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Contrata el CONACyT a cientificos jóvenes

jarochilandio

Bovino de la familia
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CONTRATA EL CONSEJO NACIONAL DE CIENCIA Y TECNOLOGÍA A 225 CIENTÍFICOS COMO PARTE DEL PROGRAMA DE CÁTEDRAS DE JÓVENES INVESTIGADORES 2015DE JÓVENES INVESTIGADORES 2015

• El director general del Conacyt, Dr. Enrique Cabrero, dio la bienvenida a los nuevos investigadores, en la sede de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC)
• “Ustedes están recibiendo plazas laborales, no son contratos sólo por cinco años, como se ha difundido incorrectamente”: Dra, Julia Tagüeña, directora adjunta de Desarrollo Científico de Conacyt


Comunicado 85/15

México, D.F., a 17 de septiembre de 2015.

Este lunes, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), dio la bienvenida a 225 jóvenes científicos que fueron contratados gracias al Programa Cátedras de Jóvenes Investigadores, en su edición 2015. En los últimos dos años este proyecto ha permitido la incorporación de 799 científicos a 102 instituciones de educación superior de todo el país, las cuales no habían tenido oportunidad de contratar nuevos catedráticos e investigadores.

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El Programa de Cátedras de Jóvenes Investigadores es un sistema nuevo que consiste en abrir plazas laborales para científicos menores de 40 años, cuyo salario es cubierto por el Conacyt pero que realizan investigación y docencia en diferentes universidades e institutos de toda la República. Cada uno es incorporado para atender líneas de investigación que ellos mismos propusieron y fueron sometidas a evaluación.

“Con este programa hacemos una apuesta muy importante e histórica. Estamos apostando a los jóvenes como nunca, estamos generando una estructura que les permite, desde el primer día, concentrar su trabajo en la investigación. Gracias a este esfuerzo, México puede incorporar nuevos científicos de alto rendimiento”, indicó el Doctor Enrique Cabrero, director general de Conacyt, tras informar que para el año 2016 continuará el programa debido a que ya ha sido considerado dentro del proyecto presupuestal de la institución para el próximo año.

Asimismo, el Dr. Cabrero dijo que en este programa debe haber co-responsabilidad entre el Conacyt y los nuevos investigadores para demostrar a la sociedad mexicana el buen uso que se hace de sus contribuciones fiscales y la importancia de la ciencia para el desarrollo nacional.

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Como anfitrión de la ceremonia, el Doctor Jaime Urrutia Fucugauchi, presidente de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), felicitó a los nuevos investigadores y dijo que éste es un programa inédito que permitirá la apertura de líneas de investigación en un amplio espectro de temas y los invitó a considerar la posibilidad de, también, incorporarse a la AMC, asociación civil que reúne a 2 mil 499 investigadores de talla internacional.

La Doctora Julia Tagüeña, directora adjunta de Desarrollo Científico del Conacyt, se refirió a los investigadores recién contratados como pioneros. Aclaró que en este programa se incorpora a los jóvenes investigadores al trabajo científico por medio de una plaza y no de contratos temporales como se ha especulado.

“Están recibiendo plazas, no un contrato por cinco años, como equivocadamente se ha difundido. Cada año deberán presentar informes de los proyectos de investigación a los que se han comprometido. Conacyt les entregará una carta de inscripción a la institución en la que estarán laborando. Su contrato será con Conacyt, pero desde las instituciones realizarán investigación y podrán participar en todas las convocatorias del Consejo”, acotó la Dra. Tagüeña.

La ceremonia de bienvenida también fue encabezada por Roberto Rodríguez Rodríguez, director de Cátedras Conacyt y José Antonio de la Peña, director del Centro de Investigación en Matemáticas (CIMAT), que es miembro del Sistema de Centros Públicos de Investigación Conacyt. En el mismo encuentro estuvieron presentes todos los directores adjuntos del Conacyt.


