciones y el tratamiento hormonal. Me parecía mucho a ella sobre todo de cara. De cuerpo ella tenía mis curvas en cadera y pecho, pero en el resto estaba mas delgada, y eso que yo en el hospital perdí 3 kg, y me quedé en 61.

Por fin llegó el día, me cito en su consulta por la tarde, así que por la mañana me fui a la peluquería, me teñí el pelo de rubio ceniza y me lo puse liso, como en las últimas fotos de la modelo, y una maquilladora, me dejó maquillada igual que ella.

Con todo mi cuerpo ya recuperado de las operaciones, la verdad es que estaba impresionante.

Al llegar a casa, Ana ya me estaba esperando, me dijo que parecía increíble que era clavada a la modelo. Entonces empecé a vestirme, me puse un tanga y sujetador negros, y encima un vestido de verano de lino muy fresco, de color verde esmeralda, por lo que se me transparentaba la ropa interior como sabía que le gustaba a Mario. El vestido se sujetaba con tirantes, quedando las tiras negras del sostén visibles, y era muy ceñido, por lo que marcaba mis curvas.

La modelo, era más alta que yo. Yo mido 1,72 y ella 1,78, así que para aminorar esa diferencia me dijo Ana que a partir de ahora siempre tendría que llevar tacones de 12 cm, así que me puse unos de aguja que me elevaban esa altura.

Ana me dijo que prepara mis maletas, porque probablemente ya ese día me iría a vivir a casa de Mario.

Antes de salir se me doblaban las piernas por el nerviosismo, y me esnifé delante de Ana dos rayas de coca, para tener más confianza en mi misma. Ana me dijo que me tranquilizara que estaba preciosa, pero yo le dije qué que pasaría si me rechazaba después de todo lo que había hecho por él en estos 10 meses.

Había perdido a mi familia incluido mi hijo, y había tirado por la borda mi carrera profesional. Me habían hecho 7 operaciones de cirugía estética, en labios, cuello, pómulos, abdomen, pecho, nariz, y boca, y además Mario me había hecho una ligadura de trompas y jamás podría volver a tener hijos. Por no hablar de los millones de pesetas que había gastado en estos meses.

Todo ello porque estaba perdidamente enamorada de un hombre que lo único que había hecho era follarme un par de veces sin demostrar ningún tipo de sentimiento por mí.

Ana me contestó que no me preocupara, cogimos mi coche y nos fuimos a la consulta.

En la salita de espera, delante nuestro había otra paciente que había sido compañera mía de facultad, 4 años antes, y a pesar de estar sentadas enfrente, no me reconoció, la verdad es que no me extraña, yo no la saludé.

Mario la despachó pronto (era bastante fea), y la enfermera nos dijo que pasásemos.

Cuando entramos, Mario me cogió de la cara y empezó a besarme en la boca metiéndome toda la lengua, mientras con sus manos palpaba cada centímetro de mi cuerpo, por fuera del vestido.

De repente me dio la vuelta, y me empujó sobre la mesa de su despacho, quedando mi culo en pompa. Me subió el vestido, me apartó la tira del tanga y me la clavó en mi vagina de un solo golpe, sin que a mí ni siquiera me hubiera dado tiempo a mojarme, por lo que hasta que me lubriqué me estuvo haciendo daño con las embestidas.

Yo me sentí feliz, porque si había provocado esa reacción en él, querría decir que habría pasado la prueba. Mientras bombeaba, me decía que iba a ser su putita obediente y que me iba a exhibir para presumir de mujer a lo grande.

A los 15 minutos de darme por detrás dijo que quería estrenar mis tetas, así que me incorporó, me quitó el vestido dejando caer los tirantes, y me quitó el sujetador. La verdad es que mis tetas eran ahora majestuosas.

Me tiró en el sillón ginecológico, se puso encima y empezó a hacerse una cubana con ellas, haciendo un mete y saca a gran velocidad. Era la primera vez que hacía una cubana a un hombre, ya que antes con mis tetas no podía y eso me puso muy cachonda, el saber que ahora mis tetas servían para algo más que adornar mi cuerpo.

Mientras Mario me follaba las tetas, Ana me comía el coño con desesperación, porque sabía que tardaría tiempo en volver a catarlo. Me metía los dedos entre los labios menores y me succionaba el clítoris como si se tratara de una polla, yo estaba en éxtasis, las dos personas que más me atraían sexualmente dándome placer.

