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Los nombres reales fueron cambiados por discreción
Esto sucedió hace un par de años en una ciudad playera de México, en un viaje corporativo, me presentaré como Enrique, 43 años, trabajo para una empresa nacional mexicana, con presencia en muchos estados de México, cada año se hace un evento nacional, en el que acuden los mejores elementos de dicha empresa, afortunadamente fui seleccionado para realizar el viaje todo pagado, el último día de evento realizan un concurso de baile coreográfico, ahí fue donde vi por primera vez a Griselda (nombre ficticio, como recordarán) una linda regiomontana, 1.65cm de estatura, tez blanca, de cuerpo muy apetecible, senos medianos y unas nalgas, que si bien no eran envidiables, si llamaban la atención y nadie les diría que no.
Griselda participo en uno de los bailes coreográficos, con un atuendo más que sexy, tacones, medias color piel semitransparentes, minifalda y top de tirantes, acompañado de un antifaz muy seductor, al terminar su participación y estando ella con algunas amigas decidí acercarme y felicitarla por el acto, ella agradeció amablemente y comenzamos una charla de lo más entretenida, me conto que era madre de 2 niños y felizmente casada, 30 años de edad, para ser madre y a su edad su cuerpo estaba en su punto.
Después de charlar toda la tarde y ya acercándose la media noche, llegaba el momento de irnos, fuimos a buscar a su compañera de habitación, la cual se encontraba con un chico, y ella decidió quedarse más tiempo, me ofrecí a llevar a Griselda a su habitación, ya que todos nos hospedábamos en el mismo hotel, al llegar y despedirnos pensé que mi oportunidad de tener algo más se desvanecía, en ese momento solo pedí verla nuevamente con su antifaz puesto, comentándole que se me hace muy coqueto, ella se lo puso de nuevo y en ese momento tomo la iniciativa de invitarme a su habitación a pasar, acepte sin objeción, lo primero que hizo fue quitarse los tacos argumentando que le mataban, me ofrecí a darle un masaje en sus pies, lo cual acepto de inmediato, se sentó en una de las camas, comencé con el masaje y ella se notaba le gustaba, al paso de unos minutos se recostó estirando los brazos, lo cual hizo que su atuendo se subiera un poco permitiéndome apreciar sus bien formadas piernas, comencé a subir por sus tobillos, pantorrillas, y a ella parecía agradarle, en ese momento se levantó argumentando que tenía que ir al baño, al paso de unos minutos regresó Griselda ya sin las medias que llevaba, permitiéndome ver como sus piernas eran de un tono muy blanco que me gustó, me comento que si aún quería seguir con el masaje, lo cual afirme, en esta ocasión se sentó sobre un sillón que estaba en la habitación, prácticamente se dejó caer sobre él, no teniendo ningún cuidado en cómo se acomodaba, y al llevar aun la minifalda, está prácticamente le cubría lo esencial.