Fuente
 
Conozco a Julia Tagüeña, y sé que siempre ha sido tremendamente entusiasta y emprendedora (además de no ser corrupta). Si bien el actual Programa de Cátedras de Jóvenes Investigadores es un sistema nuevo que consiste en abrir plazas laborales para científicos menores de 40 años, el esquema no lo es, contrariamente a lo señalado en la nota. Ya desde hace bastantes años han existido en el CONACyT programas similares que han buscado lograr, fundamentalmente, la incorporación de jóvenes investigadores a las instituciones de educación superior y centros de investigación. De hecho, algunos de esos programas fueron más allá, para lograr la descentralización excesiva en la cd. de México, para lo cual la edad no era el factor determinante.

Lo que me llama la atención es que ahora resulte que, para enmascarar la problemática de falta galopante de trabajo para los jóvenes investigadores mexicanos (porque para los extranjeros curiosamente siempre hay), el CONACyT la esté haciendo de “patrón sustituto” (o sea, de “papi gobierno”). Sí, y las declaraciones de Julia Tagüena lo evidencian:

“Están recibiendo plazas, no un contrato por cinco años, como equivocadamente se ha difundido. Cada año deberán presentar informes de los proyectos de investigación a los que se han comprometido. Conacyt les entregará una carta de inscripción a la institución en la que estarán laborando. Su contrato será con Conacyt, pero desde las instituciones realizarán investigación y podrán participar en todas las convocatorias del Consejo”.

Traducción: no están contratados por la institución, sino por el CONACyT, que es quien les paga. Pese a que el CONACyT les entregue una carta de inscripción (¿no será, más bien una carta de ADSCRIPCIÓN?) a la institución en la que estarán laborando, lo dice muy claro a continuación: “Su contrato será con CONACyT”.

Y eso precisamente, el que el CONACyT la haga no sólo de bolsa de trabajo, sino de PAGADOR de los salarios del personal de la universidades, es una modalidad que ha dado lugar a que las universidades se vuelvan comodinas, no creando plazas, sino dejando que el gobierno federal les contrate y pague a su personal, al cual no es raro que las universidades asignen a labores de docencia en sus licenciaturas. Las universidades se ponen a crear licenciaturas de todo tipo y a granel, y es el CONACyT quien les contrata y paga a su personal. En eso es en lo que terminan los jóvenes investigadores.

No sé si en realidad en las universidades estatales terminen realmente incorporando a estos “trabajadores CONACyT” con plazas de las mismas universidades, y bajo qué estatus y condiciones. Lo que sí se, es que en los Institutos Tecnológicos Federales (ya más de 270 con los que recientemente abrieron sus puertas en la cd. de México) lo que se ha hecho es aceptar a estos jóvenes mientras dura el contrato CONACyT (y poniéndolos a dar clases en las licenciaturas, con hasta 5-6 grupos, de 30-50 alumnos c/u -“pa' que cubran sus 24 horas frente a grupo”), dándoles después una patada en el trasero al concluir, y… ¡que te vaya bien! “… podrán participar en todas las convocatorias del Consejo”, dice Julia Tagüeña. ¡Por supuesto! Si les queda algo de tiempo tras la carga frente a grupo que les arriman. Ello sin contar con que en la inmensa mayoría de los Institutos Tecnológicos Federales no existe infraestructura alguna para hacer investigación, por lo que no tendrán nada con qué trabajar (las convocatorias de Ciencia Básica del CONACyT no incluyen la adquisición de equipamiento, sólo de materiales de consumo; y a los directivos de los Institutos Tecnológicos Federales no les interesa en lo más mínimo buscar recursos, ya sea internos -su propia dirección general- o externos -vía proyectos externos a la institución-; lo suyo es “ver que tanto jugo le sacan al puesto”). ¿Que se firmó un documento con el CONACyT, con todo el VALOR LEGAL, el cual OBLIGA a los Institutos Tecnológicos Federales a darles una plaza de base? Durante todos los años que han existido los diferentes programas que ya mencioné, los Institutos Tecnológicos Federales se “han pasado por el arco del triunfo” el contrato firmado. Esto bajo la ya conocida cantaleta de que “no hay plazas” (hace décadas que se dice eso en los Institutos Tecnológicos Federales, negándose a generar nuevas plazas, y dando paso, eso sí, a la creación de un “mercado paralelo” de contratación por honorarios, con salarios miserables -inferiores incluso a los de las educadoras de jardín de niños; $90.00 de salario bruto la hora/clase, o sea, antes de impuestos-; y este “mercado paralelo” conforma ya prácticamente el 50% de la planta docente en los Institutos Tecnológicos Federales). Y el CONACyT es también cómplice en parte, ya que podría emprender acciones legales en contra de los Institutos Tecnológicos Federales. Pero quizá consideren que eso sería un desgaste inmenso, ya que se estarían enfrentando a la terriblemente corrupta y nefasta Dirección de Asuntos Jurídicos de la SEP (los Institutos Tecnológicos Federales dependen de la SEP), con lo cual el asunto se volvería eterno en los tribunales.