Me decía que me habían quedado espléndidas y al cabo de un rato entre estertores de placer se corrió en mi pechos. A mi me dijo que le limpiara la polla con mi boca, y a Ana que no había parado de masturbarse todo el tiempo que me limpiara las tetas de su leche.

Cuando su polla y mis tetas estuvieron limpias, empezó el reconocimiento médico, para explorar todo mi cuerpo.

Me puso en el sillón ginecológico con las piernas abiertas, se puso guantes de látex y mirándome a los ojos metió su mano entre mis piernas, metió primero tres dedos, para a continuación meter toda la mano cerrada, sentí la presión sobre mi clítoris de sus nudillos, y de mi boca salió un gemido al tiempo que cerré los ojos. Sacó su mano con la misma frialdad con que la metió, miró a Ana e hizo un comentario de lo mas salvaje.

Ana la golfa es de las buenas, es caliente esta toda mojada, se deja hacer y es sumisa, y en estos meses has logrado que tenga el sexo tan dilatado como un túnel.

A continuación me puso a 4 patas sobre el sillón e intentó realizar la misma operación con mi recto. Primero metió tres dedos e intentó meterme el puño, pero no pudo, aunque también le afirmó a Ana que lo tenía ya suficientemente dilatado, ya que lo que si que pudo fue meterme todos los dedos.


Le dio un beso a Ana diciéndola que había conseguido las dilataciones perfectas en ambos agujeros.


El coño lo tenía tan dilatado como una mujer que fuera a parir ese mismo día, me miró y me dijo que no me preocupara, que en el coño eso no tiene mayores consecuencias, ya que es un órgano que recupera con facilidad sus medidas normales, si dejo de meterme consoladores, y de follar todos los días.


Y por otro lado en cuanto al ano dijo que estaba en las medidas perfectas, ya que un ensanchamiento en exceso lo deja muy dilatado y ya no es capaz de cerrarse espontáneamente con lo que queda feo al verse todos los intestinos. El culo debe ser ensanchado lo justo para permitir una penetración sin dificultad por parte de cualquier hombre, pero no rebasando las características fisiológicas del cuerpo de la puta, es decir, ni un milímetro mas de lo que su cuerpo permita.

Después de eso me levantó, me puso de pie, me pesó y empezó a tomarme las medidas, cosa que hizo que yo me sintiera como si fuera una yegua. Las medidas fueron:

62 Kg. de peso y 92-63-95.

Las comparó con la que me había tomado en visitas anteriores.

En septiembre eran 75-45-75 con 54 Kg.,

Y en Enero 95-65-78 con 66 Kg.

Luego me abrió la boca y se puso a mirarme los dientes. Sonrió al comprobar que me había quitado las 8 muelas. Me dijo que ahora estaba mucho mejor. La verdad es que la cara daba la sensación de ser más estrecha por abajo.

Luego le preguntó a Ana por mi estilo de vida. Le contestó que había cumplido todo lo que se me impuso, derrochadora de dinero, que hacía aeróbic todos los días para mantener el cuerpo tonificado, que me fumaba dos paquetes diarios de tabaco rubio, y que bebía pero no en exceso. Además cada vez es más vaga y caprichosa, porque se ha dado cuenta que con su cuerpo puede conseguir todo lo que quiere.

La encanta exhibirse y llamar la atención de hombres y mujeres por su forma de vestir y comportarse. No le da ningún pudor mostrar su cuerpo desnudo a desconocidos/as y le gusta la juerga y la noche, por lo que se ha acostumbrado a levantarse todos los días a la hora de comer.

No da muestras de echar de menos su vida anterior, ni su trabajo ni su familia, y sólo piensa en pasarlo bien y en el dinero fácil para mantener su tren de vida.


Como novedad le contó que había empezado a consumir cocaína y que me gustaba hacerlo, sobre todo para aguantar mas de marcha. El dijo que si quería podía seguir tomándola, porque era una droga excitante que daba ganas de follar, pero que no probara otras drogas, sobre todo si eran relajantes.

Después sacó unas fotos de la modelo famosa. Me dijo que como nunca podría tenerla, que me había convertido a mí en una réplica de ella. Me dio fotos de ella con todo tipo de ropa de invierno, verano, en lencería, bikini, por supuesto desnuda. También me entregó, vídeos suyos, desfilando, en entrevistas etc.