Seguí masajeando sus pies, y nuevamente comencé a subir por los tobillos, y pantorrillas, arriesgándome subiendo un poco más hasta sus rodillas, las tome y flexione un poco, haciendo que Griselda “resbalara” un poco, esto a su vez hizo que su minifalda le terminara de jugar la mala pasada dejando al descubierto sus muslos por completo y dejando ver que por debajo, llevaba ropa interior roja, a este punto yo ya estaba muy excitado, y viendo el panorama decidí actuar, comencé a besar sus piernas, apenas arribita de sus rodillas, Griselda con una de sus manos empezó a acariciar mi cabello, fui subiendo por sus piernas y ella segura de sí misma abrió sus piernas por completo, dejándome apreciar muy bien su hermoso bikini rojo, de esa tela brillosita, comencé a besarla por dicha prenda que a decir verdad ya estaba muy húmeda, comencé a pasar mi lengua, se sentía que no se rasuraba por completo su parte, pero a mí esto me encantaba, lleve mis manos hacia sus caderas, tome los extremos de si bikini y comencé a deslizarlo, le quite por completo su bikini el cual lleve a mi bolsa del pantalón, me acerque de nuevo a su espectacular vagina, la cual era de un tono claro muy apetecible y a pesar de tener un poco de vello púbico, era espectacular, retome al natural el sexo oral que practicaba, pasaba mi lengua de arriba abajo, de un lado a otro, mientras Griselda se retorcía y tomaba mi cabello con algo de fuerza, introducía mi lengua en su rica vagina y jugaba con su escondido clítoris, así estive chupándole la vagina unos minutos, hasta que ella me detuvo, me hizo un poco hacia atrás, y se bajó del sillón hincándose, sabiendo que era lo siguiente, me puse de pie, desabotone mi pantalón y Griselda no dudo en bajarlo por ella misma, mi verga estaba ya en su punto, y pedía a gritos la liberaran del bóxer que llevaba, Griselda lo bajo y en ese momento dejo al descubierto mi trozo de carne, ella aun con el antifaz lo miró como deleitándose ante el gran platillo que tenía en frente, comenzó con besitos y una mamada algo tímida, abarcando solo la cabeza de mi verga, al cabo de unos instantes llevo el rito a un nivel mayor, lo lengüeteaba por completo, con huevos incluidos, y ahora sí, la mamaba con una intensidad, e introduciendo por completo mi verga en su boca, se veía era experta en dar mamadas, pues tenía una garganta profunda, enseguida se notó que era toda una experta mamadora, aun con mi verga en su boca yo le pregunte si había mamado muchas vergas, a lo que ella asintió con la cabeza, terminando la mamada, era el turno del plato fuerte, no aguantaba las ganas que tenia de cogérmela, se puso de pie, baje los tirantes y su blusa y note que llevaba un brassiere del mismo tono azul turquesa, hermoso, lo desabroché y deje al descubierto esas hermosas tetas, que si bien eran de un tamaño mediano/chico, eran hermosas, blanquitas, con los pezones claros escondidos, recuerdo que tenía un lunar muy sexy cerca de uno de sus pezones, comencé a chuparlos y enseguida estos se pusieron de un gran tamaño y muy duritos.
Continua...
Esto sucedió hace un par de años en una ciudad playera de México, en un viaje corporativo, me presentaré como Enrique, 43 años, trabajo para una empresa nacional mexicana, con presencia en muchos estados de México, cada año se hace un evento nacional, en el que acuden los mejores elementos de dicha empresa, afortunadamente fui seleccionado para realizar el viaje todo pagado, el último día de evento realizan un concurso de baile coreográfico, ahí fue donde vi por primera vez a Griselda (nombre ficticio, como recordarán) una linda regiomontana, 1.65cm de estatura, tez blanca, de cuerpo muy apetecible, senos medianos y unas nalgas, que si bien no eran envidiables, si llamaban la atención y nadie les diría que no.
Griselda participo en uno de los bailes coreográficos, con un atuendo más que sexy, tacones, medias color piel semitransparentes, minifalda y top de tirantes, acompañado de un antifaz muy seductor, al terminar su participación y estando ella con algunas amigas decidí acercarme y felicitarla por el acto, ella agradeció amablemente y comenzamos una charla de lo más entretenida, me conto que era madre de 2 niños y felizmente casada, 30 años de edad, para ser madre y a su edad su cuerpo estaba en su punto.
