123yatevi
Bovino Milenario
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Monterrey.- Taxistas de la CROC y lideres priistas mancharon con violencia el día del gobernador de Nuevo León a las afueras del Congreso Estatal.
En grupos, se armaron de valor, para golpear, empujar, e insultar a un reducido grupo de 10 defraudados en años pasados por la Unión de Crédito Monterrey, todos ellos personas de la tercera edad, quienes manifestaban la falta de apoyo de la administración estatal a su caso.
De forma agresiva, les destruyeron la bocina y el altavoz que portaban para lanzar sus demandas; ahí iniciaron los empujones y los golpes.
Los 400 policías que según custodiaban la tranquilidad de la zona, no hicieron nada, se convirtieron en espectadores del zafarrancho.
A los adultos mayores también les robaron una cámara fotográfica.
“Llévenme a mi casa, me quieren matar, por favor ya no vuelvo a manifestarme, hagan algo”, suplicaba a los uniformados, uno de los hijos de los defraudados, identificado como Miguel Ángel.
Más de 500 simpatizantes fueron llevados en camiones a las afueras del recinto legislativo para brindar muestras de apoyo a Natividad González Parás, todos fueron instruidos a impedir el paso de las 10 personas de la tercera edad.
“Tenemos que quitarles el sonido, ¡vamos!, ¡vamos!”, decían algunos de los agresores.
Cuatro de los 10 adultos mayores resultaron lesionados en diferentes partes del cuerpo, al resentirse de sus brazos, espalda, piernas, y rostro. Fueron atendidos en el hospital Universitario.
Representantes de los medios de comunicación también fueron objeto de insultos, amenazas y empujones de los taxistas croquistas.
Irónicamente, los golpeadores tuvieron la fortuna de pararse al frente y saludar al gobernador Natividad González Parás, al momento en que salió del Congreso de Nuevo León después de rendir su Informe de Gobierno.
Afectados de la Unión de Crédito Monterrey acudieron a interponer la denuncia ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos.
Al terminar, el mandatario estatal salió tranquilo, sonrió, y observó que los ánimos estaban en paz, sin imaginar lo que minutos antes había ocurrido entre quienes le exigían resultados y quienes se conformaban con lo efectuado en su sexenio.