Me dijo que le copiara todo, la forma de vestir, que cambiara todas las semanas de peinado copiándole los suyos, sus gestos al hablar, la forma de coger un cigarro, etc. Quería que fuera ella.
Por último me dijo que ella medía 1:78 y pesaba 62 Kg. con las medidas 87-59-90, lo que quería decir que al medir yo 1:72, tendría que adelgazar hasta los 56 Kg, luego tendría que bajar 6 Kg. Y mantenerme ahí, con unas medidas de 90-59-95, que yo proporcionalmente tendría más cadera que ella, igual cintura y más pecho, con lo que mis curvas serían todavía más pronunciadas.


Me indicó además que siguiera con el tratamiento hormonal hasta septiembre, porque ya después de un año tenía la seguridad de que mis caderas se quedarían como estaban.

Cuando terminamos me dijo lo que yo tanto deseaba, que hoy ya me iría a vivir con él, así que me vestí, y me despedí de Ana que se puso a llorar. La besé y la dije que no me perdía que la vería en el club casi todos los días.




De esposa ejemplar a puta de lujo 13 de 20

Cuando Ana se fue, nosotros nos quedamos un rato y Mario empezó a darme una serie de normas que debía cumplir mientras viviera con él.


En primer lugar siempre te trataré como a mi amante no como a mi novia, eso quiere decir que entre tu y yo, nunca existirá amor sino sexo.


Por ese motivo quiero que siempre te comportes como tal, es decir, una amante siempre intenta sacar todo lo que pueda de su hombre, por lo que quiero que seas una mujer caprichosa también conmigo. Por ese motivo toma esta tarjeta de crédito, tiene un límite de 1 millón de pesetas al mes, no acumulables, luego será mejor que te los gastes todos los meses.


Aunque se que eres licenciada y una mujer inteligente, quiero que te comportes siempre conmigo como una mujer vacía y superficial que sólo sabe hablar de compras, vestidos, perfumes etc. No quiero que me aburras con conversaciones trascendentales. Tienes prohibido leer libros, periódicos, o cualquier cosa que te haga pensar, lo máximo que podrás leer es revistas del corazón. En cuanto a la TV, nada de programas culturales o noticias. En cuanto al cine, sólo películas porno. Con la gente también te comportarás así, eso reforzará el pensamiento en ellos de que eres mi putita de turno.


Por último quiero que conmigo te comportes siempre como una auténtica puta profesional, después de todo te vas a llevar un millón todos los meses porque me pone cachondo. Para ti mi polla será lo más importante en tu vida y además quiero que tu boca, coño y culo siempre estén dispuestos para mí o para quien yo quiera.


Mientras estés conmigo siempre me serás fiel, no acostándote con ningún hombre o mujer, a no ser que yo te lo mande .


Cuando lleguemos a casa, verás que tengo una criada oriental es de Tailandia, se llama Tai y tiene 19 años. La saqué de un burdel en uno de mis viajes. Es muy sumisa y quiero que te comportes con ella como una auténtica hija de puta. Trátala a patadas, pégala, explótala al máximo en las tareas del hogar, y si quieres también podrás tener sexo con ella.


Luego me preguntó si había comprendido todo y le contesté que si, pero le pregunté que porque me iba dar tanto dinero si yo todo lo que me pidiera se lo haría gratis, y me contestó que el sólo gozaba con las mujeres cuando pagaba por ello, y que sólo con las putas tenía placer, así que para gozar de mí tenía que convertirme realmente en una puta.


Justo cuando íbamos a salir de la consulta me dijo que empezara ya a comportarme como me había dicho, si quería vivir con él mucho tiempo.

Me quedé pensando en lo que dijo, Mario me había convertido en puta ya no sólo porque era capaz de follar como ellas, sino porque a partir de ahora iba a cobrar por follar.

A partir de ese momento me di cuenta que sería una puta, de momento la puta de Mario, y yo acepté voluntariamente, tendría dinero, sexo y nada de amor, y mi única función en la vida, sería vivir para dar placer a Mario.

Cogimos los coches y nos fuimos a su casa. Tenía un chalet de lujo de dos plantas en la Moraleja, con enorme jardín, piscina, y garaje para 4 coches. No nos podían ver otros vecinos al estar muy tupida la vegetación del vallado de la finca.