Hasta donde he sabido, en la mayoría de las universidades estatales estos investigadores jóvenes igualmente no tienen mucho apoyo de sus autoridades. Si bien parece que no los tratan tan mal como en los Institutos Tecnológicos Federales, pues sí los dejan languidecer lentamente, sin muchos apoyos para que puedan hacer algo más creativo que impartir clases, y de vez en cuando hacer alguna investigacioncita, que sirve para justificar su asignación como “investigador” y que pueda lograr al menos el mínimo para seguir siendo miembro del “distinguido grupo” denominado Sistema Nacional de Investigadores, SNI (con lo cual el investigador puede paliar el “fabuloso” salario que la universidad le paga; a veces lo que el SNI les paga puede ser superior a su salario), y la universidad presumir que tiene “investigadores nacionales”. Investigadores que no hacen más que sobrevivir, “jugando al investigador” con lo que hay en las universidades, como ya lo dijera abiertamente hace años un excelente investigador, cansado de este “juego perverso” (con toda integridad, éste investigador se retiró a la vida privada, dejando su cómoda plaza de “investigador”).

Es lamentable que el gobierno quiera seguir siendo “papi gobierno”. Así es como el actual gobierno sigue apostándole a “darnos atole con el dedo”, diciendo que la investigación científica y el desarrollo tecnológicos tendrán un apoyo prioritario. Ahora se entiende porqué el presupuesto del CONACyT dicen que aumentará: con ese aumento estarán en parte pagando los salarios de estos “nuevos investigadores”. Hasta donde sé, a estos jóvenes se les ofrecen salarios de $20,000 mensuales en promedio. Si hacemos aritmética elemental, para pagar tan solo los salarios de éstos nuevos 225 “nuevos investigadores” a lo largo del 2016, se requerirán 54 millones de pesos. Para pagar los salarios de los 799 científicos que dicen han incorporado, se requerián poco más de 190 millones de pesos. (no incluyo lo que recibirían como miembros del SNI, porque eso es parte del presupuesto inherente al mismo CONACyT, aunque es claro que en este caso la población objeto del SNI se incrementa… por obra y gracia del mismo CONACyT, y deberíamos de incluir también este gasto, el cual ascendería a unos $140 millones de pesos adicionales, con lo cual estaríamos hablando de unos 330 millones de pesos en total, para hacer como que esos jóvenes “encontraron trabajo”, muy al más puro estilo de los gobiernos proteccionistas).

Por cierto, como detalle final, resulta que, al terminar el “contrato CONACyT”, si las universidades efectivamente contratan al joven, el salario que la plaza disponible les ofrece no es superior al que les pagaba el CONACyT. ¿Y la antigüedad? Pues como no eran trabajadores contratados por la universidad, eso ¡NO EXISTE! Serán 5 años que no se contabilizan para su retiro, y en los que tampoco gozan de una AFORE. Y, de la misma manera, mientras es el CONACyT quien les paga sus salarios, estos investigadores jóvenes no tienen acceso a niguna de las prestaciones de la universidad, ya que no es ella quien los ha contratado (y ésto, que no reciban prestaciones por parte de la universidad, es perfectamente y absolutamente legal); ello incluye, como ya lo podrán adivinar, el dichoso aguinaldo y las vacaciones pagadas. Afortunadamente, como sucede con los mismos becarios del CONACyT, al menos sí tienen servicio médico. Son, esencialmente, trabajadores contratados por honorarios, a quienes les paga el CONACyT. ¡Salud!
 
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