tiburonxx
Bovino de la familia
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http://www.milenio.com/cdb/doc/noticias2011/e5a108a2f02cf40dd19b4ecee9cdeb10
Madrid • La llegada de Benedicto XVI a Madrid el 16 de agosto anticipa protestas por el costo que generará su visita en momentos en que España atraviesa severas dificultades económicas.
Las críticas son hegemonizadas mayoritariamente por el movimiento llamado los "indignados", un grupo de jóvenes que ocuparon la céntrica Puerta del Sol en mayo para manifestar contra la estrechez económica y el desempleo del 21 por ciento.
Algunas asociaciones laicas y grupos de sacerdotes también cuestionaron el gasto corporativo sin precedentes que rodea la visita del Papa, quien asistirá a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), un evento abierto al público de inspiración cristiana.
"Un acto de este tipo no tiene cabida en un país con cinco millones de desempleados", dijo Evaristo Villar, sacerdote de Redes Cristianos, que llevará a cabo una manifestación el miércoles por la noche, víspera de la llegada del Sumo Pontífice.
"No estamos organizando una protesta contra el Papa, sino quejándonos de un evento que es muy caro en tiempos de crisis y desempleo elevado", añadió.
Muchos de los manifestantes se quejaron por las reducciones especiales que fueron aplicadas al transporte público para los peregrinos que visitan la ciudad, cuando los residentes debieron absorber un alza de 50 por ciento en el precio del billete sencillo de metro o autobús este mes.
El martes, decenas de personas se congregaron ante la consejería de Transporte de la Comunidad de Madrid para protestar por la medida con carteles en los que podía leerse: "Un Papa pagado bendice a robados" o "Católico subvencionado es político, no cristiano".
Los organizadores de la Jornada Mundial de la Juventud dicen que la cita generará unos 100 millones de euros.
"La JMJ es una oportunidad única para la economía española, a un costo cero para los contribuyentes", dijo Fernando Giménez Barriocanal, responsable financiero de las Jornadas.
El gobierno no da cifras exactas
Los críticos dicen que la visita demandará unos 100 millones de euros, pero el gobierno no ha querido dar una cifra de cuánto dinero volverá al Estado. Una portavoz del gobierno dijo que la mayoría del gasto era en seguridad, incluyendo el despliegue de miles de policías extra a las calles de Madrid.
Algunos sacerdotes españoles se quejaron en junio por el patrocinio corporativo de alto perfil para las jornadas visita papal porque hace lucir a la Iglesia como privilegiada. Logos de empresas como Santander, el mayor banco de la eurozona, Telefónica y Coca-Cola, llenan la oficial.
Movimientos locales de homosexuales y defensores del aborto libre se unirán también a las protestas.
La Iglesia católica se ha enfrentado en ocasiones con el gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero por los derechos de los homosexuales y el aborto.
En 2005, España se convirtió en el tercer país del mundo que legaliza el matrimonio homosexual. La ley, promovida por el Gobierno pese a la oposición de la Iglesia, permite a las parejas homosexuales casadas adoptar niños, algo que aborrece el Vaticano.
Cuando Benedicto XVI visitó por última vez España en noviembre de 2010, cientos de homosexuales se besaron cuando llegó a consagrar la Sagrada Familia.
La agenda de Benedicto XVI incluye también una visita el viernes a El Escorial, a unos 45 kilómetros de Madrid, y cerca del Valle de los Caídos.
Pero el punto álgido será la misa que pondrá fin a la visita, en el aeródromo de Cuatro Vientos, donde una gran palmera diseñada para proteger al pontífice del abrasador sol dominará el altar.
Se espera que la misa congregue a unos 2 millones de personas.
:eolo::mota:

Madrid • La llegada de Benedicto XVI a Madrid el 16 de agosto anticipa protestas por el costo que generará su visita en momentos en que España atraviesa severas dificultades económicas.
Las críticas son hegemonizadas mayoritariamente por el movimiento llamado los "indignados", un grupo de jóvenes que ocuparon la céntrica Puerta del Sol en mayo para manifestar contra la estrechez económica y el desempleo del 21 por ciento.
Algunas asociaciones laicas y grupos de sacerdotes también cuestionaron el gasto corporativo sin precedentes que rodea la visita del Papa, quien asistirá a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), un evento abierto al público de inspiración cristiana.
"Un acto de este tipo no tiene cabida en un país con cinco millones de desempleados", dijo Evaristo Villar, sacerdote de Redes Cristianos, que llevará a cabo una manifestación el miércoles por la noche, víspera de la llegada del Sumo Pontífice.
"No estamos organizando una protesta contra el Papa, sino quejándonos de un evento que es muy caro en tiempos de crisis y desempleo elevado", añadió.
Muchos de los manifestantes se quejaron por las reducciones especiales que fueron aplicadas al transporte público para los peregrinos que visitan la ciudad, cuando los residentes debieron absorber un alza de 50 por ciento en el precio del billete sencillo de metro o autobús este mes.
El martes, decenas de personas se congregaron ante la consejería de Transporte de la Comunidad de Madrid para protestar por la medida con carteles en los que podía leerse: "Un Papa pagado bendice a robados" o "Católico subvencionado es político, no cristiano".
Los organizadores de la Jornada Mundial de la Juventud dicen que la cita generará unos 100 millones de euros.
"La JMJ es una oportunidad única para la economía española, a un costo cero para los contribuyentes", dijo Fernando Giménez Barriocanal, responsable financiero de las Jornadas.
El gobierno no da cifras exactas
Los críticos dicen que la visita demandará unos 100 millones de euros, pero el gobierno no ha querido dar una cifra de cuánto dinero volverá al Estado. Una portavoz del gobierno dijo que la mayoría del gasto era en seguridad, incluyendo el despliegue de miles de policías extra a las calles de Madrid.
Algunos sacerdotes españoles se quejaron en junio por el patrocinio corporativo de alto perfil para las jornadas visita papal porque hace lucir a la Iglesia como privilegiada. Logos de empresas como Santander, el mayor banco de la eurozona, Telefónica y Coca-Cola, llenan la oficial.
Movimientos locales de homosexuales y defensores del aborto libre se unirán también a las protestas.
La Iglesia católica se ha enfrentado en ocasiones con el gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero por los derechos de los homosexuales y el aborto.
En 2005, España se convirtió en el tercer país del mundo que legaliza el matrimonio homosexual. La ley, promovida por el Gobierno pese a la oposición de la Iglesia, permite a las parejas homosexuales casadas adoptar niños, algo que aborrece el Vaticano.
Cuando Benedicto XVI visitó por última vez España en noviembre de 2010, cientos de homosexuales se besaron cuando llegó a consagrar la Sagrada Familia.
La agenda de Benedicto XVI incluye también una visita el viernes a El Escorial, a unos 45 kilómetros de Madrid, y cerca del Valle de los Caídos.
Pero el punto álgido será la misa que pondrá fin a la visita, en el aeródromo de Cuatro Vientos, donde una gran palmera diseñada para proteger al pontífice del abrasador sol dominará el altar.
Se espera que la misa congregue a unos 2 millones de personas.
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