Cuando aparqué me acordé que tenía que ser puta con la criada, así que cuando me la presentó lo primero que dije fue. Mario a mi no me gustan las criadas orientales así que espero que esta zorra sea muy buena criada, porque si no, ya puedes ir buscando otra.

La verdad es que la tal Tai estaba buena. No era muy alta mediría 1:65, pero se veía que Mario ya la había modelado con hormonas y cirugía, porque tendría unas medidas de 88-55-90, y de cara era bastante guapa.

Entonces Mario le indicó a Tai que la señora está a dieta, y le tienes que preparar el siguiente tipo de comida siempre hasta nueva orden.

Desayuno: Leche descremada con cereales.

Comida: De primero una ensalada, o verdura, tipo hortalizas y derivados de soja y de segundo arroz blanco, o pescado o pollo, estos últimos a la plancha o cocidos. De postre un yogur desnatado.

Cena: Batidos energéticos de los que venden en las farmacias para adelgazar.

Entre horas té e infusiones con sacarina. Además te recetaré vitaminas como complemento a la dieta.

Queda prohibido totalmente:

Carne de cualquier tipo, embutidos, huevos, quesos y mantequillas, refrescos azucarados, chocolate, cualquier producto de pastelería y bollería. En cuanto al alcohol sólo cuando salgamos de copas podrás tomar martini blanco con hielo, que engorda menos que otras bebidas.


La verdad es que Mario se había tomado en serio lo de la dieta, además de en puta me iba a convertir en anoréxica.


Mientras Tai subía mis maletas a nuestro dormitorio, Mario me enseñaba la casa, era impresionante, tenía gimnasio, sauna, un salón inmenso, sala de billar, 4 cuartos de baño con jacuzzi, y 5 dormitorios uno de la criada.

Después subimos a la habitación y mientras yo me desnudaba ya que como con Ana siempre iba en bragas por la casa, pensé que a Mario también le gustaría consiguiendo así tenerle siempre excitado, el me dijo que esa noche tenía algo especial para mí que iríamos al cine.

Tai preparó la cena vi que se quedó de piedra al verme bajar en tanga, la verdad es que no me extraña porque el movimiento de mis tetas era para marear a cualquiera, entonces la dije delante de Mario, que te pasa idiota nunca has visto una mujer en bragas.

Ella me pidió perdón, Mario se tomó la cena, un gazpacho y chuletas de cordero y yo, un batido de farmacia y un complemento vitamínico.

Después de eso me dijo que íbamos al cine, que quería que se la mamara a un desconocido mientras veía la película, que era algo que siempre había deseado hacer.

Yo me quedé de piedra pero que podía hacer, le sonreí de la forma más guarra que pude mientras me fumaba un cigarro. El me dejó claro que o hacía todo lo que se le pasara por la cabeza, o que no duraría mucho en su casa, y después de todo me había convertido en su puta, y las putas hacen lo que se les manda.

Me dijo que me vistiera en plan veinteañera, que quería que los demás pensaran que yo era todavía más joven.

Me puse un Top, azul claro, marcando tetas con sujetador negro transparentándose y una minifalda vaquera, desgastada, con bragas lila como las de las jovencitas. Al ser la falda baja de caderas, dejaba que se viera la goma lila de las bragas, quedando todo el ombligo al aire. Además me puse unos zapatos de tacón con plataforma cuadrada bastante vulgares.


Mientras íbamos en el coche al cine, Mario metía mano entre mis piernas abiertas (Siempre que estoy con él las tengo abiertas para estar más accesible a lo que quiera hacerme), sobándome por encima de las bragas. Yo le tocaba por encima del pantalón su sexo que ya estaba muy duro.

Estaba toda mojada, Mario me dijo que el tratamiento hormonal que me administraba, favorecía al excitarme el encharcamiento de mi coño, y que eso había provocado mis ganas constantes de follar en los últimos meses, hasta convertirme en una ninfómana.

Desde luego aquel cabrón, había manipulado mi cuerpo como le dio la gana.

Entramos en el cine, era una película de acción, por lo que había muchos hombres en la sala. La gente nos miraba, sobre todo por mi pinta de putilla y mi diferencia de edad con Mario.