Después de charlar toda la tarde y ya acercándose la media noche, llegaba el momento de irnos, fuimos a buscar a su compañera de habitación, la cual se encontraba con un chico, y ella decidió quedarse más tiempo, me ofrecí a llevar a Griselda a su habitación, ya que todos nos hospedábamos en el mismo hotel, al llegar y despedirnos pensé que mi oportunidad de tener algo más se desvanecía, en ese momento solo pedí verla nuevamente con su antifaz puesto, comentándole que se me hace muy coqueto, ella se lo puso de nuevo y en ese momento tomo la iniciativa de invitarme a su habitación a pasar, acepte sin objeción, lo primero que hizo fue quitarse los tacos argumentando que le mataban, me ofrecí a darle un masaje en sus pies, lo cual acepto de inmediato, se sentó en una de las camas, comencé con el masaje y ella se notaba le gustaba, al paso de unos minutos se recostó estirando los brazos, lo cual hizo que su atuendo se subiera un poco permitiéndome apreciar sus bien formadas piernas, comencé a subir por sus tobillos, pantorrillas, y a ella parecía agradarle, en ese momento se levantó argumentando que tenía que ir al baño, al paso de unos minutos regresó Griselda ya sin las medias que llevaba, permitiéndome ver como sus piernas eran de un tono muy blanco que me gustó, me comento que si aún quería seguir con el masaje, lo cual afirme, en esta ocasión se sentó sobre un sillón que estaba en la habitación, prácticamente se dejó caer sobre él, no teniendo ningún cuidado en cómo se acomodaba, y al llevar aun la minifalda, está prácticamente le cubría lo esencial.
Seguí masajeando sus pies, y nuevamente comencé a subir por los tobillos, y pantorrillas, arriesgándome subiendo un poco más hasta sus rodillas, las tome y flexione un poco, haciendo que Griselda “resbalara” un poco, esto a su vez hizo que su minifalda le terminara de jugar la mala pasada dejando al descubierto sus muslos por completo y dejando ver que por debajo, llevaba ropa interior roja, a este punto yo ya estaba muy excitado, y viendo el panorama decidí actuar, comencé a besar sus piernas, apenas arribita de sus rodillas, Griselda con una de sus manos empezó a acariciar mi cabello, fui subiendo por sus piernas y ella segura de sí misma abrió sus piernas por completo, dejándome apreciar muy bien su hermoso bikini rojo, de esa tela brillosita, comencé a besarla por dicha prenda que a decir verdad ya estaba muy húmeda, comencé a pasar mi lengua, se sentía que no se rasuraba por completo su parte, pero a mí esto me encantaba, lleve mis manos hacia sus caderas, tome los extremos de si bikini y comencé a deslizarlo, le quite por completo su bikini el cual lleve a mi bolsa del pantalón, me acerque de nuevo a su espectacular vagina, la cual era de un tono claro muy apetecible y a pesar de tener un poco de vello púbico, era espectacular, retome al natural el sexo oral que practicaba, pasaba mi lengua de arriba abajo, de un lado a otro, mientras Griselda se retorcía y tomaba mi cabello con algo de fuerza, introducía mi lengua en su rica vagina y jugaba con su escondido clítoris, así estive chupándole la vagina unos minutos, hasta que ella me detuvo, me hizo un poco hacia atrás, y se bajó del sillón hincándose, sabiendo que era lo siguiente, me puse de pie, desabotone mi pantalón y Griselda no dudo en bajarlo por ella misma, mi verga estaba ya en su punto, y pedía a gritos la liberaran del bóxer que llevaba, Griselda lo bajo y en ese momento dejo al descubierto mi trozo de carne, ella aun con el antifaz lo miró como deleitándose ante el gran platillo que tenía en frente, comenzó con besitos y una mamada algo tímida, abarcando solo la cabeza de mi verga, al cabo de unos instantes llevo el rito a un nivel mayor, lo lengüeteaba por completo, con huevos incluidos, y ahora sí, la mamaba con una intensidad, e introduciendo por completo mi verga en su boca, se veía era experta en dar mamadas, pues tenía una garganta profunda, enseguida se notó que era toda una experta mamadora, aun con mi verga en su boca yo le pregunte si había mamado muchas vergas, a lo que ella asintió con la cabeza, terminando la mamada, era el turno del plato fuerte, no aguantaba las ganas que tenia de cogérmela, se puso de pie, baje los tirantes y su blusa y note que llevaba un brassiere del mismo tono azul turquesa, hermoso, lo desabroché y deje al descubierto esas hermosas tetas, que si bien eran de un tamaño mediano/chico, eran hermosas, blanquitas, con los pezones claros escondidos, recuerdo que tenía un lunar muy sexy cerca de uno de sus pezones, comencé a chuparlos y enseguida estos se pusieron de un gran tamaño y muy duritos.
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