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Buen día.
Recientes vivencias me han hecho detenerme a pensar en un tema que, en mi opinión, es de lo más cotidiano para la mayoría de nosotros: Conocer personas a través del chat.
Si bien no todos recurren al chat como medida primordial (ya que prefieren el antro, bares, etc), para muchas personas a quienes el trabajo, el estilo de vida, la imagen social, entre otra razones, no les permite manejarse de una manera más "activa", este medio (el chat) es una buena manera de romper la rutina, relajarse y, por qué no, para conocer otras personas.
Todos, en algún momento hemos recurrido a distintas páginas y sitios web para "interactuar" con otras personas. Es una manera sencilla, cómoda y muchas veces efectiva para conocer a alguien sin arriesgarse mucho (riesgo en cualquier sentido). Pero hay que admitir que este medio puede ser un viaje de todos los sabores posibles, desde una dulce experiencia hasta una de las más amargas situaciones del día. Porque al adentrarnos en este mundo no hay garantía de que la persona que está al otro lado del monitor sea alguien compatible con nosotros. Aunque haya perfiles y demás filtros, siempre se escabulle alguno que otro, ¿o no?
Como dije al inicio, una reciente experiencia me hizo pensar más a detalle en este tema, planteándome: los distintos caminos que puede tomar una conversación por chat, cómo saber si hay química, cómo identificar cuando la charla ya murió, etc., etc.
Es factible conocer personas con quienes charlas y charlas, las cosas fluyen como si ya se conocieran, ambos contribuyen a la conversación y ni cuenta te das del tiempo que llevan charlando. Sin embargo, también hay personas con las que después de cinco minutos ya no hay más por decir. Es como si de plano ya no hubiera palabras, como si ni las preguntas de cajón (¿qué tipo de música te gusta?, etc.) funcionaran ya. En lo personal identifico esta situación cuando:
1-. Una parte de la conversación es la única que escribe más de dos palabras.
2-. Empieza una conversación con monosílabos (muy ligado al punto 1).
3.- Sale el clásico -¿Y qué más me cuentas?-, o algún derivado del mismo, en los primeros minutos de la conversación.
Cuando alguno de estos puntos se presenta, o todos, ya sé que la conversación murió. No hay más por hacer, al menos en ese día. Quizás mañana... quizás nunca.
En definitiva conocer a alguien a través de la red es toda una aventura, nunca sabes que te encontrarás. Nunca faltan las personas cuyas primeras líneas son: ¿Cuánto te mide?, ¿Cómo lo tienes?, ¿Qué tal tu culito?, etc. O quienes en su perfil se describen como: "Soy una persona social, me gusta conversar de todo... ¡adelante! Conoceme", y son de las personas más monosilábicas del mundo. Es cierto que en una conversación la cosa es de dos, mínimo, pero hay veces en las que uno da de su parte y simplemente del otro lado nada. También están los que olvidan todo en un instante, cada que te los encuentras te preguntan lo mismo, incluso en la misma conversación llegan a repetir las preguntas. Y claro que en esos lares no pueden faltar las jugarretas del destino. Cuando "conoces" a alguien "cercano", ya sea porque labora en el mismo lugar que tú, va a la misma escuela, o resulta que conocen a una misma persona. En estas situaciones las cosas adquieren caminos muy interesantes, que van desde tomar el asunto como algo casual y sin mayor efecto hasta quienes se vuelven paranoicos y casi casi quieren regresar el tiempo para evitar el contacto.
Ciertamente este es un tema que da para más, pero me gustaría que compartieran sus experiencias, saber cómo les ha ido a ustedes en este aspecto. Yo... como siempre, sólo quise sacar las ideas de mi mente, aclararla para poder dormir bien, je.
Muchas gracias por leer lo que escribo, espero de menos darles un poco de distracción.
¡Saludos!
Recientes vivencias me han hecho detenerme a pensar en un tema que, en mi opinión, es de lo más cotidiano para la mayoría de nosotros: Conocer personas a través del chat.
Si bien no todos recurren al chat como medida primordial (ya que prefieren el antro, bares, etc), para muchas personas a quienes el trabajo, el estilo de vida, la imagen social, entre otra razones, no les permite manejarse de una manera más "activa", este medio (el chat) es una buena manera de romper la rutina, relajarse y, por qué no, para conocer otras personas.
Todos, en algún momento hemos recurrido a distintas páginas y sitios web para "interactuar" con otras personas. Es una manera sencilla, cómoda y muchas veces efectiva para conocer a alguien sin arriesgarse mucho (riesgo en cualquier sentido). Pero hay que admitir que este medio puede ser un viaje de todos los sabores posibles, desde una dulce experiencia hasta una de las más amargas situaciones del día. Porque al adentrarnos en este mundo no hay garantía de que la persona que está al otro lado del monitor sea alguien compatible con nosotros. Aunque haya perfiles y demás filtros, siempre se escabulle alguno que otro, ¿o no?
Como dije al inicio, una reciente experiencia me hizo pensar más a detalle en este tema, planteándome: los distintos caminos que puede tomar una conversación por chat, cómo saber si hay química, cómo identificar cuando la charla ya murió, etc., etc.
Es factible conocer personas con quienes charlas y charlas, las cosas fluyen como si ya se conocieran, ambos contribuyen a la conversación y ni cuenta te das del tiempo que llevan charlando. Sin embargo, también hay personas con las que después de cinco minutos ya no hay más por decir. Es como si de plano ya no hubiera palabras, como si ni las preguntas de cajón (¿qué tipo de música te gusta?, etc.) funcionaran ya. En lo personal identifico esta situación cuando:
1-. Una parte de la conversación es la única que escribe más de dos palabras.
2-. Empieza una conversación con monosílabos (muy ligado al punto 1).
3.- Sale el clásico -¿Y qué más me cuentas?-, o algún derivado del mismo, en los primeros minutos de la conversación.
Cuando alguno de estos puntos se presenta, o todos, ya sé que la conversación murió. No hay más por hacer, al menos en ese día. Quizás mañana... quizás nunca.
En definitiva conocer a alguien a través de la red es toda una aventura, nunca sabes que te encontrarás. Nunca faltan las personas cuyas primeras líneas son: ¿Cuánto te mide?, ¿Cómo lo tienes?, ¿Qué tal tu culito?, etc. O quienes en su perfil se describen como: "Soy una persona social, me gusta conversar de todo... ¡adelante! Conoceme", y son de las personas más monosilábicas del mundo. Es cierto que en una conversación la cosa es de dos, mínimo, pero hay veces en las que uno da de su parte y simplemente del otro lado nada. También están los que olvidan todo en un instante, cada que te los encuentras te preguntan lo mismo, incluso en la misma conversación llegan a repetir las preguntas. Y claro que en esos lares no pueden faltar las jugarretas del destino. Cuando "conoces" a alguien "cercano", ya sea porque labora en el mismo lugar que tú, va a la misma escuela, o resulta que conocen a una misma persona. En estas situaciones las cosas adquieren caminos muy interesantes, que van desde tomar el asunto como algo casual y sin mayor efecto hasta quienes se vuelven paranoicos y casi casi quieren regresar el tiempo para evitar el contacto.
Ciertamente este es un tema que da para más, pero me gustaría que compartieran sus experiencias, saber cómo les ha ido a ustedes en este aspecto. Yo... como siempre, sólo quise sacar las ideas de mi mente, aclararla para poder dormir bien, je.
Muchas gracias por leer lo que escribo, espero de menos darles un poco de distracción.
¡Saludos!