Nos sentamos en la parte de atrás para tener un mejor visión de toda la gente. Como era un martes no había mucha gente, y en general jubilados. No había casi chicos jóvenes, al ser al día siguiente laborable.

Mario se puso a mirar a los tíos para elegir a quien se la tendría que mamar. Me eligió a un tipo de unos 60 años gordo y calvo con una barba asquerosa y con pinta de guarro, que estaba ocupando una butaca en un lateral, estando sólo él en esa fila.

Yo estaba totalmente desbordada por la situación y permanecía inmóvil en mi asiento, me dijo que cuando la película estuviera por la mitad, me acercara a él y se la mamara poniéndome de rodillas entre sus piernas.

El capricho de Mario, básicamente era que practicara sexo oral, en un lugar público, mientras el veía todo, y con un tipo realmente asqueroso y viejo.

Aunque ya había hecho alguna mamada en un sitio público, fue en un WC donde no podían verme, y allí en el cine aunque fuera a oscuras, podría darse cuenta cualquiera, por no hablar de cómo reaccionaría el viejo cuando le bajara la bragueta.

La verdad es que el tipo era repulsivo hasta ahora lo había hecho con hombres o mujeres jóvenes y de un físico normal o tirando a atractivos, pero ahora era una puta y las putas no eligen a sus clientes, así que era mejor que me fuera acostumbrando a hacerlo con cualquier tipo por asqueroso que fuera.

A mitad de la película, en plena escena de acción con mucho ruido, Mario me ordenó que ya podía empezar con el numerito diciéndome que me tragara toda la lefa que consiguiera ordeñarle, que hoy al viejo le había tocado la lotería. Me levanté sin saber muy bien lo que iba a hacer y comencé a caminar por el pasillo del cine en dirección al hombre.

Cuando llegue me senté a su lado y le sonreí, el sin hacerme mucho caso me sonrío y siguió mirando la película. El tipo de cerca era todavía más asqueroso, no bajaba de 60 años y con una barriga impresionante, nunca lo había hecho con un gordo así.

Ahora me tocaba, ponerme de rodillas delante de él, estaba realmente aterrada ¿Cómo reaccionaría? El tipo.

Lo hice con gran dificultad, porque con su barriga casi no me quedaba sitio, y todavía tenía que acostumbrarme al nuevo tamaño de mis tetas, ya que me abultaban y pesaban mucho, y me dificultaban los movimientos. Mientras me acomodaba, le miraba a la cara sonriéndole.

Entonces deslicé mis manos sobre las piernas del viejo y empecé a desabrocharle los pantalones. El me miró con ojos de sorpresa, pero se dejó hacer. Con gran dificultad busqué su polla debajo de su barriga, se veía que era un guarro, olía a sudor. Cuando encontré la polla estaba flácida y comencé a pajearle para intentar que se empalmara lo antes posible.

Cuando lo conseguí después de un par de minutos acerqué mis carnosos labios a su polla que no mediría más de 12 cm. Me dieron arcadas, no por su tamaño ya que además al haberme quitado las 8 muelas, ahora podía hacer más sitio en mi boca, sino porque el olor a meados, y el sabor a orines y sudor.

Empecé a sentir crecer la polla del viejo entre mis labios, notando como se hinchaba y empecé a acariciarle los cojones con las manos mientras mis labios presionaban su glande. Sentía su respiración cada vez mas entrecortada y empecé a temer que le diera un infarto. Al tipo se le veía muy fatigado, con la respiración muy agitada.

Dirigí mi vista a Mario, que desde su sitio lo veía todo, así que como no tenía más remedio que hacerlo, decidí intentar acabar con aquello lo antes posible. Empecé a subir y bajar la cabeza rápido, para que se corriera lo antes posible, aunque era complicado porque mi cabeza golpeaba con su barriga.

Entonces el tipo después de la sorpresa inicial empezó a tomar la iniciativa, se adelantó un poco y metió su mano por debajo del top y así poder empezar a sobarme. Primero las tetas, me bajó el top y las sacó por encima de las copas del sujetador, y empezó a pellizcarme mis oscuros pezones.

Después me levantó la minifalda metiendo sus dedos por debajo de las bragas hasta los labios vaginales, comenzó a masajearme el coño con gran facilidad, yo ya me estaba mojando a pesar del asco que me daba aquel tipo.


La verdad es que al final empecé a disfrutar de aquella situación por el morbo de ser vista y por el punto hasta que me había rebajado. El sentimiento de asco iba desapareciendo, mientras sentía sus dedos explorar mi vagina y mi ano, empezando a metérmelos en ambos sitios. Es posible que aquel viejo de joven hubiera sido después de todo un buen amante.

Después de 10 minutos no conseguía que se corriera, debía estar medio impotente.

Redoblé esfuerzos, y por fin después de 15 minutos, se corrió en mi cara, echando mucho más semen de lo que esperaba. Casi me atraganto al tragarlo, por la sorpresa y la postura en que me encontraba.

Cuando terminé, el viejo me acarició el pelo y me dio 5000 pts. me imagino que como no podía comprender lo que hice, decidió pagarme como haría con cualquier puta.

Después le limpié bien la polla, y le coloqué los calzoncillos y los pantalones, yo me arreglé las bragas y la falda, y me metí las tetas en el sujetador colocando el top de nuevo en su sitio.


Me incorporé y tambaleándome sobre mis tacones ya que tenía las piernas dormidas de la postura, volví a donde estaba Mario ante la mirada del acomodador, que debió ver todo. Mario me dijo que había sido increíble, que no había conocido muchas mujeres, que fueran tan putas como yo.

Entonces yo le sonreí por el halago, y empecé a meterle mano a la polla, por encima de los vaqueros. Estaba dura como una roca, así que me cogió del brazo, nos levantamos y nos dirigimos a los aseos, mientras la película seguía.

Me empujó sobre uno de los lavabos, me levantó la minifalda y me bajó las bragas que cayeron al suelo, mientras decía que se iba a bajar todo el calentón en mi culo.

Yo estaba encharcada, me caía el flujo por los muslos, hubiera dado cualquier cosa porque me penetrara por el coño, pero me la metió por detrás en el culo sin miramientos, y me salió un grito de dolor.

Mientras me embestía brutalmente, yo me apoyaba con una mano en el lavabo y con la otra me tocaba el clítoris. Me dijo que quería que gimiera todo lo alto que pudiera para que nos escucharan, y que gritara cosas como dame más, rómpeme el culo, así así sigue.....

La verdad es que la escena era impresionante, yo apoyada en el lavabo, mirándome al espejo mientras me daban por el culo, con las bragas en el suelo. Yo creo que ningún empleado del cine se atrevió a entrar por el ruido que yo armaba con mis gemidos.
Al cabo de unos 10 minutos Mario se corrió en mis intestinos, y yo tuve varios orgasmos, mas que por el polvo en si por el morbo de la situación. Fue increíble.


Sin que Mario me lo pidiera me puse de rodillas para limpiarle la polla, cuando terminé me quedó algo de semen en mis gruesos labios que contrastaba con el rojo de los mismos.


Cuando me iba a relamer, Mario me dijo que no, que saliera del cine con la cara así. Que el saldría primero y que cuando yo entrara en el coche quería ver su lefa en mis labios.


Mientras Mario salía, cogí las bragas del suelo y me las puse, me miré al espejo y era escandaloso salir con todo el semen en mis labios. Al salir, me esperaban en la salida el encargado del cine y el acomodador que me había visto mamársela al viejo, junto con una acomodadora.


Cuando me vieron toda despeinada, con la ropa medio mal puesta, y el semen en los labios, me dijeron que no iban a permitir que volviera a ejercer la prostitución en su cine y que como me volvieran a ver por allí llamarían a la policía.


Yo en mi vida había pasado tanta vergüenza, cuando salía por la puerta escuché decir al encargado, que tía más puta, ni siquiera se ha limpiado la boca.


Entre en el coche, y Mario me dijo que ya podía relamer su semen de mis labios, así lo hice mientras me miraba en un espejo para que quedaran limpios.


Nos dirigimos hacia casa, mientras Mario conducía todo el rato con una mano sobre mi coño, sobándolo por encima de las bragas.


Continuará.

Se agradecen comentarios.
 
oh si de verdad de los relatos mas cachondos que he leido y seguire haciendolo
 
Rayos que putita ha salido lo bueno es que a estoy cerca del final jeje
 
No manches carnal, solo falto el reparto y los creditos, cuando sale la pelicula, chido gracias
 
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